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Q..22.134 JEAN BAPTISTE DE MoNeT ‘CABALLERO DE LAMARCK FILOSOFIA. ZOOLOGICA Presentacién de Adria Casinos @ 5307348503 FILOSOFIA ZOOLOGICA El presente volamen reproduce, en fax Ia primera edicion del Lio Filosofia sole (Valencia, F-Semperey Compan, it~ rea), Las meds deca el Hbro orginal han sido respetadas Yu ha ahadido un apéndice con a tadueion completa de le sAdverteniany del primer para del «Discurso preliminary Coleen «Noctulabiam» Acids por Jaume fsa | Loree y edit por Ala alla en colaboraion om la revista «Mando Canton El grabado que a idenien rata el empleo del noctirlabio ttizando Ie estrllany proce 4a Libre de Cosmographia.. de Apiano Primera edicin: septiembre de 1986 Propiedad de esta ec Editorial Alte ull, Bre 71, 08009 Bareelona 1 Eaitorial Portal, 8.4, Valencia 359, 08009 Barelona “Teaducein del Apéndice: Jaume Serrasoeas Impreso on Hurope, S.A Recaredo 2, Pablenow (Barcelona) LAMARCK, ENTRE EL OLVIDO Y LA CONFUSION Lamarck en su época ‘Jean Baptiste de Monet, chevalier de La Marck, tenta ‘uarenta y cuatro afos cuando en 1788 consiguié una plaza de asistente de Boténica en el «Jardin des Plan- tes» de Parts. Era su primera vinculacion formal con la ciencia, si bien hacia unos veinte ahos que estaba relacionado con aquella insttuciOn. Tras pasar su pri- mera juventud en el seminario de los jesuitas de Amiens y en el ejéreito, y a consecuencia de una grave herida, abandona la milicia y toma contacto con las ciencias naturales. Lainfluencia ideolgica de Rousseau parece que fue en este sentido bastante determinante. Sus primeras preocupaciones cientificas estaban rela cionadas con la meteorologia, pero pronto Antoine- Laurent de Jussieu lo inclin6 a la boténica. En 1778, enn corto plazo de tiempo, culminé su Flore frangai- se, que entusiasmé a Buffon y conquist6 el honor de ser impresa por la “Imprimerie royale”. En dicha ‘obra, que le abrié las puertas de la Academia de Cien- cias, realiz6 su primera aportacion destacada, de las ‘muchas que hari al desarrollo de las ciencias natur: les: el método dicotémico ivi Cuando la Convencién leva a cabo la reorganiza- cién del “Jardin des Plantes”, a propuesta del propio Lamarck, transformandolo en el “Muséum d Histoire Naturelle”, se convierte oficialmente en zodlogo. En efecto, el 10 de junio de 1793 el gobierno republicano crea doce cétedras, para las que son nombrados Brongniart (Arte quimico), Daubenton (Mineralogia), Desfontaines (Boténica, herbario), Faujas de St. Fon (Geologia), Fourcroy (Quimica general), E. Geoffroy Saint-Hilaire (Animales superiores), A.L. de Jussiew (Boténica, herborizacion), Lamarck (Animales inferio- res), Mertrud (Anatomia animal), Portal (Anatomia humana), Thouin (Cultivos) y Van Spaendonck (Ieo- nografia). El “Muséum” no es sino un eslabén més de Ia profunda renovacion de la enseftanza superior que 1 poder revolucionario leva a cabo, sobre todo como alternativaa la decrépita y obsoleta Sorbona, la misma que habia intentado prohibir la Historia natural de Buffon (1,2)-* Desde el primer momento Lamarck decidis inaugu- rar sus cursos del “Muséum” con una especie de leccién magistral anual que denominé discours d’ouver- ture. Alganos de los correspondientes manuscritos han egado total o parcialmente hasta nosotros. En ellos se puede seguir Ia evolucién de su pensamiento, en la medida en que va introduciendo novedades. En el Discours de 1794 debié utilizar por vee primera la palabra “invertebrados” como contrapuesta a “verte brados” (3). Rebautizaba