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MEDIADOR Y CABEZA, 1

Mediador es nombre de oficio. Se aplica a quien hace de medio


entre los que están separados para reconciliarlos, o para unirlos
de alguna forma.

En la economía divina, los mediadores no son


primariamente representantes del pueblo ante
el Señor, sino representantes de Dios. La
alianza y la salvación vienen de lo alto; no es
obra humana.

“Jesucristo es verdadero Dios y verdadero Hombre en la unidad de


su Persona divina; por esta razón Él es el único Mediador entre
Dios y los hombres” (CCE 480).
480
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MEDIADOR Y CABEZA, 2

Cristo, mediador de la Nueva y eterna Alianza: las anteriores eran


parciales e imperfectas, pues no hacían a los hombres partícipes
de la intimidad divina. Jesús nos revela plenamente al Padre, qui-
ta el pecado del mundo y establece la verdadera comunión de vida
entre Dios y los hombres.

Cristo es el único Mediador entre Dios y los hombres: sólo Él une


a los hombres con Dios (Jn 14, 6:
6 “Nadie va al Padre sino por mí”).

Hay otros mediadores, pero subordinados a Cristo y


partícipes de su mediación. Existen grados de media-
dores subordinados (sólo Cristo repara el pecado y
comunica la gracia por sí mismo): 1) la Virgen Ma-
ría Mediadora de todas las gracias, 2) los ángeles,
3) los santos, 4) los sacerdotes, 5) todos los cristianos.
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MEDIADOR Y CABEZA, 3

1 Tim 2, 5-6:
5-6 “Uno solo es el Mediador entre Dios y los hombres:
Jesucristo hombre, que se entregó a sí mismo en redención de todos”.

Cristo en cuanto Dios no tiene condición de medio (no difiere del


Padre ni del Espíritu Santo). Tampoco la tiene simplemente por el
hecho de ser hombre. La tiene en cuanto es hombre lleno de gracia
y con su entrega (vivificada por esa plenitud de gracia) reconcilia
los hombres con Dios.

La unión hipostática es el fundamento de su


mediación: si Cristo no fuera Dios hecho hom-
bre, no tendría la plenitud de gracia y, por tan-
to, no sería Mediador.

Cristo ejerce su mediación como Sacerdote, Profeta y Rey.


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MEDIADOR Y CABEZA, 4

Cristo, Sacerdote de la nueva Alianza


El sacerdote es mediador entre Dios y los
hombres. Pero el término “mediador” es más
amplio que el de “sacerdote”. No toda media-
ción es un sacerdocio (profetas, reyes, etc.).
La suya es la principal: consiste en unir y re-
conciliar a los hombres con Dios quitando
el pecado. Ofrece sacrificios para reconciliar-
nos con Dios.

Cristo es el único y sumo Sacerdote que con su sacrificio nos re-


concilia con Dios. Todo otro sacerdocio (ministerial o común) es
participación de su sacerdocio y subordinado a él.

Su sacerdocio es distinto y superior al levítico, y es eterno.


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MEDIADOR Y CABEZA, 5

Cristo, Profeta: mediador y plenitud de la revelación


Es mucho más que los profetas del AT y se
distingue de todos ellos: “en diversos mo-
mentos y de muchos modos habló Dios en el
pasado a nuestros padres por medio de los
profetas. En estos últimos días nos ha habla-
do por medio de su Hijo” (Heb 1, 1-2).
1-2

El Hijo de Dios, al venir a este mundo, como hombre, es el media-


dor perfecto de la revelación pues nos manifiesta a Dios a quien ve
y oye. Él es la misma verdad.

Él es la plenitud de la revelación: es la Palabra única y perfecta del


Padre. Dios en su Verbo lo ha dicho todo: no habrá otra palabra
más que ésta. Nos libera de la ignorancia y del error.
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MEDIADOR Y CABEZA, 6

Jesucristo, Rey
Cristo se presenta como Buen Pastor y Rey: “el pueblo de Dios
participa (...) en la función regia de Cristo. Cristo ejerce su realeza
atrayendo a sí a todos los hombres por su muerte y su resurrección.
Cristo, Rey y Señor del universo, se hizo el servidor de todos, no
habiendo ‘venido a ser servido, sino a servir y dar su vida por mu-
chos’ (Mt 20, 28).
28 Para el cristiano, ‘servir a Cristo es reinar’
(Lumen gentium 36)” 36 (CCE 786).
786

La Iglesia también ha presentado a Cristo como


Legislador (nos da la Ley nueva de la gracia y
de la caridad), o como Juez (dispensa la gracia
y el perdón de los pecados, y premia con la
gloria).
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MEDIADOR Y CABEZA, 7

Dios quiso que la humanidad tuviera su principio en Adán. Éste


pecó no sólo como persona individual, sino también como cabeza
del género humano, y su acción implicaba a toda su descendencia
(cfr. Rom 5, 12-19).
12-19 Cristo es el “nuevo” o “segundo” Adán.

Dios quiso que Jesucristo fuera el principio y la causa de la vida


sobrenatural de todos, el inicio de una humanidad redimida.

Adán y Cristo son principios de todo el género


humano: el primero en cuanto a la naturaleza y
al pecado, Cristo en cuanto a la salvación.

Cristo es el hombre nuevo y perfecto, superior a


Adán y a todos los hombres, el ejemplar de todos
los demás.
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MEDIADOR Y CABEZA, 8

Cristo en cuanto hombre es Cabeza del géne-


ro humano. Tiene la misma naturaleza de los
hombres y es solidario con todos ellos.

Es Cabeza de los hombres porque tiene una


preeminencia sobre ellos por su plenitud de
gracia, en virtud de la cual es el más perfecto
y el ejemplar de cada uno de los hombres.

Es Cabeza del género humano porque es el principio de la gracia


de todos los hombres, el salvador de todos ellos.

El fundamento o raíz de la plenitud de gracia de Cristo hombre es


la unión hipostática: si Cristo no fuera Dios hecho hombre, no
sería Cabeza del género humano.
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MEDIADOR Y CABEZA, 9

Solidaridad de Cristo con el género humano: 1) físi-


ca, de la sangre (comparte nuestra naturaleza, es hijo
de Adán); 2) moral e intencional por el amor (nace
de la libre voluntad de Jesús, de su amor, virtud que
une e identifica al amante con el amado y que hace
que las cosas del amado sean como propias; “me ha
amado y se ha entregado a sí mismo por mí”
(Gal 2, 20)).
20

Cristo representa a los hombres ante Dios y se ofrece por todos,


pero propiamente no nos sustituye: no decide por nosotros,
puesto que debemos arrepentirnos de los pecados e incorporar-
nos voluntariamente a Él como miembros suyos; y tampoco nos
ahorra en esta vida las penas del pecado, incluida la muerte.

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