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LA MEMORIA Y SUS VEHÍCULOS, CASO EL HURACÁN DEL 27 DE

OCTUBRE DE 1959 EN MINATITLÁN, COLIMA


M. H. Raymundo Padilla Lozoya∗
Universidad de Colima, Facultad de Letras y Comunicación, Licenciatura en Periodismo.
Av. Universidad No. 333. C.p. 28040 Colima, Colima, México.

RESUMEN.
El enfoque de esta ponencia está en la memoria reflejada por medio de manifestaciones
táctiles, visuales, auditivas y quizás hasta olfativas que permiten materializar algunas de las
características del recuerdo en cuestión, es decir, lo que llamamos vehículos de la memoria.
Estos vehículos se evidencian en publicaciones, esculturas, pinturas, fotografías,
videograbaciones, audiograbaciones, cartas, y muchos más. Son importantes para la historia
oral porque complementan los testimonios y a través de ellos deducimos parte de la
trascendencia local, regional o nacional de un evento.
Este documento expone cuáles son y cómo se manifiestan los vehículos de la
memoria relacionados con el huracán y el deslave del 27 de octubre de 1959 en Minatitlán,
Colima. Entre los hallazgos, esta ponencia muestra que a casi 50 años de un acontecimiento
desastroso, han sido identificados 23 vehículos de la memoria. Además agrupa a los
vehículos de la memoria en distintas categorías, que permiten evidenciar sus relaciones y
diferencias.
Principalmente se concluye que la mayoría de los vehículos de la memoria se
encuentran en la esfera de la memoria colectiva y los restantes en la esfera de la memoria
individual. Interpretamos que debido a que el flujo de escombro compuesto por rocas de
enormes dimensiones, lodo y árboles, arrastró y desapareció literalmente las viviendas y
todas sus pertenencias, los pobladores han tratado de construir un presente más colectivo,
que implica múltiples representaciones del pasado, para crear evidencias de su identidad;
éstas son los vehículos de la memoria.
ABSTRAC.
The approach in this lecture is in the memory reflected by the tactile, visual, auditory, and
maybe olfactory manifestations that embodies some remembrance characteristics in


Autor para correspondencia
Email: rpadilla@ucol.mx y raypadillalozoya@hotmail.com; fax: 312 31 61085

2
question, that is to say, what we call vehicles of memory. These vehicles are evident in
publication, sculptures, paintings, photographs, video, audio-recording, letters and many
more. They are important to the oral history because they complement the testimony and
through them we deduct part of the transcendence of a local, regional or national event.
This document exposes which are and how the vehicles of memory associated with
the hurricane and slide of October 27. 1959 in Minatitlan, Colima manifest. Among the
findings this lecture shows that nearly 50 years of this disastrous event, it had been identify
23 vehicles of memory. In addition it brings together vehicles of memory in different
categories that allow demonstrating their relations and differences.
Mainly it is concluded that most vehicles of memory are found in the collective
memory sphere and the rest in the individual memory sphere. We interpret that because the
flow of rubbed composed by huge rocks, mud and trees, rolled over and literally faded
homes and all their belongings, residents have tried to build a more collective present,
which involves multiple representations of the past, to create evidence of their identity, this
are the vehicles of memory.