asi la clasificacion propuesta por Cuvier de “animales de sangre blanca” y“anima- * Los mimeros entre parénteis emiten al bibliograia que Fi ra al final de eat presentacion ivy Jes de sangre roja” (Cuvier habria llegado a Paris a ‘mediados de 1795). De todas esas leeciones inaugura- les la del ato Vill (1800) seré la mas notoria. En ella ‘esboza las lineas magistrales de sus ideas evolutivas, que nueve afos mas tarde desarrollaré en la Filosofia z00l6gica. La obra de Lamarck no esté exenta de ideologismo. La influencia de Rousseau y su Contrato social, el ateismo solapado de Buffon, debieron marcarle pro- fundamente, y no es nada extraito que se entusiasmar con la revolucién. No hay razones para pensar que su actitud no fuera sincera, que setratara de simple servi- lismo hacia el gobierno que le habfa encurabrado. De ser asi, quiza hubiera sido capar de repetir la mani bra. E1 18 de brumario del general Bonaparte marca el fin de sus buenas relaciones con el poder. El imperio y la restauracién borbénica no le serin favorables. El propio Napoleén le reeriminaré piblieamente durante ‘una reunién del Instituto por su obra meteorologica, cuando Lamarck intentaba hacerle entrega de su Filo- sofia. Es curioso que sea en su obra dedicada a los Fenémenos fisieos (por lo demés, abundante) donde mas deja transparentar su faceta no estrictamente cien- tifica. En general, sus hip6tesisfisico-quimicas fueron bastante desafortunadas y en ocasiones muy politiza- das, atacando a.cientifieos de ideologia antirrevolucio- naria, como Lavoisier, despues de su caida en desgra- cia durante la Convencion. Salvando las distancias, evoca el episodio Lysenko. Cuando en 1794 publica sus Recherches sur les causes des principaux faits physiques, eseribe una dedieatoria que es sin duda su ‘mas ferviente profesin de fe revolucionaria: (vin) Al pueblo francés. Acepta, pueblo magninimo y vietrioso de todos tus tnemigon, pueblo que has recuperado los derechos fradose impresriptibles que has reibido dela natura. feza [1] y por el deseo que yo tengo de compartir ta flora, contribuyendo al menos, gin misdébles facl- {ades, a ser til a mis semejanten, mis hermanos, mis iguaes, Entre 1799 y 1810 publies los once volimenes de sus Annuaires météorologiques. Hay que decir que Lamarck nunca concibié sus facetas de fisico y de zoélogo separadamente, sino que las considers com- plementarias. Cuando en 1802 publica su Hydrogéo- logic la concibe como la primera parte de una fisica de la Tierra, ala que habian de seguir una “Météorologie” yun tercer volumen dedicado alos seres vivos, para el que acuno el neologismo “Biologie”. Nunca fueron publicados. La mayor parte de su obra la desarrollé como espe cialista en invertebrados. Asi, en 1801 publicé Systé- ‘me des animaux sans vertebres; entre 1802 y 1806, ‘Mémoires sur les fossiles des environs de Paris; tam- bien en 1806 vio la luz Discours d’ouverture du cours des animaux sans vertébres. Entre 1815 y 1822 su legado principal los siete volimenes de Histoire natu- relle des animaux sans vertébres, en una parte consi- erable dictados a una de sus hijas, ya que en 1819 se volvi6 completamente eiego. Murié el 18 de diciembre de 1829. iia) Lamarck como evolucionista Lamarquismo, herencia de caracteres adquiridos. Darwinismo, seleceién natural. He aqui unas pregun- tas y respuestas del catecismo neodarwinista, en plan fe del carbonero, que repiten eantidad de bidlogos que no se han molestado en leer a Darwin ni, por supuesto, a Lamarck. En realidad la cuestion es mucho més