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Proceso Inicial de la
Construcción del Texto
Escrito
COMPILACIÓN
República de Colombia
Departamento de Nariño
Ciudad de Pasto
Los Escritos Iniciales (Comp. Hojas Pedagógicas) L.H.M.I. 2
CONTENIDO
HOJAS PEDAGOGICAS:
LOS TEXTOS ESCRITOS
El origen
En 1993, el Sistema Nacional de Evaluación -SABER- realizó un estudio sobre la calidad de
la educación en el país en lo referente a las áreas de lengua escrita
y matemáticas, encontrando que el desarrollo de las competencias
en las áreas mencionadas era deficiente en la población estudiada.
En consecuencia, en el mismo año el Ministerio de Educación
Nacional y las Fundaciones Restrepo Barco y FES tomaron la
decisión de elaborar materiales que apoyaran la práctica
pedagógica en el aula referida a dichas áreas y se dieron a la tarea
de realizarlo.
La pertinencia de Hojas Pedagógicas ha sido ratificada más
recientemente tanto por diversos estudios llevados a cabo en
América Latina, como por las recomendaciones hechas por la
Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo en el sentido de
fortalecer la formación de las competencias básicas en los niños,
producir y difundir en el magisterio material educativo y desarrollar acciones tendientes a la
profesionalización de los docentes.
Para la definición del enfoque y los contenidos de las Hojas Pedagógicas, Jorge Castaño y
Juan Carlos Negret, los autores elegidos por las Fundaciones para elaborar el material dada su
trayectoria en las áreas, retomaron investigaciones llevadas a cabo en el campo de la pedagogía
de las matemáticas y de la lengua escrita (algunas de su propia autoría) e hicieron una consulta
con expertos.
Durante los años de realización de Hojas Pedagógicas, los autores también se han
apoyado en un equipo conformado por diseñadores gráficos, diagramadores, ilustradores,
correctores de estilo y editores educativos. Finalmente, el material se sometió a la evaluación de
un equipo de maestros de educación básica, a partir de la cual se hicieron los ajustes
correspondientes.
Después de dos años y medio de trabajo, las Fundaciones Restrepo Barco y FES y el
Ministerio de Educación Nacional, tienen el gusto de entregar a los lectores de Alegría de Enseñar
estas Hojas Pedagógicas que se espera sean de apoyo para el mejoramiento de la calidad de la
educación en nuestro país.
La propuesta
Las Hojas son textos pedagógicos presentados en cuadernillos sueltos, a la manera de
hojas desprendidas de un gran árbol, que pueden ser recogidas y leídas una por una, o en su
conjunto, por los maestros que se las encuentran en el camino.
En ellas aparece una serie de experiencias pedagógicas claves orientadas a interpelar a los
maestros en sus actitudes y la manera como ven y comprenden a los niños en su desarrollo, y
desde allí presentar algunas herramientas para enriquecer su hacer en el aula.
Aunque cada fascículo es independiente y puede leerse sin necesidad de conocer los otros,
la práctica pedagógica se enriquecerá más si se cuenta con toda la serie, de ahí la importancia de
coleccionar el material que llega con cada revista.
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Esta frase de una mamá enuncia de manera directa el problema de los métodos
tradicionales de enseñanza de la lecto-escritura que, al hacer escribir a los alumnos planas sin
sentido, producen niños y niñas "alfabetizados" y con "buena letra", pero que con el tiempo llegan a
odiar leer y escribir.
En este material se presentan algunas alternativas para afrontar ese problema, y se
muestra cómo los niños pueden aprender a escribir alfabéticamente haciendo siempre, y desde el
comienzo, textos completos con un sentido y una función siempre clara para ellos. Por esa razón
hemos preferido hablar de lengua escrita, en lugar de lecto-escritura.
En esta primera entrega de las Hojas Pedagógicas de la serie Textos, encontrará usted:
(1) Algunos elementos para que reflexione sobre la función y sentido social y cultural de la lengua
escrita; (2) algunas pautas para constatar cómo, aun antes de codificar alfabéticamente, los niños y
las niñas conocen la función y el sentido básico de la escritura; (3) una herramienta pedagógica
para promover en los niños y los jóvenes la producción de textos escritos con sentido y (4) un
testimonio que le servirá de referencia.
Ella regula y a través de ella se expresan, por ejemplo, las constituciones para la
convivencia en las naciones.
Ella preserva lo vivido e imprime sentido histórico en las vidas efímeras de los humanos.
Ella condensa las emociones y hace comprensibles los enigmas de los destinos
atravesados en la literatura.
Ella atrapa y
permite el
intercambio de los
saberes,
conocimientos y
opiniones en el
vasto conjunto de
los libros
disciplinarios y
periodísticos.
Ella permite
también a dos
seres temerosos
extender puentes
indirectos en la
clandestina
circulación del
amor que son las
cartas.
Ella permite a un
hombre aventurarse en lo desconocido de sí mismo a través de la vida íntima del diario.
Antes de su llegada a la escuela, los niños ya saben muchas cosas. Han aprendido a
hablar, a jugar y a dibujar. También han aprendido que además de éstas, existe otra forma de
comunicarse y expresarse: la lengua escrita.
Por eso, si usted le permite a los niños que, en el adecuado contexto, se expresen
utilizando el medio escrito, descubrirá con sorpresa que al llegar al preescolar, ellos no sólo
conocen la función comunicativa y el sentido expresivo de la lengua escrita, sino que incluso
escriben. Lo que sucede es que lo hacen a su manera, con sistemas de codificación que no son
silábicos o alfabéticos. Haciendo rayas o garabatos pueden expresar ideas completas y
sentimientos intensos.
Más adelante, en el momento oportuno y sin presiones, aprenderán a escribir codificando
alfabéticamente.
Lo importante entonces es que usted cambie su mirada sobre los niños y reconozca que
llegan a la escuela con un saber.
Ante todo, permítase pensar que sí saben escribir, aunque claro está, no lo hagan
codificando alfabéticamente.
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Genere situaciones con sentido para los niños, a partir de las cuales puedan producir un
texto.
Tenga paciencia cuando algunos niños se resistan a hacerlo argumentando que ―no saben‖.
En estos casos, insista diciendo que escriban ―a su manera‖ o ―con su tipo de letra‖, o
muéstreles a otro niño escribiendo y sugiera que lo haga como lo está haciendo su amigo.
Después de que el niño ha escrito, no importa con qué sistema de codificación, hágale dos
preguntas: ¿qué dice allí?, ¿en dónde dice eso?
Solicíteles a varios niños sus escritos y con mucha paciencia compare sus formas de
escribir.
Y si sucede, déjese sorprender gratamente por lo que encontró…
Una de las metodologías pedagógicas básicas de esta propuesta son las llamadas
situaciones significativas. Con ellas, en un contexto muy significativo, se busca generar un conjunto
de interacciones para que los niños desarrollen sus múltiples capacidades y construyan diversos
conocimientos.
Consiste básicamente en ubicar un acontecimiento generador para hacer colectivamente un
montaje, en el que se vive o simula algún aspecto significativo del mundo cotidiano del niño, a
partir del cual se promueve la realización de varias producciones que después se comparten con
los demás.
Desde el punto de vista de la escritura, con las situaciones se busca que los niños entren en
contacto con la lengua escrita, con las funciones, con los formatos existentes que ella tiene en la
sociedad, y que pueda, con sus propias hipótesis, producir e intercambiar todo tipo de textos en
contextos significativos para ellos.
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Tenga presente que en esta propuesta no se trata de que los niños escriban lo que quieran,
sobre lo que quieran o lo que más les, gusta, sino que hagan producciones con sentido derivadas
de la situación y que esas producciones generen desequilibrios en ellos.
Para esto es muy importante que en su realización aplique tres herramientas
complementarias: el contacto, la contrastación y la circulación. Mediante ellas se busca superar el
activismo, induciendo
a los niños a contrastar sus haceres con las producciones de la cultura y con las de los otros niños,
para que así descubran sus diferencias, sus contradicciones, sus lagunas y desarrollen sus
capacidades.
3. INICIOS DE LA CODIFICACIÓN
Abril – junio de 1996
¿Cómo comienza el proceso que concluye con la codificación alfabética? Esta pregunta es
clave porque al comenzar a escribir textos los niños no tienen una posible explicación -hipótesis-
sobre el código alfabético, aunque sí poseen ideas globales sobre el texto escrito: saben que dice
algo sobre algo. Pero sobre lo que llamamos su estructura
gramatical -tipo particular de grafías que lo componen,
segmentos en los que se divide y códigos en que se
fundamenta –es poco lo que saben.
Estos son, precisamente, los tres conocimientos
gramaticales que los niños deben construir;
El tipo de grafías: La escritura alfabética tiene, como
unidad mínima, unos grafismos particulares: las letras. El niño
debe descubrir que ellas son el tipo de grafía que se utiliza al
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escribir, sin importar que correspondan a ciertos fonemas.
