El sistema nervioso de los vertebrados tiene dos divisiones principales: el sistema
nervioso central, que consiste en el cerebro y la médula espinal, y el sistema nervioso periférico, que en los seres humanos incluye 12 pares de nervios craneales, 31 pares de nervios espinales y el sistema nervioso autónomo o involuntario.
En principio, todos los vertebrados comparten estas características, ya que
descienden de un antecesor común. Parece que la mayoría tienen las mismas subdivisiones principales, aunque se encuentran diferencias entre las especies en los tamaños relativa y absoluta de éstas.
Por ejemplo, si comparamos el encéfalo humano y el de la rata, veremos que las
diferencias son principalmente cuantitativas, es decir, hacen referencia a la medida absoluta y relativa del encéfalo completo, las regiones encefálicas y las células del encéfalo. También podremos observar diferencias en el grado de elaboración o complejidad de los sistemas nerviosos.
Todos los mamíferos tienen, además de paleocorteza (que ya aparece en reptiles),
neocorteza que está formada por seis capas. En los mamíferos más avanzados, la neocorteza representa más de la mitad del volumen del encéfalo. Además, en muchos mamíferos, como los humanos, la neocorteza se encuentra totalmente plegada, recubriendo el resto de cerebro
En los mamíferos más avanzados, la corteza es la responsable principal de muchas
funciones complejas, como la percepción de objetos. Las regiones del encéfalo que eran responsables de las funciones perceptivas en los animales no evolucionados, en mamíferos más modernos se convierten en centros de control de conductas reflejos o estaciones de paso en la vía de proyección hasta la corteza