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Dones del Espíritu Santo

 Desde la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles, en


Pentecostés, los cristianos son conscientes de los dones con los que
asiste al creyente la tercera Persona de la Trinidad.
 El Catecismo de la Iglesia católica, en el número 1830, explica que
“la vida moral de los cristianos está sostenida por los dones del
Espíritu Santo. Estos son disposiciones permanentes que hacen al
hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu Santo”.
 El Espíritu Santo es, para muchos, el «gran desconocido» de la
vida cristiana. No obstante, no es posible sin él la vida de fe, ni la
esperanza, ni la caridad. Es él quien actúa en los corazones y quien
transforma la vida de las personas.
EL DON DE LA SABIDURÍA
 Es el don de entender lo que favorece y lo que perjudica al proyecto de Dios. Él
fortalece nuestra caridad y nos prepara para una visión plena de Dios.
 El mismo Jesús nos dijo:
 (Mt 10, 19-20).
 “Mas cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis
que hablar se os comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que
hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros” La verdadera
sabiduría trae el gusto de Dios y su Palabra
EL DON DEL ENTENDIMIENTO
 Es el don divino que nos ilumina para aceptar las verdades reveladas por Dios.
Mediante este don, el Espíritu Santo nos permite escrutar las profundidades de
Dios, comunicando a nuestro corazón una particular participación en el conocimiento
divino, en los secretos del mundo y en la intimidad del mismo Dios.
 (Jer 24,7).
 El Señor dijo: “Les daré corazón para conocerme, pues yo soy Yahveh”
EL DON DE CONSEJO
 Es el don de saber discernir los caminos y las opciones, de saber orientar y
escuchar. Es la luz que el Espíritu nos da para distinguir lo correcto e incorrecto, lo
verdadero y falso.
 (Is 11, 3-4).
 Sobre Jesús reposó el Espíritu Santo, y le dio en plenitud ese don, como había
profetizado Isaías: “No juzgará por las apariencias, ni sentenciará de oídas. Juzgará
con justicia a los débiles, y sentenciará con rectitud a los pobres de la tierra”
EL DON DE CIENCIA
 Es el don de la ciencia de Dios y no la ciencia del mundo. Por este don el
Espíritu Santo nos revela interiormente el pensamiento de Dios sobre nosotros,
 (1Co 2, 11).
 pues “nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios”
EL DON DE PIEDAD
 Es el don que el Espíritu Santo nos da para estar siempre abiertos a la voluntad de Dios, buscando
siempre actuar como Jesús actuaría.
 Si Dios vive su alianza con el hombre de manera tan envolvente, el hombre, a su vez, se siente
también invitado a ser piadoso con todos.
 En la Primera Carta de San Pablo a los Corintios escribió:
 1Co 12, 1-3).
 “En cuanto a los dones espirituales, no quiero, hermanos, que estéis en la ignorancia. Sabéis que
cuando erais gentiles, os dejabais arrastrar ciegamente hacia los ídolos mudos. Por eso os hago
saber que nadie, hablando con el Espíritu de Dios, puede decir: «¡Anatema es Jesús!»; y nadie
puede decir: «¡Jesús es Señor!» sino con el Espíritu Santo”
EL DON DE FORTALEZA
 Este es el don que nos vuelve valientes para enfrentar las dificultades del día a día de la
vida cristiana. Vuelve fuerte y heroica la fe. Recordemos el valor de los mártires. Nos
da perseverancia y firmeza en las decisiones.
 Los que tienen ese don no se amedrentan frente a las amenazas y persecuciones, pues
confían incondicionalmente en el Padre.
 (Ap 2,10).
 El Apocalipsis dice: “No temas por lo que vas a sufrir: el Diablo va a meter a algunos de
vosotros en la cárcel para que seáis tentados, y sufriréis una tribulación de diez días.
Mantente fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida”
EL DON DEL TEMOR DE DIOS
 Este don nos mantiene en el debido respeto frente a Dios y en la sumisión a su voluntad,
apartándonos de todo lo que le pueda desagradar.
 Por eso, Jesús siempre tuvo cuidado en hacer en todo la voluntad del Padre, como Isaías
había profetizado:
 Is 11,2.
 “Reposará sobre él el espíritu de Yahveh: espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de
consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor de Yahveh”
FRUTOS DEL ESPIRITU SANTO
 El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que los frutos del
Espíritu son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu
Santo como primicias de la gloria eterna.
 La tradición de la Iglesia, siguiendo la Carta de San Pablo a los
Gálatas enumera doce:
 Ga 5,22-23,
 “caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad,
mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia, castidad”
Caridad
Es el primer y principal fruto del Espíritu Santo. El amor, la
caridad, es la primera manifestación de nuestra unión con Cristo. La
caridad delicada y operativa con quienes conviven o trabajan en
nuestros mismos quehaceres es la primera manifestación de la
acción del Espíritu Santo en el alma.
Gozo
La alegría es consecuencia del amor, por eso al cristiano se le
distingue por su alegría, que permanece por encima del dolor y del
fracaso
Paz
La paz, fruto del Espíritu Santo, es ausencia de agitación y el
descanso de la voluntad en la posesión estable del bien. Esta paz
supone la lucha constante contra las tendencias desordenadas de las
propias pasiones.
Paciencia
Las almas que se dejan guiar por el Paráclito producen el fruto de la paciencia,
que lleva a soportar con igualdad de ánimo, sin quejas ni lamentos estériles, los
sufrimientos físicos y morales que toda vida lleva consigo.
Benignidad
Es esa predisposición del corazón que nos inclina a hacer el bien a los demás.
Este fruto se manifiesta en multitud de obras de misericordia, corporales y
espirituales, que los cristianos realizan en el mundo entero sin acepción de
personas.
Modestia
Una persona modesta es aquella que sabe comportarse de modo equilibrado y justo en cada situación,
y aprecia los taletos que posee, sin exagerarlos ni empequeñecerlos, porque sabe que son un regalo de
Dios para ponerlos al servicio de los demás. Este fruto del Espíritu Santo se refleja en el porte exterior
de la persona, en su modo de hablar y de vestir, de tratar a la gente y de comportarse socialmente. La
modestia es atrayente porque refleja la sencillez y el orden exterior.