La segmentación: En nuestra escritura, los enunciados del discurso se dividen en partes
llamadas párrafos, oraciones, frases y palabras, las cuales se diferencian por espacios en blanco
y/o signos de puntuación. Al comienzo los niños consideran los escritos como bloques compactos,
compuestos por una serie continua de letras; ellos deben llegar a hacer corresponder partes de los
enunciados con segmentos del texto escrito. Este aspecto se abordará en el próximo fascículo.
La codificación: La codificación alude a la forma como, al escribir las palabras, se vinculan
los signos gráficos que las representan con pequeños fragmentos sonoros de éstas. Sobre esto se
profundizará en el fascículo No 5.
De manera similar a como los niños siguen un proceso que culmina en la codificación
alfabética, la humanidad recorrió todo un proceso para llegar a la escritura.
Los niños pequeños suelen tener la oportunidad de observar a los adultos hacer unos
trazos pequeños y continuos
sobre el papel. Cuando
preguntan qué están haciendo,
los adultos contestan que están
escribiendo una nota, una carta,
o que están trabajando. Con
base en esto, los niños
construyen sus primeras
hipótesis sobre la escritura: esos
dibujitos dicen algo a alguien
sobre alguna cosa.
Pero, ¿cómo llegan los
niños a hacer esos trazos? Todo
depende del grado de
elaboración de las hipótesis
sobre sus grafías. Al comienzo
dirán que son como culebritas,
luego seguramente serán como
hormiguitas, después serán mis
propias letras, hasta que
llegarán a construir las mismas
letras de los grandes.
Es conveniente estar atento al proceso de desarrollo de la escritura del niño e identificar en
qué etapa se encuentra, para que logre acceder naturalmente a la codificación alfabética.
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¿CUÁLES SON LOS TIPOS DE GRAFÍAS QUE UTILIZAN LOS NIÑOS?
HERRAMIENTAS: ¿Cómo
promover la producción de
textos con letras
convencionales?
El principio
metodológico general para
promover el desarrollo inicial
de todas las competencias
escritúrales es escribir textos
en contextos muy definidos y
claros para el niño, a través
de las situaciones
significativas (descritas en
los fascículos anteriores).
Con ellas, sobre todo si
contrastamos en cada
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momento las producciones de los niños entre sí, logramos que, en cuanto al tipo de grafía, ellos
pasen de los garabatos a las letras.
En nuestra propuesta se trata de que el niño escriba de la mejor manera que pueda en cada
momento. Cuando notamos que un niño escribe con cierto tipo de grafía, generalmente no le
permitimos que escriba con alguno más elemental. Basta inducirlo a escribir de la mejor manera
que él y nosotros sabemos que puede, para promover su desarrollo, evitándole la falsa idea de
que todo es válido.
Si notamos que algún niño no evoluciona con respecto a sus grafías, podemos tener en
cuenta las recomendaciones generales que presentamos a continuación y algunas estrategias
didácticas específicas inventadas para tal fin.
RECOMENDACIONES GENERALES
1. Permita la presencia de distintos tipos de grafías en los niños. Recuerde que los niños, si
los dejamos, escriben desde muy pequeños, así aún no utilicen el código alfabético.
2. Idee una situación adecuada, a partir de la cual los niños produzcan cualquier upo de
texto. Se sorprenderá al ver que algunos de ellos hacen sus escritos con uno de los tipos de grafías
aquí mencionados.
3. No se preocupe si algún niño insiste en que no sabe escribir. Invítelo a ver a otros
compañeritos escribir e insistáis que lo haga con su tipo de letra. Si otros adultos le enseñaron al
niño que no sabía escribir, usted le estará enseñando que sí sabe y que puede llegar a hacerlo
cada día mejor. Después de algunos intentos, lo verá metido de lleno en la tarea.
Las estrategias didácticas básicas son, para nosotros, metodologías complementarias a las
situaciones significativas. En otras palabras, jamás debemos abandonar las situaciones para hacer
sólo didácticas ni viceversa. Las didácticas se diferencian de las
situaciones porque son estrategias que apuntan a cambiar un aspecto
específico del modo de actuar o pensar de los niños; por lo tanto, deben
ser aplicadas en el momento preciso en que ellos la necesiten.
María Elvira está feliz. Ayer liego del jardín contándonos a todos que ella ya sabía escribir.
Esto fue, palabras más, palabras menos, lo que nos expresó una mamá cuando fue a llevar
a su hija al jardín un día después de que habíamos realizado con niños de tres años y medio una
actividad de escritura en donde María Elvira supo que sí sabía escribir. ¿Cómo sucedió?
En el contexto de una situación significativa que habíamos montado -la familia Robinson- y
del interés por referimos a los miembros de la familia, invité a los niños a que escribiéramos la
biografía de sus familias. Para empezar, les propuse que escribieran en un papel su nombre y algo
sobre ellos como integrantes.
Sobre la aparición y evolución de las grafías en los niños, la referencia obligada son los
trabajos pioneros de Ferreiro y Teberosky, en particular:
• Ferreiro E. y Teberosky A. (1985) Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño.
México. Siglo XXI
Es muy interesante acercarse a textos que hablan del desarrollo histórico de la escritura
• Cohén J. y Cois. (1971) La escritura y la psicología de los pueblos. México. Siglo XXI
• Marino G. (1993) Escritos sobre escritura. Bogotá. Dimensión Educativa
Los documentos reseñados pueden consultarse en el Programa Alegría de Enseñar,
Fundación FES, Cali.
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Como lo señala Octavio Paz, para los niños el texto escrito no está compuesto de palabras,
sino de enunciados completos con sentido.
Al comenzar a escribir, según veíamos en el fascículo anterior, para los niños los textos
están conformados por una serie continua y compacta de grafías, sin ningún tipo de separación
entre ellas. En nuestros trabajos hemos encontrado que el punto clave en el proceso orientado
hacia la construcción de la estructura gramatical de los textos en los niños, y por lo tanto, hacia la
codificación alfabética, es su comprensión de que el texto convencional es una totalidad con partes
que la integran, como son los párrafos, las oraciones y las palabras.
En esta cuarta entrega presentaremos (1) algunos elementos de reflexión sobre la
estructura segmentada de los textos escritos, (2) el proceso de los niños hacia la segmentación de
los escritos, (3) algunas didácticas para iniciar este camino, y (4) un testimonio que les servirá
como punto de referencia.
Los primeros textos escritos de los niños, como los de los primeros escríbanos, son bloques
compactos y continuos. Sucede que para ellos, Inicialmente, los escritos reflejan el habla, por lo
tanto, deben ser continuos.
Las investigaciones históricas sobre
la escritura muestran cómo los primeros
textos eran bloques compactos, escritos sin
separación alguna. El progresivo desarrollo
de la escritura y su consecuente
formalización gramatical, le cambiaron
radicalmente la cara al texto escrito. En
primer lugar, porque se desarrolló un
sistema de reglas para la escritura, a partir
del cual se empezó a segmentar de manera
compleja el texto, utilizando espacios en
blanco y signos de puntuación para separar
palabras, oraciones y párrafos. En segundo
lugar, porque a partir del desarrollo editorial
del libro aparecieron otras divisiones
mayores del texto escrito, como son las
secciones, los capítulos, etc.
Uno de nuestros descubrimientos
más interesantes ha sido que para los
niños, como para los antiguos escribanos,
los textos escritos son bloques compactos.
Por eso estamos convencidos de que el
proceso conducente hacia la codificación se cualifica de manera notable si permitimos que los
niños tempranamente tomen conciencia de la estructura segmentada de los textos escritos.
La segmentación de los primeros textos en los niños empieza cuando adquieren la
capacidad práctica de separar el escrito en pequeños trozos, y hacer corresponder un enunciado a
cada uno de esos segmentos diferenciados del texto escrito. El proceso de segmentación, que
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tiene varios pasos, concluye cuando ellos logran separar las palabras dentro de las frases y
oraciones de sus escritos, sin perder la coherencia de lo enunciado.
Sin embargo, esta
partición del texto en
palabras es un gran reto
para los niños, pues, como
se verá, para ellos las
palabras no existen
sueltas, porque así,
sueltas, simplemente no
tienen sentido.
Un texto es un gran
sistema, compuesto por
partes o subsistemas
incluidos unos dentro de
los otros. Los cuatro
sistemas básicos que
considerarnos aquí, son:
El párrafo: Es un
sistema compuesto por
secuencias de oraciones, articuladas por un tópico común.
La oración: Es un sistema compuesto por grupos articulados de palabras (ej. artículo +
nombre + adjetivo o verbo + adverbio), que algunos gramáticos llaman frase y otros sintagma.
La frase o sintagma: Es el segmento de oración compuesto por palabras diferenciadas.
La palabra: Es un sistema compuesto por morfemas, sílabas y fonemas.
Piense en otros sistemas que componen los textos escritos en nuestra lengua.
Una de las teorías más interesantes que tienen los niños sobre la escritura -y una de las
más difíciles de cambiar- es que los escritos son una serie continua de grafías. Sucede que ellos
piensan que con la escritura se representan los ―decires‖ del habla. Y como al hablar no se separan
los enunciados (en palabras, frases, etc.), entonces escriben sin hacer separación alguna en sus
textos.
