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FACULTAD DE PSICOLOGÍA
ESCUELA DE PSICOLOGÍA
POR:
SALVADOR ANGULO
DESARROLLO
Si bien el lugar lo conocía, solamente había ido no más de 20 min. y de noche,
Nunca me había detenido a analizar y observar las prácticas y cosas que
existían en “El Rincón de los Canallas”. Por lo que la realización de esta
investigación era la oportunidad perfecta para quitarme la curiosidad de
encima.
El primer día de visita llego a la hora de colación. Nunca había ido en ese
horario y tenía curiosidad por saber cómo era el local a esa hora. Al llegar allá,
me doy cuenta inmediatamente de la presencia impecable, con delantal y
anteojos negros del “Canalla Nº 1”, Don Víctor Painemal. Me saluda
cordialmente y diciéndole mi nombre (Salvador), Don Víctor me felicita por mi
nombre y me señala que es un nombre muy importante. Yo siempre supe la
importancia de mi nombre, y en este momento me di cuenta de algo curioso,
pero interesante: Mi nombre representaba momentos de análisis importantes
del trabajo (que además están interconectados). Por un lado Salvador Allende
representa el contexto de dictadura militar y la izquierda oprimida que había
encontrado hogar en el local de Don Víctor en los 80. En un segundo plano,
representa a mi abuelo, Salvador Angulo Valverde, que sufrió todas las
atrocidades de la tortura del régimen militar en los 70, pero que representa
también a mi familia y su forma de vivir Chile en este régimen. Por último estoy
yo, Salvador Angulo Silva, que soy fruto de todo ese “efecto dominó” cultural
que me constituye y encuentro en ese periodo piezas del rompecabezas
llamado familia. Ese primer día fue más exploratorio: miré todos los rincones,
comí, entrevisté a un par de personas y listo. Pero fue vital para encontrar los
focos de análisis importantes para el trabajo, además de impregnarme del local
y hacerlo más cómodo para mí. Además las entrevistas evidenciaron algunas
sospechas que tenía: En el caso de Eduardo (ver anexo), tiene una tradición
familiar que lo hace venir al local. Y esta tradición responde a una postura
política de la que es parte él y su familia: la izquierda. Él siente en este lugar
que se encuentra cómodo y su ritual de tomar un maremoto responde a una
práctica familiar. Además señala que Don Víctor representa a la historia y al
chileno que desea conservarla, a modo de expresar su simpatía con el “Canalla
Nº 1”. Para Verónica (ver anexo) representa la chilenidad como tal. Ella misma
expresas que “Es súper chileno los canallas” y que ya no existen lugares como
este. Para la Sra. Acuña hace recordar su experiencia en la dictadura militar,
en donde ella luchó por sus derechos en protestas y cacerolazos, en contra del
gobierno de Pinochet. En resumen, este día me sirvió mucho para ordenar los
focos de análisis del trabajo y responde también a un primer “acercamiento
etnográfico” al “Rincón de los Canallas”.
Ya teniendo más claro algunos puntos de análisis, fui el segundo día en un
horario completamente distinto, en donde había que pedir reserva con
anticipación para acudir después de las 19:00. Como quería interiorizarme aún
más, decidí “viajar en el tiempo” y asistir al local en medio del horario de “toque
de queda” de los 80. Así que pedí una mesa para las 00:00 y le pedí a unos
amigos que me acompañaran (también por seguridad, paradójicamente). Al
llegar, me saluda nuevamente Don Víctor con su simpatía característica y me
dice “Canalla Salvador, allá está su mesa”. En esta ocasión hay más gente, y
nos damos cuenta con mis amigos que somos los más jóvenes también. Me
sentí atemporal en ese momento. Sentí que perdí la noción del tiempo y me
involucré por completo en lo que estaba viviendo. La cueca por fin sonaba a
destajo y se bailaba como nunca lo había visto antes: esta era la llamada cueca
brava. 2 personas vestidas informalmente bailaban de manera más cercana,
prepotente, coqueta. Este momento me parecía más cercano a lo que era una
cueca humilde y de pueblo, no esa cueca en donde la formalidad y los trajes
predominan por sobre el baile mismo. Sentí en ese momento por primera vez
que esa cueca si tenía pasión. Sentía que llevaba adentro toda esa nostalgia
de tiempos difíciles. Por primera vez me gustó (y mucho) ver y escuchar la
cueca. Cuando termino la sesión de cueca, vino el momento más nostálgico de
la noche: comienza a sonar Inti-Illimani en el Rincón. En ese momento sentí
que se conectaron los 3 Salvador que estaban involucrados. Admito que
cayeron lágrimas y mis amigos también estaban emocionados. En ese
momento vi a Don Víctor sentado, escuchando, tranquilo, y pensé en todo lo
que él ha luchado por mantener el local firme y funcionando, por todo lo que
había sufrido y aún seguía en pie. En las conclusiones que hicimos con mis
amigos (ver anexo) determinamos algo quizás que parece obvio, pero que es
fundamental: “Don Víctor es el alma de los canallas”. Sin él mucha gente no
hubiera tenido este pequeño hogar que representaba sus ideales y sus sueños,
en donde la lucha encontraba una tregua y un descanso, aunque fuera
pequeño. En ese momento me convencí de que el lugar es muy importante
para el periodo de los últimos 30 años de la historia de Chile. En sus paredes
tiene impregnada frases que muestran la lucha y el no darse por vencidos de la
izquierda de esos años. Y si bien ha pasado el tiempo, todas sus frases se
pueden seguir aplicando para cualquier ser humano, en su lucha personal por
lograr sus sueños. Ad hoc son las frases “La fuerza del pueblo está presente”,
“Hace patria, sigue estudiando”.
