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Directora de la colecci6n: Esther Cohen | i YO TAMBIEN SOY (Fragmentos sobre el otro) Mijail Bajtin Selecci6n, tractucciéa, comentarios, prologo de Tatiana Bubnova taurus ‘Ws ‘Thulos originales: DR, ® Bvetica de la crear ion verballen raso), Mosc, Iskusstvo, 1979. “Problema del reposo Fandarencac", en: Bajlin coma flévofolen 150, Mosed, L.A. Gogotishvliy PS. Gurevich, 1992 Obras Completas en rasa), vol. 5, Moses, Lablelot, 1996 Problemas de Wweravura 9 estéica len TuS0l, Mosca, Judozhestevennata tessa, 1975. Problemas de fa obra le Dostoietstt en nuso}, Lesingrado, Peo, 1929. El marsismo y a filsafia dol lenguaje [en riso), Leningrado, Pribor, 1928. i gehts “México, 03100, DI. Teléfono 5688 6965 ‘yw alfaguarn.com. mx + Disuibuidora y Editora Aguilar, Altea, Taunus, Alfaguara, S.A, Calle 89 Num. 1023, Santa de Bogotd, Colombia. © SntillanaS.& “Torcelaguna 60-28049, Madd, Espana + Senuilana S.A ‘Av, San Felipe 731 Lima, Pers, # Eéitodal Sancliana S.A. ‘Ay, Rimulo Gallegos, Ef Zula ter. piso Bolelta Nt. 1073, Caracas, Venezuela + Edirosial Santillara Ine. P,Q. Box 19-5462 Hato Rey, 00919, San Juan, Pueno Rico. ‘+ santilana Publishing Compariy Inc. 12083 N. W. 87 th Avenwe, 33172, Miami, FL, EU. A. ‘+ Ediciones Sansitanas. HOW Consttucién 1889, 11800, Montevideo, Uruguay. 1+ Aguilar, Akea, Tauns, lfyguara, S.A. [Beazley 3860, 1437, Buenos Alres, Argentina ‘+ Aguilar Chilena de Ediciones Lida ‘Dr. Anibal Avaia L444, Providencia, Santiago de Chile ‘+ Sanillana de Costs Rie, 8. A. Ta Unica, 109 mts, Oeste de Migracion y Extrenjeria, San José, Costa Rica Primera edicin en Taurus: absil de 2000 ISBN; 968.19.0721-3 DAR. © Ilustracién de porads: Gon Staerdiaboe, dsero de escenografia, pntura de Kuzma Petrov-Vodkin, 1927 DR © Disefio de cublera Fernando Rutz Zaragoza, 2000, Impreso en Mexico “Todos ies derechasreservadas Fa pablicacin no ped ser reprocluid,niten code (60 pare, ni regsizda en © tansmiida por un sistema de ‘ecuperacion de Snforeacion, en ninguna fom ni por ningin medio, sen mecinke, foqultco, dectenic, mignéicn, lesreopsco,porfoancopine caer, sinelpemisaprevo, reset de ear INDICE 11 139 M47 a1 Prélogo Autor y héroe en ia actividad estética Bajtin como filésofo La cultura, Nosotros y los otros Bibliografia selecta de Mijail Bajtin Der Andere ist der erste Mensch, nicht ich..." ‘Hussert, 7 Bl primer hombre es el otro, n0 yo. PROLOGO El filésofo ruso Mijail M. Bajtin (Oriol, 1895- Moscti,1975) no escribié ningtin libro especifico sobre el otro: las ideas que se refieren a la relacion entre el yoy el oro, entre la conciencia propia y la de los demas, entre la palabra propia y la ajena, entre la cultura nacional y las extranjeras, aparecen de hecho en todos sus libros, desarrolladas en dife- rentes niveles conceptuales y exploradas desde di- versas Opticas. Si las contribuciones mas importantes de Bajtin al pensamiento contemporaneo podrian ser resumidas, segdn explican algunos estudiosos, en teoria del sujeto, teoria del lenguaje y teoria de la novela, la primera deberia privilegiatse dentro de Ii setie, porque remite a su fundacional filosofia del acto ético en calidad de una “filosofia prime- ta”, de acuerdo con el proyecto inicial, En cual- quier ambito especifico de la actividad del hombre, lo que define al ser humano en cuanto tal es la relacién con el otro en el acto creador. De esta manera, la alteridad se encuentra en el centro del pensamiento dialgico bajtiniano. Los pasajes especificos referentes a Ia alteridad se han conservado, en su mayoria, en for- ma de fragmentos diversos, de cuadernos y apun- tes de trabajo. Estos fragmentos corresponden al proyecto de una filosofia moral, nunca llevado a su 113+ ‘érmino, y constituyen su contribucién quiza mas interesante, si bien incompleta, que fue restituida para los lectores mediante la labor paleogréfica de Jos editores de los archivos del filésofo.* Este es el caso de los textos publicados con los titulos Hacia una filosofia del acto éticoy Au- tor y héroe en la actividad estética, y en toda una serie de fragmentos menores. La supervivencia fragmentarizada de la filosofia moral bajtiniana se ha reflejado también en el caricter del presente libro, en el que mediante una seleccién se trata de condensar las principales ideas del filésofo sobre el otro, que lo hacen afin a toda una serie de pensadores contemporineos, de algunos de los cuales se ocupa la presente colecci6n de la Edito- tial Taurus: La Huella del Otro. Como he sefialado, el problema de la alte- tidad ocupa un lugar absolutamente central y fun- dacional en el pensamiento de Bajtin. Sus libros como Problemas de la poética de Dostoieusk, La "En relaciGn con este forzado fragmentarismo, hay que tomar en cuenta dos aspectos mutuamente complementarios, Conocemos a Bajtin fragmentariamente, lo cual significa, para él caso, casi un conocimiento falso: los fragmentos no repre- sentan el estilo de pensamiento bajtiniano, sino el estado de transmision de sus textos. Por otra parte, ha sido muchas ve- ces notado que es necesario entender fos libros de Bajtin como ‘un solo libro, cuyas partes y “cuyos fragmentos aparecen uni- dos (y separados) mediante una logica decididamente esencial de transiciones, transfiguraciones, rupnuras, reformulaciones’, segtin V. 5. Bibler. Sin embargo, la paradoja consiste en que la totalidad como tal es imrecuperable, y lo mas que podemos hacer es preguntamos qué es lo que este fragmentarismo sig: nifica pata nosotros. 