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Summa caligramática José de Piérola
de las limitaciones del lenguaje para comunicar ciertas ideas, se hizo capataz en Chipre. Era ya un viejo de veintiséis años
se propuso desmontarlo, llegando hasta las partes más insig- cuando perdió la paciencia y mató a pedradas a un trabajador
nificantes, para después recombinarlo de una manera nueva, que le había levantado la voz.
inesperada, empujándolo a los límites mismos de su natura- De hecho, se podría decir que ya no era Rimbaud cuando
leza. La meta era lograr que el lenguaje revelara «la cara ocul- La Vogue publicó Les Illuminations. El nuevo Rimbaud estaba
ta de la realidad». Un proyecto ambicioso de consecuencias demasiado ocupado cerrando un negocio en Etiopía como
paradójicas. Si lograba mostrar la cara oculta de la realidad, para que la publicación le importara. Cruzaba el desierto con
entonces el lenguaje, a pesar de sus limitaciones, era capaz de un cargamento de rifles, seguro de que ganaría una fortuna,
expresarlo todo. Por el contrario, si el lenguaje se quebraba pero el rey Menelik II de Abisinia, su cliente, no aceptó el
en el proceso, entonces nunca veríamos la cara oculta de la cargamento. Estamos en 1887. Rimbaud intenta otros nego-
realidad. cios, entre los cuales —según una carta de Alfred Ilg— está
Seis años son muy poco tiempo para un proyecto tan la posibilidad de traficar con esclavos, pero al final decide ne-
ambicioso. Seis años no son nada. El francés, como cualquier gociar café, pieles y musk. Pero esta nueva empresa también
otro lenguaje humano, fue capaz de resistir los golpes más lo hace perder dinero. No es cómico, ni irónico, sino triste.
fuertes sin sufrir magulladuras visibles. No importa cuan El joven prodigio cuya poesía luminosa trató de destruir el
poderoso sea el asalto, ni cuanta furia impulse al asaltante, lenguaje humano gastó catorce años de su vida tratando de
el lenguaje parece desaparecer bajo el golpe, pero solo por acumular riquezas. Un día descubre que su pierna izquier-
un instante, porque reaparece pronto, fluyendo con la misma da se ha adormecido, y en uno de sus últimos momentos
pausada fuerza de siempre, burlándose del asaltante, recor- de lucidez, escribe una carta. «Siguiendo el destino del alma
dándole quién es quién en esa relación. Imposible romperlo —dice su letra inclinada y desordenada— también el cuerpo
en pedazos, imposible controlar su flujo: el lenguaje es nues- tiene que morir, aunque sea por partes, desde las más grandes
tro dueño y no al revés, como pensaba Rimbaud. Nos pre- hasta las más insignificantes».
cede, lo tomamos prestado por unos pocos años, luego se lo Como el héroe épico que nunca fue, Rimbaud cruza el
pasamos a la generación siguiente dejando solo un leve rastro desierto africano bajo un cielo despiadado cuyo Sol se ensa-
de nuestra existencia en su tejido acuoso. ña con su carne. Padeciendo una fiebre desbocada, sabiendo
Pero el fracaso de Rimbaud, su verdadero fracaso, no le que una neblina interior empieza a apoderarse de sus sen-
sobrevino en el reino del lenguaje, sino en el reino de la exis- tidos, delira. Imagina que el Rey Menelik II le ha pagado
tencia encarnada. Tenía solo veintidós cuando dejó de escri- generosamente por los rifles. Se imagina viviendo en Harari,
bir, cerrando un breve capítulo de su vida, los seis años por en una mansión blanca, enorme, rodeado de esclavas núbiles.
los cuales es recordado. El ardiente deseo de hacer poesía se Recita el poema que una vez escribió para Ofelia. De vez en
apagó, y a los veintidós años era ya un viejo. El sueño origi- cuando, tirita pensando en Verlaine, cuyas caricias amorosas
nal —dinamitar la lengua francesa— fue reemplazado por le enseñaron que hay cosas que la poesía no puede expresar
otro, quizá perseguido con el mismo ardor, pero difícilmente porque pertenecen al reino de la carne. El ex prodigio, to-
tan original. Se hizo soldado del Ejército Colonial Holandés, davía lúcido, piensa que está pagando por los errores de su
reclutó mercenarios en Colonia, y en Bremen trató de enlis- juventud. Delirante, incapaz de saber si las luces que ve están
tarse en el US Marine Corps, pero fue rechazado debido a su fuera o dentro de su cabeza, cree que sus poemas regresan
delgadez extrema. Empezaba a sumergirse en una realidad convertidos en incandescencia pura.
mucho más alucinante que cualquiera de sus poemas. Traba- Sin saber si llegará a su destino, Rimbaud viaja por doce
jó en un circo en Estocolmo, viajó a pie por media Europa, días, de Harari a Zeila, hablando en una lengua afiebrada
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