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A PROPOSITO DE LA SUBIDA DE IMPUESTOS

Muy difícil, o cuando menos bastante complicado, lo tienen los


barones del PSOE para explicarle a los ciudadanos la subida de
impuestos y no por que no sea posible sino porque no se ha
hecho desde las instituciones el esfuerzo pedagógico necesario
para que el ciudadano sea consciente de sus responsabilidades
para con sus semejantes y para consigo mismos. Habrá que hacer
uso de mucha imaginación, pedagogía, voluntad política y mejor
buena disposición de ánimo para acometer la tarea que tienen
enfrente.

El Presidente Zapatero prometió que serian las rentas altas las


que cargarían con el grueso de la carga impositiva. Pero si
tenemos en cuenta que la subida del tipo impositivo a las rentas
del capital suba del 18% al 21% a partir de los seis mil euros (E
6000) tenemos que concluir que serán las clases medias las que
soporten la carga de la subida fiscal, muy a pesar de la
insistencia, por parte de la administración, de que no se
gravarían las rentas del trabajo. No debemos olvidar que, la
supresión de los 400 euros en el impuesto sobre la renta de las
personas físicas, beneficiaba básicamente a las rentas del
trabajo. Nadie puede llamarse a engaño.

Ahora bien, personalmente no estoy en contra de la subida de


impuestos sino de la forma y manera como se ha llevado a
efecto. Tenemos la mala costumbre de afirmar, a la ligera, que
rebajar los impuestos es bueno y subirlos es malo sin dar
mayores explicaciones. Lo cierto es que los sistemas tributarios
de bajos impuestos no son más competitivos que los sistemas de
impuestos más altos. Permítaseme aclarar el concepto con un
ejemplo grafico, tomemos para nuestro ejemplo, y por
considerar que el ciudadano lo entenderá más fácilmente, una
comunidad de vecinos. En una comunidad de propietarios
donde las cuotas son bajas los lugares comunes no suelen ser
más atractivos ni mejor presentados que allí en las comunidades
donde las cuotas son mas atas. Igualmente tenemos que
suprimir del lenguaje colectivo la absurda creencia que el
gobierno se gasta o despilfarra el dinero recaudado por los
impuestos y comprender, y hacerle comprender a los ciudadanos
que el gobierno es el vehículo por intermedio del cual
organizamos, de alguna manera, el gasto publico
razonablemente.

La derecha política con un razonamiento errado tiene como


principio ser anti impuestos, creen que los impuestos sirven
para pagarle al gobierno y que no pagar impuestos es trabajar
para sí mismo, para el enriquecimiento personal. Olvidan, a
propósito, que los hijos van a la escuela pública, que tienen
servicios de salud y hospitalario, que poseen carreteras para los
desplazamientos, ancianatos y parvularios que de otra forma
tendrían que pagarlos con su propio peculio, etc, etc, etc. No
tienen en cuenta que en la medida en que bajen los impuestos
de la misma manera disminuyen los servicios que, mediante el
pago anticipado que hacemos con nuestros impuestos, nos
presta el estado.

Tenemos que admitir, en este estado de cosas, que son los


pobres los que menores posibilidades tienen cuando las
recaudaciones del estado son más bajas, ellos no tienen
posibilidad de elección, por ello los ciudadanos tenemos que
entender que vivimos en una comunidad en la que si las cuotas
son mayores tendremos obviamente mejores servicios.

Decía al principio de esta nota que no estaba de acuerdo con la


forma y manera como se había llevado a efecto la medida que
nos ocupa. Al respecto debo agregar que Jean Baptiste Colbert
afirmaba que el arte de la tributación consistía en desplumar al
ganso para obtener la mayor cantidad de plumas con el menor
número posible de graznidos. Y en nuestro caso ha habido
demasiado estruendo, mucho ruido y pocas nueces. La tarea que
tenemos por delante es la de explicar suficientemente, con
pedagogía, buena imaginación y con buenos ejemplos las
medidas impositivas tomadas por el gobierno.

Por último, para cerrar esta nota, citare a Paul krugman quien
afirma que,” Es hora de que el Presidente caiga en la cuenta de
que, a veces, el populismo, sobre todo el que cabrea a los
banqueros, es precisamente lo que la economía necesita”.

Carlos Herrera Rozo.

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