14s cultura popular en la Edad Media y el Renacimien- toy Teoria y estética de la novela nos bablan so- bre el didlogo, la polifonia, el carnaval. Otros, los llamados “deuterocanénicos”, por ser su autoria una cuesti6n de disputa historica (EI marxismo y la filosofia del lengitaje, El método formal en los estudios literarios, El freudismo), se ocupan de la filosofia del lenguaje y teoria literaria desde la cri- tica de la lingiiistica saussureana y el formalismo. Pero la 6ptica del of7o y los conceptos de Ia filosofia del acto son el trasfondo de absolutamente todos los textos bajtinianos, sin los cuales ni uno solo de sus conceptos, por mas atractivo y comprensible que pa- rezca, puede ser comprendido adecuadamente. Asi, pues, si existe un conjunto de ideas que pueda llamarse el “pensamiento bajtiniano”, tiene necesariamente por antecedente y trasfondo su fi losofia del acto ético, cuyos conceptos primatios parten de las relaciones que el yo establece con el otro, En primera instancia, este ofroes simplemen- te alguien que no soy a, otro inmediato y cotidia- En los iltimos aftos se ha destacado la importancia de Bajtin como filésofo y no s6lo como critice literario. A pesar de que no fuera su estilo floséfico el de crear estructuras for- roales rigidas, las orlentaciones te6ricas de sus trabajos son precisas e intrinsecamente rigurosas. Dentro de la critica de la raz6n sistemdtica que realiza en Hacia una filosofia del acto ético, su ideal era la filosofia sistematica, y no los ejercicios semniliterariosal estilo de Nietzsche y Schopenhauer. Su orien- taci6n inicial se dirigia hacia los métodos de la reduceiéin fenomenoldgica, y hacia la “primera filosoffa” griega en cuan- to el conocimiento de una realidad “verdadera”, Encuentra esta primera filosofia en una ética arquitectonica, cuyo mode- lo tratamos de resumir aqui. +15. no: no remite a la otredad absoluta, siniestra, inexo- table de otros pensadores.’ Las divisiones socia- les, raciales, sexuales, en las que se suele basar para definir al otro son necesariamente limitantes. En Bajtin, el otro es la primera realidad dada con la que Nos encontramos en el mundo, cuyo centro, naturalmente, es el yo, y todos los demas son otros Para mi. Percibimos este mundo mediante una Optica triple generada por misactos Vevados a cabo en presencia del otro: yo-para-mi, yo-para-otro, otro-para-mi, Este sistema de relaciones es para Bajtin la base de la arquitecténica de] mundo real, descrita asi en tecuerdo de la arquitecténica kan. tana, pero con un cambio radicalmente subversi- vo de los acentos. Si para Kant ta arquitect6nica es el “arte de Jos sistemas” y “la teoria de lo que hay de cientifico en nuestro conocimiento en general”, el fildsofo ruso sitda la suya en la interaccion coti. diana del sujeto cualquiera con los otros hombres, privados y particulares, excluyendo 0 posponiendo hasta el limite cualquier generalizaci6n. La teoria del acto* se basard, pues, en el acontecer concreto de la existencia particular def ser humano, acontecer que da inicio a todos Ios valores e ideologjas. No obstante, desde el principio tanto el yo como el otro se piensan también en la dimensién ontoldgica, “Bajtin pretende comprender el acto a partir del acto mis- ‘mo, El desarrollo de esta concepcién puede ser descrito como una realizaci6n consecuente de a reduccién fenomenol6gica, Tas etapas principales de Ia reduccién fenomenolégica, como. se sabe, son la reduccion eidética y la redueci6n trascenden. tal, En cuanto a la primera, se somere a una investigacion un contenido objetivo, un “flujo de lo vivido"; en la segunda eta- pa, el contenido de la experiencia reflexiva del “ego trascen- +166 El otro es la primera condici6n de la emer- gencia del sujeto que se dice “yo”. El postulado Ontolégico no seria entonces “yo soy" 0, ponga- mos por caso, “pienso, luego soy” —zpor qué, dice Bajtin, slo por haber advertido que pienso, debo considerar que pienso 1a verdad?—, sino un “yo también soy", mediante el cual se otorga la primo- genitura al otro. El mundo es, pues, el territorio en el cual se desarrolla nuestra actividad, concebida siempre en una estrecha interacci6n con el otro. Asi, cada quehacer nuestro tendré el cardcter de un encuen- tro con el otro basado en una responsabilidad es- pecifica que la relacién con el otro genera: debido a mi posici6n tnica e irepetible en el espacio y el tiempo, yo soy la Ginica persona capaz de realizar mis actos concretos,’ que repercuten de una ma- nera concluyente en el otro, pero, antes que nada, que estin hechos “para el otro”, buscando su mi- rada y su sancion. Lo que sucede entre nosotros ental”. El punto de panida de la reducci6n eidética es, en nues- t10.caso, la oposicién vida/cultura, ovida/cognici6n. En la praxis, se trata de dos mundos incomunicados, impenetrables el uno para el oir0, puesto que no poseen una media combn. Segin Bajtin, todos los intentos por superar ef dualismo de la cogni- cid y de la vida fracasan, porque la cognici6n puede conce- birse a si misma como esfera aut6noma, pero en cambio la teoria del conocimiento no puede convertirse en una filosofia del acto capaz de abarcar tanto el mundo de la cultura como el mundo de la vida. Es entonces cuando Bajtin hace un “parén- tesis” del mundo de la cultura y del conocimiento, y convierte en el objeto de su estudio al acto en cuanto una realizacién vital, * Es sorprendente [a coincidencia de algunas formu- faciones de Bajtin con las de Levinas. <7 €s, entonces, un “acontecimiento del ser”, un su- ceso dindmico abierto, que tiene cardcter de inte- rrogacion y respuesta a la vez, y una proyeccion ontolégica: el “acontecimiento