Continencia y Castidad
El padre Fernández Carbajal explica estos frutos relacionados con la pureza del alma, en una misma
frase: Como por instinto, el alma está extremadamente vigilante para para evitar lo que pueda dañar la
pureza interior y exterior, tan grata al Señor. Estos frutos, que embellecen la vida cristiana y disponen al
alma para entender lo que a Dios se refiere, pueden recogerse aún en grandes tentaciones, si se quita la
ocasión y se lucha con decisión, sabiendo que nunca fallará la gracia del Señor.
Mansedumbre
El alma que posee este fruto del Espíritu Santo no se impacienta, ni alberga sentimientos de rencor
ante las ofensas o injurias que recibe de otras personas, aunque sienta –y a veces muy vivamente
por la mayor finura que adquiera en el trato con Dios- las asperezas de los demás, los desaires, las
humillaciones.
Fidelidad y Fe
Una persona fiel es la que cumple sus deberes, aún los más pequeños, y en quien los demás pueden
depositar su confianza. Nada hay comparable a un amigo fiel –dice la Sagrada Escritura-; su precio
es incalculable. Ser fieles es una forma de vivir la justicia y la caridad
Bondad
Es una disposición estable de la voluntad que nos inclina querer toda clase de bienes para otros,
sin distinción alguna: amigos o enemigos, parientes o desconocidos, vecinos o lejanos.

Longanimidad
Este fruto del Espíritu Santo da al alma la certeza de que –si pone los medios, si hay lucha
ascética, si recomienza siempre- se realizarán esos propósitos, a pesar de los obstáculos objetivos
que se pueden encontrar, a pesar de las flaquezas y de los errores y pecados, si los hubiera.
Castidad
frutos relacionados con la pureza del alma, en una misma frase: Como por instinto, el alma
está extremadamente vigilante para para evitar lo que pueda dañar la pureza interior y exterior,
tan grata al Señor. Estos frutos, que embellecen la vida cristiana y disponen al alma para
entender lo que a Dios se refiere, pueden recogerse aún en grandes tentaciones, si se quita la
ocasión y se lucha con decisión, sabiendo que nunca fallará la gracia del Señor.
Guerra espiritual
Efesios 6 10-18
 10. "Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en la fuerza de su poder.
 11.Revestíos de las armas de Dios para poder resistir a las acechanzas del Diablo.
 12.Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados,
contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los
Espíritus del Mal que están en las alturas.
 13.Por eso, tomad las armas de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y
después de haber vencido todo, manteneros firmes.
 14.¡En pie!, pues; ceñida vuestra cintura con la Verdad y revestidos de la Justicia como
coraza,
 15.calzados los pies con el Celo por el Evangelio de la paz,
 16.embrazando siempre el escudo de la Fe, para que podáis apagar con él todos los
encendidos dardos del Maligno.
 17.Tomad, también, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la
Palabra de Dios;
 18.siempre en oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos
con perseverancia e intercediendo por todos los santos,"
Pecados capitales