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Sin embargo, puesto que las hojas de los cuadernos tienen límites, muchos niños
segmentan espontáneamente el texto, haciendo corresponder a cada renglón el equivalente de
una oración (que nosotros llamamos segmentación oracional).
Pero rara vez en sus primeros textos dividen las oraciones en frases o palabras, porque
para ellos, como lo dice
Octavio Paz, la segmentación
de la oración en frases o
palabras es un acto de
violencia, porque las palabras
sueltas no tienen sentido.
―En realidad el vocablo
nunca se da aislado; nadie
habla en palabras sueltas. La
palabra suelta no es,
propiamente, lenguaje;
tampoco lo es una sucesión de
vocablos dispuestos al azar.
Para que el lenguaje se
produzca es menester que los
signos y los sonidos se
asocien de tal manera que
impliquen y transmitan un
sentido (...) Así, no es la
palabra, sino la oración, la que
constituye la unidad más
simple del habla. La oración es
una totalidad autosuficiente;
todo el lenguaje como un microcosmos, vive en ella. A semejanza del átomo, es un organismo sólo
separable por la violencia. (...) Basta observar cómo escriben los que no han pasado por los aros
del análisis gramatical, para comprobar la verdad de estas afirmaciones. Los niños son incapaces
de aislar las palabras. El aprendizaje de la gramática se inicia enseñando a dividir las oraciones en
palabras y éstas en sílabas y letras. Pero los niños no tienen conciencia de las palabras; la tienen,
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y muy viva, en las oraciones: piensan, hablan y escriben en bloques significativos y les cuesta
trabajo comprender que una oración está hecha de palabras.‖
Octavio Paz. El arco y la lira
EL KARAOKI: Esta didáctica consiste en leer una rima señalando las partes del texto,
primero oración por oración y después palabra por palabra.
Materiales: Un pliego de cartulina o el tablero, en el cual se escribe en letra bien grande una
rima, una retahila o un verso que los niños recuerden fácilmente.
Guión de la didáctica:
1. La profesora lee y va señalando cada renglón (o palabra), a medida que lee.
2. La profesora señala los renglones (o palabras) y los niños 'leen' en grupo.
3. La profesora señala un renglón y los niños individualmente van 'leyendo' los renglones (o
palabras).
4. La profesora señala al azar y en desorden uno u otro renglón (el de arriba, el de abajo, el
medio,..) y los niños, en grupo y después individualmente, van 'leyendo' el renglón señalado.
5. Un niño pasa al frente y 'lee' el verso o la retahila, señalando el renglón (o la palabra) que
corresponde a lo enunciado.
6. Un niño pasa al frente y señala uno o varios renglones (o palabras). Los otros 'leen' lo
que él va señalando.
7. Dos niños pasan al frente. Uno señala y el otro 'lee' lo que el primero va señalando.
La profesora Silvia Roselli aplicó la didáctica del teatrino con sus alumnos de segundo de
primaria. Según nos contó, la aplicó porque le preocupaba notar cómo muchos de sus alumnos que
ya 'escribían bien' (codificando alfabéticamente), aún no segmentaban las palabras en sus escritos.
Lo original de su experiencia fue que inventó una variación de la didáctica original, en la cual
utilizaba un formato con cuatro cuadros blancos, y pedía a los niños que dibujaran en cada uno de
ellos un personaje, una acción, un lugar y un momento del día. Presentamos aquí el trabajo que
realizó Laura Carolina, una de sus alumnas, quien desde entonces empezó a segmentar.
• Paz, Octavio (1972). El arco y la lira. México D. F.: Fondo de Cultura Económica.
Sobre el tópico de la segmentación textual, dada su novedad, no conocemos publicaciones.
Una aproximación a este tema puede encontrarse en:
. Vasco, Carlos y colaboradores (1996). La teoría general de procesos y sistemas en
educación para el desarrollo. Santafé de Bogotá: Colección Documentos de la Misión. Tomo II.
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5. LA CODIFICACIÓN ALFABÉTICA
Enero - marzo de 1997
Esta pregunta típica de una maestra refleja la preocupación general de todos aquellos que
se han aventurado a seguir los lineamientos de la propuesta pedagógica que hemos venido
presentando aquí para la enseñanza de la lectura y la escritura.
Acostumbrados durante años a enseñar letras y combinaciones, como elemento central de
la lecto-escritura, consideran ahora increíble que pase tanto tiempo sin trabajarlas. Por eso
pareciera que exclamaran en coro: Es cierto, nuestros niños ya escriben textos con sentido, los
grafican según los formatos convencionales, pasaron ya de los garabatos a las letras y segmentan
sus escritos en frases o palabras, pero ¿cuándo aprenderán el código alfabético?
En esta quinta entrega nos ocuparemos de este problema. Presentaremos para ello: 1)
algunas reflexiones sobre los sistemas de codificación, 2) su proceso de construcción en los niños,
3) algunas didácticas que serán de ayuda una vez los niños estén preparados para llegar a la
codificación alfabética y 4) la experiencia de una maestra que introdujo algunos cambios a una de
las didácticas aquí expuestas.
Más vale saberse las reglas de un código con pocas letras (o notas musicales), que
saberse todas las letras (o las notas) de un alfabeto y no tener idea de las claves o
reglas para usarlas.
Un código escritural es, básicamente, un sistema de reglas que permite pasar de un registro
oral a un registro escrito, y viceversa. El más utilizado en nuestra cultura es un código fonético,
elaborado como producto de una larga construcción histórica. Tiene por regla principal partir o
segmentar los sonidos de las palabras en fonemas y hacerle corresponder una letra a cada
fonema. En el español utilizamos 27 letras provenientes de un alfabeto inventado por los fenicios y
modificado por los griegos y los latinos para representar los fonemas de la lengua. Por eso se
llama código fonético alfabético
Otros códigos escriturales fonéticos se utilizan en nuestra cultura. Uno de ellos es el código
silábico, que es la base de la escritura en otras culturas. Según Emilia Ferreiro y Ana Teberosky,
es también el que utilizan todos los niños antes de escribir alfabéticamente. La regla básica que
inventan y aplican los niños al utilizarlo consiste en dividir los sonidos de las palabras en sílabas, y
a cada sílaba asignarle una letra. Si la letra que le asignan a cada sílaba es la consonante, lo
denominamos código silábico consonántico. Si la letra utilizada es la vocal, código silábico
vocálico.
Asi mismo, existen sistemas de codificación escritural que no son fonéticos porque con los
signos no se representan sonidos, sino cosas y eventos, o ideas. Son los llamados sistemas de
codificación pictográficos e ideográficos, respectivamente. Por último, existen los sistemas de
codificación mixtos que entrelazan todos los anteriores.
Lo más importante para nuestros propósitos, y que se debe tener en cuenta con respecto a
los códigos escritúrales, es que todos ellos son sistemas escritúrales válidos que se utilizan
actualmente en nuestra cultura, y dado que son sistemas de reglas, lo fundamental para
aprenderlos es entender y poder aplicar las reglas que lo definen.
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,+x-$
“Coma más por menos plata”
Esta es un aviso publicitario de un puesto de perros calientes. Es ―Fonético-palabrino‖ porque cada signo
representa el sonido de una palabra
TBCYTDG1BB
“Te besé y te dejé un bebé”
Este texto era originalmente un graffiti. Después apareció como una calcomanía pegada en los parabrisas de
las busetas de Bogotá. Está escrito con un ―código fonético-silábico‖, porque cada signo representa el sonido
de una sílaba.
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“Coma y deléitese”
Este texto es et nombre de un restaurante que quedaba en la cr. 7ª con calle 45 de Bogotá. Su autor utilizó
una mezcla de códigos fonéticos (palabras, silábicos y alfabéticos) para escribir el original mensaje.
Los pictográficos, en los cuates cada signo es un dibujo esquemático y convencional, que
representa una cosa o evento. (Ej.: hombres remando = viaje en canoa).
Los ideográficos, en los cuales cada signo representa una idea sugerida por la combinación
de dos pictogramas. (Ej.: fuego + mujer = paz)
Los fonéticos palábricos, en los cuales cada signo representa el sonido de una palabra
entera. Son poco usuales. (Ej.: el signo $ = plata)
Los fonéticos silábicos, en tos cuales cada signo representa el sonido de una sílaba de la
palabra. (Ej.: pateta = aea)
Los fonéticos alfabéticos, en los cuales cada signo representa el sonido de un fonema. (Ej.:
pateta = paleta)
El día que los niños escribieron sus primeros textos con sentido utilizando garabatos,
empezaron el largo camino de elaborar y reelaborar las hipótesis que necesitan para, un día,
codificar alfabéticamente.
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Pasando de concebir el código como una sucesión de garabatos o pseudoletras, los niños
llegan pronto y de manera relativamente fáciles a escribir con las mismas letras del alfabeto
convencional, disponiéndolas al azar. Es entonces cuando descubren que así tampoco escriben los
adultos y empiezan desesperadamente a querer escribir para que se me entienda.