compleja. En primer lugar las ideas evolucionistas de Lamarck son mucho menos esqueméticas de lo que se piensa, Hay en ellas dos componentes diferentes (5). Por un lado, la creencia en una supuesta tendencia progresiva que obligaria a los seres vivos a elevarse paulatina- ‘mente en la escala vital. Por otro, lo que se ha identifi- ‘ado propiamente con el lamarquismo, la herencia de los caracteres adquiridos. Esta supuesta capacidad he- reditaria no se reduce al mecanismo uso-herencia, se- ‘gin el cual la voluntad del ser controlaria indirecta ‘mente su propia evolucién. El ejemplo de las jirafas y su cuello, que responde a este fenémeno, es para mu- chos la quintaesencia del lamarquismo. Es més, con frecuencia se piensa también que la induccién por el medio ambiente fue postulada por Lamarck, cuando ‘en realidad se trata de una hipétesis de Geoffroy Saint- Hilaire que Lamarck siempre rechaz6 (6). Lamarck era consciente de que el mecanismo uso- herencia implicaba un acto de volicién, eosa que era imposible en los vegetales. Asi la aparicion de nuevos caracteres en las plantas sera simplemente una res- puesta a nuevas condiciones ambientales, que actian @ través de los cambios provinientes de la nutricion y ddemés aspectos fisiologicos del individuo. od Es en conereto el primer aspecto del pensamiento evolucionista del autor de la Filosofia zooldgica lo que Darwin juzga errénco, es decir lo que en el bosquejo histérico que antecede a El origen de las especies calfica literalmente de “ley de desarrollo progresivo” (7). La otra cuestion, la herencia de los caracteres adquiridos, ¢s asumida por Darwin como un mec ‘mo evolutivo més, ya que su gran aportacin, la selec- cién natural, es solamente concebida como un factor determinante de variacién compatible con otros, aun- que 61 lo considerara el principal. Hay que decir tam- bien que Darwin pas6 por muchas fases en su valora- cién de la posibilidad de herencia de los caracteres adquiridos (8). Ya es antigua la argumentacién de que ‘esto puede apreciarse en las diferentes ediciones de El origen de las especies en el hecho de que en La variacién de los animales y plantas en domesticacién, publicado en 1868, cuatro aos antes que la sexta, y Gefinitiva, edicion del Origen, dedicara un capitulo entero a ia defensa de la herencia de los caracteres adquiridos, Hay ademés otro punto de contacto entre esos dos grandes evolucionistas que se olvida con demasiada frecuencia y que conviene rescatar aqui, por tratarse de un tema de rabiosa actualidad. Me refiero a su ‘reencia comin en el gradualismo, que les llevo a adoptar una actitud nominalista respecto a la especi biolbgica. La actitud de Darwin, plasmada en su asun- cidn de la méxima de Leibniz natura non facit saltum, es sobradamente conocida (8) pero lo que esté menos divulgado es que Lamarck Hleg6 al transformismo a partir de la hipétesis de que era posible establecer series filéticas ininterrumpidas, entre fosiles y vivien- ou tes, en determinados grupos animales. En sltima i tancia parece que fueron las colecciones de moluscos del “Muséum” de Paris, de las que se hizo cargo en los tltimos afios del siglo XVitt, a la muerte de Bruguiére, las que le sugirieron la idea (6). Por estos mismos aitos, Cuvier, al observar Ia falta de todo nexo de unién entre las especies de mamiferos fsiles y las actuales, levaba ‘cabo una lectura discontinua del fenémeno, que le evar a fa formalacién de su teoria de las revolucio- nes del globo. En los altimos anos Eldredge y Gould han desarro- Mado una teoria que