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ESCUELA NACIONAL DE FORMACIÓN

PROFESIONAL DE POSGRADO DE LA
POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ
XXIIi DIPLOMADO DE
POSGRADO PARA TENIENTES
ENSAYO ACUERDO
PLENARIO N° 05-2019
GRUPO N° 04
INTEGRANTES:

TNTE. PNP VILLASANTE HUAMAN Luis David


TNTE. PNP LOPEZ ZAPATA Jacomo Juliano
TNTE. PNP ACUÑA LIÑAN Manuel Junior Vicente
TNTE. PNP PAREDES MORAN Jhamer Percy
INTRODUCCION
El presente producto académico analizará de forma crítica el
Acuerdo Plenario N° 05-2019, que tiene como tema la
“Actuación policial y la exención de responsabilidad penal”, el
cual constará de tres argumentos siendo el primero el de
realizar una síntesis del plenario, como segundo argumento la
realización de un análisis crítico al mismo, en el tercer
argumento abordar algunas consideraciones no advertidas por
el mismo, finalmente arribar a determinadas conclusiones
sobre el tema in comento.
ARGUMENTOS
ARGUMENTO 1: Síntesis del plenario.

ARGUMENTO 2: Análisis crítico al acuerdo


plenario.

ARGUMENTO 3: Consideraciones no
advertidas en el Acuerdo
Plenario N° 05-2019.
ARGUMENTO 1: Síntesis del plenario

• El plenario en análisis se centra bajo el presupuesto de


discusión, lo planteado por el marco descrito del numeral 11)
del artículo 20º de nuestro código punitivo, donde rige que el
personal de las fuerzas armadas y la policía, en cumplimiento
de su deber y uso de sus armas u otro medio de defensa
cause lesiones o muerte, está exento de responsabilidad, la
crítica surge porque para algunos conocedores de la materia,
este mismo supuesto podría ser reconducido en el numeral 8
del mencionado artículo.
• De la misma forma hace alusión al Decreto Legislativo Nº 1186
publicado el 16 de agosto del 2015, el mismo que regula el uso
de la fuerza por parte de la Policía Nacional, norma que tiene
como principios el de legalidad (centrado a que su uso de la
fuerza, deba estar orientado a un fin legal así como que los
medios utilizados estén contemplados dentro del marco
normativo en todos sus niveles), también se contempla el
principio de necesidad (el cual plantea que dicho mecanismo de
fuerza debe ser utilizado cuando otros medios resulten
ineficaces para conseguir el objetivo legal buscado); finalmente
plantea el principio de proporcionalidad -a la fecha derogado
por cierto derogado por la Única Disposición Complementaria
Derogatoria de la Ley N° 31012 del 28 marzo 2020.- (donde se
establecía que el nivel de la fuerza para alcanzar el objetivo
corresponde a la resistencia y al peligro que representa la
persona intervenida) principio que entendemos ha sido
derogado, por cuanto existe la dificultad de su cumplimiento y
ponderación, en el fulgor de una intervención.
• Para tal finalidad el Decreto Legislativo Nº 1186, establece
determinadas circunstancias mediante el cual se regula la conducta
en el uso excepcional de la fuerza por parte del personal policial
donde se pueden detallar las siguientes:

• En el contexto de una defensa propia o de personas que se encuentran


en peligro real e inminente de lesiones graves o de muerte.
• En medio de una situación que implique seria amenaza para la vida,
durante la realización de un delito particularmente grave.
• Ante la generación de un peligro real e eminente de muerte o lesiones
graves, dentro del contexto de la resistencia ofrecida por la persona que
será intervenida.
• Ante el escenario de que la vida de una persona es puesta en peligro
real, inminente y actual, por aquella que se está fugando. Bajo el
escenario de que se genere un peligro real e inminente de muerte para
el personal policial o terceros, por acciones de quién participa en una
reunión tumultuaria violenta.
• En tal sentido el personal policial realiza sus funciones (intervención
policial) obrando dentro de su marco funcional y en el
cumplimiento del deber, por cuanto siempre actúa en calidad de
funcionario público que representa la fuerza pública del Estado, por
ello que, al recaer este contexto dentro del eximente de
responsabilidad “cumplimiento del deber” no corresponde aplicar
el otro eximente que se establece como la legítima defensa.

