0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
77 vistas1 página
Siempre probamos el postre sin tener realmente hambre, olvidando que nuestras necesidades vitales de nutrientes están satisfechas pero es mas grande nuestros deseos por lo dulce que nos llevan a comer sin hambre sumándole calorías innecesarias.
Siempre probamos el postre sin tener realmente hambre, olvidando que nuestras necesidades vitales de nutrientes están satisfechas pero es mas grande nuestros deseos por lo dulce que nos llevan a comer sin hambre sumándole calorías innecesarias.
Siempre probamos el postre sin tener realmente hambre, olvidando que nuestras necesidades vitales de nutrientes están satisfechas pero es mas grande nuestros deseos por lo dulce que nos llevan a comer sin hambre sumándole calorías innecesarias.
Siempre hemos tenido presente el concepto de postres como
acompaamiento despus del almuerzo, cena o los queridsimos lonchecitos. Pues bien, esta palabra viene del francs dessert que a su vez deriva de desservir que significa limpiar la mesa. Entonces nos referimos al ltimo plato servido antes de levantar la mesa. Seguramente la mayor parte de nosotros cuando culminamos de comer algo salado, deseamos un pequeo dulce despus. Siempre dejamos el sabor dulce para el final de una comida y as, ya sea la fruta, un pastel, un dulce o un helado, cierran la comida de un almuerzo o cena dando origen al efecto postre, esto nos lleva a creer inconscientemente que si no comemos algo dulce la comida no ha concluido. Muchas veces comemos el postre sin tener realmente hambre, es decir, nuestras necesidades vitales de nutrientes estn satisfechas pero nuestros deseos por lo dulce nos llevan a comer sin hambre sumndole caloras innecesarias. Para controlarlo podemos esperar tras ingerir un plato salado al menos una hora, para consumir algo dulce. Adems tambin podramos prescindir del postre y comerlo en otro momento del da. De esta forma, el efecto postre no nos har sumar caloras al comer sin hambre.