del ser” es, en ruso, Sobytie bytia, un ‘ser juntos en el ser’. Cualquier acto nuestro, cuando no es fortuito, sino que obe- dece a Ia tensién permanente del deber ser que proviene de la presencia de! otro, es un acto en- tendido especificamente como “acto ético”, un Postupok, un proceder que contrae responsabili- dades y consecuencias: “en el ser no hay coarta- da”, dice Bajtin. Ser en el mundo compromete, al involucrarnos en un sistema de relaciones con los otros en el cual nada se pierde, sino que tiene un efecto irrevocable, inmediato 0 de largo plazo. El acto es una respuesta a algiin acto anterior que, en cuanto tal, tiene sentido, y al provocar una respues- ta en el otro genera otro sentido nuevo: e! acto éti- co, segtin Bajtin, prefigura su filosofia dialégica, en la cual se afiade a los pardmetros descriptivos del acto otro ingrediente decisivo: la palabra, El mundo de las relaciones entre el yo y el otro es generador de los valores inherentes a su interaccion: principio interpersonal de una futura noci6n de ideologia, que posteriormente el fil6so- fo plantearia llevando la problemitica de la otredad hasta la dimensi6n social. En el inicio de esta axiologia estan las nociones de lo propio y lo aje- ‘no, que no son sino transcripciones atributivas del yoy el otro. La presencia de la responsabilidad (concre- ta, porque sdlo en una situaciOn particular puede surgir, y a la vez ontoldgica, porque me es dada, como me es dado el otro, y es inherente al acto) +18 atrae el surgimiento de otro concepto, que Bajtin toma de la literatura: el autor. El acto responsable es como un documento firmado, por lo tanto tiene un autor. Como todos los actos se homologan bajo el principio ético —actos-pensamiento, actos-sen- timiento, actos-acciones pragmaticas, actos estéti- cos, actos-palabra—, todos ellos se caracterizan por tener un autor, . Por lo dems, a pesar de la permanente in- terpelacién que permea nuestra actuacién én el mundo, la influencia del otro sobre mi es, en un principio, favorable y benigna: el otro me otorga la primera definicion de mi, de mi cuerpo, de mi valor y lo hace en los términos amorosos y plenos de una tensién emocional positiva irradiada por la persona que nos recibe por primera vez en el mun- do. Ademés, la posicién del otro es decididamente ventajosa si la comparo con la mia: €l otro posee un excedente de vision sobre mi persona y el mun- do, al percibir todo aquello que yo no puedo ver desde mi posicion tnica. El amor estético, que per- mite dar al otro una conclusién especificamente estética, es parte imprescindible de la relaci6n con elotro. Lo que caracteriza sobre todo al acto es que es tinico irrepetible, y al mismo tiempo repre- senta una unidad compleja, un todo unitario: en cuanto acontecimiento del ser es irrepetible y Gni- co, en cuanto vivencia integra incluye momentos diversos que por lo general se analizan aparte, como productos de un 4rea determinada de activi- dad humana: cultural o cientifica, social 0 cotidia- na. Los aspectos axiolégicos, emocionales y volitivos del acto suelen ser analizados por sepa- +19" rado de sus objetivos cientificos, pragmaticos, o de sus implicaciones morales. EJ fildsofo ruso planted asi la necesidad de crear una filosofia participativa, que atendiera los elementos mencionados del acto, no de acuerdo con una metodologia de especifica- cién y exclusion, sino desde su valor en cuanto totalidad. Al pasar af terreno especializado del acto estético (del que se ocupa el texto mds extenso incluido en esta antologia: “Autor y héroe en la actividad estética”), es la literatura la que estar en el centro de la reflexion de Bajtin, a pesar de que algunas herramientas teéricas de las que se vale en. su andlisis procedan de Ja teorfa de las artes plasti- cas, Pero también se sirve de las nociones que a J. Kristeva, la primera promotora del pensamiento de Bajtin en Occidente, le parecieron, alla por 1969, como manifestaciones involuntarias de “un langage Sumantste, voir sourdement cbrétien": cuerpo, alma, espiritu (una parte del proyecto filosofico primitivo de Bajtin incluia la descripcién de ta con- dueta del yo en el terreno de Ia religién, y en uno de los fragmentos el lector de este libro encontrara una breve antropologia filosofica cristiana). El cuer- poes la clave de la percepcién espacial del ‘héroe’ en cuanto otro. El alma, su mundo intrinseco, tie- ne por tinica manifestaci6n material la linealidad y la secuencia temporal del discurso interno: “el alma, como un todo intrinseco, dado y evistente que se genera en el tiempo, se construye en categorias est€ticas; se trata del espiritu tal y como aparece extrinsecamente en el ico”, El espfritu del otro se manifiesta en el didlogo ontolégico con el ser, y su aparicion en este contexto de la descripcion del +208 héroe literario pone de manifiesto dos aspectos: la condicion de sujeto en cuanto un yo auténomo que muestra el héroe, y su capacidad de generar las pre- guntas y respuestas en el “gran tiempo”, mas alla de ta cotidianidad de ta cocina literaria, fijada irre- mediablemente al tiempo y espacio de la produc- cién de una obra. En este momento da muestras de su existencia un nuevo elemento inherente al acto: el “tercero” en el didlogo, fuente de los valo- res que estan por encima de cualquier situacién enunciativa concreta y ubican el acto en la pers- pectiva infinita del “gran tiempo”, o también a la luz del consenso de fos otros que esté muy por encima de mi situacion cotidiana. El ‘autor’, que empieza formando la otredad del héroe mediante los recursos de