En ese momento podemos brindarle una pequeña ayuda para que descubran que existe
una regla básica para dividir la palabra en pequeños segmentos y asignarle una letra a cada uno.
De esta forma empezarán a codificar, pero partiendo primero de las sílabas y con vocales
(codificación silábica vocálica), hasta llegar poco a poco a codificar alfabéticamente, como lo hacen
los adultos.
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¿CÓMO CONSTATAR EL DESARROLLO DE LA CODIFICACIÓN EN LOS NIÑOS?
Si los escritos de un niño son series de garabatos, pseudotetras o letras sin ninguna
estructura visible, y si al leer sus textos articula y señala de corrido los enunciados, aún no ha
empezado formalmente a codificar.
Un niño está codificando silábicamente cuando cumple, al menos, dos de las siguientes
condiciones:
ESCRIBIENDO RAPIDÍSIMO
Para promover el paso hacia la codificación alfabética realice, paso a paso, las didácticas
que garanticen que los niños puedan:
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1º. Encontrar oralmente una palabra que comience por la misma sílaba que otra dada por
la maestra. Ej.: "paleta empieza por la misma sílaba que papá".
2º. Encontrar oralmente una palabra que comience por el mismo fonema que otra dada
por la maestra (se puede jugar "stop"). Ej.: "paleta empieza por el mismo sonido que Pedro".
3º. Identificar en el tablero de consulta* el objeto cuyo nombre empieza por el mismo
sonido que una palabra dada por la maestra. Ej.: "El objeto que empieza por el mismo sonido que
paleta en el tablero es perro".
4º. Identificar en el tablero de consulta* la letra del objeto cuyo nombre empieza por el
mismo sonido que una palabra dada por la maestra. Ej.: "La letra inicial de perro (que empieza
igual que paleta) es la P".
5º. Decir oralmente una palabra que comience por la misma letra que se encontró en las
palabras del paso anterior. Ej.: "patilla empieza por la P de perro y paleta".
6º. Realizar un acróstico con el nombre de cada niño, de tal manera que el niño escriba
palabras que comiencen por cada una de las letras de su nombre. Ej.: "P –pelota, E -- elefante, D --
dedo, R -- rico, O -- oro".
7º. Completar las consonantes de una palabra cuyas vocales han sido dadas (se puede
jugar ahorcado). Ej.:"_ E _ 0 _ A PELOTA"
8º. Completar las palabras de un texto incompleto, escribiéndolas alfabéticamente, según
las pautas gráficas dadas. Ej.: "Las __________ de la ___________
* El tablero de autoconsulta: Se trata de un tablero parecido a una lotería, con casillas en las
que aparece dibujado un animal o un objeto que los niños recuerden con facilidad. En la parte de
abajo debe estar escrito el nombre del objeto y la letra inicial de la palabra en mayúscula y
minúscula.
Inicialmente, se realizaba el tablero de autoconsulta con todas las letras del abecedario. Por
sugerencia de la profesora Susana, quien nos relata su experiencia en la siguiente sección,
recortamos el tablero a las letras básicas.
¿Cuáles son las características, rasgos o relaciones típicas de un texto escrito al final del ciclo
inicial?
Desde el punto de vista comunicativo. El texto se caracteriza por la presencia de
enunciados que comunican o expresan una idea (intención comunicativa). Son textos compuestos
de tal manera que resultan coherentes y comprensibles (coherencia semántica).
Desde el punto de vista gráfico. El texto se caracteriza por la direccionalidad de las grafías
en la hoja y por la adecuación de los componentes del texto a los formatos gráficos usuales.
Desde el punto de vista gramatical. El texto cuenta con la presencia de grafías
convencionales (letras), organizadas de acuerdo con las reglas del código alfabético (codificación
alfabética), con separación de todas las palabras (segmentación palábrica).
Los Escritos Iniciales (Comp. Hojas Pedagógicas) L.H.M.I. 29
MIRADAS: EI desarrollo como proceso con logros y niveles de logro
Hace unos años era común la idea de que un niño debía aprender primero la gramática de
la escritura -la codificación- para después utilizarla con el propósito de comunicarse
adecuadamente.
Hoy sabemos que las diferentes dimensiones de la lengua escrita se desarrollan al mismo
tiempo. El niño empieza a comunicarse con la escritura desde muy temprana edad y de manera
simultánea va estructurando gráfica y gramaticalmente sus escritos (subprocesos), pasando, con
ritmos diferentes, por una serie de etapas previas y necesarias (niveles de logro), hasta alcanzar
los grados de desarrollo típicos para un momento (logros).
Por lo tanto, es clave conocer los logros y niveles de logro de cada uno de los subprocesos
implicados en el desarrollo escritural.
En esta sección veremos con mayor detalle los procesos, subprocesos, logros y niveles e
indicadores de logros, ofreciendo algunos elementos sobre cómo se puede establecer esto en la
producción de los niños.
Los Escritos Iniciales (Comp. Hojas Pedagógicas) L.H.M.I. 30
MIRANDO LOS PROCESOS ESCRITURALES EN LOS NIÑOS
Los procesos. Los procesos hacen referencia a las transformaciones que se producen en el
desarrollo de los niños. Siempre son complejos, dinámicos y no se pueden aprender directamente.
En nuestro caso se trata del desarrollo de las capacidades escriturales básicas que se divide en
dos grandes períodos: 1) la construcción inicial de las capacidades escriturales (del que nos
ocupamos aquí) y 2) la consolidación de las capacidades escriturales (que se extiende durante
muchos años).
La primera fase del proceso en los niños concluye cuando son capaces de producir textos
con un nivel básico de estructuración.
Los subprocesos. Los subprocesos son las dimensiones simultáneas y mutuamente
dependientes involucradas en un proceso de desarrollo. En el caso de la lengua escrita hacen
referencia al desarrollo de: 1) Las competencias comunicativas -pragmáticas y semánticas- (para el
uso de la escritura). 2) Las competencias gráficas (para la materialización de la escritura). 3) Las
competencias gramaticales (para su producción convencional).
Cada niño tendrá que desarrollar simultáneamente sus capacidades en las dimensiones
comunicativas, gráficas y gramaticales básicas de la escritura.
Los logros y los niveles de logro. Los logros son momentos de un proceso de desarrollo,
elevados desde una teoría o modelo a la categoría de hitos, eventos claves o metas para un
período del desarrollo. Por esta razón no son estados definitivos (no se tienen bien o regular, o no
se tienen ni se deben), ni tampoco contenidos de un área que se ubican un mes del calendario
para ser enseñados (como lo eran los antiguos objetivos). Al estar definidos desde un modelo del
desarrollo tienen siempre etapas o pasos previos generales y necesarios que nosotros hemos
definido como niveles de logro, por los cuales deben pasar todos los niños de manera obligatoria,
aunque lo hagan con ritmos diferentes y en distintos momentos.
Para cada dimensión escritural el niño tendrá que alcanzar unos logros mínimos, pasando
por una serie de niveles.
Los indicadores de logros. Son los rasgos o características aprehensibles de una
producción o de una actuación de los niños que permiten establecer el nivel de logro en que se
encuentra dentro de un proceso de desarrollo. En nuestro caso se trata de una serie de
descriptores de los rasgos textuales que permiten establecer el grado de estructuración de un texto
escrito e inferir el nivel del logro de un niño en una dimensión dada de la escritura.
Para establecer cada paso y logro hemos construido una serie de indicadores (ver
siguientes páginas), a partir de lo que los niños hacen.
HERRAMIENTAS: ¿Cómo evaluar el proceso a partir de los textos escritos de los niños?
A lo largo de los estudios en los cuales Piaget con su equipo de colaboradores investigaban
el desarrollo en los niños de múltiples nociones o estructuras (espacio, tiempo, velocidad, número,
etc.), utilizaron siempre un esquema básico de categorías para ubicar a los niños en los distintos
niveles de desarrollo.
Definieron tres periodos para caracterizar de manera global el desarrollo a través de los
años: el período de inteligencia sensoriomotriz, el período de las operaciones concretas y el
período de las operaciones formales. Pero cuando hacían un estudio científico sobre una noción o
estructura ubicaban cuatro niveles de desarrollo dependiendo de la manera como el niño actuaba
ante la tarea en cuestión así: nivel O, cuando no la podía resolver; nivel I, cuando la resolvía de una
manera azarosa; nivel II, cuando el niño resolvía la tarea haciendo operaciones no sistemáticas y
nivel III, cuando resolvía la tarea con operaciones sistemáticas y reversibles.
Lo que buscamos aquí con esta referencia es mostrar cómo es perfectamente compatible
dentro de un enfoque constructivo, cuantificar el desarrollo utilizando una escala ordinal que
ordene a los niños en niveles según el grado de estructuración de sus producciones o ejecuciones.
Eso es justamente lo que nosotros hemos realizado en nuestros trabajos sobre la Lengua Escrita:
definir cuatro niveles de desarrollo para los diferentes logros de los niños, que van desde el nivel O
en el que el niño no ha iniciado el proceso, hasta el nivel III, en el que se ubica el niño que ya ha
alcanzado el logro esperado, pasando por dos niveles intermedios.