hace una lectura discontinua del proceso evolutivo, conocida con el nombre de “equili- brios & intervalos” (punctuated equilibria) (9). La polémica en torno a dicha teoria ha ido més allé del hecho puramente cientifico, de forma que han surgido voces sfirmando que lo que habia detrés era un plan- teamiento marxista, que implicaba el rechazo sistem4- tico de todo punto de vista gradualista (10). No deja de ser curioso que en los albores del siglo XIX la situacion fuera inversa a las conclusiones del citado andlisi: Lamarck, el personaje de ideas avanzadas, era gradus lista: Cuvier, reaccionario y profundamente oportunis- ta en lo politic, era rupturista. Un pensador revolu- ‘ionario tan atento al desarrollo de las ciencias natu les como Engels, dria afios més tarde que “la teoria de las eatéstrofes [de Cuvier] era revolucionaria en sus palabras, pero reaccionaria en sus hechos” (11). Dicen que a veces la historia se repite. En el men- cionado debate actual sobre la posibilidad de los pro- cesos discontinuos en la evolucién animal, las series fileticas de moluscos han vuelto a convertirse en pie- dra de toque. En 1981 P.G. Williamson (actualmente bar en la Universidad de Harvard) publicaba un articulo sobre gaster6podos y bivalvos fosiles del lago Turka- na, en Kenia (12). En él, Williamson reconocia una serie de fendmenos de especiacién que intrepretaba ‘como sumamente répidos, separados por periodos de cestasin o de estabilidad de las especies. La polémica sigue su curso (13) en funcién de que una serie de especialistas dudan de la interpretacion, aunque algu- nos sean partidarios de la hipotesis de equilibrios intermitentes, dada la difcultad de definir buenas es- pecies cuando no son aplicables criterios como la in- terfecundidad. 4Qué consideracién ha merecido Lamarck a la pos- teridad? Puede afirmarse que hasta que Darwin publi- 6 en 1859 su Origen de las especies, Lamarck fue el gran olvidado. Incluso su esquema sistematico (del que da cumplida cuenta en la Filosofia) es arrincona- do en beneficio del de Cuvier. Es, curiosamente, con la cexpansin del darwinismo, hasta los primeros afios del presente siglo, cuando el pensamiento lamarquiano fest en su mejor momento. Muchos de los primeros propiedater do une fueren ‘vital eapecial 6 do una cause final orgintea; Ia procadenela de ‘tos ls orgunismos de ua sorta adimero de formes antope. anldas por goneriéa eapoutdaea de le matory 1s porpetuidad no iaterrsmpida de la evolucién geoldgicay Ie ‘ausonsie de revolusiones y especialmente In inadmisbilidad e todo milagro; en une palabra, todas las propesisiones mis {importantes dota biologia moataticn otha ya formalades 0a 1a Finosorta 200140104. Sil admirable esfaur2o intelactanl do Lamarck fab Aesconosido en aa tomapo ello a dabo do aaa parte Al g ‘era del pus do gignato por ol oual so adelantabe on medio siglo & sus contemporkeecs, y por otra & que faltaba & su obta una base expecimontal sufelonts, notindose algunes ‘tu didcultades do domostracba, Lamarck aedale muy jus ‘taments Ins condisionos do a adaptacida eotno vonstitayendo Jas ctuans mocknicns de primer onde, que producon Ia porpo- ‘tus metamorfosis ds las formas orginicas: cuanto & la anelo- van nd1090 gla morfolbgion de Ine especies, glnoro, ts, a rolzotree con buen derecho & une relaciin de consanguinidad y reralta, ‘lon explieada por a haroncia, Pare dl a adaptacia consisto solamente on aha relaciéa entre le modifeasiéa lenta y cons- ‘tants del mundo oxtorior y un cambio correspondiente on laa setivideden, y por conteowonci, laa