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AL SERVICIO
DE LA
FORMACIÓN
DE LA
CONCIENCIA
Manuel José Jiménez R. Pbro. 2023
Necesidad pedagógica y catequística
ineludible de educar la conciencia, que,
en la vida cristiana no puede separarse
de la vocación al seguimiento de Jesús
Contexto social y cultural
Relativismo
Inmediatista y
Hedonismo
presentista
Sociedad
plural
Egoísmo Consumismo
Flexibilización
de la
Pérdida de la conciencia
conciencia
Deformación
de la
conciencia
Se piensa que es la libertad personal la que decide los límites del bien y del
mal. Se considera que es bueno lo que uno decida libremente.
Una conciencia bien formada es recta y veraz, formula sus juicios según
la razón, conforme al bien.
Conciencia recta.
Su juicio coincide con lo valores
fundamentales y dirige efectivamente Conciencia defectuosa.
la acción en ese sentido. Cuando la conciencia no refleja los
Es la conciencia iluminada por la valores objetivos
verdad misma del ser humano
CONCIENCIA ACTUAL
Es un juicio práctico que determina en la situación concreta que debe realizarse tal acción
por ser buena o que debe omitirse por ser mala.
Es un acto de discernimiento sobre la preferibilidad de una determinada decisión en
medio de la encrucijada de bienes y valores en que se decide toda acción humana
Conciencia antecedente
Cuando el juicio valorativo Conciencia consiguiente
precede al acto, para Una reflexión sobre el acto
ordenarlo, permitirlo o ya realizado, para aprobarlo
prohibirlo. o para condenarlo.
Formación La conciencia es un don y una tarea.
Es un don de Dios, que pasa por las
de la mediaciones educativas de la familia,
conciencia la escuela y las demás instancias que
nos van formando en la vida. Pero es
también tarea que nos compromete a
todos y que no termina nunca.
La valoración moral en el ser humano es una actividad
dinámica siempre imperfecta y en vías de mayor
desarrollo. La persona nunca alcanza una conciencia
moral perfecta y acabada. Precisamente porque nunca se
cierran las posibilidades de perfección ni la comprensión
de la plenitud del ser humano. Y así como en el
desarrollo evolutivo de cada persona existen estados de
inmadurez y procesos despersonalizantes, en el
desarrollo de la conciencia moral no todo es lucidez y
autonomía de juicio.
La formación de la conciencia moral está sometida a un
proceso tan largo como la vida misma, sin embargo, se
cree que sí se pueden ir encontrando los indicios de la
aparición y configuración dinámica de ésta a lo largo de
la experiencia de vida del sujeto humano.
La gradualidad o evolución de la conciencia
Etapas morales por las que atraviesa la persona humana
Lorenz Kohlberg
Nivel • Etapa 1
preconvencional • Etapa 2
Nivel • Etapa 3
convencional • Etapa 4
Nivel • Etapa 5
posconvencional • Etapa 6
Nivel preconvencional
La concepción del bien y del mal es anterior a las
convenciones sociales.
La conciencia moral es anomia
Racionalidad: Es la
capacidad para discutir las
normas y los principios
Autonomía moral: consiste morales, para llevarlos ante
en la libertad y la razón, para negarlos o
espontaneidad de adhesión confirmar su validez, pero
a los valores morales y en también para superarlos o
una interiorización plena y rechazarlos por
convencida de los principios inadecuados.
que expresan estos valores
y de las normas que los
defienden.
La educación moral como aprendizaje
Dimensión
imperativa
Dinamismos de la conciencia
Dimensión
cognoscitiva
Dimensión imperativa
Un imperativo moral general, punto de partida y de motivación de todo el
proceso mental (emocional, sapiencial) de búsqueda y clarificación que guía
hasta el juicio último sobre la bondad o la negatividad moral de la situación
decisional.