3
INTRODUCCIÓN.
El estudio del pasado y su posterior historización se realizan con distintas metodologías de
entre las cuales, la historia oral es una alternativa relativamente contemporánea. A la par de
la historia oral han surgido conceptos imprescindibles en algunas investigaciones, como: la
memoria, sus vehículos, la memoria individual y colectiva, y la memoria histórica, que en
pocos centros de investigación en México hemos intentado vincular al estudio de los
desastres.
La presente ponencia expone parte de los resultados de una investigación realizada
en 2006 para entender los efectos de un desastre causado por la combinación de un huracán,
un flujo de escombros y las condiciones de vulnerabilidad del pueblo de Minatitlán en el
año 1959. Estos elementos naturales y sociales destruyeron parcialmente a un pueblo y
afectaron históricamente a su población. Cuarenta y nueve años después, las huellas del
desastre aún están en el entorno y en la memoria. Los ejemplos son evidentes a través de
los vehículos de la memoria, los cuales serán expuestos después de precisar los principales
términos que serán empleados.
La historia oral es una metodología que nos permite representar el pasado a través
del relato aportado por un testigo o testimonio, y para ambos casos hay distintas
consideraciones. Así, respecto al testigo se ha debatido si éste es presencial o si a través de
segundos o terceros adquirió determinado conocimiento. Y en cuanto al testimonio se
discute principalmente el rol que se establece entre el testigo y el entrevistador o historiador
al momento de recopilar el material. Se ha cuestionado académicamente la inducción que
puede ejercer el investigador de manera voluntaria e involuntaria, consciente o
inconscientemente para conseguir información, dependiendo de las circunstancias. La razón
de las discusiones es que se considera que lo más importante de la historia oral no es tanto
el testimonio, sino la interpretación que hace del material el investigador. Y en ese sentido
se ha demostrado que el entrevistador puede influir de distintas formas en el testimonio si
no existe una estrategia planificada y consciente para extraer la memoria.
En esta investigación, la historia oral y la memoria, como metodología y concepto,
fueron imprescindibles la una para la otra. Ampliamente sabemos que la historia oral
solicita información a la memoria para construir una historia. Y la memoria necesita un
motivo que la rescate del océano del pasado y le devuelva la vida.

4
La memoria en su sentido más básico, permanece inmutable en algún lugar de la
mente, requiere de una pregunta de investigación histórica que la conjure para traer su
experiencia al tiempo actual. En esta ponencia la pregunta de investigación fue ¿Cuáles son
los vehículos de la memoria presentes en el pueblo de Minatitlán, Colima, relacionados con
el desastre del 27 de octubre de 1959?
En términos generales, no es posible separar la memoria y la historización porque, si
somos estrictos en el ejercicio, siempre estamos trabajando con la memoria. Ya sea con la
memoria de quien localiza un documento que nos sirve de fuente, con la memoria de quien
redacta el texto histórico o con la memoria de quien lee y aplica el conocimiento adquirido
y guardado en la memoria.
Así, la historia oral y la memoria encuentran en el sentido práctico su unión
indivisible. Sólo utilizamos del conocimiento histórico lo que la memoria nos permite
recordar y aplicar. Alon Confino señala que la memoria es la forma en la cual la gente
construye un sentido del pasado.1 Habremos de agregarle que la memoria construye un
sentido del pasado pero con aplicación en el presente.
En un sentido muy práctico, para efecto de esta ponencia, entendemos que la
memoria individual es la conciencia que tiene una persona respecto a su pasado, pero
específicamente en forma particular o individual. Mientras que la memoria colectiva, es la
conformación de un pasado grupal o comunitario, que generalmente tiene coincidencia con
eventos que destacaron por sobre el curso habitual de la cotidianidad de esa comunidad.
Ahora bien, toda memoria suele ser reflejada en una manifestación táctil, visual,
auditiva y quizá olfativa, que permite materializar algunas de las características de la
memoria en cuestión. Por ejemplo las publicaciones, esculturas, pinturas, fotografías,
videograbaciones, audiograbaciones, cartas, museos, conmemoraciones, días célebres,
natalicios, aniversarios y muchas otras manifestaciones culturales. Esto es lo que llamamos
los vehículos de la memoria, porque se trata de un transporte que contiene como carga una
parte del pasado y lo lleva al presente haciendo escala en distintos espacios y momentos.
A través de estos vehículos conocemos parte de la trascendencia de un evento y
podemos tener idea de la proporción en que se mantiene en la memoria de algunas

1
Alon Confino. “Collective memory and cultural history: problems of method” en American historical
review. Volumen 102, número 5, diciembre de 1997. 1389.