 Los pecados o vicios capitales son aquellos a los que la naturaleza


humana caída está principalmente inclinada. Es por eso muy importante
para todo el que desee avanzar en la santidad aprender a detectar estas
tendencias en su propio corazón y examinarse sobre estos pecados.

 El término "capital" no se refiere a la magnitud del pecado sino a que da


origen a muchos otros pecados. De acuerdo a Santo Tomás (II-II:153:4)
“un vicio capital es aquel que tiene un fin excesivamente deseable de
manera tal que en su deseo, un hombre comete muchos pecados todos
los cuales se dice son originados en aquel vicio como su fuente
principal”.
Qué es la virtud?

 La virtud es un hábito bueno que hace al hombre capaz de cumplir


el bien de un modo fácil y gratificante.

 Las virtudes son el patrimonio moral del hombre. Ellas le ayudan a


comportarse bien en toda circunstancia, es decir, a hacerle bueno en
el sentido más verdadero y completo.
Virtudes contra los pecados capitales
Pecado capital virtud

Soberbia Humildad
Avaricia Generosidad
Lujuria Castidad
Envidia Caridad
Pereza Diligencia
Ira Paciencia
Gula Templanza
 1. Soberbia u Orgullo
 Consiste en una estima de sí mismo, o amor propio indebido, que busca la atención y el honor
y se pone uno en antagonismo con Dios (Catecismo Iglesia Católica 1866)
 Virtud a vencer: Humildad
 La virtud moral por la que el hombre reconoce que de si mismo solo tiene la nada y el pecado.
Todo es un don de Dios de quien todos dependemos y a quien se debe toda la gloria. El hombre
humilde no aspira a la grandeza personal que el mundo admira porque ha descubierto que ser
hijo de Dios es un valor muy superior. Va tras otros tesoros. No está en competencia. Se ve a sí
mismo y al prójimo ante Dios. Es así libre para estimar y dedicarse al amor y al servicio.

 La humildad no solo se opone al orgullo sino también a la auto abyección (auto humillación)
en la que se dejaría de reconocer los dones de Dios y la responsabilidad de ejercitarlos según
su voluntad.
 2. La Avaricia
 Inclinación o deseo desordenado de placeres o de posesiones. Es
uno de los pecados capitales, está prohibido por el noveno y décimo
mandamiento. (CIC 2514, 2534)

 Virtud a vencer: Generosidad


 Dar con gusto de lo propio a los pobres y los que necesiten.
 3. La Lujuria
 El deseo desordenado por el placer sexual. Los deseos y actos son desordenados
cuando no se conforman al propósito divino, el cual es propiciar el amor mutuo
de entre los esposos y favorecer la procreación.
 Es un pecado contra el Sexto Mandamiento y es una ofensa contra la virtud de la
castidad.

 Como vencer la lujuria:


 Dios bendijo al hombre y a la mujer con atracción mutua. Mientras ambos viven
bajo el amor de Dios, sus corazones buscan el amor divino que es ordenado hacia
darse buscando ante todo el bien del otro. El placer entonces es algo bueno pero
muy inferior. En comunión con Dios se ama verdaderamente y se respeta a la
otra persona como hijo o hija de Dios y no se le tiene como objeto de placer. En
el orden de Dios se puede reconocer la necesidad de la castidad para que el amor
sea protegido. Es necesario entonces conocer y obedecer el sentido que Dios ha
dado a la sexualidad.
 Pero el pecado desordenó la atracción entre hombre y mujer de manera
que el deseo carnal tiende a separarse de propósito divino y a dominar la
mente y el corazón. La lujuria crece cuanto mas nos buscamos a nosotros
mismos y nos olvidamos de Dios. De esta manera lo inferior (el deseo
carnal) domina a lo superior (el corazón que fue creado para amar).
Cuando la lujuria no se rechaza con diligencia, el sujeto cae presa de sus
propios deseos que terminan por dominarle y envilecerle.

