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EL

NUEVO
PACTO
Lección 10
Hemos estudiado que el Pacto que Dios establece es
un Pacto Eterno, para siempre. ¿Por qué, entonces,
se habla de un Nuevo Pacto?
¿Qué diferencia a este Nuevo Pacto del Antiguo
Pacto? ¿Qué partes del Pacto no cambian?

¿Qué hay de ANTIGUO en el Nuevo Pacto?


El mismo Autor, la misma Ley.
La misma relación.
El mismo propósito.
¿Qué hay de NUEVO en el Nuevo Pacto?
Mejor pacto, mejores promesas.
Mejor sacrificio, mejor sacerdocio.
EL MISMO AUTOR, LA MISMA LEY
“Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de
aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré
en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por
pueblo […] porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré
más de su pecado” (Jeremías 31:33,34)
El pueblo de Israel, por su El mismo Autor. Dios es
infidelidad, había roto el Pacto que quien promueve el Pacto.
había hecho con Dios (Jer. 31:31-32).
Por eso, Jeremías profetiza la
celebración de un Nuevo Pacto entre La misma Ley. La Ley de Dios
Dios y su pueblo. Sin embargo, tiene es la base del Pacto.
varios elementos que permanecen
inalterados:
El “Nuevo Pacto” es, en cierto sentido, El mismo fundamento.
un “pacto renovado”. Es la culminación Basado en el perdón de
Dios y en su misericordia.
o el cumplimiento del primero.
LA MISMA RELACIÓN
“Y te desposaré conmigo en fidelidad, y
conocerás a Jehová” (Oseas 2:20)
Aunque el pueblo de Israel había sido infiel,
Dios quería restablecer nuevamente su
relación con él. De esto trata el Nuevo Pacto:
Dios quiere que volvamos a enamorarnos de
Desea queÉl.
renovemos nuestros pensamientos y nuestros
sentimientos: “Daré mi ley en su mente, y la escribiré en
su corazón” (Jer. 31:33); “haceos un corazón nuevo y un
espíritu nuevo” (Ez. 18:31); “Os daré corazón nuevo, y
pondré espíritu nuevo dentro de vosotros” (Ez. 36:26).
Sin embargo, éste tampoco es un propósito nuevo. Es la
misma relación que Dios quería tener con su pueblo
desde el principio: “Y estas palabras que yo te mando
hoy, estarán sobre tu corazón” (Dt. 6:6).
“La misma ley que fue grabada en tablas de piedra
es escrita por el Espíritu Santo sobre las tablas del
corazón. En lugar de tratar de establecer nuestra
propia justicia, aceptamos la justicia de Cristo. Su
sangre expía nuestros pecados. Su obediencia es
aceptada en nuestro favor. Entonces el corazón
renovado por el Espíritu Santo producirá los
frutos del Espíritu. Mediante la gracia de Cristo
viviremos obedeciendo a la ley de Dios escrita en
nuestro corazón”
E. G. W. (Patriarcas y profetas, pg. 342)
EL MISMO PROPÓSITO
“yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración;
sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi
casa será llamada casa de oración para todos los pueblos” (Isaías 56:7)
En el corazón mismo del pacto de Dios con Israel había
un propósito definido: extender a todos los pueblos la
invitación a participar de las promesas divinas.
En el Nuevo Pacto, este propósito tampoco cambia. La
gracia de Dios, a través de la sangre de Jesús, sigue
disponible para todo aquel que quiera recibirla
(Romanos 3:21-24).

Los judíos que aceptaron a Jesús abrazaron el Nuevo


Pacto y formaron el corazón de la Iglesia. Posteriormente,
los gentiles, procedentes de todas las naciones, se
unieron a este Pacto y fueron “injertados” en el
verdadero pueblo de Dios (ver Romanos 11:1-24).
MEJOR PACTO, MEJORES PROMESAS
“Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo,
cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido
sobre mejores promesas” (Hebreos 8:6)
El libro de Hebreos explica cómo se cumplió en Jesús la
profecía del Nuevo Pacto de Jeremías 31:31-34,
haciendo hincapié en las diferencias entre los dos
Pactos.
¿Por qué el Nuevo Pacto es mejor que
En elelAntiguo
Antiguo?
Pacto se mostraba la salvación a través de
figuras y símbolos. En el Nuevo Pacto, se muestra la
realidad misma: Jesús murió por nuestros pecados e
intercede por nosotros ante el Padre (1Co. 15:3; Heb.
7:25).
¿Por qué son mejores las promesas?
Aunque la salvación que se ofrece es la misma, el Antiguo
se basaba en una promesa futura, mientras que el nuevo
MEJOR SACRIFICIO, MEJOR SACERDOCIO
“Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para
venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios
se refiere, para expiar los pecados del pueblo” (Hebreos 2:17)
Los sacrificios ofrecidos bajo el Antiguo Pacto no podían,
por sí mismos, limpiar los pecados ni santificar a los
oferentes (Heb. 10:1-4). Sin embargo, el sacrificio de
Cristo, bajo el Nuevo Pacto, es suficiente para eliminar
nuestros pecados y santificarnos (Heb. 10:10, 12, 14).
De igual manera, el Antiguo Pacto tenía sacerdotes imperfectos
que debían ser renovados generación tras generación. Pero Jesús
es hecho “sumo sacerdote para siempre” (Heb. 6:20). Además,
ministra en el Cielo mismo.
El velo del Lugar Santísimo se rasgó en dos
cuando Jesús murió (Mateo 27:51). Este hecho
marcó la transición entre los símbolos y la
realidad; entre el Antiguo Pacto y el Nuevo Pacto.
“Aunque este pacto fue hecho con Adán, y
más tarde se le renovó a Abraham, no pudo
ratificarse sino hasta la muerte de Cristo.
Existió en virtud de la promesa de Dios
desde que se indicó por primera vez la
posibilidad de redención. Fue aceptado por
fe; no obstante, cuando Cristo lo ratificó fue
llamado el pacto nuevo”
E. G. W. (Patriarcas y profetas, pg. 340)

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