5
personas. Regularmente los vehículos de la memoria son localizables cuando se trata de una
investigación sobre memoria colectiva, porque como señala Susan A. Crane2 expresan un
sentido de continuidad de presencia del pasado. Y por lo tanto permiten a un grupo de
individuos identificarse en esa representación.
Susan Crane precisa la división entre memoria colectiva como la experiencia vivida
por el conjunto de individuos y la memoria histórica que para ella es la preservación de la
experiencia vivida. Con la diferencia de que la colectividad de la memoria es el marco en el
cual se recuerda lo ocurrido en la memoria histórica. Y su importancia, como menciona
Alon Confino, radica en que “la historia de la memoria es útil e interesante no sólo por estar
pensada acerca de cómo el pasado es representado, dicho, un simple museo sino también,
más extensamente, la mentalidad histórica de la gente en el pasado, acerca de sus prácticas
y representaciones simbólicas que hacen las percepciones de la gente sobre el pasado.”3
En el estado de Colima existen algunas conmemoraciones que tienen por objeto
traer al presente el recuerdo de un acontecimiento ocurrido en el pasado. Lo particular de
estas representaciones es que todas están relacionadas con eventos desastrosos que
causaron alarma entre la población, al grado de solicitar ayuda divina para prevenirse de
otras catástrofes en el futuro. Una de las remembranzas más tradicionales es la que se
realiza, desde el año 1668, el 5 de febrero, en honor a San Felipe de Jesús en la ciudad de
Colima y Villa de Álvarez. La historia local dice que en 1658 se originó en Colima un
incendio que redujo a cenizas muchas casas y a causa de ese acontecimiento se buscó un
Santo Patrón protector de terremotos e incendios. Después de un consenso, por decisión
unánime fue elegido Santo Felipe de Jesús y en el año 1668 los feligreses recibieron la
imagen del santo.4
En el municipio de Tecomán, una de las poblaciones costeras, los pobladores
veneran en febrero a la Virgen de la Candelaria en recuerdo a un temblor que pudo formar
un maremoto, pero al parecer no sucedió debido a la intervención divina. Y según los mitos

2
Susan A. Crane. “Writing the individual back into collective memory” en American historical review.
Volumen 102, número 5, diciembre 1997. pp. 1372-1385
3
Alon Confino. “Collective memory and cultural history: problems of method” en American historical
review. Volumen 102, número 5, diciembre de 1997. 1389.
4
Levy, José. “Hoy en la Historia de Colima”, en el Comentario, agosto 31 de 2007. 4.

6
expresados por algunos tecomenses, cuando se acerca un huracán la Virgen de la
Candelaria voltea su cabeza hacia el fenómeno y lo ahuyenta si es destructor.5
En la ciudad de Colima también se conmemora cada año la Semana Nacional de
Protección Civil en memoria del sismo del 19 de septiembre de 1985. Se realizan
conferencias y simulacros de sismo en diferentes lugares públicos e instituciones del
Estado.
Recientemente, en 2004, en la ciudad de Colima, frente a un sitio muy popular
conocido como el Parque de la Piedra Lisa, fue asentada e inaugurada la escultura Al
Soldado, en agradecimiento al Ejército Nacional por la labor realizada en beneficio de la
población colimense como respuesta a los efectos destructivos del sismo que mató a 22
personas el 21 de enero de 2003. En los años consecutivos se han realizado simulacros y
charlas en espacios públicos donde se muestran video documentales, exposiciones
fotográficas que intentan mantener en el recuerdo de la gente estos acontecimientos.6 En
este marco de conmemoración fue presentado el libro Memoria en movimiento, testimonios
lingüísticos, literarios y visuales sobre el sismo del 21 de enero de 2003 en el estado de
Colima.7
Por su ubicación geográfica, Colima tiene al norte un volcán en constante actividad
y al sureste una de las cuatro zonas ciclógenas mundiales más importantes que, año con año
es visitada por distintos fenómenos hidrometeorológicos. Por esto el interés de analizar de
qué manera es la memoria de una comunidad con un pasado histórico de constante
enfrentamiento con las fuerzas de la naturaleza.
En la mañana del día martes 27 de octubre de 1959, el pueblo de Minatitlán fue
devastado considerablemente por un huracán categoría cinco que entró por la costa de
Manzanillo y tierra adentro alcanzó su máxima fuerza. Se estima que el número total de
víctimas humanas fue superior a 200 habitantes del total del pueblo que en esa fecha
oscilaba en los 900 habitantes.