El resultado de una evaluación así concebida nos permitirá, como se verá más adelante,
sistematizar cuantitativa y cualitativamente los logros de los niños y generar reportes y tablas de
seguimiento de gran utilidad pedagógica.
Los Escritos Iniciales (Comp. Hojas Pedagógicas) L.H.M.I. 34
ALGUNOS EJEMPLOS DE
NIVELES DE LOGRO EN LA
LENGUA ESCRITA INICIAL
En cuanto a la función
comunicativa de la Lengua Escrita:
Nivel 0: cuando el no utiliza la
escritura con la intención de
comunicarse o expresarse. Nivel 1:
cuando intenta comunicarse, pero
su texto no es coherente. Nivel 2:
cuando se comunica con la
escritura y su texto es
parcialmente coherente. Nivel 3:
cuando se comunica con un texto
totalmente claro y coherente.
En cuanto al tipo de grafías
que utiliza al escribir: Nivel 0:
Cuando el niño utiliza rayones
tanto para dibujar como para
escribir. Nivel 1: cuando escribe
usando garabatos diferenciados.
Nivel 2: cuando escribe con letras
atípicas (pseudoletras). Nivel 3:
cuando escribe usando letras
convencionales.
HERRAMIENTAS I: ¿Cómo
generar los reportes
cualitativos?
La versión extensa que se realiza en el formato de una planilla (como el ejemplo aquí
expuesto) en la cual el maestro señala los niveles de logro de cada dimensión teniendo en
cuenta los niveles previos y los posteriores.
La versión resumida en la cual tomando los descriptores respectivos de cada nivel de logro
y de acuerdo con cada una de las dimensiones de la escritura, el maestro elabora un
párrafo que da cuenta del momento en que encuentra el niño.
Los Escritos Iniciales (Comp. Hojas Pedagógicas) L.H.M.I. 35
Colegio _________________________________________________________________________
La evaluación en Lengua Escrita de su hijo (a) _________________________________ del curso
_______________________________________ en la fecha ______________________nos
permite establecer los siguientes logros
En cuanto a la manera como gráfica y dispone de los textos escritos en las hojas
O Nivel 1: Dispone el texto en la hoja adecuándose parcialmente a los formatos gráficos básicos.
O Nivel 1: Dispone el texto en la hoja adecuándose totalmente a los formatos gráficos básicos.
O Nivel 3: Dispone el texto en la hoja adecuándose a los formatos gráficos básicos de una manera muy
creativa.
O Nivel 0: El texto escrito es para el niño un bloque compacto sin panes diferenciables.
O Nivel 1: El texto escrito es una sucesión de letras sin ninguna separación, pero el niño le atribuye a cada
renglón un fragmento de su discurso (semejante a una oración).
O Nivel 2: Segmenta cada renglón en dos o tres partes, a las que les hace corresponder un pedazo de
oración (semejante a una frase o sintagma).
O Nivel 3: Separa con un espacio de manera convencional todas las palabras de su texto escrito.
Promedio
del grupo
¿Cómo evaluar el contenido del texto de un niño que escribe con garabatos pues aún no
sabe codificar alfabéticamente?
En el caso de los garabatos, yo transcribo en la hoja del niño lo que él me reporta que dice y
justo donde él me señalaba. Cuando tengo un grupo muy grande, me voy turnando grupos por
semanas o le pido apoyo a una colega.
Al usar los mismos descriptores para todos los niños ¿no se los está esquematizando ?
No porque es un hecho que existen niveles generales de logro por los que todos los niños
pasan, aunque lo hagan con ritmos variables. Cuando veo algún rasgo singular en el proceso de un
niño que considero importante, lo señalo en una descripción complementaria oral o escrita.
Si bien es cierto que hay muchos caminos para llegar a Roma, existe un camino real y poco
transitado para facilitarle a los niños la construcción del código alfabético: la música.
A lo largo de las siete entregas de esta serie de las Hojas Pedagógicas, hemos venido
señalando un camino alternativo para iniciar a los niños en la escritura con sentido para ellos.
Insistimos en que al comienzo hay que privilegiar la comunicación sobre la gramática, permitiendo
a los niños escribir textos comunicativos plenos, aún si utilizan garabatos. Mostramos, además, los
pasos que siguen hasta construir el código alfabético y sugerimos algunas estrategias para
promover este desarrollo.
En esta última entrega nos ocuparemos de presentar una estrategia complementaria para
facilitar la adquisición del código alfabético: la educación musical del niño.
Para ello haremos una breve reflexión sobre las formas de segmentación fonética que se
han hecho en la historia de la humanidad para desarrollar sistemas de escritura, una descripción
del proceso que siguen los niños para segmentar el habla hasta los fonemas y mostraremos cómo
la música puede ayudar al niño para desarrollar la habilidad de aislar los fonemas de las sílabas del
habla.
El alfabeto se caracteriza por asignar una letra a cada fonema. Para ello se
requiere aislar, en el cerebro, sonidos que son físicamente inseparables. En
esta tarea, la música es de gran utilidad.
Puede sonar extraño hablar de la música como una estrategia complementaria para
acceder al código alfabético, cuando en casi toda la tradición alfabetizadora la vía inicial para
introducir a los niños al código alfabético ha consistido en entrenar la mano. Nosotros, por el
contrario, creemos que para aprender a codificar, el desarrollo de la capacidad de aislar y abstraer
los fonemas de las articulaciones orales del habla es importante y por lo tanto, más que la mano, lo
que hay que educar es el oído.
En el desarrollo histórico de los sistemas de codificación fueron los griegos los primeros en
oír los fonemas. Su gran aporte consistió en abstraer de las sílabas sonoras, el sonido de las
consonantes y diferenciarlo del de las vocales. Ellos fueron los primeros que entendieron que las
consonantes no suenan solas, pues suenan con las vocales (por eso se llaman con-sonantes); que
las vocales sí suenan solas (son sonantes) y que para escribir, reflejando de manera precisa el
habla, había que inventarse un sistema completo de letras para representar tanto las unas como
las otras. Los griegos se inventaron así el sistema de codificación alfabético que hoy usamos.
El reto de la escuela, en este campo de la codificación, es precisamente ayudar al niño a
hacer este recorrido seguido por la humanidad.
Como ya se ha señalado, la unidad mínima del habla para los niños es la oración. Tras
mucho tiempo y trabajo, llegan a segmentar la oración en palabras y estas en sílabas. Pero de allí
en adelante, para los niños o para cualquier adulto, las sílabas son físicamente inseparables. Por
ese motivo le hemos dado tanta importancia a los procesos de segmentación del habla en los
niños.
Aquí recuperaremos a grandes rasgos ese proceso, para señalar cómo la música puede
facilitar ampliamente este proceso esencial en la construcción del código alfabético. En efecto,
consideramos que todas las didácticas de componer y descomponer las canciones e incluso todas
las producciones de la tradición oral (rimas, retahílas, trabalenguas y adivinanzas) son claves para
que los niños puedan descubrir en el habla sus pequeñas partes, las palabras, y sus minúsculos
átomos, los fonemas.
Al comienzo, los niños no tienen conciencia de las palabras aisladas. La tienen, y muy viva,
de las oraciones. Ellos piensan, hablan y escriben en esos bloques significativos que son las
oraciones, las cuales para ellos son sólo separables por la violencia. Por ello lo que segmentan es
el discurso en oraciones así:
Extrañomuchoamimama
Ellamequieremucho
Con el tiempo toman conciencia de que las oraciones están compuestas de palabras y
empiezan entonces a separarlas en la escritura así:
Ex – tra – ño – mu – cho – a – mi – ma - ma
Para que los niños logren separar la sílaba en fonemas, deberán poder aislar estos últimos,
agudizando su oído y su cerebro. Este paso es difícil, pues ―ma‖ suena ―ma‖ y no ―m-a‖. Es aquí,
para facilitar este aprendizaje, donde la música puede ser muy útil.
Son varías las estrategias que se han descrito a lo largo de las Hojas Pedagógicas para que
podamos promover y constatar la evolución en la segmentación oral de los niños:
Haciendo karaokis con rimas, retahílas, canciones y trabalenguas de la tradición oral
O con los silabarios, cuando los niños dan palmadas o pasos a medida que separan
silábicamente una palabra primero y una oración después
Los Escritos Iniciales (Comp. Hojas Pedagógicas) L.H.M.I. 42
O jugando con el tablero de autoconsulta, para constatar que los niños pueden encontrar
palabras que comienzan por el mismo fonema
En esta ocasión queremos proponer que se utilicen estas estrategias para tomar conciencia
de la manera como los niños van segmentando poco a poco en forma oral los enunciados de la
lengua y cómo lentamente aplican esas segmentaciones a sus escrituras.
Los Escritos Iniciales (Comp. Hojas Pedagógicas) L.H.M.I. 43
HERRAMIENTAS: La música, una aliada de la escritura
Son muchos los estilos para iniciar a los niños en la música y en su gramática. Además de
cantar y tocar instrumentos, es usual que se trabaje con ellos en algunos componentes básicos de
la gramática musical, como son el pulso, el ritmo, la intensidad, la altura, la duración y las figuras.
