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todava tena que quitarme de encima a ese nio rooso e inmaduro que
era yo y convertirlo en pap en el menor tiempo posible. Me cost
mucho aprender. En ese camino de tropezones y levantamientos muchas
veces renunci, abdiqu, decid abandonar porque pensaba que era
demasiado para un espritu joven.
Qu equivocado est uno cuando se es joven, hijo mo, cuando piensa
que tiene un mundo enfrente el cual puede alcanzar cuando en realidad
el mundo por descubrir est entre sus manos.
Ms que pensar en un mensaje de reproche o negativo, lo que quiero
decir en esta primera carta es que convertirme en padre no ha sido un
camino fcil y alegre, como convertirte en mi hijo no es un camino fcil y
alegre. Si bien es un camino difcil es la nica senda que conozco que le
ha dado a mi vida un propsito, me est enseando a pensar en otras
personas ms que en m mismo, en ver que la vida, si bien no siempre
es rosa, tiene momentos dulces y alegres. Hijo, si algo estoy
aprendiendo (en mi torpe y lenta manera de aprender las cosas) es a ser
padre gracias a ti, a lo que me enseas cada vez que estoy contigo, a la
paciencia que debo tener, sobre la tolerancia, sobre el compartir, sobre
el amor desinteresado e incondicional, sobre vivir sin miedo.
Mi madre, tu abuela, pensaba que los hijos estaban para servir a los
padres y que a ellos les deban obediencia y respeto, la verdad espero lo
mismo de ti; pero ms que pensar que me respetes o que me
obedezcas, prefiero que me quieras. S que no soy un padre perfecto, ni
siquiera un buen padre, he cometido tantos errores que han nublado mi
juicio y han puesto en peligro mi relacin contigo. Perdname, s que no
soy un buen padre ni intento serlo, solo soy una pedazo de carne que va
dndose cuenta que no tiene nada ms que a ti y que busca una palabra
de cario a travs del telfono.
Si hay algo que he aprendido en estos 6 aos de tu maravillosa
existencia, hijo mo, es a tener la certeza (y ya no tanto el miedo) de
saber que no estoy solo.