formas do loe orgasis~ ‘mos, Sin dada oe sate un agents exiremadarents importante ele metamordous do las formas orginicas, No obstante re- sulte imposible explioar, como hnce Lamarck, por osta sola por au proponderancia, ie molifescién do Tas or ejemplo, # dive quo ol largo culo dea raf Aubido & a porpetua extaneién & quo lo eojote ol waimal_ pera ramouoar en loa grandee deboles; porque viviendo In jirait Grdinariaments on regiones Aridas, donde el fllajo do los Arboles conatitaye wn nic alimenta, eat animal a» wiéobli- edo & dosarzollar cata actividad oxpocil. Do igual manera a longoa en forma do pico dol oto hormiguaro ha sido produ- ‘ida por ol bdbito que tinon estos animales do sucar ax all- ‘mento do hendidures 4 do eanslos ostrshoe, dalgedoa y pro- fondos, Las mombranes natatorias do Ina vans y do otros animales seuiticos aon debides dnicemente & sus perpetucs afusrsos para nada dla rosltoncia que ol agua ofvece & 905 extromidedes, klon movimlentos natatorios malmaos, La oneia tranemite rebusteidudolos tales habitos& los descon~ Aionter; ra perfecsionindose y acaban Snelioato por reul- ‘ar motamorfovendoe, Dor exicta quo sen on general esta idea fundamental, sin embargo, Lamatek signa al hibito ‘una inflooneia domasiado excasiva; constituyo indaéablomen- toune de les principales ceuans do In motifcncién do las for- sas, poro no ea la Unica. No obstante oo procico reconocet que Lamarck ba comprendido parfectamenta Ia acoién reel proce do las doa induenoins formatricesorgéstons, ln adapta- ‘idm y la hereneia, Pero desconoce ol principio importants smo se In snleccion natorel on la lucha por In existencian, principio que Darwin noe hn hecho conocer cincventa aos Aespuie, Pnb1090 x ‘uo do loa principales méritos do Lamarck os ol de haber ‘ratedo ontonceo do probar quo Ie eapecio bomiana dexcfende por ovolusién do otros mamffaros may préximos f los monos. ‘Aga! también os ol hibito quien figura en primer linea; a él {quien Lamarck atiboye ol principal papel on Ia metainor- fois, Ton hombres mis infoioree, los hombres priuitivos provienen, aogin ldo los manos’ entropoides que se acoee ‘ambraron la posiolia vortial. HI levantamfonta del troneo, cl perpotuo eefuerao para mantenerae on pi, prodajeron poco & 000 la motamorfoeis do los mfombros, uaa dferenciacita rake torriles y una planta de oe ples; hasla adolente, lan extre- midadee preonsilon do las mance, La eetacién reste dl por reaaltedo' ol pormitir un examen mds teil del mundo ame Diente, y do alo rorsltd un progreso intelectoal considerable, ‘Los herabros-mouos adquivieron asi una gran supariridad a bro los otros monos y an gonsral sobre los sores orgunizadoe t roloaben, Para consolidar oata suporiorided se aa0- come econtace con todor los aniunales Que ‘Vivon on sociedad, so destrrll6 on ellos In neaeslded de poner fen comin aus eefocraon y avs pe ecetidad dol lengua, roprecantado al prinaiplo por gritow rmionto del longuaje articulado legs & conattair ana poderoen palanes para aysdar 4 la evolneién orghniee, y eepectalente una ovolucién dol eorabro, hasta que lentamonte los how- Dros mouos se transformaron en verdaderoe hombres, Quo lon hombros primitivo, todavia gross, descendiesen real- monte do los moves mis perfecciouatos, Lamarck afro nla ol apoyo de pruebas slid, Ordinatiemonts 2» coloce dle enbozn do los naturalistas ‘Albeofos fransease, no & Lamarck, sluo & Esteban Geoffroy: x provode StintHilalre, que nasid on 1771, Goethe Ip tenia on gran concopto, fad, come. ya homon disho, el adverencio mAs de- sidide