La cuestión que aquí queremos señalar es que cuando se inicia al niño en la gramática de
la música se suele proceder de lo particular a lo general. Ello lleva a que en ocasiones se enseñe
a:
Identificar, nominar y escribir las notas (blanca, negra, corchea, etc.)
Escribir las notas, utilizando como fuente musical instrumentos de percusión, palmadas o
articulaciones: "ta- ta - tata - taaa" se escribe "negra- negra- corchea- blanca"
Leer las notas usando instrumentos de percusión, palmadas o articulaciones: "corchea-
corchea-negra-negra" suena "tata-tata-ta-ta"
La gran desilusión que sufren estos pequeños aprendices se produce cuando después de
que ellos han escrito y leído con las notas esos ritmos discontinuos (percusiones, palmadas,
tartáreos, etc.), alguien llega con una flauta y en vez de cantar una canción, toca la melodía. El
desencanto se produce porque cuando van a tratar de escribir la melodía de la flauta (que es un
flujo sonoro continuo) nadie puede ubicar las notas. Mágicamente, la negra, la blanca y su séquito
se esfuman y ninguno de los niños puede escribir o leer ni siquiera aproximadamente esa melodía.
FASE I: Utilizar melodías y pedirles a los niños que las escriban espontáneamente, de
manera que puedan utilizar rayas, palitos, bolas o lo que quieran. Inicialmente sucede que llegan a
representar la melodía con una línea continua que ondula de acuerdo a las variaciones de altura:
FASE II: En esta fase se busca que tomen conciencia, a nivel auditivo -y después
representen en el papel- los grandes segmentos (las frases musicales) de los que está compuesta
la melodía (que por lo general coinciden con los versos de la canción), conservando las variaciones
de altura:
Los Escritos Iniciales (Comp. Hojas Pedagógicas) L.H.M.I. 44
FASE III: Posteriormente, se busca que, a partir de las melodías tocadas en su tiempo y
ritmo natural, empiecen a encontrar las pequeñas partes que las componen (a la manera de sílabas
musicales).
Reconocimientos.
A Lucerito y a todas las otras profesoras de música con quienes el autor de este fascículo aprendió
el valor de la música en relación con la escritura, se les extiende sus agradecimientos.
Los Escritos Iniciales (Comp. Hojas Pedagógicas) L.H.M.I. 45
La literatura infantil, entendiendo por ella la literatura que es leída a los niños por sus padres
y maestros, es muy antigua y amplia. Los cuentos populares, los cuentos maravillosos, los cuentos
de hadas, los mitos y las leyendas, y todas las rimas y las retahílas de la tradición oral de diversas
culturas ocuparon por mucho tiempo el universo lector de los niños y claro está, así seguirá
sucediendo.
Sin embargo, la literatura infantil, así como la cultura y los niños, ha cambiado mucho y en
poco tiempo. Soportándose en la imagen, que ha invadido los medios masivos de comunicación, la
nueva literatura infantil ha cautivado el interés de los niños.
En esta entrega de la serie Textos de las Hojas Pedagógicas, abordaremos el tema de la
lectura, presentando la nueva literatura infantil. Se trata de invitar a los lectores a conocerla y a
adquirir criterios para seleccionar los nuevos libros, que si bien nunca relegaran del todo a los
tradicionales, son claves para iniciar a los niños de este fin de siglo en la lectura.
La nueva literatura infantil es esa que hoy ocupa los galpones de las Ferias del Libro y los
estantes de las librerías. Es la literatura que sustituyó los antiguos libros para niños -llenos de
historias maravillosas y uno que otro grabado que los ilustraba-, por otros nuevos, llenos de ricas y
hermosas imágenes ligeramente acompañadas de textos. Se trata de libros para los niños de esta
época, de esta era de la imagen.
Son tres los hechos que a mediados de siglo puede decirse que originan la nueva literatura:
• El primero es el desarrollo de la industria cinematográfica y gráfica, lo cual le dará una
importancia radical y definitiva a la imagen. Imagen en movimiento, con una gramática propia que
se expande vertiginosamente al cine y a la televisión. Imagen quieta, que empieza a narrar por sí
sola, sustituyendo la letra, en los textos para niños.
• El segundo hecho es la necesidad de la industria editorial de competir, e incluso de
sobrevivir, ante la fuerza de la televisión y otros medios. El libro tradicional, escrito con letra
chiquita e ilustrado con pequeños grabados que se intercalan entre tres o cuatro páginas, ahora
debía ser transformado.
• Finalmente, el tercer hecho es nada menos que el nacimiento de un personaje
fundamental para los niños: el ratón Mickey y su orquesta de dibujos animados, quienes invadieron
poco a poco el mundo imaginario infantil a través de los medios.
Entre estos hechos coyunturales, Frank Tashlin, quien trabajaba como animador de
películas de Walt Disney, decide convertirse en autor de textos para niños. Así, en 1946 publica un
libro pionero en nuestro siglo: "El oso que no lo era", el primer libro de la nueva literatura infantil,
hecho con las mismas técnicas de las películas animadas. Es el primer libro que decidió no pelear
más con el cine y la televisión, sino aliarse a ellos… ¡y superarlos!
En primer tugar, sugerimos desempolvar un viejo libro de cuentos de hadas (de los clásicos
con grabados o los que tienen muchas ilustraciones a color) y compararlo con alguno de los que
aquí le estamos sugiriendo.
Fíjese sobre todo en las ilustraciones de los libros de antes: son siempre figuras de cuerpo
entero, estáticas y muy delineadas.
Trate de leer esos cuentos omitiendo las imágenes y se dará cuenta de que no hay
problema, pues fueron hechos para ser escuchados y no para ser 'vistos'.
Los Escritos Iniciales (Comp. Hojas Pedagógicas) L.H.M.I. 46
Coja un nuevo libro, compare las imágenes y saque sus conclusiones. Trate además de
leerlos omitiendo las imágenes. ¿Nota alguna diferencia?
Muéstreles a los niños un libro de cada uno de los tipos mencionados y pregúnteles por las
diferencias que encuentran entre ellos.
Si tiene la oportunidad de ir a una librería, o a una biblioteca con estantes a la vista,
recórralos en compañía de algún niño y deje que él escoja libremente el que más le guste.
Después pregúntele por qué lo escogió.
Los Escritos Iniciales (Comp. Hojas Pedagógicas) L.H.M.I. 47
MIRADAS: Un vistazo a libros cautivadores
Muchos autores han acogido las técnicas que Tashlin introdujo en "El oso que no lo era".
De hecho, desde 1946 ha sido prolífico el desarrollo de la industria editorial de libros para niños. Un
buen ejemplo de ello es lo que sucede con las Ferias del Libro, en las cuales se dedica un galpón
entero a este tipo de publicaciones.
Para conocer estas nuevas tendencias de la literatura infantil, un buena estrategia consiste
en mirar y volver a mirar los nuevos libros, detallada y pacientemente, y buscar en ellos las claves
que los hacen tan atractivos para tos niños.
A continuación presentamos algunos ejemplos de esos libros que les han encantado a los
niños y a los adultos, señalando las novedades que se han introducido en tres aspectos: contenido,
tratamiento cinematográfico de la imagen y disposición de los textos y las imágenes dentro de la
página (diseño gráfico).
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Los Escritos Iniciales (Comp. Hojas Pedagógicas) L.H.M.I. 49
HERRAMIENTAS: Pistas para seleccionar textos para niños
1. EN CUANTO AL CONTENIDO
Historias cotidianas y reinos que se funden. Los cuentos infantiles maravillosos suceden
siempre en reinos y mundos aparte del nuestro y hacen referencia a grandes o pequeños. A ellos
se llega por una fórmula de entrada "Había una vez, en un extraño y lejano país...", y de ellos se
sale con una fórmula de salida "Y vivieron felices...". Los cuentos de la nueva literatura son
historias cotidianas que suceden en este mundo o en una fusión de otros mundos con el nuestro.
Para seleccionar un libro de la nueva literatura, tenga en cuenta que la historia suceda en la
vida cotidiana o esté conectada con ella. Sea que se trate de historias de niños corrientes que
entran a otros mundos, (como en la "Historia Interminable" de Ende) o de animales (como las
Tortugas Ninja) que se vienen a vivir a nuestro mundo y además les gusta la pizza), siempre tienen
vínculos directos con la vida cotidiana.
Finales no tan felices. ¿Quién dijo que el niño no es un ser humano fuerte, capaz de hacer
elaboraciones sobre lo que lo rodea, más aún cuando su mundo no es precisamente un paraíso de
mermelada y un reino de felicidad? Por eso en la nueva literatura se permite que el niño complete y
elabore los finales de las historias que no son siempre tan felices.
