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Iglesia Bautista del Norte

Escuela Bíblica Dominical

Cristología
Cristo el Mediador Párrafo 3

5Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los
hombres, Cristo Jesús hombre, 6quien se dio a sí mismo en rescate por
todos, testimonio dado a su debido tiempo. (1Timoteo 2:5-7)

8. DE CRISTO EL MEDIADOR

3. El Señor Jesús, en su naturaleza humana así unida a la divina, en la persona


del Hijo, fue santificado y ungido con el Espíritu Santo sin medida, teniendo en
sí todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento, en quien agradó al
Padre que habitase toda plenitud, a fin de que siendo santo, inocente y sin
mancha, y lleno de gracia y de verdad, fuese del todo apto para desempeñar
el oficio de mediador y fiador,1 el cual no tomó para sí, sino que fue llamado
por el mismo Padre, quien también puso en sus manos todo poder y juicio, y
le ordenó que lo cumpliera.2

Un mediador es un intermediario. Es alguien que hace de intermediario entre


dos o más personas o grupos en disputa e intenta reconciliarlos. En términos
bíblicos, los seres humanos son considerados en enemistad contra Dios. Nos
hemos rebelado, revolucionado y rehusado a obedecer la ley de Dios. Como
resultado, la ira de Dios está sobre nosotros. Para modificar o redimir esta
situación catastrófica, es necesario que seamos reconciliados con Dios. Para
efectuar nuestra reconciliación, Dios el Padre nombró y envió a su Hijo como
nuestro Mediador.
Cristo nos trae nada más y nada menos que la majestad divina de Dios mismo
Él es Dios encarnado.

1 Sal. 45:7; Col.1:19; 2:3; Heb.7:26; Jn.1:14; Hech.10:38; Heb.7:22.


2 Heb.5:5; Jn.5:22-27; Mt.28:18; Hech.2:36.
Sin embargo, tomó sobre sí mismo una naturaleza humana y se sometió
voluntariamente a las demandas de la ley de Dios.
Cristo no comenzó la reconciliación en un intento para persuadir al Padre a
dejar de lado su ira. Por el contrario, en el eterno consejo de la Divinidad había
un acuerdo total entre el Padre y el Hijo para que el Hijo viniera como nuestro
Mediador. Ningún ángel podía venir como representante de Dios; únicamente
Dios mismo podía hacer eso.
En la Encarnación, el Hijo tomó sobre sí mismo la naturaleza humana para
obtener la redención de la simiente caída de Adán. Por su perfecta obediencia,
Cristo satisfizo las demandas de la ley de Dios y logró la vida eterna para
nosotros. Por su sumisión a la muerte expiatoria en la cruz, satisfizo las
demandas de la ira de Dios contra nosotros. Tanto desde una perspectiva
positiva como negativa, Cristo satisfizo las condiciones divinas para la
reconciliación. Nos hizo un nuevo pacto con Dios por su sangre y continúa
diariamente intercediendo por nosotros como nuestro Sumo Sacerdote.
Un mediador efectivo es alguien que es capaz de lograr que dos partes que
están en conflicto, o alejadas entre sí, logren la paz. Este es el papel que
desempeñó Jesús como nuestro Mediador perfecto. Pablo declaró que
tenemos paz con Dios mediante la obra de reconciliación de Cristo:
"Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro
Señor Jesucristo" (Romanos 5:1).
La obra mediadora de Cristo es superior a la obra ejercida por cualquier otro
mediador. Moisés fue el mediador del Antiguo Pacto. Fue el intermediario de
Dios, entregándole a los israelitas la ley. Pero Jesús es superior a Moisés. El
autor del libro a los Hebreos declara: Porque de tanto mayor gloria que Moisés
es estimado digno éste, cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo...
Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo... pero Cristo
(fue fiel) como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros (Hebreos 3:3-6).

1. Jesús Ungido por el Espíritu Santo

HECHOS 10:37-38
37Vosotros sabéis lo que se divulgó por toda Judea, comenzando desde
Galilea, después del bautismo que predicó Juan: 38cómo Dios ungió con el
Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo este anduvo haciendo
bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con
él.
El término Cristo significa "el ungido". Jesús fue ungido por el Espíritu Santo en
ocasión de su bautismo y comenzó a cumplir con el papel del Mesías descrito
por Isaías. "El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió
Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos" (Isaías 61:1).

El título de Cristo es utilizado con respecto a Jesús con tanta frecuencia que la
gente suele confundirlo con su apellido. No se trata de un nombre, sin
embargo, sino de un título que hace referencia a su posición y a su obra como
el Mesías. El término Cristo proviene del griego Christos, utilizado para traducir
la palabra hebrea Mesías. Cristo y Mesías significan "el Ungido".
En el Antiguo Testamento el concepto del Mesías prometido, que sería ungido
por el Espíritu Santo, era una idea compleja y de varias aristas. No todos los
judíos compartían la misma idea sobre el Mesías.
Un concepto sobre el Mesías era que sería un rey. Sería el ungido Hijo de David,
el León de Judá, que restauraría el reino caído de David. (Este aspecto excitaba
a los judíos y avivaba las llamas de su esperanza en un gobernador político que
los liberaría del yugo de Roma.)
Pero el Mesías también era conocido como el Siervo de Dios, como el Siervo
Sufriente mencionado en la profecía de Isaías. Parece ser imposible unir estas
dos vertientes en una persona, aunque obviamente lo fueron en Jesús.
El Mesías sería también un ser celestial (el Hijo del Hombre) y estaría
relacionado con Dios el Padre de una manera singular (el Hijo de Dios). Sería,
además, el sacerdote y el profeta. Cuanto más reconocemos la complejidad
que encierra el concepto del Mesías, más nos asombra la manera intrincada en
que todas estas vertientes se fusionaron en la persona y la obra de Jesús.

2. En Jesús habita toda la plenitud de la Deidad.

COLOSENSES 1:17-19
17Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; 18y él es
la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de
entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; 19por cuanto
agradó al Padre que en él habitase toda plenitud.
HEBREOS 1:3
Él es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza, y
sostiene todas las cosas por la palabra de su poder. Después de llevar a cabo
la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las
alturas

3. Jesús es el único apto para ser un mediador y fiador perfecto.

HEBREOS 7:26-27
26Porque convenía que tuviéramos tal Sumo Sacerdote: santo, inocente,
inmaculado, apartado de los pecadores y exaltado más allá de los
cielos, 27que no necesita, como aquellos sumos sacerdotes, ofrecer sacrificios
diariamente, primero por sus propios pecados y después por los pecados del
pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, cuando se ofreció a sí
mismo.

A fin de que, siendo santo, inocente y sin mancha, y lleno de gracia y de verdad,
fuese del todo apto para desempeñar el oficio de mediador y fiador.

HEBREOS 7:21-22
21porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes;
pero este, con el juramento del que le dijo:
Juró el Señor, y no se arrepentirá:
Tú eres sacerdote para siempre,
Según el orden de Melquisedec.
22Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.
4. El Padre le ha dado todo Poder y autoridad

HEBREOS 5:5
5Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino
el que le dijo:
Tú eres mi Hijo,
Yo te he engendrado hoy.

HEBREOS 1:1-2
1Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de
muchas maneras a los padres por los profetas, 2en estos últimos días nos ha
hablado por su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas, por
medio de quien hizo también el universo.

MATEO 28:18
18Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo
y en la tierra.

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