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En Bolivia, la papa es uno de los cultivos más importantes en toda la región Andina del altiplano,
valles interandinos y valles mesotérmicos de los departamentos de Cochabamba, Potosí, La Paz,
Tarija, Chuquisaca, Oruro y Santa Cruz.
En la parte occidental y central de la región andina (sobre los 3000 msnm), la papa constituye la más
importante fuente económica y alimenticia de los agricultores; en cambio en la parte oriental como los
valles mesotérmicos de Santa Cruz y Cochabamba (debajo los 2500 msnm), la papa representa un
aporte adicional al ingreso múltiple por la producción de otras especies de cultivos por parte de los
agricultores asentados en estos valles; por lo que las tendencias favorables o desfavorables en el
sector papero a consecuencia de las políticas macroeconómicas, tienen mayores implicancias en el
conjunto de la economía campesina ubicada a altitudes mayores de 3000 msnm y particularmente en
las familias más pobres.
Desde el punto de vista técnico, los altibajos en la producción del cultivo de papa se atribuyen tanto a
factores físicos (características de terreno y propiedades de suelo) y ambientales (sequía, heladas,
granizadas), como a las plagas y enfermedades que afectan el normal desarrollo del cultivo.
Los nematodos son organismos microscópicos que viven en el suelo y se alimentan de las raíces,
preferentemente de aquellas especies de plantas que son apetecidas por ellos, especies a las que se
les ha denominado hospedantes. El cultivo de papa es un excelente hospedante de algunos
nematodos que aproximadamente llegan a más de 68 especies.
En las zonas productoras de papa (sobre los 2500 msnm) de Cochabamba, Potosí, La Paz, Tarija,
Chuquisaca y Oruro, los nematodos más comunes son Nacobbus aberrans conocido como
“nematodo del rosario” y Globodera spp. conocido como “nematodo quiste de la papa”. Sin embargo,
Meloidogyne spp. “nematodo del nódulo de la raíz” también ha sido recientemente detectado en
zonas aptas para la producción de semilla de papa (sobre los 2800 msnm) en Cochabamba, Tarija,
Potosí y Chuquisaca y en zonas cálidas (debajo los 2500 msnm) de Cochabamba y Santa Cruz, en
los cultivos de papa, tomate, cebolla, zanahoria, ajo y lechuga.
Por otro lado, los tres nematodos representan un problema serio en el sistema formal de producción
de semilla de papa, ya que su presencia determina la descalificación de la parcela y pierde su valor
para producir semilla de acuerdo a las Normas de Certificación en Bolivia.
En la campaña 1995-96 por ejemplo, por la detección de N. aberrans o Globodera spp. se rechazó el
27.84% de las parcelas evaluadas para su certificación en Cochabamba, 32.48% en Potosí, 63.13%
en La Paz (de 187 parcelas en las Provincias de Omasuyos y Loayza), 18.53% en Tarija y 18.88% en
Chuquisaca. Por otro lado, al incorporar las mismas parcelas a la producción de papa consumo, a
través de los años se incrementan en estas las poblaciones de nematodos y se elevan los costos de
producción al recurrir a un mayor uso de fertilizantes y pesticidas para mejorar los rendimientos del
cultivo, además que se requieren de prolongadas rotaciones de cultivos para mantener las
poblaciones de nematodos en un nivel que no afecte la productividad de la parcela.
Otro de los efectos indirectos que se ha venido observando en los últimos años y que están afectando
la biodiversidad y el medio ambiente, es la incorporación de nuevas tierras para una desventajosa
producción de papa, ya que se trata de tierras con severas limitaciones de fertilidad, pedregosidad,
etc. En estas nuevas áreas se elimina la cubierta vegetal natural que los protege de los vientos y
lluvia y de la excesiva evaporación, que exponen a los suelos a una rápida degradación. Por otro
lado, la eliminación de pastos nativos reduce la producción animal, el ingreso y la nutrición, lo cual
está forzando la migración de la población campesina a las zonas de valles y llanos, a emplear su
fuerza y habilidades en otras áreas de trabajo lícito e ilícito, sin conseguir mejorar su calidad de vida.
Una vez iniciada la infestación del suelo por la introducción de cualquiera de estos tres nematodos es
imposible erradicarlos y solamente es posible disminuir su población por medio de un programa de
Manejo Integrado. Los tres géneros presentan un amplio rango de hospedantes entre cultivos y
malezas que facilitan su multiplicación y constituyen reservorios para su sobrevivencia; son de fácil
diseminación a través de los tubérculos infectados y en la tierra adherida a la maquinaria u
herramientas de campo; la reproducción de las hembras es alta, presentan fuerte resistencia a
condiciones adversas como temperaturas bajas (-13°C) y condiciones de desecación en ausencia de
hospedantes y alta variabilidad genética, cada género abarca diferentes especies y cada especie
diferentes razas.
Al desarrollar componentes para implementar una estrategia de Manejo Integrado de Nematodos, con
el mejoramiento genético se generaron las variedades Pukauya y Jaspe con resistencia parcial a N.
aberrans y Globodera spp. y junto con la variedad nativa Gendarme seleccionada del germoplasma
boliviano, controlaban la invasión y multiplicación de la población de nematodos en determinadas
zonas productoras de papa. Pero en la actualidad estas variedades en comparación con las
variedades susceptibles son similarmente atacadas debido a la presencia de razas dentro cada
especie. La identificación de nuevas fuentes de resistencia y el desarrollo de nuevas variedades
resistentes a las razas de N. aberrans y Globodera spp., todavía tomará tiempo, aunque las
expectativas en este aspecto no son optimistas ya que el flujo de semilla en el sistema informal o
tradicional incrementa la distribución de más de una raza en las zonas productoras de papa, lo cual
inutilizaría la resistencia genética hasta ahora identificada de forma individual e independiente a cada
raza.