la representacion espacio-tempo- ral, termina por convertirse en el otro de su ‘hé- roe’, ZY quién és, entonces, el héroe? Cuando la conciencia despierta al mundo de los hombres, lo encuentra ya “trabajado” pre- viamente por los conceptos y valores del lenguaje y la sociedad, Todo viene marcado como valor derivado de las relaciones de alteridad: bueno- malo, mio-ajeno, nuestro-de otros. la naturaleza ya no es “natural”, sino éticamente valorada, esté- ticamente marcada, y delimitada en sus componen- tes por Ja “ciencia’, La sociedad no es un conjunto aleatorio de “otros”, sino que aparece también éti- ca, estética y hasta cognoscitivamente marcada: la familia, por ejemplo, es “célula de la sociedad”, o “pilar” de los valores cristianos; la sociedad puede aparecer como “mundo” hosti! a un individuo ro- méntico, como “burguesa’, con obvia valoracion intrinseca, 0 como miembro de un conjunto “glo- -21° bal” de sociedades, asimismo valorado. Hay una “realidad” total que abarca todos estos aspectos, pero al tratarla tomamos elementos para su mane- jo y andllisis de sus partes ya marcadas. Asi, el “hé- Toe” es una Categoria literaria para la fraccion de la realidad que puede ser abordada por el arte de di- Versas maneras, y es metéfora cuando, en pareja con el “autor”, resulta capaz de describir las reali- dades extra-estéticas, Cuando surge el héroe como un “yo”, entonces el autor se erige en otro para dar a su héroe un acabado estético, imposible de los grar con el yo especular empirico, porque yo no existo para mien términos estéticos. Como siguiente paso las categorias estéti- co-literarias estarin de regreso en el ambito filos6- fico, integradas al contexto general del acto ético. Pero una vez determinado el terreno esencial de comunicaci6n entre el yo y el ofro en téminos del lenguaje —-mas exactamente, discurso—, emer- ge otra caractetistica esencial del pensamiento ba- jtiniano: la de concebir todo en relacién con y ala medida de la comunicaci6n verbal. Sila lengua no lo es todo en Ia vida de los hombres, de cualquier manera, esta en todo, dice Bajtin. Asi, todos tos actos son conmesurables con la enunciacién y con Jos valores sociales y personales, estilisticos o mo- rales en ella implicitos. Es mas, el propio objeto de las ciencias humanas se definini como el “ser ex- Presivo y hablante”. Pero este ser no se manifiesta mas que en el didlogo, y Ia filosoffa bajtiniana del acto desemboca directamente en el planteamiento del métodlo dialégico como un estilo de pensamien- to. El dialogismo result capaz de ofrecer la posi der todos los demas puntos de vista existentes como un evento unitario: no una abstraccién del “ser”, sino su mero acontecer, su devenir conjunto con ef otro. Ia filosofia del acto conduce a una posicion interdisciplinaria en el anilisis de los fenomenos discursivos de toda indole. Bajtin, desde la unidad. del acto ético, sugiere la posibilidad de un didlogo entre ciencias particulares, ciencias y humanida- des; entre cognicién, por una parte, y ética y esté- tica por otra. Su filosofia no insiste én los matices de conmiseracién para con el otro entendido, por ejemplo, como pobre, huérfano, extranjero (Levinas). Su otro es plenipotenciario y casi omni- potente respecto del yo, especialmente el que nos instituye y sanciona en su calidad de “tercero”. La alteridad bajtiniana es una categoria universal que sostiene el edificio del yo en su relacién consigo mismo y con el mundo como la nica relacién posi- ble. F] analisis de sus miltiples implicaciones, no s6lo en el Ambito de las disciplinas filos6ficas, sino en el escrutinio de los destinos en fos vinculos interculturales transhist6ricos, busca entender el error de “toda la cultura filosdfica de nuestro tiempo”, en la que la “triste herencia del racionalismo” conduce a que “la verdad solo pueda ser reconocida coma tal si estd constituida por los momentos generales”. Bsta orientacién filoséfica y cosmovisional de la cultura contempordnea implica un desprecio primordial por el papel estructurante y positivo de la otredad, que es la condici6n de posibilidad def yo, de nosotros, de todos nosotros como nuestro mundo, Por eso Bajtin ve en la “triste herencia del racionalismo’ un error, y propone justamente +236 una vision beterocientifica de aquello que siem- pre se ha visto como dominio del yo soberano y autotélico. En el contexto bajtiniano la verdad no cabe en una sola conciencia, sino que se genera en el encuentro dialdgico de varias conciencias, Bajtin y Levinas han mostrado al otro, la otredad, dentro del yo, de tal modo que esta presencia, como lo ha destacado A, Ponzio, no conduce a la desapa- ticion, disolucién o supresion del yo, por el con- trario, gracias a la presencia de la otredad el yo emerge dentro de una actitud tensa e incluso con- flictiva con su propia otredad, si posible conclu- sin por el otro, ____ El otrode Bajtin edifica y hace posible el yo, mientras que la actitud implicita de que “el infiemo ‘son los otros” (Sartre) conduce potencialmente a esta supresiOn del ofro. No lejos de esta Gltima, se en- cuentra el reclamo feminista de la otredad absoluta de las mujeres respecto del resto de Ia humani- dad.