5
Testimonio de Corazón de María Herrera Barbosa, habitante de Tecomán, en entrevista con el autor,
Colima, 2008.
6
“U de C se sumó a los simulacros conmemorativos por el sismo de 2003”, en Ecos de la Costa, 22 de enero
de 2008.
7
Véase Del Carmen González González, et al., Memoria en movimiento, testimonios lingüísticos, literarios y
visuales sobre el sismo del 21 de enero de 2003 en el estado de Colima. Colima: Universidad de Colima,
2003.

7
Los damnificados permanecieron incomunicados totalmente durante tres días, en
medio de los distintos cerros que rodean a la población. Ahí tuvieron que rescatar a los
heridos, enterrar en fosas comunes a los muertos, alimentarse con lo poco que quedó y
solidarizarse física y emocionalmente unos con otros. Hasta el día viernes 30 de octubre
fueron encontrados por un helicóptero que sobrevolaba la zona y así fue como se iniciaron
las labores de salvamento.
METODOLOGÍA.
El pueblo de Minatitlán se encuentra en el extremo occidental del estado, a 40 kilómetros al
norponiente de la capital y a 50 kilómetros al nornoroeste del puerto de Manzanillo. [...]
Justo en el extremo suroriental de un valle orientado al noroeste, de 12 kilómetros de
longitud por cuatro kilómetros de anchura. Limitado por la Sierra del Mamey al noreste y la
de Perote en la Sierra Madre Occidental.8 En línea recta su distancia es de “55 kilómetros
de [la ciudad de] Colima; limita al sur con los municipios de Manzanillo y Coquimatlán; al
oriente con Villa de Álvarez y Comala; al poniente con el estado de Jalisco. La cabecera
municipal se encuentra entre los paralelos 19°23´ latitud norte, y a 104° 03´ de latitud oeste.
Tiene una altura de 740 metros sobre el nivel del mar”.9
Empecé a visitar Minatitlán desde los primeros meses del año 2000 con la intención
de encontrar a personas que estuvieran relacionadas con lo ocurrido en 1959. Al principio
suponía que los pocos sobrevivientes que me podrían aportar un buen testimonio estarían
muy avanzados de edad y que sencillamente se rehusarían a hablar de tan lamentable
suceso. Sin embargo, conforme localicé y entrevisté a más de veinte pobladores, de
distintas edades, principalmente ancianos, me di cuenta que a la gente de este pueblo le
gusta contar sus dramáticas experiencias. Me sorprendió la precisión en los detalles de sus
relatos que narraban con mucha nostalgia y dramatismo. Las trascripciones de las
entrevistas realizadas forman parte de un archivo personal, pero importantes fragmentos de

8
Rodolfo Corona Esquivel, et al., “El desastre de Minatitlán, Colima, México, del martes 27 de octubre de
1959”, en Desastres naturales en América Latina, compilado por José Lugo Hubp y Moshe Inbar, 413-427
(México, D.F.: Fondo de Cultura Económica, 2002), 414.
9
Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal. En http://www.e-
local.gob.mx/work/templates/enciclo/Colima/Mpios/06008a.htm (abril de 2008).

