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Antenor Orrego al despetar el siglo XX describe a Trujillo

como una ciudad oscura, una aldea agraria pero de


universitarias presunciones, de vida sosegada y mansa
como los verdes caaverales de sus alrededores. Aun
conservaba su solera colonial, sus casonas seoriales con
grandes portones y balcones volados de madera tallada,
ventas de fierro forjado, amplios salones y zaguanes, asi
como la maravillosa arquitectura de sus templos, En sus
calles, anchas, unas empedradas y otras de tierra, pero
limpias. Su poblacin no excedia de 16 mil habitantes
Orrego vio a Trujillo como una encrucijada de caminos
histricos, una vida colectiva estancada en el pasado sin
poder marchar hacia delante. La ciudad de chan chan
exponente del tiempo pretrito, era un escenario fascinante
donde la fantasia juvenil percibia las voces de los antiguos
chimes modelaba sus sueos de renovacin y anticipaba
realidades de esperanzas que bullan indmitas de creacin
y de accin. Trujillo era dominada por la Aristocracia.

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