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Tomado de "Espejos del Yo". Aclaración: el título de este libro es realmente "Espejos del Self" o "Espejos del Sí Mismo". Valga la oportunidad de demandar cuidado con las traducciones al español de los textos junguianos.
Tomado de "Espejos del Yo". Aclaración: el título de este libro es realmente "Espejos del Self" o "Espejos del Sí Mismo". Valga la oportunidad de demandar cuidado con las traducciones al español de los textos junguianos.
Tomado de "Espejos del Yo". Aclaración: el título de este libro es realmente "Espejos del Self" o "Espejos del Sí Mismo". Valga la oportunidad de demandar cuidado con las traducciones al español de los textos junguianos.
Tomado de Ser Hombre (Recopilacin de ensayos de Editorial Kairs.) Estoy en manos del Dios desconocido, y l me est infligiendo su propio olvido, para llevarme luego a un nuevo amanecer, a ser un hombre nuevo. (D.H. Lawrence)
Lo genesaco es una de las grandes metforas de la
condicin humana y de la naturaleza del cosmos, utilizada por visionarios y poetas en todo lugar y tiempo. Como todas las metforas, sta participa en la realidad concreta que hace que surja la imagen: las diferencias entre los hombres y las mujeres. En todo caso, se requiere una sensibilidad potica para apreciar la metfora, y la metfora es primaria. Sin un gusto por las imgenes, el pensamiento se desliza con rapidez hacia el realismo. Al no captar la poesa en lo genesaco en relacin con hombres y mujeres actuales; as que no importa cun esforzadamente intentemos resolver la guerra de los sexos, porque el antagonismo y la polarizacin siguen ah. El pueblo romano de los tiempos de Cicern, por ejemplo, comprenda que el espritu viril no es lo mismo que la personalidad masculina. Los romanos llamaban al espritu viril Animus, una palabra que sugiere que hay algo masculino en el aliento. Este Animus estaba presente en una familia, un lugar, un matrimonio, un individuo. Los altares se levantaban para honrar al espritu viril o genio de la familia. Este espritu, crean ellos, pasaba de generacin en generacin cuando una persona joven besaba al padre moribundo y reciba al espritu familiar de su aliento. Crean que el adulterio deshonraba el espritu del tlamo
matrimonial, no a uno de los casados. La masculinidad no
se identificaba con los hombres. Jung hizo suya esta idea romana e introdujo el concepto de Animus en su psicologa: por otra parte, la vincul ms concretamente a la idea genesaca actual. Para Jung el Animus o el espritu viril se percibe en el acto de pensar, juzgar, en la accin, en la valoracin. Pero incluso en el pensamiento junguiano, en el que lo genesaco se trata menos metafricamente de lo que debiera, el espritu viril vive por s mismo. Debido a que las mujeres se adaptan a una sociedad escindida de lo genesaco, dice Jung, han de esforzarse para acomodarse a este espritu viril, as como los hombres tienen dificultades para adaptarse al anima femenina. Jung pensaba que una de las necesidades psicolgicas ms acuciantes para cualquier persona era reconciliar estas figuras de la psique: anima y Animus, o alma y espritu. Es decir que, para no entrar en conflicto consigo mismo, hay que encontrar un medio para vincular las formas masculina y femenina en el propio interior y en el mundo externo. Eso supone que lo viril no es simplemente una manera de ser hombre. El hombre es la fuente de la metfora, pero el espritu viril es algo que necesitan hombres y mujeres, sociedades e individuos a la vez. No nos damos cuenta de la forma en que un profundo secularismo existencial acta en nuestra aproximacin a la vida diaria. Tendemos a hacerlo todo nuestro. No hay lugar para el espritu ni el alma. Las gentes de otros tiempos y lugares dieron por sentado que no todo en la vida puede apiarse en una subjetividad consciente, controladora e intencional. Con sus caprichos, entusiasmos, fantasas, obsesiones, depresiones y adicciones, el espritu fluye de ac para all y nos cautiva. Tan slo una actitud secular se esfuerza por pactar con esos encuentros literalmente con
medicaciones y ejercicios de voluntad. Una sensibilidad en
sintona con lo sagrado puede respetar unos factores ms que humanos sin negarlos por nimo de modernidad y sin reificarlos segn una actitud de fundamentalismo religioso. Lo que quiero decir es que no hemos de hacer frente a lo genesaco mientas no recobremos el sentido de lo sagrado. No me estoy refiriendo a un credo sectario del estilo New Age, sino tan slo a la conciencia de una dimensin espiritual. Junto con D.H. Lawrence, definira una masculinidad renovada diciendo: <<estoy en manos de un Dios desconocido, y l me est infligiendo su propio olvido>>. Descubro mi virilidad y masculinidad, no identificando una desleda idea de lo que es un varn sino permitiendo que eses espritu varonil me traspase. Soy varn por mi participacin en ello. Cicern deca que es el Animus lo que da un sentido de identidad y carcter. Tendemos a pensar que Identidad es persona, autoimagen. Por eso, gran parte del discurso genesaco se afinca en la superficie de linleo de una imagen y un papel. Podra ser una alternativa comprender que lo que da carcter e identidad es el espritu que mueve y motiva a una persona. En tiempos del Renacimiento a ese espritu se le daba el nombre de daimon,