de Cuvier. ‘Desde ls terminacién dol siglo XVIII, exponia ou ideas sobro la motamorfosis do las capaci orghniens, pero las pas Die por primera vox colaments en 1628, luego laa defends con valentia deranto los atce sigaiontas, eapecialmente eo 1690, coutra Cuvier. Salat-Hilaro admit, en lo que tiono ‘Ge eeonciel, In doctrine do Ta dessondencia de Lasnarsk; vin unbargo, eFeln que la motamorfosia de las eapecioe vogotales y animales era debida monos le actividad propia del orga bismo (hibito,ejereisio, uso 6 desuso de los Srgunoe) que & Ja Inflaenein ol mundo ambiente, esto es, & las perpetaae ‘veriasionoe del mundo exterior, capesialmente de In atméa- fore, Par d, ol orgeniemo eg ante las condiionee del modio exterior, mu bien pasivo, inactive; para Tamarck, por el ‘outrario, ex mba sotivo. Geoffroy ofee, por eemplo, que por ‘lhecho de In disminuoia de la cantidad de deldo carboaico fon Tk atméefra, las aves lun aalido de loa reptiles sau ‘porque resltando ms rico on oxigeno el aio, estar dltimos ‘suimales ae volvioron mis vivaces y mba endrgico, De ello procedié una elovacién on Ie temperatura do at anngs ‘mayor astvidad norvioes y musonlr, y por consecuenci, I ‘acumes so enmbinron en plamar oo, Esta idea, on ol fondo, ‘may joata; poro elo cierto que una modiGencién sobrove- aida on Is stmbafera 1o mismo quo cualquiera otra modi6 ‘acién sobrovenida en las condisiones de existoncie, pusde contvibuir divecta& inireotamonta & teanaformar ol organs to, no obstante, ous olan causes resulta ea af nisms rasiado poco importantes para que ao lor paeda ateibulr ‘exclusivamonto tal resultado, pues no tienen més valor quo l gjetvcioy el Alito, invocndo oxclasivamonta tambisn por Lamarck. Bl principal mnésito de Saint Hilaire coosiate oa Inabor sostonid, & peaar do In poderoesinfluensia do Cavier, Jn concepeién uniteria do In Naturale, Ia anidad del modo do fermacién orghnica y ol {atime pareniaeco gonealdgico do Pnéroco ey las divorata formas orgunizadss, Ya an las procedantes loc ones mencioné los oblobres debates de los dow grandes a4. versarioa on It Academia de Paris, onpacialmente lo arden ts coufictos dal 22 ao Febroro y 19 de Fulio do 1880, en los cuales do tal manora so Interesd Gosthe, Onvieetaluatd ene tonces en toda Ia linet, y deste aguella époce otal nada so ha hecho on Pranela por ol progvere dele doctrina gouoalogica ni para contribuir 4 In tarminaoidn de una teorfe ovolative monlaticn, Bas sro Haoxm. INTRODUCCION a experfencla en la ensenanza me hizo sentir do ‘qué modo una flosoffa soolégica, os decir, un euerpo eo preseptos y do principios relativo al estudio de los animales y basta aplicables 4 las otras partes de las clencias natarales, nos seria atil en la actualidad, dados tos progresos que se han realizado en estos ultimos afios en nuestros conoclaniantos de los hechos zooldglcos. En efecto, chay algo més interesante on el estudio do la Naturaleza que ol estudio do los animales; que la, consideracién de las conoxiones de su otganizacién con Ja del hombre; que 1s del podor que tienen los habits, Jos modos de vivir, los climas y las zonas de habitacién para modificar sus caracteres, sus facultades y aus 6r- ‘ganos; quo ol examen de los diferentes elatemas do or- anizacién que entre ollos se observa y segtin los cuales etcrminan las antologias més 6 menos grandes que Jan el rasgo do cada uno de ellos en el método natural? Hay algo més intervsante, en suma, que le disteibuciéa General que formamos de’ estos sotes, considerando la ‘complicacién més 6 menos grande do su