Refleja la vocación constitutiva de la libertad al bien, el deseo más profundo e
insupriblime de la voluntad humana.
En el imperativo de la conciencia resuena la esencia constitutiva y última de la
libertad humana, su vocación a la felicidad, al bien, único objetivo adecuado
para la libertad.
Esta es la meta de la educación moral y de la conciencia.
Dimensión cognoscitiva
Saber moral
Juicio concreto
La conciencia moral comporta
un cierto saber moral, que
La capacidad de discernir, de
tiene como contenido
juzgar en una situación
principios, valores y normas
concreta.
morales
En el nivel de la situación concreta
Es la conciencia en el sentido de juicio último de la razón práctica
sobre la bondad o negatividad moral de una opción concreta.
Último significa que ha estado precedido de búsqueda, de
confrontación, de ponderación de argumentos. Es el resultado
sintético de la búsqueda.
Educar a la conciencia es educar en la reflexión y objetividad para
juzgar. En la que se pone en juego el conocimiento y también la
libertad.
El Saber moral
Se llama conciencia al saber moral en general de una persona o de una colectividad,
formado por el conjunto de valores, normas, modelos de vida, que constituyen su
filosofía moral.
En cuanto enraizados en la verdad objetiva de la persona humana, estos
conocimientos no son de ninguna manera innatos y universales. Son producto de
una aprendizaje semejante a cualquier otro y, por tanto, están condicionados
culturalmente.
Educar la conciencia a este nivel , significa informarla, transmitirle o hacerle
descubrir nociones y capacidades de raciocinio.
La educación moral incluye instrucción o enseñanza. Dicha instrucción comunica un
saber elaborado por una tradición en la que el educando está llamado a integrarse,
utilizando creativamente los datos que otros han elaborado a lo largo de la historia.
El saber moral de la fe
El hecho de que el creyente posee dentro de sí, por medio del don del Espíritu , el guía y el maestro
interior que enseña discernir el bien y el mal, en el ámbito de una experiencia personal de fe, no
excluye la necesidad de la educación moral a través de la enseñanza moral.
El saber de la fe incluye un saber moral específicamente cristiano, un saber que funda, ilumina,
orienta el obrar moral del creyente y el discernimiento moral en el que se inspira ese obrar.
Este un saber típico que se denomina: moral cristiana, contenida en los textos normativos de la fe:
Sagrada Escritura, Magisterio y reflexión teológica.
Educar en la conciencia moral al creyente es educarlo en este saber moral y el actitud del
discernimiento moral a la luz de la fe.
Es claro que educar en la conciencia moral al creyente no es solo transmitir un conjunto de verdades.
Sino, ante todo, formar en la unidad interior de la persona en la opción fundamental del seguimiento
de Cristo.
Para el cristiano la formación de la conciencia moral no puede separarse de la vocación al seguimiento
de Jesucristo.
La conciencia es un reflejo de la verdad misma del ser humano, y más
en concreto, de la verdad sobre el ser humano revelada por Cristo. En
Jesucristo se revela la dignidad plena del ser humano y de la voluntad
de Dios. El ser y el deber ser de cada persona. De ahí que la actuación
en conciencia para el cristiano es inseparable de la vivencia de la fe y de
la caridad.
En el seguimiento personal de Jesucristo se encuentra la clave de la vida
moral para el cristiano. En el camino de la decisión en conciencia la
conversión a Cristo es factor decisivo.
Es un seguimiento y una respuesta bajo la asistencia y guía del Espíritu
Santo.
En clave de moral cristiana, el bien y el mal, la virtud o el pecado no se
definen en referencias a valores abstractos, sino en relación a los
valores del Reino de Dios.
El Reino de Dios cuestiona el antireino, la realidad de pecado personal y
estructural.
Criterio fundamental de discernimiento ético y de pecado es la acogida
a los pobres o su rechazo. (Mt 25,31-46)
Educar a la conciencia como
concientización