La producción sinfónica de Wolfgang Amadeus Mozart cubre
un intervalo de veinticuatro años, desde 1764 hasta el 1788. Mozart no escribió solo las 41 sinfonías numeradas en las ediciones tradicionales; los especialistas creen que existen hasta 68 obras completas de este tipo. No obstante, por convención, se ha conservado la numeración original y por este motivo su última sinfonía todavía se conoce como «n.º 41». Algunas de las sinfonías, la n.º 31 (KV 297), n.º 35 (KV 385) y la n.º 40 (KV 550) fueron revisadas por el autor con posterioridad a las primeras versiones. Grandes sinfonías de Mozart
La obra infantil cubre desde la primera sinfonía hasta la Nro 13 y fueron
compuestas entre los 8 y 15 años de vida del compositor. El segundo gran grupo de sinfonías considera aquellas compuestas a su regreso a Salzburg luego de su viaje final a Italia. Forman parte de este grupo desde la sinfonía N. 14 hasta la sinfonía Nro 30. Dentro de este grupo se encuentran dos obras favoritas del público, la Sinfonía Nro 25 en sol menor (la primera de las dos únicas sinfonías que compuso en modo menor), obra clásica, elegante y de poderosa energía y obra de madurez y perfección inconcebible en un compositor de 17 años y la refinada y exquisita Sinfonía Nro 29 en La mayor, considerada por el musicólogo Stanley Sadie como "un monumento... personal en el tono, es quizás más individual en la búsqueda de una intimidad, en el estilo de la música de cámara pero con un carácter vehemente e impulsivo." Las últimas sinfonías
El grupo final de sinfonías de Mozart va desde la Nro 31 hasta
la nro 41 y cubren los últimos 13 años de vida del músico. Dentro de ella se encuentran las tres últimas, que han gozado de fama y reconocimiento universal por la perfección formal y riquísima inspiración melódica que ostentan. Sinfonía n.º 39 en mi♭mayor, KV 543 (1788) Sinfonía n.º 40 en sol menor, KV 550 (1788) Sinfonía n.º 41 en do mayor, «Júpiter», KV 551 (1788) Sinfonía Nro 40 en sol menor
Mozart escribió la Sinfonía n.º 40 durante un período de su vida
extraordinariamente creativo, el verano de 1788. En el espacio de unas pocas semanas compuso también sus sinfonías n.º 39 (terminada el 26 de junio) y n.º 41 (finalizada el 10 de agosto).Se ha especulado que preparaba estas obras para un futuro viaje a Inglaterra, que nunca ocurrió. Es la segunda y última de sus sinfonías compuesta en modo menor, exactamente en el tono de sol menor, el mismo que eligió para su sinfonía Nro 25. La orquestación consta de flauta, dos oboes, dos clarinetes, dos fagotes, dos trompas y una sección de cuerdas (primeros y segundos violines, violas, chelos y contrabajos). Es destacable la ausencia de trompetas y timbales. La obra está estructurada de forma convencional para el período clásico con cuatro movimientos: rápido, lento, minueto y rápido. Sinfonía Nro 41 en do mayor La Sinfonía n.º 41 en do mayor, K. 551, Júpiter fue compuesta por Wolfgang Amadeus Mozart en 1788 y es la última de sus sinfonías. Parece que fue Johann Peter Salomon, empresario alemán establecido en Inglaterra, quien dio a esta sinfonía el nombre de "Júpiter", nombre de la suprema divinidad de la mitología romana. Con ello quiso probablemente resumir en una palabra el carácter triunfal, generoso y solemne de la obra. Compuesta poco después de la melancólica y rebelde Sinfonía n.º 40, representa la superación de estos sentimientos con una voluntad afirmativa y una majestuosidad que concuerdan con la tonalidad de do mayor. La obra está escrita para una flauta, dos oboes, dos fagotes, dos trompas, dos trompetas, timbales, cuerdas (violines I y II, viola, violonchelos y contrabajos). El final es el punto culminante del amor de Mozart por el contrapunto: en él combina la energía y el “momentum” de un allegro de sonata con los más intrincados recursos contrapuntísticos. Los cinco temas que contiene (algunos insinuados al principio de la sinfonía) aparecen en diferentes formas, y la coda termina en una sorprendente combinación de los todos ellos, un final glorioso para la producción sinfónica de Mozart.