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UNIVERSIDAD DIEGO PORTALES

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

ESCUELA DE PSICOLOGÍA

CAT.: PRODUCCIÓN Y REFLEXIÓN

PRO.: CRISTIAN PÉREZ

“EL RINCÓN DE LOS CANALLAS”


UN LUGAR DE SABOR, HISTORIA Y
CULTURA

POR:

SALVADOR ANGULO

MARTES 25 DE MAYO DEL 2010


INTRODUCCIÓN
En los comienzos de los años 80 la noche santiaguina no existía, a partir de los
“toques de queda” dictados por el régimen militar. La bohemia y las fiestas de
ese entonces habían desaparecido. Sin embargo, Víctor Painemal tuvo una
excelente idea: crear un lugar en donde, en medio del “toque de queda”, la
gente se reuniera a compartir, escuchar música chilena y como el mismo Víctor
señala: “comerse un buen pernil”. Así comienza la historia del local “El rincón
de los canallas”, el cual cumple 30 años de historia este 2010
Si bien en los 80 comenzó a trabajar en este rubro con el nombre de “El rey de
los pollos asados”, no fue hasta el 20 de mayo de 1984 cuando cambió el lugar
hasta San Diego 379, después de unos polémicos incendios que sufrió la
primera ubicación y cierre de patentes, que “El canalla nº 1” lo llamó “El Rincón
de los Canallas”, a partir de la declaración que hizo Augusto Pinochet después
del plebiscito del 80 para los que estuvieron en contra de las propuestas de
Pinochet: “Y esos canallas traidores, antipatriotas que votaron por el NO,
tendrán su merecido”. Don Víctor, como era parte de las personas que votaron
por el NO, decidió hacer una “picada clandestina”, sin patente, en la que
pudieran reunirse en medio del “toque de queda”. Así nace el emblemático
Rincón.
Este bar-restaurant tiene como argumentos la clandestinidad que tenía en
medio del gobierno militar y que mantiene actualmente. Desde sus inicios hasta
hoy mantiene en sus paredes una postura política bien marcada: de izquierda y
además defensor de los derechos indígenas (Don Víctor tiene raíces
mapuches). En sus muros posee una gran colección de fotos de la época y de
personajes emblemáticos de la izquierda chilena: Salvador Allende, Violeta
Parra, Víctor Jara, Pablo Neruda, etc. Esta postura, sin embargo, le pasó la
cuenta varias veces y sufrió más de 60 redadas de parte de los militares y la
CNI. Para acceder al local era necesario de una contraseña (santo y seña) que
se solicitaba a la entrada para evitar redadas de los militares y que era
compartido en la radio Colo-Colo en la frecuencia AM en esos años. Si bien el
régimen militar ya pasó, la tradición se sigue manteniendo: ¿Quién vive,
canalla? preguntan detrás de la puerta, ¡Chile Libre! se responde.
Además la decoración está hecha casi completamente de “tarjetas de
presentación” dejada por varios clientes, a lo largo de sus 30 años. Dentro de
sus visitas cuenta con políticos, músicos, artistas e incluso muchos extranjeros,
que ven en “El rincón de los canallas” un lugar pintoresco de Chile. Otro punto
importante que caracteriza a este “Rincón Canalla” es el llamativo menú que
posee, que hace alusión a la nomenclatura usada en esos años de régimen
militar y que lo hace diferenciarse de cualquier local existente en Chile: puedes
comer desde un “Francotirador” (porotos con longaniza), tomarte un
“Maremoto” (agua ardiente, pipeño, frutas, helado y granadina), hasta comer un
plato “para valientes; “El Vietnamita” (pernil, arrollado, longanizas, costillar,
prietas, papas, arroz y ensalada)
El local si bien en un principio se encontraba en San Diego 379, el año 2008
sufrió el avasallador desarrollo de departamentos de Santiago Centro, por lo
que el lugar sería demolido para la creación de un edificio. Se habló del cierre
definitivo, incluso se hizo una despedida muy emotiva en la que asistieron
políticos y personas importantes del medio nacional. Pero como siempre ha
sido la historia de Don Víctor, este recibió ayuda de todos los canallas y
encontró un nuevo lugar, en Tarapacá 810, en donde funciona hasta el día de
hoy.
La elección de este lugar responde a un interés personal por analizar este lugar
pintoresco más a fondo. Si bien ya había ido en otras oportunidades al lugar,
siempre me había interesado su historia y su mística, ligadas a la oposición del
régimen militar. Mi historia familiar está fuertemente ligada con este período: mi
abuelo fue torturado político y sufrió las atrocidades del gobierno de Pinochet,
por lo que conocer este lugar en mayor profundidad me permitiría observar,
sentir, escuchar, oler y tocar ese período en el cual no estuve, pero que si es
importante para conocer en profundidad no solo por el contexto chileno en este
espacio de tiempo, sino que para juntar más piezas del rompecabezas de mi
familia. Este año tuve la oportunidad de ir a España a ver a mi abuelo, en
donde hablamos mucho de su sufrimiento y su lucha en Chile. Siento que
haciendo este pequeño trabajo en este lugar estoy más conectado con mi
abuelo y con su historia de sufrimiento.
El análisis de la información se hizo a partir de 3 momentos distintos: primero a
la hora de almuerzo (13:00 – 15:00), después en la tarde, (20:00 – 22:00), y por
último en la madrugada (00:00 – 02:00). En los 3 momentos si bien estaba en
el lugar, también consumía y participaba de las prácticas que ocurrían, a modo
de interiorizarme aún más en el local. Los 3 momentos son distintos entre sí: se
recurrió a distintas herramientas de registro durante los 3 días, desde escritos
hasta fotos y grabaciones de audio.