• Finalmente se concluye que, el personal policial no podrá invocar el


eximente de legítima defensa si estos son víctimas de una agresión
ilegítima, más aún cuando se encuentren en desempeño funcional o
hechos conexos, resaltándose que la legítima defensa incumbe un
contexto de reacción por parte del agredido, que puede ir
excesivamente más allá de lo necesario para impedir o repeler la
agresión, mientras que por otro lado en el cumplimiento del deber,
nos referimos a los topes se encuentran bajo los principios de
necesidad, oportunidad y proporcionalidad, que deben tener todas las
actuaciones del personal policial.
ARGUMENTO 2: Análisis crítico al
acuerdo plenario.
• Respecto a la incorporación del término “otros medios de defensa”,
respecto a este agregado no se convierte en una cláusula abierta, que
permita el efectivo policial utilizar cualquier medio que esté a su mano
para el desempeño de su función, y más aún que en el ejercicio de las
mismas puede echar mano de cualquier cosa que esté a su alcance, para
poder neutralizar alguna amenaza, por tal razón es que el mismo
plenario conmina al Sector Interior a poder apertrechar adecuadamente
con los medios logísticos y tecnológicos necesarios, a fin de que el
personal policial pueda hacer un uso adecuado de los mismos tanto en
con características no letales o letales, de esa forma cumplir con el
estándar requerido, así como los pronunciamientos de carácter
constitucional y convencional en los cuales el Perú es considerado parte.
• Respecto a la redacción del numeral 11) artículo 20° y la redacción del inciso
8.3) del artículo 8° del Decreto Legislativo N° 1186 - Ley del Uso de la Fuerza;
estos dos enunciados que guarda insoslayablemente una relación analógica
entre hechos y consecuencia, podemos decir por un lado, lo descrito por el
código punitivo determina un espectro de acción genérico que es
considerado dentro de su redacción literal, relacionado al efecto que causa la
intervención policial en uso reglamentario sus armas considerando el término
“lesiones”, no especificando con ello si estas deben ser cuantificadas como
falta, delito en su modalidad leve o grave; por otro lado el Decreto Legislativo
que regula el uso de la fuerza por parte del personal policial, muy por el
contrario delimita y enfrasca que estas lesiones o las que se produzcan a
razón de una intervención, necesariamente deban de ser graves, para que se
pueda activar el uso excepcional de la fuerza por parte del personal policial;
situación que desde este punto criticamos toda vez que por jerarquía
normativa, una norma supra, no puede ser limitada por una norma infra,
asimismo por la especialidad el código penal norma de carácter general, es
más especifica que el Decreto Legislativo, por lo cual este último, debe de
adherirse en literalidad y sentido al primero de los enunciados, de la misma
forma que por ningún motivo, deba interpretar, reconducirse a menos o más
allá, de lo que el Código Penal establece.
ARGUMENTO 3: Consideraciones
no advertidas en el Acuerdo Plenario
N° 05-2019.
• Tras haber hecho un análisis respecto del acuerdo plenario en mención, podemos advertir que en
nuestro ordenamiento jurídico muestra determinada aquiescencia y adaptabilidad respecto de los
hechos, que forja las instituciones jurídicas y las normas que regulan el comportamiento social y
procedimental de sus actores.
• Lo que se quiere decir, es que muestra una condición reactiva a razón de
hechos que hayan podido crear situaciones en conflicto (intervenciones
policiales cuestionadas o denominados casos difíciles) respecto del
desarrollo funcional del personal policial en el cumplimiento de sus
funciones y que la norma penal entre otras tienda a regular contextos
situacionales (con el ánimo de cubrirlas) lo que en muchas ocasiones no
alcanza, para poder determinar de manera justa y apropiada, cómo es que
se resolvería una causa sometida a la jurisdicción penal, que conlleve a dar
prioridad a derechos fundamentales de carácter general, por sobre los
particulares e individuales que corresponden a los delincuentes
intervenidos.
• Sin embargo, sucesos como el ocurrido en el caso Miranda, efectivo policial
que el 13 de enero del 2019 dio muerte a un delincuente que había
perpetrado un hecho ilícito en flagrancia, desnudan las falencias que posee
el andamiaje normativo que versa sobre la materia, toda vez que en
primera instancia, el fiscal solicito la prisión preventiva contra el citado
efectivo del orden, situación que fue remediada por un proceso
constitucional (habeas corpus) luego de más de un mes de carcelería.
• Dicho suceso, propicio la dación y regulación analizada • Sin embargo, esto no ha quedado
en el plenario in comento, no pudiendo alcanzar a inerte, sino por el contrario, ha causado
ciencia cierta, si esta sea estrictamente suficiente para una repercusión a nivel legislativo, pues
solucionar las controversias surgidas desde los ángulos con la Ley N° 31012 – Ley de Protección
correspondientes, pues desde el plano policial, genera Policial, se impide tajantemente que
un abrumante rechazo, que se prefiera dar caza a un contra el personal policial, le pueda
efectivo policial, en costo a la muerte de un recaer la medida cautela de prisión
delincuente flagrante, con antecedentes y luego de preventiva y detención preliminar,
haber perpetrado un latrocinio; más aun que el limitándose solo a dictarse contra él, la
Ministerio Publico habría solicitado medida coercitiva medida de Comparecencia restrictiva,
personal contra él, y hasta la fecha se sepa que se le en clara muestra de solidaridad a los
viene acusando por delito de homicidio culposo, sin hechos cuestionados.
tener fuerza, las causales eximentes enunciadas en el
Art. 20° del código penal
CONCLUSIONES
• Los acuerdos plenarios, se muestran como instrumentos
jurisprudenciales, de carácter vinculante, que regulan controversias o
situaciones en discusión, definiendo baremos y derroteros respecto de
la cuestión planteada por la casuística jurídica, con ello determina el
norte a seguir y las posibilidades de cómo resolver los casos en
discrepancia.