Sin embargo, actualmente por la presencia de diferentes razas de nematodos, se sigue cuestionando
la estrategia de Manejo Integrado al emplear las variedades anteriormente seleccionadas como
resistentes. Entre otras limitaciones de la estrategia, se distingue la complejidad de interrelaciones
ecológicas de los diferentes agroecosistemas, que afectan la adaptabilidad de las variedades
resistentes a nematodos en algunos de ellos, restricciones en su manipuleo, resistencia por parte de
los agricultores en la adopción de labores culturales diferentes a sus labores tradicionales
principalmente por los elevados costos de producción, preferencias del consumidor por variedades
que no son exactamente aquellas resistentes a nematodos. El control de Meloidogyne spp. en las
zonas productoras de papa queda aún por definir e investigar.
Ante esta problemática, la biotecnología surge como un recurso que puede contribuir en gran medida
y en menor tiempo a paliar esta gama de situaciones desfavorables, que hacen pasar de soslayo los
resultados en la reducción de daño en los cultivos por nematodos al aplicar medidas de control que a
la vez han sido producto de varios años de investigación. Las nuevas técnicas de la biotecnología
como la ingeniería genética, posibilita generar plantas con genotipos inalcanzables a través del
mejoramiento convencional. Con la ingeniería genética, las variedades nativas como Waych’a, Imilla
blanca, etc. pueden tener incorporado en su genoma los genes con resistencia a nematodos sin ser
una limitante el género u especie del fitoparásito, los mismos que se circunscriben a N. aberrans,
Globodera spp. y Meloidogyne sp. Una vez que la “producción” como “productividad” del cultivo de
papa y de otros cultivos de rotación susceptibles a nematodos, se eleve con la superación de los
suelos agrícolas a través de la disminución de altas poblaciones de nematodos dentro de cada
agroecosistema en particular, se podría mejorar y superar la inseguridad alimentaria de la población
rural que continua incrementándose y pasando a engrosar las zonas urbanas marginales.
Por lo expuesto, es indispensable que los países en desarrollo como Bolivia, tenga la oportunidad de
capacitar su personal nacional de tal forma que se beneficie más de la investigación biotecnológica,
responda a los procesos biotecnológicos modernos y se acorte la brecha tecnológica existente entre
nuestros países y los desarrollados. Bolivia hace más de tres años ya cuenta con un Reglamento de
Biodiversidad y Bioseguridad, que es el marco legal dentro el cual se deben desarrollar las
investigaciones iniciales con material transgénico hasta su liberación al mercado como alimento
seguro para el consumo humano. Es por lo tanto necesario acatar estrictamente este reglamento para
iniciar cualquier investigación de acuerdo al material transgénico que se trate, siguiendo el principio
de "caso por caso y paso por paso". En este sentido, la Fundación PROINPA viene acatando esta
normativa nacional vigente y además una vez que se inicie la investigación con las papas
transgénicas resistentes a nematodos, analizará la información generada para incrementar esfuerzos
en la investigación de análisis de riesgos en la Biodiversidad y Medio Ambiente ya iniciada hace dos
años por la Fundación sin el empleo de las papas transgénicas. De esta forma se minimizará al
máximo los posibles riesgos y quedará asegurada la preservación de la salud, biodiversidad y medio
ambiente. Cuando se demuestre que las papas transgénicas no son nocivas para los ámbitos
mencionados, las autoridades pertinentes podrían autorizar su liberación para su producción y
consumo.
Bolivia debe tener políticas claras de desarrollo e investigación:
Ante esta situación, se necesita una decisión de parte del Gobierno, que enfatice el fomento y apoyo
a la agricultura de la parte occidental y central de la región andina (altiplano y valles interandinos) a
través del facilitamiento de la financiación a instituciones de investigación y desarrollo rural.
Por estas razones, es importante que las instituciones gubernamentales y no gubernamentales del
sector agrícola principalmente de la parte occidental y central de la región Andina (Altiplano y Valles
interandinos), apoyen continuamente en la generación, difusión y facilitamiento de la adopción de
tecnologías para superar los altibajos en la producción y productividad de los cultivos importantes en
estas dos zonas agroecológicas, además que faciliten mejores oportunidades para comercializar sus
productos.
Es necesario también una política que implemente instancias necesarias en las entidades pertinentes
apostadas en las fronteras, para que hagan cumplir rigurosamente los acuerdos legales
internacionales sobre costo de aranceles y además inspeccionen la sanidad de los productos
agrícolas por introducir; ya que la globalización y liberación de mercados es una realidad difícil de
impedir o evadir, pero sí de normar y regular de manera que no incida en la economía del productor
agrícola boliviano.
Por otro lado, la producción de papa en Bolivia requiere de un abastecimiento constante de semilla de
alta calidad sanitaria a través de los sistemas de producción de semilla formal e informal ubicados
arriba de los 2800 msnm, ya que la producción de semilla a menores altitudes no es posible por la
mayor presencia de insectos transmisores de virus y otros patógenos. Los nematodos están
arriesgando el potencial como productor de semilla y también de papa consumo que poseen el
Altiplano y Valles interandinos, por lo que el sector agrícola papero (agricultores, instituciones
productoras de semilla, instituciones de investigación, etc.) debe de concertar con el Gobierno para
que este último delinee prioridades, delimite regiones y zonas e implante estrategias particulares que
apoyen a la agricultura de la parte occidental y central de la región Andina, de lo contrario en el futuro
próximo posiblemente se llegue a importar semilla de calidad de otros países por dudar de la sanidad
de la semilla producida en Bolivia ya que los suelos sanos y aptos para este fin son cada vez menos.