° Como un paso metodolégico necesario, se impone la necesidad de revisar las otredades posi- bles desde la arquitect6nica bajtiniana, El pensamiento bajtiniano ha influido en la articulacion de la nocién de identidad que se discu- teen ja antropologia contempordnea. A ratz de los movimientos étnicos de los tiltimos cuarenta afios en esta parte del mundo, el indigena, objeto tradi- Cional de los estudios antropolégicos, el otro per manente construido ante todo para definir el Jo-para-mi frente al otro-que-no-soy, hoy no solo “Cf. el inteligente planteamiento de este problema en Wayne Booth. +24 se ha convertido en un yo que observa al investiga- dor desde la perspectiva del otro-para-mi, Ha sur- gido una nueva conciencia de la identidad, en ‘oposicién a Ja identidad nacional edificada por los Estados nacionales, y la antropologia filos6fica bajtiniana est4 contribuyendo a integrar el proble- ma de la identidad indigena en los movimientos sociales, a presente antologia tiene un caracter for- zosamente limitado; este prologo incluye un resu- men sobre el otro a partir de un texto no incluido aqui: Hacia una filosofia del acto ético. El texto principal sobre la estética y la ética fincada en la Optica de la alteridad es Autor y héroe, cuyos frag- mentos se han presentado aqui con la mayor s¢- cuencia posible. Inmediatamente después aparece un texto atin desconocido en espanol: la trans- cripcién que hizo L. Pumpianski, uno de los miem- bros del circulo de Bajtin, de las conferencias de éste a principios de los afios 20. Aborda el pro- blema de la transmisi6n de la palabra ajena, tema central de la filosofia del lenguaje del Bajtin. En este fragmento se explica la idea del “reposo fun- damentado”, desde la 6ptica de la ética religiosa, problema planteado en las paginas finales de Au- lor béroe. También es un “fragmento de fragmento” desconocido el texto “Hacia los fundamentos filo- sficos de las ciencias humanas”. Estos y los demas fragmentos representan el sesgo epistemol6gico, culturolégico, lingiistico de la problemaitica del otro. ‘Todas las traducciones son mfas, y en el caso de las obras traducidas antes por mi, siempre se ofrece una nueva version; especialmente Autor y +256 béroe fue sometido a una minuciosa revisi6n, aun- que el texto que aparece aqui no es sino unos pa- sajes acotados, Me permiti poner énfasis (con negritas) en ciertos pasajes mAs significativos de os textos publicados aqui, lo mismo que introdu- cir algunos epigrafes como comentarios, para faci- litar la lectura de los textos, a veces marcadamente especulativos. ‘Tamlana BusNova BIBLIOGRAFIA BOOTH, Wayne, “Freedom of Interpretation; Bakhtin and the Challenge of the Feminist Criticism”, en: Critical Inquiry, 9:1982, 245-297. BUBNOVA, Tatiana, “Bajtin en la encrucijada dial6gica”, en Iris Zavala (comp.), Bajtin y sus apécrifos, Barcelona, Anthropos, 1996. BUBNOVA, Tatiana, y M.-Pierrette Malcuzynski, “Didlogo de apacible entretenimiento para bajtindlogos, o la invenci6n de Bajtin’, en: Sociocriticism, 12, 1997, MAKHLIN, Vitali L., EI yo y ef otro. Hacia una bistoria del principio dialogico en la filosofia del s. xxlen tusol, Moscu, Labirint, 1997. PONZIO, Augusto, La revolucién bajtiniana, Madrid, Catedra, 1998. ZAVALA, Itis, Pasmodernidad y Mijail Bajtin, Madrid, Espasa- Calpe, 1991. #26 AUTOR Y HEROE EN LA ACTIVIDAD ESTETICA* 7 En: Bifética de la creacién verbal len rusol, Mosct,, Iskutsstvo, 1979, La actitud del autor hacia el héroe La actitud arquitectonicamente estable y dindmicamente viva del autor hacia el héroe ha de ser comprendida tanto en sus principios basicos como en las diversas manifestaciones individuales queadopta en cada autor y obra particular, Nuestra tarea se refiere tan s6lo al andlisis de estos princi- pios basicos, y después seftalaremos s6lo breve- mente las vias y los tipos de su individuaci6n, para finalmente verificar nuestras conclusiones median- te el andlisis de la actitud del autor hacia el héroe en. la obra de Dostoievski, Pushkin y otros. Ya hemos hablado bastante acerca de que cada momento de una obra se nos presenta en for- ma de la reaccién del autor, que abarca tanto ef ‘objeto mismo como la reacciGn del héroe al objeto (reaccién a la reaccién), en este sentido, el autor da la entonaci6n a cada uno de los detalles de su héroe, de cada uno de sus rasgos, de cada suceso de su vida, de cada uno de susactos, de sus pensa- mientos, sentimientos, lo mismo que en la vida real reaccionamos axiolégicamente a cualquier mani- festacién de la gente que nos rodea; no obstante, estas reacciones son esporddicas en la vida, y son justamente reacciones a ciertas manifestaciones, pero no a la persona como un todo. Inclusive al +29 dar nosotros una definicién acabada del hombre como un todo, al definirlo como bueno, malo, bon- dadoso o egoista, estas definiciones expresan la posicion pragmitica y vitalista que tomamos res- pecto de la persona, y no tanto lo definen como nos oftecen un cierto pronéstico de lo que puede esperarse o no de ella, o bien, finalmente, se trata de impresiones casuales acerca de un todo o una mala generalizacion empirica; en la vida real no nos interesa la persona como un todo, sino sus ac- tos aislados que nos atafien en la vida y que de alguna manera nos importan. Como lo veremos mas adelante, somos los menos indicados para apreciar nuestra propia personalidad como un todo. En cambio, en una obra de arte, en Ja base de la reacci6n autoral a manifestaciones aisladas del héroe, se encuentra una reacci6n global liedt- naia) al héroe como un todo, y todas sus manifes- taciones aisladas tienen importancia para la caracterizacion del todo en cuanto sus partes. En- tonces, esta reaccién al todo del héroe como ser humano, reaccién que retine todas las definicio- nes y valoraciones cognitivas y éticas, y que les da conclusion como a un todo unido y singular [fedi- noe t iedinstvennoe tseloel, no slo concretamente visual, sino también pleno de sentido, es la