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CONDENSADO DE BOSE-EINSTEIN

(QUINTO ESTADO DE LA MATERIA)


En la década de 1920, Satyendra Nath
Bose y Albert Einstein publican
conjuntamente un artículo científico acerca
de los fotones de luz y sus propiedades.
Bose describe ciertas reglas para
determinar si dos fotones deberían
considerarse idénticos o diferentes. Esta se
llama la Estadística de Bose y Einstein
aplica estas reglas a los átomos
preguntándose cómo se comportarían los
átomos de un gas si se les aplicasen estas
reglas. Así descubre los efectos que vienen
del hecho de que a muy bajas
temperaturas la mayoría de los átomos
están al mismo estado cuántico, que sería
el menos energético posible.
Imagínese una taza de té caliente, las partículas que contiene circulan por toda la taza. Sin
embargo cuando se enfría y queda en reposo, las partículas tienden a ir en reposo hacia el
fondo. Análogamente, las partículas a temperatura ambiente se encuentran a muchos niveles
diferentes de energía. Sin embargo, a muy bajas temperaturas, una gran proporción de éstas
alcanza a la vez el nivel más bajo de energía, el estado fundamental.

Los BECs (por las siglas en inglés de Bose-Einstein Condensates) se forman cuando los átomos
en un gas sufren la transición de comportarse como las "bolas de billar" de la física clásica, a
comportarse como una onda gigante de materia.

Un BEC es un grupo de unos cuantos millones de átomos


que se unen para formar una sola onda de materia de
aproximadamente un milímetro de diámetro. En 1995,
con apoyo parcial de la NASA, Wolfang Ketterle creó
BECs en su laboratorio, enfriando un gas hecho de
átomos de sodio hasta una temperatura de unas cuantas
milmillonésimas de grado arriba del cero absoluto ¡mil
millones de veces más frío que el espacio interestelar! A
tan bajas temperaturas los átomos se comportan más
como ondas que como partículas. Unidos por rayos láser
y trampas magnéticas, los átomos se superponen y
forman una sola onda gigante de materia.

No todos los átomos pueden formar condensados de


Bose-Einstein "solamente aquellos que contienen un
número par de neutrones más protones más electrones".
Ketterle formó sus BECs a partir de átomos de sodio. Si
sumamos el número de neutrones, protones y electrones
en un átomo ordinario de sodio, la respuesta es 34, un número par adecuado para la
condensación de Bose-Einstein. Los átomos o isótopos de átomos con sumas impares no
pueden formar BECs. Extraño, pero cierto.

Trabajando independientemente en 1995, Eric Cornell


(Instituto Nacional de Estándares) y Carl Weiman
(Universidad de Colorado) crearon también algunos BECs;
los de ellos estaban compuestos por átomos de rubidio
superenfriado. Cornell y Weiman compartieron el Premio
Nobel de Física 2001 con Ketterle "por lograr la
condensación de Bose-Einstein en gases diluidos de átomos
alcalinos, y por los primeros estudios fundamentales de las
propiedades de los condensados."
Los condensados de Bose-Einstein no son como los sólidos, los líquidos y los gases sobre los
que aprendimos en la escuela. En verdad, no hay palabras exactas para describirlos porque
vienen de otro mundo: El mundo de la mecánica cuántica. En este mundo, la materia puede
estar en dos lugares al mismo tiempo; los objetos se comportan a la vez como partículas y
como ondas (una extraña dualidad descrita por la ecuación de onda de Schrödinger) y nada es
seguro: el mundo cuántico funciona a base de probabilidades.

Aunque las reglas cuánticas parecen ir en contra de la intuición, son la base de la realidad
macroscópica que experimentamos día a día. Los condensados de Bose-Einstein son objetos
curiosos que unen la brecha entre ambos mundos. Obedecen las leyes de lo pequeño aun
cuando se acercan a lo grande.

En un BEC, los átomos son bosones (nombre en honor al físico indio Satyendra Nath Bose),
partículas elementales de la naturaleza que no cumplen el principio de exclusión de Pauli y
siguen la estadística de Bose-Einstein. Sólo las partículas bosónicas pueden tener este estado
de agregación. A la agrupación de bosones en ese nivel se le llama condensado de Bose-
Einstein.

El Condensado Bose-Einstein, puede ser descrito como el estado donde los átomos tienen la
menor carga posible de energía y el mayor orden, por el hecho de haber sido enfriados a
temperaturas extremas, hasta el punto que los átomos se aglutinan en una masa densa
(melaza óptica) que hace comportar a las
partículas como un solo átomo único, que forma una identidad de grupo y actúan sincrónica y
armónicamente con gran orden.

Recientemente, haciendo pasar rayos de luz láser por un Condensado Bose-Einstein, un grupo
de científicos de las Universidades de Cambrige, Harvard y Stanford, con los doctores Han y
Harris a la cabeza, consiguieron reducir la velocidad de la luz que en condiciones normales se
propaga a razón de
300 mil kilómetros por segundo a tan solo 61 kilómetros por hora (17 metros por segundo)
Los fotones de luz al atravesar esa masa atómica tan especial, no se congelaron, pero
quedaron casi inmóviles, La información que transportaba, quedó impresa en los átomos de
sodio y de rubidio que conforman el medio del Condensado Bose-Einstein, mantenido a casi
cero grado Kelvin.

La luz almacenada fue reconstruida en gran proporción y el pulso regenerado trasmitió la


información, según informan los investigadores de las bajas temperaturas.

Actualmente, con la luz, son necesarios haces muy intensos con gran cantidad de energías
para conseguir, por ejemplo, efectos ópticos en las telecomunicaciones. La luz retardada,
gracias al frío extremo, ofrecerá una nueva clase de óptica, donde un pequeño número de
fotones, conseguiría efecto similar al de haces luminosos muy potentes.

En la computación del futuro, es posible que los simples fotones de luz, reemplacen los pulsos
eléctricos de los electrones, los circuitos serán mucho menores, disiparán muy pequeñas
fracciones de calor, lo que permitirá revolucionar el tamaño, la agilidad y rapidez del
procesador.

Gracias a las nuevas tecnologías se harán máquinas que funcionen con fotones en lugar de los
ya citados electrones. Se harán nuevos tipos de láser, mucho más versátiles que los actuales,
mejorarán notablemente los equipos de visión nocturna, las líneas telefónicas que utilizan
fibras ópticas necesitarán muchas veces menos potencia que los actuales entre otros: las
imágenes de televisión serán favorecidas por los haces de luz retardados por los átomos de
elementos a muy baja temperatura en la Melazas Ópticas.

Habrá mayor sensibilidad y resolución en la filmación de lugares poco iluminados.


Muchos acontecimientos cósmicos y del tiempo cero del Bing Bang, que se siguen
manifestando, podrán ser estudiados con mayor precisión y certeza. En una o dos décadas el
mundo de la tecnología cambiará y sus logros, beneficiará a no dudar a la humanidad.

VIDEO: CONDENSADO BOSE EINSTEIN

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