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Esclavos de la Tierra
del maestro Hernán Salinas Cantú
por Jair García-Guerrero
Buenos días
Es un honor para mi el haber sido solicitado por el maestro Hernán Salinas para
hablarles un poco sobre mis reflexiones en torno a su mas reciente publicación, la
número 22, titulada Esclavos de la Tierra, que reúne en 240 páginas la filosofía del
ranchero de General Bravo Nuevo León, y su nostalgia de ser esclavo de su tierra
por amor.
A esta obra, nuestro corpus de estudio, que bien podría clasificarse dentro
del género de la novela histórica, o dentro del nuevo género del testimonio, con
algunos ensayos biográficos, la he dividido en dos partes claramente definidas por
el estilo en que han sido dispuestas por su autor, a saber: los primeros diez
capítulos, que hablan del viaje de Hernán y el tío José a su pueblo natal Bravo,
Nuevo León, como Esclavos de su Tierra, y la segunda parte, que comprende de
los capítulos once al veintidós, que incluye un ensayo sobre el arte de curar en el
pueblo de General Bravo, y nueve biografías de protagonistas ilustres de la
historia médica del estado de Nuevo León.
Como las distinciones que se ganó el Doctor Jesús María González Flores
por su trabajo, pues es reconocido como el pionero de la asepsia quirúrgica en
Monterrey, y de la cirugía cardiovascular en América Latina. Además, Salinas
cuenta detalles tan valiosos para la historia médica regiomontana, como el que
nuestro Hospital Universitario fue usado como dormitorio mismo del director
González Flores.
Con este tono permanece Hernán durante casi toda la segunda parte.
Pasando por la vida del Doctor Juan de Dios Treviño, hasta contarnos las
Semblanzas Médicas Bravenses, donde nos muestra la transferencia de los datos
históricos denotativos a la función poética ya mencionada, con un ritmo digerible
que hace fácil la lectura de principio a fin, “esclavizando” al lector.
En su epílogo, el autor reafirma de manera contundente su mensaje de
amorosa bondad alimenticia, pues fiel a su religión concluye que Dios, como
alimento, nos hace esclavos de su amor.
Que viva esta obra en las mentes y en los corazones de sus lectores por
siempre. Gracias.