DESARROLLO
Si bien el lugar lo conocía, solamente había ido no más de 20 min. y de noche,
Nunca me había detenido a analizar y observar las prácticas y cosas que
existían en “El Rincón de los Canallas”. Por lo que la realización de esta
investigación era la oportunidad perfecta para quitarme la curiosidad de
encima.
El primer día de visita llego a la hora de colación. Nunca había ido en ese
horario y tenía curiosidad por saber cómo era el local a esa hora. Al llegar allá,
me doy cuenta inmediatamente de la presencia impecable, con delantal y
anteojos negros del “Canalla Nº 1”, Don Víctor Painemal. Me saluda
cordialmente y diciéndole mi nombre (Salvador), Don Víctor me felicita por mi
nombre y me señala que es un nombre muy importante. Yo siempre supe la
importancia de mi nombre, y en este momento me di cuenta de algo curioso,
pero interesante: Mi nombre representaba momentos de análisis importantes
del trabajo (que además están interconectados). Por un lado Salvador Allende
representa el contexto de dictadura militar y la izquierda oprimida que había
encontrado hogar en el local de Don Víctor en los 80. En un segundo plano,
representa a mi abuelo, Salvador Angulo Valverde, que sufrió todas las
atrocidades de la tortura del régimen militar en los 70, pero que representa
también a mi familia y su forma de vivir Chile en este régimen. Por último estoy
yo, Salvador Angulo Silva, que soy fruto de todo ese “efecto dominó” cultural
que me constituye y encuentro en ese periodo piezas del rompecabezas
llamado familia. Ese primer día fue más exploratorio: miré todos los rincones,
comí, entrevisté a un par de personas y listo. Pero fue vital para encontrar los
focos de análisis importantes para el trabajo, además de impregnarme del local
y hacerlo más cómodo para mí. Además las entrevistas evidenciaron algunas
sospechas que tenía: En el caso de Eduardo (ver anexo), tiene una tradición
familiar que lo hace venir al local. Y esta tradición responde a una postura
política de la que es parte él y su familia: la izquierda. Él siente en este lugar
que se encuentra cómodo y su ritual de tomar un maremoto responde a una
práctica familiar. Además señala que Don Víctor representa a la historia y al
chileno que desea conservarla, a modo de expresar su simpatía con el “Canalla
Nº 1”. Para Verónica (ver anexo) representa la chilenidad como tal. Ella misma
expresas que “Es súper chileno los canallas” y que ya no existen lugares como
este. Para la Sra. Acuña hace recordar su experiencia en la dictadura militar,
en donde ella luchó por sus derechos en protestas y cacerolazos, en contra del
gobierno de Pinochet. En resumen, este día me sirvió mucho para ordenar los
focos de análisis del trabajo y responde también a un primer “acercamiento
etnográfico” al “Rincón de los Canallas”.
Ya teniendo más claro algunos puntos de análisis, fui el segundo día en un
horario completamente distinto, en donde había que pedir reserva con
anticipación para acudir después de las 19:00. Como quería interiorizarme aún
más, decidí “viajar en el tiempo” y asistir al local en medio del horario de “toque
de queda” de los 80. Así que pedí una mesa para las 00:00 y le pedí a unos
amigos que me acompañaran (también por seguridad, paradójicamente). Al
llegar, me saluda nuevamente Don Víctor con su simpatía característica y me
dice “Canalla Salvador, allá está su mesa”. En esta ocasión hay más gente, y
