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Licenciatura en Sociología.
Teoría Sociológica II
Primer Semestre 2009
Profesor: Manuel Guerrero A.
La vorágine de la modernidad:
Integrantes:
- Joaquín Pérez S.
- Camila Pimentel R.
Fecha: 5 de Junio de
2009
En el presente ensayo pretendemos dilucidar la noción de modernidad, a través de
los conceptos de “ilustración” e “introyección”; planteados tanto por M. Horkheimer y T.
Adorno en la “Dialéctica de la ilustración”, como por H. Marcuse en “Eros y civilización”.
1
Berman, Marshall; “Todo lo sólido se desvanece en el aire” Ed. Siglo XXI, Madrid. Página 1
externas, que primero los padres y luego otros cuerpos sociales, han impuesto sobre el
individuo;… llegan a ser su conciencia”2
2
Marcuse, Herbert; “Eros y civilización”, Editorial Joaquín Mortiz, México, 1965. Página 43
“La ilustración, en el más amplio sentido de pensamiento en continuo progreso, ha
perseguido desde siempre el objetivo de liberar a los hombres del miedo y constituirlos en
señores. Pero la tierra enteramente ilustrada resplandece bajo el signo de una triunfal
calamidad”3. Esta idea es parte de lo que se considera como modernidad, el progreso a
través de nuevos métodos que constituyan al hombre como ser superior por sobre la
naturaleza, a esto enfoca la cita anterior con respecto al miedo, el dominio ha generado al
hombre desde antaño la sensación de control, esto ha hecho que esta idea haya sido
cristalizada en el tiempo. Esta sensación de superioridad se ha transmitido no solo al
ámbito del conocimiento, sino que también ha recabado en las relaciones con los mismos
hombres, “Lo que los hombres quieren aprender de la naturaleza es servirse de ella para
dominarla por completo, a ella y a los hombres”4. A través de esto se manifiesta una idea
que los autores son enfáticos en recalcar: “Poder y conocimiento son sinónimos”5. Desde
aquí que se impone una nueva forma de observar la realidad, como la racionalidad
técnica, las grandes producciones, donde también se veía incluido el hombre en relación
a su entorno, pero fueron primordialmente las ciencias exactas como las matemáticas, las
que tienen mayor predominancia; “el número se convirtió en el canon de la ilustración”6
3
Horkheimer, M y Adorno, T ; “La dialéctica de la ilustración”, Trota, Madrid, 1994 Capitulo Concepto de
la ilustración; Página 59
4
Ibídem; Página 60
5
Ídem
6
Ibídem; Página 63
7
Ibídem; Página 70
Así es como la construcción de esta nueva ciencia y razón instrumental, no solo
produce una dominación sobre la raza humana, sino que genera la destrucción del
hombre mismo, ya que genera en los individuos formas de vida que no solo se ven
reflejadas en patrones netamente sociales, sino que repercuten de manera letal, dentro de
la conciencia de los sujetos; el individuo pasa a reconocerse mecánicamente con aquello
que le es mostrado, anulándose una “dimensión interior” de la mente, dónde podía residir
el potencial crítico de la razón, o simplemente aquella cosmovisión netamente
emancipadora, el mismo discurso que toma la razón, pero con la intención de destruir y
dominar al hombre. Esta nueva forma además se hace ver mayormente pluralista,
cotidiana, con lo cual genera esta mantención de una única realidad, esto es netamente
positivista, y por tanto ve cualquier tipo de realidad de manera superficial.8
El ser humano se hace de todas estas nociones externas y las traspasa a su vida
cotidiana sin oponer resistencia, esto le genera no solo frustración, sino que hace que el
mismo hombre haga lícita esta forma instrumental de dominación, que como ya dijimos
11
Horkheimer, M y Adorno, T ; “La dialéctica de la ilustración”, Trota, Madrid, 1994 Capitulo la industria
cultural; Página 184
12
Marcuse, Herbert; “El hombre unidimensional”, Ariel, Barcelona, 1984, Página 40
13
Marcuse, Herbert; “Eros y Civilización”, Editorial Joaquín Mortiz, México, 1965. Página 26