8
esas memorias fueron publicados en el libro El huracán del 59, historia del desastre y
reconstrucción de Minatitlán, Colima.10
Esta ponencia tiene como propósito describir los vehículos de la memoria que se
están manifestando en el pueblo de Minatitlán, relacionados con el ciclón y el deslave del
27 de octubre de 1959. Llegué a identificar estos vehículos de la memoria y sus
significaciones a través de las entrevistas que me concedieron los sobrevivientes. Pero por
cuestión de espacio, me limitaré a describir brevemente cada uno y ampliaré la información
en un artículo consecutivo.
Por medio de entrevistas y charlas informales con los sobrevivientes de Minatitlán
he identificado los vehículos de la memoria que están más presentes en su entorno. Y
haciendo etnografía he recorrido las calles en búsqueda de otros vehículos de la memoria,
que aunque no son tan evidentes para los minatitlenses, sí lo son para el investigador que
los identifica con sorpresa.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN.
Se trata de 23 representaciones de la memoria vinculada a un desastre, las cuales cito a
continuación: 1) Audiograbaciones familiares 2) Fotografías particulares 3) Objetos
rescatados 4) Video en Internet 5) Recortes de periódico 6) Corrido 7) Poemas 8)
Periódicos murales 9) Exposiciones fotográficas 10) Monumento 11) Conmemoración 12)
Celebración religiosa 13) Concurso de narrativa 14) Calle 27 de octubre 15) Rocas en
espacios públicos 16) Cartas familiares 17) Capítulos de libro 18) Ponencias 19) Libro 20)
Audiovisuales (video documentales) 21) Medalla al mérito civil 22) Tradición oral 23)
Templo.
Para dar un orden grupal a los vehículos de la memoria, manifiestos en el pueblo de
Minatitlán, propongo una categorización general de nueve singularidades que permitirán
describirlos brevemente y establecer entre ellos algunas relaciones y también diferencias.
Cada una de estas categorías son como aristas que permiten ver los vehículos de la
memoria desde diferentes ángulos, distancias, claridades y profundidades, como si se
tratara de un prisma de cristal.

10
Véase Padilla Lozoya, Raymundo. El huracán del 59, historia del desastre y reconstrucción de Minatitlán,
Colima. México: Universidad de Colima, 2006.

9
Periodo: se refiere al tiempo en que dura manifiesto el vehículo de memoria: puede
ser un periodo efímero (un día), temporal (varios días) o permanente (todos los días).
Efímeros: conmemoración anual, celebración religiosa, ponencias en congresos y medalla
al mérito civil. Temporales: video en Internet, recortes de periódico, periódicos murales,
exposiciones fotográficas y el concurso de narrativa. Permanentes: Audiograbaciones
familiares, fotografías particulares, objetos rescatados, corridos, poemas, monumento, calle
27 de octubre, rocas en espacios públicos, cartas familiares, capítulos de libro, libro,
audiovisuales (video documentales), tradición oral y el templo.
Posesión: expone si el vehículo de la memoria lo posee un particular que lo
resguarda o si es una posesión de la colectividad. Posesión particular: audiograbaciones
familiares, fotografías particulares, recortes de periódico, cartas familiares, medalla al
mérito civil y tradición oral. Posesión colectiva: objetos rescatados, video en Internet,
corrido, poemas, periódicos murales, exposiciones fotográficas, monumento,
conmemoración, celebración religiosa, concurso de narrativa, calle 27 de octubre, rocas en
espacios públicos, capítulos de libro, ponencias, libro, audiovisuales (video documentales)
y templo.
Naturaleza: se refiere a la naturaleza material o inmaterial del objeto o cosa que es
también un vehículo de la memoria. Naturaleza material: audiograbaciones familiares,
fotografías particulares, objetos rescatados, recortes de periódico, periódicos murales,
exposiciones fotográficas, monumento, concurso de narrativa, calle 27 de octubre, rocas en
espacios públicos, cartas familiares, capítulos de libro, ponencias, libro, audiovisuales
(video documentales), medalla al mérito civil, templo. Naturaleza inmaterial: video en
Internet, corrido, poemas, conmemoración, celebración religiosa y tradición oral.
Carácter: esta categoría es importante para definir si el vehículo de la memoria se
encuentra en un espacio público o en uno privado, es decir para identificar si el
conocimiento de este vehículo de la memoria es restringido o pueden identificarlo todos los
minatitlenses. Público: fotografías particulares, objetos rescatados, video en Internet,
corrido, poemas, periódicos murales, exposiciones fotográficas, monumento,
conmemoración, celebración religiosa, concurso de narrativa, calle 27 de octubre, rocas en
espacios públicos, capítulos de libro, ponencias, libro, audiovisuales (video documentales)

