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Los BECs (por las siglas en inglés de Bose-Einstein Condensates) se forman cuando los átomos
en un gas sufren la transición de comportarse como las "bolas de billar" de la física clásica, a
comportarse como una onda gigante de materia.
Aunque las reglas cuánticas parecen ir en contra de la intuición, son la base de la realidad
macroscópica que experimentamos día a día. Los condensados de Bose-Einstein son objetos
curiosos que unen la brecha entre ambos mundos. Obedecen las leyes de lo pequeño aun
cuando se acercan a lo grande.
En un BEC, los átomos son bosones (nombre en honor al físico indio Satyendra Nath Bose),
partículas elementales de la naturaleza que no cumplen el principio de exclusión de Pauli y
siguen la estadística de Bose-Einstein. Sólo las partículas bosónicas pueden tener este estado
de agregación. A la agrupación de bosones en ese nivel se le llama condensado de Bose-
Einstein.
El Condensado Bose-Einstein, puede ser descrito como el estado donde los átomos tienen la
menor carga posible de energía y el mayor orden, por el hecho de haber sido enfriados a
temperaturas extremas, hasta el punto que los átomos se aglutinan en una masa densa
(melaza óptica) que hace comportar a las
partículas como un solo átomo único, que forma una identidad de grupo y actúan sincrónica y
armónicamente con gran orden.
Recientemente, haciendo pasar rayos de luz láser por un Condensado Bose-Einstein, un grupo
de científicos de las Universidades de Cambrige, Harvard y Stanford, con los doctores Han y
Harris a la cabeza, consiguieron reducir la velocidad de la luz que en condiciones normales se
propaga a razón de
300 mil kilómetros por segundo a tan solo 61 kilómetros por hora (17 metros por segundo)
Los fotones de luz al atravesar esa masa atómica tan especial, no se congelaron, pero
quedaron casi inmóviles, La información que transportaba, quedó impresa en los átomos de
sodio y de rubidio que conforman el medio del Condensado Bose-Einstein, mantenido a casi
cero grado Kelvin.
Actualmente, con la luz, son necesarios haces muy intensos con gran cantidad de energías
para conseguir, por ejemplo, efectos ópticos en las telecomunicaciones. La luz retardada,
gracias al frío extremo, ofrecerá una nueva clase de óptica, donde un pequeño número de
fotones, conseguiría efecto similar al de haces luminosos muy potentes.
En la computación del futuro, es posible que los simples fotones de luz, reemplacen los pulsos
eléctricos de los electrones, los circuitos serán mucho menores, disiparán muy pequeñas
fracciones de calor, lo que permitirá revolucionar el tamaño, la agilidad y rapidez del
procesador.
Gracias a las nuevas tecnologías se harán máquinas que funcionen con fotones en lugar de los
ya citados electrones. Se harán nuevos tipos de láser, mucho más versátiles que los actuales,
mejorarán notablemente los equipos de visión nocturna, las líneas telefónicas que utilizan
fibras ópticas necesitarán muchas veces menos potencia que los actuales entre otros: las
imágenes de televisión serán favorecidas por los haces de luz retardados por los átomos de
elementos a muy baja temperatura en la Melazas Ópticas.