organizacléa, Aiateibuctén que puede Tevarnos & conocer el orden mismo que ha seguido la Nataraleza al realizar cada ‘una do sas especies? xv anemnopuv0o1ox iertamente, no ee podria nogar que todas estas con- sideraciones y muchas otras todavia, 4 las cuales con- uee por nevestdad el estudio de los animales, dejon do ontrafar extraordinario interés para cualquiera que ame 1a Naturaleza y basque Ia verdad on todas las cosas. ‘YF lo que hay en ollo de mas singular os que los fo némenos mis dignos de estudio no se ban presontado & rnuestras meditaciones hasta 1a época on que los sabios fe consagraron al examen de lop animales menos per- ftoctos, y on la que las indagaciones sobre Ins diferentes complicaciones de la organizacién de estos antmales Mogaron & constituir el principal fandamento de su es- tadlo. Y¥ no resulta menos singular verso obligado & reco- nocer quo casi siempre del examen continuado de los ‘pequefios objetos que nos ofreco 1 Naturaleza se obtu- ‘vleron los conoclmfentos més importantes para llegar al Aescubrimiento de sus leyes, de sus medios, y para de- terminar su marcha, Esta verdad, comprobada ya por muchos hechos notables, babré do recibir un macro grado de evidencia en lat consideraciones expuestas en Ja presente obra, persuadi¢ndonos una vex mis de quo, con relaelén al estudio de In Naturaleza, nlogda objeto ‘cualquiera debe ser desdetado. El asunto relativo al examen do los animales no eon- slate tnicamento en conocer las diferentes razas ni do ‘erminar entre ollas todas las distinciones, Ajando sus caracteres partionlares, sino también ol de llegar 4 co: over, ademés, el origen de las facultades de que dik fratan, las causasquo fos hacen existir y mantienen su ‘vide, y por ailtimo, las de In progresion notable que presentan en el orden de en organizaclén, y en el nme: rolo mismo que el desarrollo de aquellas fucultades. sermon uocrtx xv En su origen, 10 ftsico y 1o moral no eonstitayen, sia dada, mis que una cose mlame, Batadlando Ia organi zaclon de los diferentes érdenot de animales conceidos es cuando bay posibitidad de poner en evidencia cata ‘verdad. Pues como los productos de tal origen soa efeo. tos, y como estos efectos, apenas separados en an prin cipio, #0 han ido diversiticando despaés ex doo érdenes eminensemente diferentes, ambos 6rdenes de efectos nos pavecleron, y parecen atin 4 muchas personas, sin cone: xldn alguna entre Sin embargo, se ba reconocido ya la tnfiuencia de lo {sico sobre lo moral (1), pero creo que todavia no se ha, prestado gran atenciéa 4 Ins ioftuencias de lo moral ‘sobre lo tisieo. ¥ como ambos érdenes de cosas, que ti nen un origen comin, reobran una sobre otra, especial. ‘mente cuando mds separadas parscen, so tienen yu los ‘medics de probar que so modifica en aus varlaciones, Para mostrar el comin origen de los dos 6rdenes do tectos quo, en su més amplia dlstineién, eonstitayen lo ue se llama lo ftsico y 10 moral, me parece que ge ba elegido un camino opuesto al que se debi haber so- guido, Bn efecto, se ha comensado por estudiar ambas cla ses de objetos, tan distintos en aparieneia, en el hombre mismo, cuya organizaciéa, Negada 4 su término de composicién y de perteccionamiento, ofrece en las causas 4e los fendmenos de lu vida, en Ins del seatimiento, Jag de as facultades do que gota, la mayor complica: ‘ién, resultando consecuentomente més ditiell de cono- cer él origen de tantos fenémenos (1 Véate a obea do Cebus, Anatpan det moral yl fz naps deo moral yl fies net

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