especi- ficamente estética. Esta reacci6n total al héroe tie- ne un cardcter por principio productivo y constructivo. En general, toda actitud basada en un principio tiene un cardcter creativo y producti- vo. Todo aquello que en la vida, en la conciencia y en el acto consideramos como un objeto determi- nado cobra su determinaci6n, su imagen [4A solo en la actitud que le manifestamos: es nuestra acti- tud la que determina el objeto con su estructura, pero no al revés; s6lo cuando nuestra actitud se vuelve caprichosa y fortuita, cuando nos aparta- mos de ella de principio con respecto a las cosas y al mundo, el determinismo del objeto se nos con- trapone como algo ajeno y autonomo, empieza a desintegrarse y nosotros mismos caemos bajo el dominio de lo aleatorio, nos perdemos a nosotros mismos y perdemos también el estable determi- nismo del mundo. El autor no llega enseguida a una vision del héroe que no sea accidental sino creativamente fun- damentada, ni su reaccién se vuelve a la vez con- sistente y productiva, de tal modo que a partir de una actitud valorativa total se abra el todo del hé- roe: muchas muecas, mascaras casuales, gestos fal- sos, actos inesperados seran manifestados por el héroe, en funcion de las reacciones emocionales y volitivas accidentales, asi como de los caprichos animicos del autor, cuyo caos el héroe se ve obliga- do a atravesar para dar con su verdadera orienta- cin valorativa, hasta que su imagen se integre en un todo estable y necesario. Problema de la relacion del autor y el héroe La del autor es conciencia de la conciencia, es decir, una conciencia que abarca a la concien- cia del héroe y su mundo; que abraza y concluye Ja conciencia del héroe mediante los momentos que Je son por principio extrapuestos [‘transgredientes'] a ella misma, y que al serle inmanentes, converti- +31 rian esa conciencia en falsa. El autor no sdlo ve y sabe todo aquello que ve y sabe cada uno de los héroes por separado y todos ellos juntos, sino que ve y sabe mas que ellos y ademis ve y sabe aque- llo que a los héroes es por principio inaccesible, de modo que todos los momentos que concluyen Ja totalidad —tanto de los héroes como del acon- tecer conjunto de sus vidas, es decir, el todo de la obra—se encuentran en este excedente definido y estable de la vision y conocimiento del autor res- pecto de cada uno de los personajes. En efecto, el héroe vive cognoscitiva y éticamente, su acto apa- rece orientado en el acontecer ético abierto de la vida © bien en el mundo planteado de la cognicién; elautor confiere al héroe una orientacién ético-cog- noscitiva en el mundo por principio concluido del ser, valioso, mas alld del sentido anticipado del acon- tecimiento, por la heterogeneidad concreta de su existencia. No se puede vivir ni actuar habien- do dado conclusién al yo y al acontecer; para vivir hay que ser inconcluso, abierto para si mismo —asi, al menos, en todos los momen- tos esenciales de la vida—; valorativamente hay que antecederse a si mismo, no coincidir con Io que uno tiene. La forma espacial del héroe 1. Al contemplar como un todo a una Persona que se encuentra afuera y frente a nosotros, nuestros horizontes concretos, real- mente vividos, no coinciden. Sucede que en cada momento, cualquiera que fuese la situacion +326 a del otro al que contemplo, y por mas préximo que se halle a mi, en todo momento voy a very a saber algo que él, desde su lugar y frente a mi, no puede ver: las partes de su cuerpo inaccesibles a su propia mirada —la cabeza, el rostro y su expresién—, el mundo detris de él, toda una serie de objetos y rela- ciones que, dentro de una u otra interrelacion que tengamos, me son accesibles a mi, pero no a él. Al mirarnos uno al otro, dos mundos distintos se reflejan en nuestras pupilas. Para reducir al mini- mo esta diferencia de horizontes se puede buscar la posicién mas adecuada, pero para eliminar del todo Ja diferencia es necesario que los dos se fundan en uno, convirtiéndose en una misma persona. Este excedente de mi vision, que siempre existe respecto de cualquier otra persona, este so- brante de conocimiento, de posesi6n, esta condi- cionado por el cardcter singular e irreemplazable de mi lugar en el mundo, puesto que en este lugar, en este momento, en estas circunstancias, yo soy el Gnico que estoy alli: todas las dem4s personas estan fuera respecto de mi. Esta exotopia’ concreta de mi persona frente a todos los demas hombres sin excepcion, que son otros para mi, y el exce- TER Aso, tnenajodimost’ sustantivo de encontrarse fue- 12’, Concepto clave en la antropotogia Filos6fica de Bajtin, vin- culado al de ixensgrediente, de Jonas Cohn, Traducido en la versiOn anterior como ‘extraposici6n’, tiene por correlato en inglés outsideness, en italiano extralocacisa, y otras variantes inventadas por la creatividad de tos traductores, Aqui asumo la propuesta de Todoroy (1981), que concibié en francés éxotopie, con la reserva de que Bajtin mismo preferia concep- tos derivados de las races verniiculas, y esta posiciGn tiene en su obra una fundamentacién teérica. 