 La lujuria se vence cuando guardamos la mente pura (lo cual requiere


guardarse de miradas, revistas, etc. que incitan a la lujuria) y dedicamos
toda nuestra energía a servir a Dios y al prójimo según nuestra vocación.
Si nos tomamos en serio nuestra vida en Cristo podremos comprender el
gravísimo daño que la lujuria ocasiona y, aunque seamos tentados
estaremos dispuestos a luchar y sufrir para liberarnos. Un ejemplo es San
Francisco, quien al ser tentado con lujuria se arrojó a unos espinos. Así
logró vencer la tentación.
 Virtud a vencer: Castidad
 Es la virtud que gobierna y modera el deseo del placer sexual según
los principios de la fe y la razón. Por la castidad la persona adquiere
dominio de su sexualidad y es capaz de integrarla en una sana
personalidad, en la que el amor de Dios reina sobre todo.
 4. La Ira
 El sentido emocional de desagrado y, generalmente, antagonismo, suscitado por un daño
real o aparente. La ira puede llegar a ser pasional cuando las emociones se excitan
fuertemente.

 Virtud a vencer: Paciencia


 Sufrir con paz y serenidad todas las adversidades.
 "Si buscas un ejemplo de paciencia encontrarás el mejor de ellos en la cruz. Dos cosas son
las que nos dan la medida de la paciencia: sufrir pacientemente grandes males, o sufrir, sin
rehuirlos, males que podrían evitarse. Ahora bien, Cristo en la cruz sufrió grandes males y
los soportó pacientemente, ya que en su pasión "no profería amenazas; como cordero
llevado al matadero, enmudecía y no abría la boca" (Hch 8,32).
 Grande fue la paciencia de Cristo en la cruz: "Corramos en la carrera que nos toca, sin
retirarnos, fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe: Jesús, que, renunciando al
gozo inmediato, soportó la cruz, despreciando la ignominia" (Heb 12,2).
 5. La Gula
Es el deseo desordenado por el placer conectado con la comida o la bebida. Este
deseo puede ser pecaminoso de varias formas:
1- Comer o beber muy en exceso de lo que el cuerpo necesita.
2- Cortejar el gusto por cierta clase de comida a sabiendas que va en detrimento
de la salud.
3- Consentir el apetito por comidas o bebidas costosas, especialmente cuando
una dieta lujosa está fuera del alcance económico
4- Comer o beber vorazmente dándole mas atención a la comida que a los que
nos acompañan.
5- Consumir bebidas alcohólicas hasta el punto de perder control total de la
razón. La intoxicación injustificada que termina en una completa pérdida de la
razón es un pecado mortal.
 Virtud a vencer: Templanza
Moderación en el comer y en el beber. Es una de las virtudes. Vence
al pecado capital de gula.

La virtud de la templanza conduce a evitar toda clase de exceso, el


abuso de la comida, del alcohol, del tabaco y de las medicinas.
Quienes en estado de embriaguez, o por aficción inmoderada de
velocidad, ponen en peligro la seguridad de los demás y la suya
propia en las carreteras, en el mar o en el aire, se hacen gravemente
culpables (CIC 2290).
 6. La Envidia
 Rencor o tristeza por la buena fortuna de alguien, junto con el deseo
desordenado de poseerla. Es uno de los siete pecados capitales. Se
opone al décimo mandamiento. (CIC 2539)

 Virtud a vencer: Caridad


 La tercera y principal de las Virtudes Teologales. La caridad es el
amor de Dios habitando en el corazón.
 7. La Pereza
 Falta culpable de esfuerzo fisico o espiritual; acedia, ociosidad. Es
uno de los pecados capitales. (CIC 1866, 2094, 2733)

 Virtud a vencer: Diligencia


 Prontitud de ánimo para obrar el bien.

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