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El reflejo de succión es un reflejo innato en los recién nacidos que les permite poder
alimentarse y garantizar su desarrollo. Se trata de un reflejo inconsciente que se
comienza a gestar en el útero materno y que se prolonga durante los seis primeros meses
de vida. Cuando los labios del bebé entran en contacto con el pezón, comienza el
proceso de succión, gracias a este reflejo se puede garantizar un amamantamiento
eficaz.
El reflejo de succión se activa también al contacto de los labios del bebé con la tetina
del biberón, del chupete o con un dedo, este reflejo va desapareciendo poco a poco y da
paso a un valor consciente de la succión a partir de los 6 meses de edad. En caso
contrario, si el reflejo se prolongara podría considerarse un signo patológico.
Podríamos decir que el reflejo de succión pertenece al grupo de los reflejos del recién
nacido, concretamente a los reflejos primarios. A medida que el bebé evoluciona,
desaparecen siendo sustituidos por las conductas con intención, un ejemplo sería el
reflejo de prensión.
Es muy importante que los pezones estén bien cuidados y que las posturas para
amamantar al bebé sean las correctas, de este modo el reflejo de succión será 100%
efectivo y el bebé podrá alimentarse correctamente.