2336 dente de mi vision respecto de cada uno de ellos, condicionado por esta exotopia (esta situacion esta ligada a la bien conocida deficiencia, consistente enel hecho de que justamente aquello que yo veo en el otro, en mi mismo, sélo el otro lo puede distin. guit; mas para el caso esto es inrelevante porque en la vida real la correlacién entre el yoy clotroes irveversible) se superan mediante la cogniciSn, la cual construye un mundo tinico de validez univer sal, absolutamente independiente de ia situacién Gnica y concreta que uno u otro individuo ocupa; Para la cognici6n tampoco existe la relacién, abso- lutamente irreversible, entre el ‘yo y todos los de- més’; para la cognicién, la del “yoy el otro", en la medida en que ellos son pensables, es una rela. cion relativa y reversible, puesto que el sujeto cognoscente en cuanto tal no ocupa un lugar de- terminado y concreto en el ser. No obstante, este mundo unificado de la cognicién no ha de ser to. mado por una totalidad Gnica’ y concreta Ilena de multiples cualidades existenciales, tal y como per- cibimos un paisaje, una escena dramética, un edi- ficio concteto, puesto que una percepcién real de una totalidad concreta presupone un lugar muy de- terminado para el espectador, singular y de came y hueso; por el contrario, el mundo del conocimien- to.con todos sus momentos puede sélo ser pensa- do. De la misma manera, una vivencia interior y una totalidad interna del alma s6lo pueden ~Hedinyi Cunitario’, ‘globalizado’) y dedinswennyi Csin- gular’, ‘Unico’, concreto’), a pesar de que vengan de la misma raiz, ‘uno’, constituyen una de las parejas conceptuales de Bajtin que forman parte de una oposicién binaria y una totali, dad dialectica, vivirse concretamente —y percibirse intine Secamente—o dentro de la categoria yo Part mf, 0 bien dentro de otro-para-mt, es deci ora como mi vivencia propia, ora como, reto y singular. oe to ranplacion aieética yel acto atico no pueden hacer abstraccién de ta singularic tad “0 ne creta del lugar que el sujeto de ess accib i ‘istica Ocupa et a ee excedente de mai vision * respecto de! ou? ici esfera de mi actividad 1, Cs cl connto dels aeconesfnnsceas ¥ extrinsecas que s6lo yo puedo realizar Para con el otro, acciones que le son absolutamente in: acces bles al otro desde su lugar; se trata de las aciones que completan al otro justamente en Jos ispectos en los que él no puede completar a su yo. Tales acciones pueden ser infinitamente heterogén asia que dependen de la heterogeneidad in ita d ls situaciones vitales dentro de las cuales dl yoy otro nos colocamos €n un Sens mo me nto; Mes, Sie od ‘ Conotanelas coe excedente de mi actividad existe y su composicién tiende a una determinad ia cons: tancia estable. Aqui no nos interesan las ¢ cones See cwrecumiemt untaro y sng de dentro del acontecimier y singular del Ser,’ y que estén. encaminadas a can conte imi tro en cuanto uno de sus aspectos, datas nas pm 9 Sobytie by i Ha sido sefiala- > Sobytie Byia, ‘acontecimiento del ser. ! do querer ogiomente este concep cenral dfs fia moral bajtiniana significa “ser juntos en el ser” Os; aqui nos interesan sélo las acciones contem- Plativas, que son actos en la medida en que la con. femplacion es activa y productiva, y que no rebasan dos lines de la dacion del otto, sino que tan sélo unifican y ordenan. Las acciones contemplati. vas, generadas por el excedente de la vision ox. trinseca € intrinseca del otto, son precisamente acciones puramente estéticas. El excedente de la vision es el retofio en el cual reposa la forma y de de el cual ésta se abre como una flor. Pero’ para gue el retoio se aba efectivamente en una flery de forma acabada, es necesario que el excedente demi vision complete el horizonte del otto contempl, do, sin que pietda su peculiaridad, Debo exten mentar intrinsecamente la vida de este iro hombre,' ver axiol6gicamente su mundo desde ol intetior, del mismo modo como él mismo lo ve Ponerme en su lugary luego, volviendoal mio pro" pio, completar su horizonte con el excedente de In “Bajtin se refiere a una vivencia inten tia, Estd apelando al concepto de Linyivblung, probablemerte introducido por primera vez por R. Vischer (1847-1933: detbe. {sche Faktoren der Raumanschaueung, Systom der dsthetily ‘Traducido a menudo al castellano como ‘empatia’, éste ilti término: resulra inaplicable en este caso, porque Bajtin distin, gue entre vivencia y empatia, remite con ésta directamente al Einfitblung, Segin Ferrater Mora (Diccionario de filosofta,s cenclopatia’, el Hinftablung es una intemalisacion de vn cbc, {© estético que implica varias gradaciones, entre las cuales deseripcion de la endopatia coincide més con la “vivenen. bajtiniana a fa que se refiere aqui: ‘participacion afectiva y, Por lo comin, emotiva, de un sujeto humano en una resliden} ajena al sujeto”. Por lo tanto, cuando use en esta traduccion ‘endopatia’, sera ‘siempre para diversificarla de la empatia Cex- +36 vision que se me abre desde mi lugar propio, pero ya fuera del otro; debo ponerle un marco, crearle un entorno a partir de mi excedente de vision, de mi conocimiento, mi deseo y mi sentimiento, Pon- gamos por caso que frente a mi hay una persona que esta sufriendo; el horizonte de su conciencia se completa por la circunstancia que lo hace sufrir, y por los objetos que ve al frente; los tonos emo- cionales y volitivos que enmarcan este mundo vi- sible son los del sufrimiento. Mi tarea es vivenciar estéticamente y concluirlo, mientras que los actos éticos como ayuda, salvacion, consuelo estan ex- cluidos, El primer momento de la actividad estética es vivenciar: yo debo vivir —ver y conocer—aque- lo que él vive, ponerme en su lugar como si coin- cidiera con él (como y en qué forma es posible tal vivencia, es decir, dejamos de lado €l problema psicologico de la vivencia ajena; nos basta con el indiscutible hecho de que, dentro de ciertas limita- Plicada fo soficientemente por Bajtin) y para cubrir lo que en ‘otros pasajes traduzco como ‘vivencia’, ‘vivenciar’, ‘vivenciar en conjunto’, ¢ incluso ‘experimentar’. Cabe sefialar