José de Piérola JULIÁN SÁNCHEZ ESCRITOR, REDACTOR DE RADIO Y PRENSA
Según la presentación de Alfredo Pita, París (marzo del
99) un cóctel nacional, histórico y contemporáneo, explo- sivo y hambriento de creación artística, conocimiento y expresión literaria, con languidez, tristeza, dolor y pre- ocupación sociohumana, es el contexto del que bebe José de Piérola (Perú, 1962), ganador del Premio Max Aub 1998 (modalidad internacional) con su cuento “En el vientre de la noche”. Un autor de bagaje laboral técni- co y docente establecido en Estados Unidos. Alguien con el corazón y la entraña, parece ser, de un país y de sus vo- ces, circunstancias y realidades. El viaje narrativo del cuento, espacial y temporal, conduce a la especulación. La acción fondea en oscuridad y misterio con un trazado de ideas y sensaciones por ras- gos indígenas y la actitud narrativa enfoca el nacer de los personajes que son contados en un mismo cuadro. Pre- sente y pasado. Enfrentamiento entre opresión y resis- tencia. Las reacciones humanas y las miserias de uno, dos son los principales protagonistas (antagónicos, o ¿no?), junto a la serenidad y aceptación del momento por parte de otro y un silencio posterior de escándalo. La relación que se mantiene no es escuálida. La rique- za del lenguaje, hay que reconocer que acelera y desacele- ra a su gusto, pinta los sentimientos y el paisaje con des- treza y estocadas de magia. Muerte y vida son y no son trascendentales en la con- ceptualización narrada. Situación que traslada a otros temas de relación de hombres, mujeres y militares. Na- vegación por la constante histórica de la represión en Pe- rú. Algo aún no marchito, ¿verdad? Lágrimas que perduran. Cansancio, dolor con una es- tética no dada a la exageración. Un cuento con muchas posibilidades de representación teatral y un diálogo, o ¿dos monólogos a ratos?, en el que el tiempo es humo, horca y filosofía, acompañado de un dibujo que es el vientre más esperanzador. En el vientre de la noche, no es solo un acierto litera- rio, sino también sano juicio de quienes lo eligieron ga- nador; es también un homenaje a ese hombre que fue Max Aub, que conoció el peligro que corren aquellos que defienden sus ideas. Lamentablemente, el mundo no ha cambiado mucho desde entonces. Hoy, incluso en esta democracia española tantas veces soñada por Max, si- guen muriendo hombres, mujeres e inocentes, sin siquie- ra tener la oportunidad de contarle a su asesino que tiene una niña que ha dibujado una paloma en el vientre de la noche; o por lo menos, darle la oportunidad de conmo- verlo antes de apretar el gatillo.
Palma de Mallorca 21-2-2000
SÁNCHEZ--EN EL VIENTRE DE LA NOCHE.DOC – [ 1 / 1 ]