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Chac Mool

Filiberto murió ahogado en Acapulco, sucedió en Semana Santa.

Fue como todos los años, a la pensión alemana, en playa de Hornos a comer
el choucrout y a divertirse bailando. La vida continuó y esa noche organizó
un baile en la terracita sofocada, Filiberto estaba en una caja muerto y
abandonado, "Frau Müller no permitió que se velara -cliente tan antiguo- en
la pensión;" por lo tanto estaba muerto allí tirado solo "mientras Filiberto
esperaba, muy pálido en su caja, a que saliera el camión matutino de la
terminal, y pasó acompañado de huacales y fardos la primera noche de
nueva vida"

Estas son las cosas que sabemos desde el principio que le habían pasado a
Filiberto: tenía 40 años, "su juventud no había nadado bien" y había sido
despedido de su empleo en la Secretaría

El amigo llega a buscar el cadáver de Filiberto y sus pertenencias:


-"Cuando llegué, temprano, a vigilar el embarque del féretro, Filiberto
estaba bajo un túmulo de cocos; el chofer dijo que lo acomodáramos
rápidamente en el toldo y lo cubriéramos de lonas, para que no se
espantaran los pasajeros, y a ver si no le habíamos echado la sal al viaje."-
Se lleva el cadáver y sus pertenencias, "Un periódico viejo; doscientos
pesos, cachos de la lotería; el pasaje de ida-"

"Salimos de Acapulco, todavía en la brisa, hasta Tierra Colorada nacieron el


calor y la luz", descubrí el diario de Filiberto, "abrí el cartapacio de Filiberto,
era un cuaderno barato, de hojas cuadriculadas y tapas de papel mármol.
Comencé a leer el cuaderno de Filiberto, "me aventuré a leerlo, a pesar de
las curvas, el hedor a vómito, y cierto sentimiento natural de respeto a la
vida privada de mi difunto amigo"

Recordaba el tiempo en que trabajaban juntos, “recordaría- sí, empezaba


con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina". El amigo recuerda mientras
lee el diario la conducta de Filiberto en la oficina "fue declinando, olvidando
sus deberes, por qué dictaba oficios sin sentido, ni número, ni "sufragio
efectivo." Por qué, en fin, fue corrido, olvidada la pensión, sin respetar los
escalafones”.

Carlos Fuentes. (1973). Chac Mool.

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