dos as- pectos muy importantes: 1) al tratar estos conceptos de filoso- fia estética y antropologia filos6fica, Bajtin recurre a términos vernaculosy no extranjeros (aunque seftale como anteceden- tes transgredient y Einfidblung), y to hace por principio; 2) en la creaci6n conceptual recurre permanentemente a las posibi- lidades morfoldgicas del ruso para transmitir la idea de un hacer, sentir, vivir, etc., juntos, por medio de Ja preposici6n 30, que en castellano correspondea co-(en el sentido de ‘con’, ‘junto con’, como en ‘copatticipe’, ‘convivir’, ‘coheredero’, ‘coacusado’), Véase la nota 3 para advertir a repercusion de este mecanismo morfolégico-gramatical en la creacién de los conceptos centrales de la filosoffa moral bajtiniana: aconte- cimientoy aconiecimiento del ser. 237 ciones, tal vivencia sea posible). Debo asimilarel ho- nizonte vital concreto de esta persona tal. ycomo ella lo vive; en este horizonte faitara toda una serie de momentos que me son accesibles desde mi lugar: asi, el que sufre no puede sentir la plenitud de su expresiOn externa mas que parcialmente, y sélo mediante el lenguaje de sus percepciones intrinse- cas, sin advertir la dolorosa tensién de sus miscu- 10s, la postura plasticamente conclusa de su cuerpo, sin ver la expresin de dolor de su propio rostro, ni el Juminoso azul del cielo sobre cuyo fondo se dibuja para mi su adolorida imagen externa. Inclu- sive si él pudiera percatarse de todos estos momen- tos, por ejemplo poniéndose frente a un espejo, careceria de un enfoque emocional y volitivo ade- cuado para estos momentos, los cuales no ocupa- rian en su contemplacion el mismo lugar que ocupan en la conciencia dei que lo contempla. al experi- mentarlo, debo dejar de lado el significado auto. nomo de estos momentos que son transgredientes* 4 su conciencia, puedo aprovecharlos tan solo como un indicio, como aparato técnico del proce- so de vivenciar; su expresividad externa es la via por la cual penetro y casi me fundo con él inter. namente, Pero, gacaso esa plenitud de fusién in- terna es el fin tiltimo de la actividad estética, para la cual la expresividad externa no es sino un me. dio y le corresponde Ia funcion informativa? En absoluto: la actividad propiamente estética ni si quiera ha comenzado, El que yo lograra experi- mentar intrinsecamente la postura vital de aquél *“Extrapuestos” o exot6picos”; sobre el término't 5 Sobre el término ‘transgre- diente’, cf. nota 1 ino ‘transgre- +38. que sufre me puede incitar a un acto ético: ayuda, consuelo, reflexion cognoscitiva, pero en cualquier caso, al momento de la empatia ha de seguir el regreso a mi mismo, a mi propio lugar al exterior del que sufre, porque solo desde un lugar propio cel material vivenciado puede cobrar un sentido ét- 0, cognoscitivo 0 estético; si no sucediera el regre- so, se presentaria el fendmeno patolégico de experimentar la vivencia ajena como propia, la con- taminacién por el suftimiento ajeno, y nada mas. Fn términos rigurosos, la empatfa pura, relaciona- da con la pérdida del puesto singular propio, ex- trinseco respecto del otro, dificilmente hubiese sido posible y en todo caso careceria de utilidad y senti- do. Al internalizar los sufrimientos del otro, los vivo justamente como los suftimientos de él, dentro de la categoria del otro, y mi reacci6n no es un grito de dolor, sino la palabra de consolaci6n y la accion de socorro. El referir la vivencia al otro s la condi- cin obligada de la empatia productiva, del conoci- miento de lo ético y de lo estético. La actividad estética se inicia justamente cuando, al regresar hacia nosotros mismos, a nuestro lugar que esta fuera de aquél que sufre, damos forma y conclu- sin al material de la vivencia. La estructuracion y la conclusion se llevan a cabo de manera que com- pletamos el material de la vivencia, 0 sea el sufti- miento de la otra persona, con los momentos que son transgredientes [extrapuestos] a todo el mun- do objetual de su conciencia adolorida, momentos que ahora no tienen ya la funcion informativa, sino una nueva, la conclusiva: la posici6n de su cuerpo que nos informaba acerca del suftimiento, condu- ciéndonos a un sufrimiento intrinseco, se convierte +39° ahora en un valor puramente plastico, en la expre- si6n que encamna y concluye el suftimiento expreso, y los tonos emocionales Y volitivos de esta expre- sividad ya no son los de suftimiento; el cielo azul que fo enmarca se convierte en el momento picts- rico que concluye y da salida a su sufrimiento. En. tonces, yo tomo tedos tos valores que dan conclusion a su imagen, los del excedente de mi vision, volicion, sentimiento, Hay que tomar en cuenta que los momentos de empatia y conclusién Ro se suceden cronolégicamente, sino que, aun. Que insistamos en su diferenciacién seméntica, dentro de una vivencia viva se entretejen estrecha- mente y se funden uno con otro. En ‘una obra ver- bal, cada palabra presupone Jos dos momentos, Jleva una doble funcion: dirige la vivencia yleda conclusién, aunque podria predominar alguno de los dos momentos, Noestra tarea inmediata es el andlisis de los valores plasticamente Pict6ricos, es- Paciales, que son transgredientes fextrapuestos] a la conciencia del héroe ya su mundo, a su orienta- cién ético-cognitiva y que lo concluyen desde el exterior, desde la conciencia que el otro —el au- tor contemplador— tiene acerca de él, 2. El primer momento sujeto a nuestro and- lisis es la apariencia externa en cuanto conjunto de todos los momentos expresivos del cuerpo hu- mano.

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