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y templo. Privado: audiograbaciones familiares, recortes de periódico, cartas familiares,
medalla al mérito civil y tradición oral.
Construcción: esta categoría sirve para exponer de forma muy sencilla si la mano
constructora del vehículo de la memoria fue local o foránea, es decir: ¿lo construyó un
minatitlense o alguien de cualquier otro lugar? Local: audiograbaciones familiares, recortes
de periódico, corrido, poemas, periódicos murales, exposiciones fotográficas, monumento,
conmemoración, celebración religiosa, concurso de narrativa, calle 27 de octubre, rocas en
espacios públicos, cartas familiares, tradición oral y templo. Foráneo: fotografías
particulares, objetos rescatados, video en Internet, capítulos de libro, ponencias, libro,
audiovisuales (video documentales) y medalla al mérito civil.
Proyección: es importante destacar que los vehículos de la memoria tienen
proyección en varias escalas: a nivel local, regional, nacional e internacional. La
importancia de la proyección consiste en que el vehículo puede transportarse más allá del
lugar donde inició y convertirse incluso en un símbolo de identidad para un entorno social
distinto al que lo originó; o al menos puede ser conocido por otros ojos además de los
locales. Proyección local: audiograbaciones familiares, fotografías particulares, objetos
rescatados, recortes de periódico, periódicos murales, exposiciones fotográficas,
monumento, conmemoración, celebración religiosa, concurso de narrativa, calle 27 de
octubre, rocas en espacios públicos, cartas familiares, medalla al mérito civil, tradición oral
y templo. Proyección regional: corrido y poemas. Proyección nacional e internacional:
video en Internet, capítulos de libro, ponencias, libro y audiovisuales (video documentales).
Significado: el significado de un vehículo de la memoria puede ser identificado a
través de diferentes metodologías, sin embargo en esta ponencia se expone solamente si es
obvio el referente del significado o si está oculto y requiere de un proceso de investigación
para ser descubierto en su totalidad. Obvio: audiograbaciones familiares, fotografías
particulares, objetos rescatados, video en Internet, recortes de periódico, corrido, periódicos
murales, exposiciones fotográficas, conmemoración, concurso de narrativa, cartas
familiares, capítulos de libro, ponencias, libro, audiovisuales (video documentales), medalla
al mérito civil, tradición oral y templo. Oculto: poemas, monumento, celebración religiosa,
calle 27 de octubre y rocas en espacios públicos.

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Referente: esta categoría tiene importancia porque evidencia si el vehículo de la
memoria está estacionado de forma permanente en un mismo sitio, o si es móvil y puede
ser trasladado a distintos lugares. Estático: monumento, calle 27 de octubre,
conmemoración, rocas en espacios públicos, cartas familiares, medalla al mérito civil,
celebración religiosa y templo. Móvil: objetos rescatados, periódicos murales, concurso de
narrativa, exposiciones fotográficas, audiograbaciones familiares, fotografías particulares,
video en Internet, recortes de periódico, corrido, poemas, ponencias, , capítulos de libro,
libro, audiovisuales (video documentales) y medalla al mérito civil.
Materia prima: con esta categoría podemos distinguir cómo es que alguien accede
al vehículo de la memoria y en parte es posible deducir su permanencia como objeto o
manifestación. Audio: corrido, conmemoración, celebración religiosa y tradición oral.
Papel: fotografías particulares, recortes de periódico, poemas, periódicos murales,
exposiciones fotográficas, concurso de narrativa, cartas familiares, capítulos de libro
ponencias y libro. Cinta: audiograbaciones familiares. Metal: objetos rescatados, calle 27 de
octubre y medalla al mérito civil. Rocoso: monumento, rocas en espacios públicos y templo
Electrónico: video en Internet y audiovisuales (video documentales).
CONCLUSIONES.
David W. Blight plantea que la memoria se une a menudo a objetos, sitios, monumentos y
busca entender contextos en toda su complejidad.11 Pero debemos agregar que, con base en
esta ponencia, también es posible deducir que la memoria propicia la construcción de sus
propias representaciones, en la esfera individual y en la colectiva, ya sea a través de
manifestaciones culturales de tipo táctil, visual y auditivo, que permiten materializar
algunas de las características del pasado en cuestión.
La mayoría de los vehículos de la memoria asociados al huracán y al deslave del 27
de octubre de 1959 en Minatitlán, se encuentran en la esfera de la representación colectiva,
y en menor cantidad en la esfera individual, los cuales también son nombrados por los
pobladores simplemente como: recuerdos. Estos vehículos asociados a la memoria
individual son: las audiograbaciones, los recortes de periódico, las cartas familiares, la