Al escoger un libro, lea rápidamente el final. Esto le dará una idea de la manera como el
autor concibe el niño y la literatura para niños. En la nueva literatura abundan finales
sorprendentes como el de Willy el tímido quien después de haber vencido la timidez, al tropezarse
con un poste, le pide de nuevo perdón; o la historia del niño que como no puede vencer las
pesadillas, las invita a dormir con él en su cama.
La imagen narra. Después de Tashlin, la imagen empezó a narrar adoptando el código de!
cine. Una imagen que narra es la que cuenta una historia, y que por lo tanto puede ser leída. Por
ejemplo, se ve la espalda de un oso dirigiéndose hacia una puerta en un sitio oscuro; luego se ve el
oso de frente y al fondo una cueva. El lector puede decir: el oso estaba saliendo (cámara de atrás)
de la cueva y ya salió (cámara de adelante).
Al seleccionar el libro, mire si las imágenes son ilustraciones planas, como los bodegones o
los retratos de una familia, o son imágenes dinámicas que cuentan historias y atrapan a los niños.
Los Escritos Iniciales (Comp. Hojas Pedagógicas) L.H.M.I. 50
¡Bienvenidos al arte! Es cierto que a los niños les gusta la ilustración tipo Walt Disney
(dibujo delineado relleno de colores planos), pero ellos pueden ir aún más lejos. Por eso los
autores de la nueva literatura han incorporado estilos y técnicas de ilustración derivados de
corrientes del arte clásico y contemporáneo. Y les ha ido muy, pero muy bien.
Aunque le parezca difícil de creer, déle la bienvenida al arte en los libros infantiles. A los
niños les gustan los lavamanos estilo Dalí, o los cuadros estilo Van Gogh que utiliza Anthony
Brown. Y hasta el puntillismo o el estilo abstracto que usa Giraldo con tanto acierto.
Letras grandes y chiquitas. El diseño gráfico innovador hace que las letras, además de
representar sonidos, tengan en sí mismas un valor estético y comunicativo, Por eso se agrandan y
achican, cambian de estilo y de tipo como si cambiaran de ropaje, y lo hacen siguiendo el ritmo de
la historia, atrayendo al lector y transmitiendo sutiles mensajes.
Al seleccionar el libro, no se deje llevar por la idea de que a los niños sólo les gusta la letra
grande. Más bien déjese impresionar, y si encuentra alguno con letras grandes y pequeñas, todas
ellas muy bien dispuestas, piense que podrían gustarle muchos más a los niños.
Imágenes que navegan. En la antigua literatura la imagen era ilustración. Eran como
ventanitas que se ponían en frente, debajo o al lado del texto, iluminándolo. Hoy las imágenes
tienen tanta autonomía narrativa que literalmente navegan por el texto, haciendo que muchas
veces sea el texto el que se acomode a ellas... Asi estarán de libres y rebeldes.
Antes de comprare escoger, ojeé todo el libro y mire si las imágenes navegan, saltan y
brincan de aquí para allá y de allá para acá. Eso es indicio de la presencia de un buen diseñador y
casi siempre de un buen libro. Y sospeche de todo lo que sea rígido, tieso, duro y repetitivo.
Diseño y más diseño. En un libro sin diseño todas las páginas están distribuidas de la
misma manera o tienen cambios muy pequeños, y siempre siguen el esquema de ilustración más
texto. En un libro con diseño cada página es una sorpresa, no sólo por su contenido, sino por ¡a
forma única y original como están dispuestos los elementos que la componen.
En la nueva literatura todos los días se está innovando en el diseño gráfico. Por eso no le
tenga miedo a los libros tan atrevidos como los de Ziraldo que rompen los esquemas y hacen
propuestas raras y originales.
Cada vez es menos difícil conseguir los libros de la nueva literatura infantil. Poco a poco
están llegando graneaditos a todas las librerías, incluso a las más pequeñas. En Bogotá, por
ejemplo, se consigue "El oso que no lo era" en algunos supermercados como CAFAM. Aquí
presentamos los datos de tres instituciones a las cuales se pueden dirigir para pedir algunos de
estos libros por correo. Se trata de Fundalectura, una fundación orientada a promover la lectura en
el país, que cuenta con una muy buena dotación de libros, y dos librerías especializadas en
Literatura Infantil, en las cuales los atenderán gustosamente.
LIBRERÍA ESPANTAPÁJAROS
Contacto: Irene Vasco
Calle 103 # 15-63 Local 104
Teléfono: 236 5567
Los Escritos Iniciales (Comp. Hojas Pedagógicas) L.H.M.I. 51
Bogotá
FUNDALECTURA
Calle 74 #14-27
A. A, 048902
Teléfono: 31078Í1
Bogotá
Asi mismo, presentamos una bibliografía de los libros que hemos mencionado en este
fascículo, y de algunos otros que recomendamos. Se trata de un pequeña selección en un mundo,
por fortuna, cada vez más poblado de espectaculares libros de literatura para niños.
No hay nada más maravilloso que un libro. Se trata de un objeto cultural precioso, una
extensión prodigiosa del cerebro y de la memoria, una pequeña caja de Pandora llena de
imágenes y textos, una puerta para otras realidades. Por eso es triste ver y oír que para muchos se
reduce a un manojo de páginas con letras impresas. En nuestra propuesta lectora, vamos a
entender el libro en su más amplia extensión, como un mundo de múltiples dimensiones, lleno de
indicios dormidos esperando al detective-lector que, al interpretarlos, los despierte.
No hay nada más sorprendente que la lectura. Es un encuentro fascinante con un objeto
que se anima ante nuestros ojos; es -como la llama Luis Bernardo Peña- una intensa y larga
conversación con un interlocutor agudo y paciente; es una profunda investigación en la cual, a
partir de nuestras propias preguntas, recorremos la superficie de las hojas para hacer conjeturas y
predicciones que poco a poco vamos validando o refutando en una deriva continua. Por eso no
podemos pensar que la lectura para los niños se reduzca a la decodificación de las letras, a la
repetición literal de trozos de textos y a la adivinación de una supuesta y única interpretación que
es la del autor. En nuestra propuesta lectora, vamos a recuperar la lectura en su más amplia
dimensión de aventura y de viaje protagonizado por un lector vivo, activo y apasionado, a quien un
texto interpela.
Basándonos en los trabajos de Umberto Eco y Charles Pierce, presentaremos una versión
simplificada de un modelo de lectura que hemos denominado lectura conjetural o lectura abductiva,
el cual busca potenciar los procesos lectores de los niños y niñas en la escuela. Para ello resulta
crucial, en primer lugar, dar cuenta de la comprensión que desde este modelo se tiene de los
libros, y de cómo los lectores se van aproximando a ellos.
Los Escritos Iniciales (Comp. Hojas Pedagógicas) L.H.M.I. 53
LAS DIMENSIONES DEL LIBRO
El libro allá -un objeto-. Antes que todo, el libro es un objeto más. Un objeto físico que tiene
materia y valor, Un objeto que se consigue en librerías, en la casa de un amigo, en la biblioteca del
municipio; que se compra, se regala, se presta, se fotocopia, se 'piratea'; se usa como adorno,
como escudo, como excusa, como camino hacia nuevos mundos. El libro es un objeto del cual se
habla, se recomienda, se critica, se comparte, se muestra, se expone. El libro es un objeto cultural
y como tal me entero que existe, me hago a una idea de él, y siento, frente él, atracción o rechazo,
intriga o indiferencia. Así me voy preparando para el encuentro con él,
El libro en mis manos -un cuerpo-. Una vez tomo el libro en mis manos, percibo que tiene
un cuerpo. Cada libro lo tiene y de manera singular. El cuerpo del libro está representado en todo
aquello que percibimos y sentimos en nuestra primera aproximación a él: su tamaño y grosor, la
carátula y contracarátula (que son sus caras); el tipo, tamaño y estilo de sus letras; la cantidad y
variedad de sus imágenes; las grandes secciones en que se divide, los títulos que las anuncian...
Todos ellos son grandes índices puestos, por lo general por el editor, para cautivar y seducir a los
posibles actores. Pero además de estas marcas, los libros suelen tener otras, cual cicatrices en la
piel, que nos revelan intimidades: son las firmas, las dedicatorias o los subrayados de sus antiguos
dueños; y qué decir del olor que da cuenta de sus permanencias; el estado de sus páginas que nos
revela su salud. Y si miramos más detenidamente el libro que está en nuestra manos, veremos que
en letra chiquita y escondida, el libro nos cuenta algo de su biografía: su autor, su editor, la primera
edición (que es su fecha de nacimiento) y las sucesivas ediciones o reimpresiones que ha tenido.
El libro en mí -un tejido de signos-. Más allá del objeto y del cuerpo, el libro es un tejido de
signos. Como las pistas en la escena del crimen a la espera del detective, el libro es una sucesión
de superficies impresas con signos dormidos que esperan pacientes la llegada de un lector que,
por la magia del encuentro, los despierte y les dé sentido al interpretarlos. Ya ante mí, en el libro se
abre mostrándome las letras impresas en sus cadenas discursivas, las imágenes navegando en
torno a los textos; los cuadros, esquemas, mapas, y emblemas que lo ilustran y lo amplifican; los
separadores, los títulos y subtítulos, los pies de página. Todos ellos son ejemplos de estos índices
que contienen en detalle el decir y el no-decir; son las pistas que debo interpretar para resolver mis
preguntas y contrastar mis conjeturas.