Después de esa nostálgica noche, fui el tercer día un poco más temprano. En
esta oportunidad me conseguí una cámara fotográfica y le pedí a un amigo que
me acompañara a tomar un trago típico canalla: “El Maremoto”. En esta
oportunidad también reservé, y recibí el cariñoso saludo de Don Víctor. En esta
oportunidad, Don Víctor me dijo que estaba en mi casa. Sentí ese saludo muy
significativo. Sentía que “El Rincón de los Canallas” era una especie de
“alineación planetaria”: se juntaba en un mismo lugar toda mi historia familiar,
tanto personal como cultural y política. En esta oportunidad, decidí dedicarle la
mayor parte de la visita a sacar fotos (aprovechando la disponibilidad de la
cámara) y a hablar con Don Víctor. Como era día de semana (lunes), no había
mucha gente, lo que me permitió tener más tranquilidad para sacar fotos (ver
anexo) al lugar y a los protagonistas (nosotros y Don Víctor, principalmente). A
medida que avanzaban las fotos, me daba cuenta de detalles diversos que no
había contemplado en los días anteriores. Había dedicatorias de todas partes
del mundo. Los cuadros que hay, según Don Víctor, son regalos al local o
pagos de alguna “comilona” en palabras de él. Con mi amigo nos tomamos
tranquilamente El Maremoto que nos habían servido y esperamos a que sus
efectos no fueran letales. Después de sacar varias fotos, hablamos con Don
Víctor y nos contó cómo había sido la historia del local desde sus inicios y lo
que representa para él y para toda la gente. Aquí hay historia, señala “El
canalla Nº 1”. En ese momento, nos permite ir a un lugar que no había visto y
que no sabía de su existencia. Nos lleva al segundo piso, en donde la frase
“No temas ir despacio, sólo teme no avanzar” invade la escalera. En este
segundo piso, nos cuenta el mesero que viene sólo la gente importante y que
aquí “nadie los molesta”. En las paredes del segundo piso hay varios recortes
que cuentan la historia del antiguo local del “Rincón de los Canallas” y su casi
cierre definitivo el 2008. Tiene fotos con varios famosos chilenos, como Don
Francisco, Kike Morandé, Leonardo Veliz, entre otros. Al terminar de ver el
lugar, me quedé con la sensación de haber estado en un lugar muy importante,
histórico, del cual tuve la suerte de haber visto. Sentí en ese momento que
esos 3 días tenían sentido para este final del trabajo. He estado en uno de los
lugares más emblemáticos de Santiago, y que representan en sus paredes la
historia de Chile de los últimos 30 años. Por lo que yo, con ese conocimiento,
completaba aún más el rompecabezas de mi historia. Finalmente le pedí a Don
Víctor que se sacara una foto conmigo y con mi amigo. Me despedí de él con
un abrazo y con un hasta luego, que de seguro se cumplirá.
CONCLUSIÓN
El “Rincón de los Canallas” no es solamente un lugar típico chileno. Representa
un periodo importante de la historia chilena en dictadura. No es solamente un
lugar en donde las comidas y sus tragos son únicos. Posee un ambiente único,
que dudo se repita en otro lugar. Posee en sus paredes historias de mucha
gente, de sufrimiento, de dolor y de lucha. Las personas que van ahí no
solamente van a consumir, sino que se van a impregnar de Chile, de ese Chile
que a veces se olvida y que no debemos olvidar nunca. Un Chile luchador, que
no se deja llevar por lo que digan los demás. No olvidemos que su santo y seña
es ¡CHILE LIBRE!
Por otro lado, este trabajo significó para mí un reencuentro importante con lo
que son mis raíces y mi futuro. Establecí el puente entre mi pasado, presente y
futuro. Se puede decir que viví una transformación de mi historia y la llevé a un
plano mayor (ahora los 3 Salvador son mas intrínsecos en mí). También pude
conocer mejor algunas cosas de MI cultura chilena. La cueca brava y lo que
consumí en el local probablemente signifiquen mis mayores momentos de
contacto con la chilenidad misma.
Víctor Painemal representa toda esa lucha de los últimos 30 años. Ha
sobrevivido y ha sacado adelante su boliche en muchas oportunidades. Él es
un ejemplo a seguir para las futuras generaciones, las cuales en muchos casos
son muy conformistas y sedentarias de sus sueños. Él le ha dado el sello
característico al “Rincón”. El es el “alma del canalla”.
Agradecimientos al blog URVARORIVM, que me dio un pie inicial para
comenzar el trabajo y conocer lo que era el “Rincón de los Canallas” antes de
su cambio a la calle Tarapacá. También a mis amigos, que me acompañaron
en las visitas, a mi familia, al curso de producción por la oportunidad de este
trabajo y a mi país, Chile.
BIBLIOGRAFÍA
- URVATORIVM. URL http://urbatorium.blogspot.com/2010/04/el-rincon-
de-los-canallas-y-sus-30-anos.html