11
W. Blight, David. “Historians and “Memory”” en Common-Place: Ask the Autor. En:
http://www.historycooperative.org/journals/cp/vol-02/no-03/author/ (29 de mayo de 2003)

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medalla al mérito y la tradición oral manifiesta cuando un adulto transmite sus anécdotas a
las nuevas generaciones.
Cada uno de los vehículos de la memoria tiene sus propias particularidades y debe
ser estudiado de forma individual, pero también en conjunto. Sin duda, hace falta en esta
ponencia describir cómo han sido construidos estos vehículos de la memoria, para
identificar la historia particular de cada uno y la interpretación que hacen de ellos quienes
los poseen, pero ese será el enfoque de otra investigación particular.
En el pueblo de Minatitlán, Colima, es incipiente este estudio de los vehículos de la
memoria, a pesar de que forman parte del entorno cotidiano y quizás por eso mismo llaman
poco la atención de quienes conviven con ellos cada día. Sin embargo, con esta ponencia es
evidente que, al menos en este caso, son múltiples las representaciones de ese pasado,
porque sin duda fue trágico para muchas familias. También interpretamos que debido a que
el flujo de escombro compuesto por rocas de enormes dimensiones, lodo y árboles, arrastró
y desapareció literalmente las viviendas y todas sus pertenencias, los pobladores han
tratado de construir un presente más colectivo, que implica múltiples representaciones del
pasado, para crear evidencias de su identidad. En este caso, ligada a una catástrofe que los
vincula con recuerdos y manifestaciones de la memoria individual y colectiva.
BIBLIOGRAFÍA.
Confino, Alon. “Collective memory and cultural history: problems of method” en American
historical review. Volumen 102, número 5, diciembre de 1997.
Crane, Susan A. “Writing the individual back into collective memory” en American
historical review. Volumen 102, número 5, diciembre 1997. pp. 1372-1385
Del Carmen González González, Ada Aurora Sánchez Peña, Manuel Delgado Castro, Luis
Enrique Zamorano Manríquez y Raymundo Padilla lozoya, Memoria en
movimiento, testimonios lingüísticos, literarios y visuales sobre el sismo del 21 de
enero de 2003 en el estado de Colima. Colima: Universidad de Colima, 2003.
Levy, José. “Hoy en la Historia de Colima”, en el Comentario. Colima: Universidad de
Colima.
Lugo Hubp, José y Moshe Inbar, (Comp) Desastres naturales en América Latina. México,
D.F.: Fondo de Cultura Económica, 2002.

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Padilla Lozoya, Raymundo. El huracán del 59, historia del desastre y reconstrucción de
Minatitlán, Colima. México: Universidad de Colima, 2006.
W. Blight, David. “Historians and “Memory”” en Common-Place: Ask the Autor. En:
http://www.historycooperative.org/journals/cp/vol-02/no-03/author/ (29 de mayo de
2003)

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