El acto individual que hace cada lector de generar conjeturas basadas en sus preguntas y
los elementos que el libro aporta, y de irlas verificando, validando y transformando a partir de los
sucesivos encuentros con todas las dimensiones del libro (objeto, cuerpo y tejido) en los ires y
venires por su superficie, y en las entradas y fugas del mundo que nos ofrece. El texto se concibe
como portador de índices o de indicios que sugieren significaciones que deben ser ratificadas a lo
largo de la lectura. La idea de signo que aquí se tiene es la de Pierce y Eco: un índice es una
marca, huella o indicio interpretable en función del contexto y del co-texto (el resto del texto) en el
que está inscrito.
Desde muy pequeños, los niños suelen leer espontáneamente. Cogiendo en sus manos un
libro -incluso a veces al revés-, se dejan llevar por las imágenes que reconocen, y empiezan a
darle voz al texto. Señalando objetos los nombran ("aquí hay un perro", "mira, una vaca..."); relatan
sucesos ("y la vaca se cayó..."); incluso, hacen predicciones ("la van a regañar...") y después las
corrigen ("no, no lo regañaron..,"). Al principio, para ellos, leer no es decodificar las palabras, ni
repetir fragmentos, ni descubrir mensajes; leer es conversar con el libro.
Pero muy pronto entran a la escuela y todo cambia. La lectura se convierte rápidamente en
un tortuoso examen lleno de meticulosas preguntas, que siempre se hacen una vez se ha
terminado de leer: ¿Cómo salió vestido Rin-Rin? ¿Qué dice ahí...? ¿Cuál es el significado para
García Márquez del gallo en El coronel no tiene quién le escriba?
Los Escritos Iniciales (Comp. Hojas Pedagógicas) L.H.M.I. 54
No obstante, si volvemos sobre los niños y observamos de manera detenida cómo se
aproximan a los libros, podremos ver, incluso con sorpresa, la selección que hacen de sus indicios
y de las raras interpretaciones que formulan. Incluso harán predicciones, y si entramos a
argumentar sus interpretaciones, veremos cómo defienden sus posiciones, o acaso las reformulan,
en un ir y venir sobre el libro como un todo. Veamos algunos ejemplos de estos cuatro procesos
presentes en la lectura.
LA INTERPRETACIÓN: Interpretar
es un acto remisorio. Un hecho, un objeto,
un detalle me remiten a una afirmación, a
otro hecho, a otro detalle. Un hombre con
barba y mochila arhuaca me hace pensar
que es un estudiante de sociología; ante
una rosa roja pienso en María. Entre el
hecho y el resultado, en la caja negra del
proceso, existe una regla que explica ese
paso: ―Interpretar, desde la perspectiva de
Pierce, es pasar de un signo a otro, por
medio de una regla (interpretante). Y tiene
una característica central: el resultado de
toda interpretación es siempre una
conjetura, una hipótesis que debe ser
probada.
Los Escritos Iniciales (Comp. Hojas Pedagógicas) L.H.M.I. 55
Si se pudiera resumir el cambio propuesto para la lectura desde la perspectiva del modelo
conjetural, diríamos que se trata de:
• Hacer preguntas durante la lectura (derivadas de cada uno de los cuatro subprocesos
mencionados en la sección Miradas) y no al final de ella.
• Abordar la totalidad de las dimensiones del texto y no fragmentos aislados del mismo.
• Promover diversas interpretaciones y predicciones en los lectores a partir del texto, pero
validándolas en él.
En esta sección, presentamos una pequeña caja de herramientas que puede ser usada
para hacer un taller de lectura en voz alta con niños pequeños sentados en círculo, usando
preferiblemente los libros de la nueva literatura infantil.
Se trata de un conjunto de preguntas que, si se usan de manera variada y flexible,
permitirán tener más agudeza frente a la lectura, y generarán, sin lugar a dudas, respuestas
sorprendentes. Estas preguntas se presentan vinculadas a tres fases de la lectura, que se derivan
de las tres dimensiones del libro, expuestas en la sección Reflexiones.
Para empezar la lectura, el libro debe convertirse en un objeto que genere deseo. Deseo de
tenerlo, de mirarlo, de leerlo, de explorado.
Los Escritos Iniciales (Comp. Hojas Pedagógicas) L.H.M.I. 56
Para alcanzar estos propósitos, en esta primer fase se trata de ambientar la llegada del
libro, generando situaciones que lo hagan significativo y recogiendo todo lo que se ha oído o se
sabe del libro como objeto.
Preguntas movilizadoras:
Para la selección: ¿Qué les llama la atención de lo que han oído del libro?
Para la interpretación: ¿Qué les hace pensar que el libro sea tan viejo, escrito por un
japonés, tan caro, tan grueso, de letra tan pequeña, sin imágenes, o que éste en la biblioteca del
abuelo?
Para la predicción: ¿Sobre qué creen que va a tratar?
Para la argumentación: En caso de encontrar una interpretación o una predicción extraña,
se pregunta: ¿Cómo se relaciona eso que dices con lo que hemos dicho del libro?
2. LA APROXIMACIÓN AL CUERPO
Este es el momento en que el libro aparece por primera vez como un cuerpo que se deja
ver a través de rápidas hojeadas y se deja sentir en el primer contacto con las manos.
Para permitir esta aproximación, debemos detener el afán de empezar a leer sus textos, y
darnos el tiempo con los niños para que el espesor del libro, su carátula, su contracarátula, el
tamaño de su letra, sus imágenes y todos los otros rasgos de su cuerpo digan.
Preguntas movilizadoras
Para la selección: ¿Qué les llama la atención de todo lo que han visto del libro?
Para la interpretación: ¿Qué recuerdos les produce el título, la imagen de la carátula, la letra
chiquita..., o ese detalle que elegiste?
Para la predicción: Después de toda esta nueva información ¿sobre qué creen que va a
tratar el libro?
Para la argumentación: En caso de encontrar una interpretación o una predicción extraña,
se pregunta: ¿cómo se relaciona eso que dices con lo que el libro presenta? ¿Sigues pensando
que va a tratar sobre lo que dijiste antes?
Surge la confusión: ¿Nos dejamos enceguecer por este entusiasmo? ¿Creímos que era
suficiente para un niño gozar con las palabras (leer esas pocas palabras) para dominar la
lectura?...Sea lo que fuese, fue ése el momento que elegimos para poner fin a nuestra lectura de
cada noche. (…) Ya era grande, podía leer solo, caminar solo por el territorio de los signos... (...) .Se
iba a la cama, BABAR abierto de par en par sobre las rodillas, un pliegue huraño de concentración.
LEÍA. Tranquilizados por esta pantomima, salíamos de su cuarto sin comprender que lo que el niño
aprende primero no es el ACTO, sino el GESTO DEL ACTO....
Y olvidándose del libro, empezaron a actuar como alfabetizadores : Y cuando manifestó los
primeros síntomas de que perdía el aliento en materia de Lectura, insistimos en que leyera su
página cotidiana en voz alta, y en que COMPRENDIERA el sentido. No siempre fácil. Un parto
cada sílaba. El sentido de una palabra perdido en el esfuerzo mismo de su composición. El sentido
de la frase atomizado por el número de palabras. Volver atrás. Retomar. Entonces, ¿qué es lo que
acabas de leer allí? ¿Qué QUIERE DECIR ESTO? -¡No haces ningún esfuerzo.'- ¡No hagas
payasadas!
Y la lectura y el libro desaparecieron: ¿Qué hicimos con el lector IDEAL que era él en
aquella época cuando nosotros gozábamos a la vez del papel de narrador y libro? ¡Qué magnitud
la de esta traición! Él, el relato y nosotros formábamos una trinidad que se reconciliaba cada
noche; ahora se encuentra solo frente a un libro hostil. (...) ¿Dónde se encuentran todos esos
personajes mágicos, esos hermanos, esas hermanas, esos reyes, esos héroes tan perseguidos,
tan malos que lo aliviaban de la preocupación de ser al llamarlo en su ayuda? ¿Será que tienen
que ver con esas manchas de tinta brutalmente rotas que se llaman letras? (...) Éramos sus
cuenteros, nos convertimos en sus contabilistas.
Pero siempre es posible reempezar: Pues bien, este placer está muy cerca. Es fácil volver a
encontrarlo. Basta con no dejar pasar los años. Basta con esperar la caída de la noche, abrir de
nuevo la puerta de su cuarto, sentamos a su cabecera, y retomar la lectura común. Leer. En voz
alta. Gratuitamente. Sus cuentos preferidos. (Y sin formularle esas preguntas).
Esperamos con este testimonio invitar a todos los educadores a seguir leyendo de verdad,
libros de verdad, para niños de verdad, aún cuando los niños ya decodifiquen. Si seguimos así, por
un tiempo más, algún día llegará le lectura silenciosa, la lectura solitaria.