anteriormente y como recalca Weber, es burocrática y además burguesa. Nosotros no
solo nos entregamos ciegamente a la razón instrumental, sino que la ciencia misma se
legitima en su propio circulo, en si misma, por qué no existe otra, es la única y a la cual
debemos seguir. Esta misma dilucida estos cánones de dominación tecnificados, así
como en el mito; “El chamán exorciza lo peligroso mediante su misma imagen. Su
instrumento es la igualdad. Esta regula el castigo y el mérito en la civilización”14
14
Horkheimer, M y Adorno, T ; “La dialéctica de la ilustración”, Trota, Madrid, 1994 Capitulo Concepto de
la ilustración; Página 71
15
Lo que se hace a continuación es presentar a grandes rasgos lo que sucede en la Odisea y en referencia al
ensayo, no es para nada una descripción del libro
16
Ibídem; Página 85
17
Marcuse, Herbert; “Eros y Civilización”, Editorial Joaquín Mortiz, México, 1965. Página 26
Lo planteado tanto por Horkheimer junto con Adorno complementado con lo de
Marcuse hace ver, es como la ilustración es la destrucción del hombre, no solo con su
sociedad y entorno, sino que también ante su misma conciencia, destrucción que lo inhibe
como ser pensante y en la búsqueda de su liberación. El sujeto pierde todo poder de
oposición ante la nueva concepción de racionalismo técnico, ciencia que aparece
absolutamente neutral (aunque no se reconozca a si misma como tal) porque es única e
inigualable. Esta dominación instrumental crea monstruos, no solo en el sentido también
abordado anteriormente en la vuelta a estadios anteriores, sino que la monstruosidad
mayor que instaura con su lógica según nuestro punto de vista, es que vuelve al hombre
un ser incapaz de indagar en su conciencia de razón real, sin imposición y sin
instrumentos, priva su capacidad crítica y encarcela cualquier opción de emancipación, no
solo dispersando cualquier oposición, sino que también mostrando cualquier alternativa
como una utopía burda. Ahí es donde recae la irracionalidad de la razón, la supuesta
razón, conlleva a que el hombre no conciba, no piense ni reflexione, que se vuelva un ser
totalmente conductivo, superficial y que no muestre hallazgo alguno de su propia razón,
que no es universal, que no es homogénea, que no es unidimensional, pero que sí debe
apuntar a una liberación consensuada, pero de la cual se hagan los mismos hombres a
través de sus mecanismos de transformación. La irracionalidad también se hace latente
en lo que Marcuse describe, en la privación de sus pulsaciones y principios de placer, “lo
placentero se vuelve doloroso” y lo que debiera provocarnos aquel placer, es eliminado
por el ambiente natural, así el placer es momentáneo y restringido, y si aquello es una
concebida forma de la ilustración que promueve la razón científica, técnica e instrumental;
“que viva el reino de los locos”. La privación de cualquier placer es totalmente
inconcebible, solo el humano tiene la capacidad de comprenderla y asociarla, esto es
parte de la nueva vida y de la dialéctica de la ilustración.
En esto se transformo aquella promesa, la cual era la liberación del humano, del
saber como liberación. Esta es la promesa que se transformo en pesadilla, es la promesa
que se tradujo en fracaso, una vez más y como seguramente lo seguirá siendo por la
intervención obstinada del hombre, por convertir en mito lo que precisamente pretendía
eliminarlo, por volverse dios, por llevar al hombre a ponerse de “rodillas”, no en su forma
física, que ya es cosa histórica, sino que de robarle su tesoro más preciado, aquello que
solo posee él, algo que es más recóndito que cualquier superficialidad expresada en el
cuerpo, en el arte, en la calle, en el cine o en la ropa, eso que nos hace personas y que
nos debe hacer conseguir nuestros objetivos de manera uniforme y a través de
mecanismos que invoquen a la transformación.
18
Horkheimer, M y Adorno, T ; “La dialéctica de la ilustración”, Trota, Madrid, 1994 Capitulo Concepto de
la ilustración; Página 94