nos damos cuenta con mis amigos que somos los más jóvenes también. Me
sentí atemporal en ese momento. Sentí que perdí la noción del tiempo y me
involucré por completo en lo que estaba viviendo. La cueca por fin sonaba a
destajo y se bailaba como nunca lo había visto antes: esta era la llamada cueca
brava. 2 personas vestidas informalmente bailaban de manera más cercana,
prepotente, coqueta. Este momento me parecía más cercano a lo que era una
cueca humilde y de pueblo, no esa cueca en donde la formalidad y los trajes
predominan por sobre el baile mismo. Sentí en ese momento por primera vez
que esa cueca si tenía pasión. Sentía que llevaba adentro toda esa nostalgia
de tiempos difíciles. Por primera vez me gustó (y mucho) ver y escuchar la
cueca. Cuando termino la sesión de cueca, vino el momento más nostálgico de
la noche: comienza a sonar Inti-Illimani en el Rincón. En ese momento sentí
que se conectaron los 3 Salvador que estaban involucrados. Admito que
cayeron lágrimas y mis amigos también estaban emocionados. En ese
momento vi a Don Víctor sentado, escuchando, tranquilo, y pensé en todo lo
que él ha luchado por mantener el local firme y funcionando, por todo lo que
había sufrido y aún seguía en pie. En las conclusiones que hicimos con mis
amigos (ver anexo) determinamos algo quizás que parece obvio, pero que es
fundamental: “Don Víctor es el alma de los canallas”. Sin él mucha gente no
hubiera tenido este pequeño hogar que representaba sus ideales y sus sueños,
en donde la lucha encontraba una tregua y un descanso, aunque fuera
pequeño. En ese momento me convencí de que el lugar es muy importante
para el periodo de los últimos 30 años de la historia de Chile. En sus paredes
tiene impregnada frases que muestran la lucha y el no darse por vencidos de la
izquierda de esos años. Y si bien ha pasado el tiempo, todas sus frases se
pueden seguir aplicando para cualquier ser humano, en su lucha personal por
lograr sus sueños. Ad hoc son las frases “La fuerza del pueblo está presente”,
“Hace patria, sigue estudiando”.
Después de esa nostálgica noche, fui el tercer día un poco más temprano. En
esta oportunidad me conseguí una cámara fotográfica y le pedí a un amigo que
me acompañara a tomar un trago típico canalla: “El Maremoto”. En esta
oportunidad también reservé, y recibí el cariñoso saludo de Don Víctor. En esta
oportunidad, Don Víctor me dijo que estaba en mi casa. Sentí ese saludo muy
significativo. Sentía que “El Rincón de los Canallas” era una especie de
“alineación planetaria”: se juntaba en un mismo lugar toda mi historia familiar,
tanto personal como cultural y política. En esta oportunidad, decidí dedicarle la
mayor parte de la visita a sacar fotos (aprovechando la disponibilidad de la
cámara) y a hablar con Don Víctor. Como era día de semana (lunes), no había
mucha gente, lo que me permitió tener más tranquilidad para sacar fotos (ver
anexo) al lugar y a los protagonistas (nosotros y Don Víctor, principalmente). A
medida que avanzaban las fotos, me daba cuenta de detalles diversos que no
había contemplado en los días anteriores. Había dedicatorias de todas partes
del mundo. Los cuadros que hay, según Don Víctor, son regalos al local o
pagos de alguna “comilona” en palabras de él. Con mi amigo nos tomamos
tranquilamente El Maremoto que nos habían servido y esperamos a que sus