• La cronología normativa, enuncia un direccionamiento en mejora a favor del


personal PNP interviniente, sin embargo, mientras mas tratemos de perfeccionar la
técnica legislativa en la narración, mas escrupuloso se convierte el procedimiento a
seguir, por ende, se muestran como arenas movedizas, en un terreno propio de la
especialidad, lo cual es propulsado por un proceso investigatorio fiscal y proceso
judicial, mucha veces de espaldas a considerar las aristas fácticas, que solo pueden
ser percibidas por aquellos que nos enfrentamos a la delincuencia común u
organizada.
• La controversia planteada en el concurso mostrado por los numerales 8
y 11 del Art. 20° del Código Penal, ha quedado clarificado, por cuanto el
ejercicio de un deber funcional siempre será aplicado al personal policial
que en el ejercicio regular de sus funciones actúa, por otro lado, el
dinamizar a la legitima defensa, se convierte en un instrumento
aplicable para personas, sin exigencias, más que la protección
desmedida, de su propia vida o la de terceros.
La técnica narrativa existente entre, el numeral 11) artículo 20° del Código Penal y el inciso
8.3) del artículo 8° del Decreto Legislativo N° 1186 - Ley del Uso de la Fuerza; difieren
abismalmente, lo cual permite una interpretación nociva en contra del efectivo policial que
interviene, ante un hecho delictivo que cause lesiones; por un lado, el artículo mencionado
del código, permite el tipo penal de lesiones (sin discriminar que tipo o en que modalidad
se manifieste) por su parte, la Ley del uso de la fuerza, solo establece causas excepcionales
para las lesiones en su modalidad grave, por ello que la valla, se eleva para poder cobertura
una buena interpretación de dichas normas, más aun en situaciones operativas policiales, lo
cual de por sí, pueda entenderse no a favor del imputado (efectivo policial) vulnerándose
con esto el principio de indubio pro reo, en su vertiente la interpretación mas favorable a él.

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