efectos no fueran letales. Después de sacar varias fotos, hablamos con Don
Víctor y nos contó cómo había sido la historia del local desde sus inicios y lo
que representa para él y para toda la gente. Aquí hay historia, señala “El
canalla Nº 1”. En ese momento, nos permite ir a un lugar que no había visto y
que no sabía de su existencia. Nos lleva al segundo piso, en donde la frase
“No temas ir despacio, sólo teme no avanzar” invade la escalera. En este
segundo piso, nos cuenta el mesero que viene sólo la gente importante y que
aquí “nadie los molesta”. En las paredes del segundo piso hay varios recortes
que cuentan la historia del antiguo local del “Rincón de los Canallas” y su casi
cierre definitivo el 2008. Tiene fotos con varios famosos chilenos, como Don
Francisco, Kike Morandé, Leonardo Veliz, entre otros. Al terminar de ver el
lugar, me quedé con la sensación de haber estado en un lugar muy importante,
histórico, del cual tuve la suerte de haber visto. Sentí en ese momento que
esos 3 días tenían sentido para este final del trabajo. He estado en uno de los
lugares más emblemáticos de Santiago, y que representan en sus paredes la
historia de Chile de los últimos 30 años. Por lo que yo, con ese conocimiento,
completaba aún más el rompecabezas de mi historia. Finalmente le pedí a Don
Víctor que se sacara una foto conmigo y con mi amigo. Me despedí de él con
un abrazo y con un hasta luego, que de seguro se cumplirá.
CONCLUSIÓN
El “Rincón de los Canallas” no es solamente un lugar típico chileno. Representa
un periodo importante de la historia chilena en dictadura. No es solamente un
lugar en donde las comidas y sus tragos son únicos. Posee un ambiente único,
que dudo se repita en otro lugar. Posee en sus paredes historias de mucha
gente, de sufrimiento, de dolor y de lucha. Las personas que van ahí no
solamente van a consumir, sino que se van a impregnar de Chile, de ese Chile
que a veces se olvida y que no debemos olvidar nunca. Un Chile luchador, que
no se deja llevar por lo que digan los demás. No olvidemos que su santo y seña
es ¡CHILE LIBRE!
Por otro lado, este trabajo significó para mí un reencuentro importante con lo
que son mis raíces y mi futuro. Establecí el puente entre mi pasado, presente y
futuro. Se puede decir que viví una transformación de mi historia y la llevé a un
plano mayor (ahora los 3 Salvador son mas intrínsecos en mí). También pude
conocer mejor algunas cosas de MI cultura chilena. La cueca brava y lo que
consumí en el local probablemente signifiquen mis mayores momentos de
contacto con la chilenidad misma.
Víctor Painemal representa toda esa lucha de los últimos 30 años. Ha
sobrevivido y ha sacado adelante su boliche en muchas oportunidades. Él es
un ejemplo a seguir para las futuras generaciones, las cuales en muchos casos
son muy conformistas y sedentarias de sus sueños. Él le ha dado el sello
característico al “Rincón”. El es el “alma del canalla”.
Agradecimientos al blog URVARORIVM, que me dio un pie inicial para
comenzar el trabajo y conocer lo que era el “Rincón de los Canallas” antes de
su cambio a la calle Tarapacá. También a mis amigos, que me acompañaron
en las visitas, a mi familia, al curso de producción por la oportunidad de este
trabajo y a mi país, Chile.

BIBLIOGRAFÍA
- URVATORIVM. URL http://urbatorium.blogspot.com/2010/04/el-rincon-
de-los-canallas-y-sus-30-anos.html

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