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LA POSESIÓN

CONCEPTO: En un sentido vulgar, posesión equivale a tener, ocupar o


detentar alguna cosa, con INDEPENDENCIA de su razón o fundamento.
Etimológicamente, poseer (possidere en latín) y posesión (possessio) derivan
de los términos SEDERE, que significa estar asentado sobre algo y POSSE que
significa “poder”. Por tanto, la posesión comporta una relación hombre-cosa
y al mismo tiempo, hace referencia al poder que el hombre ejerce sobre
ésta. Y todo ello, sin entrar a considerar si dicho sujeto es o no titular del
derecho de PROPIEDAD sobre la cosa.
La propiedad es un derecho, mientras que la posesión es una “situación de
hecho”.
FUNDAMENTO DE LA POSESIÓN:
¿Por qué se protege jurídicamente la posesión? Los romanos no se
plantearon tal cuestión, para contestarla es necesario acudir a la doctrina
civilista.
a) Savigny: la protección posesoria tiene su fundamento en la paz social. Se
protege al poseedor para evitar que nadie pueda tomarse la justicia por su
mano y obliga a quien pretenda atacar dicha situación a usar la vía judicial.
b) Ihering: la protección posesoria deriva de la apariencia o exteriorización de
dominio. Se supone, en principio, que quien posee algo es porque es su
propietario. Así se evita, que los propietarios tengan que estar
constantemente aportando los títulos que demuestren su condición como
tales.
ORIGEN DE LA POSESIÓN
Su origen es doble:
- Por un lado, deriva de la utilización del AGER PUBLICUS (propiedad pública).
Los poseedores de la misma no podían ser propietarios, pues esas parcelas de
terreno eran propiedad de Roma y no susceptibles de propiedad privada.
Como resultaba injusto que estos poseedores no pudiesen ejercitar las
acciones que protegen la propiedad de ataques y perturbaciones, el PRETOR
creó un tipo de protección especial.
- Por otro lado, mientras estaba tramitándose un procedimiento judicial para
determinar quién era propietario de la cosa, el PRETOR atribuía la posesión
de la cosa a uno de los litigantes y protegía dicha situación. Al proteger al que
temporalmente tiene la cosa (hasta que se resuelva la contienda) el pretor
evita la violencia privada contra ella.
TIPOS DE POSESIÓN (natural, interdictal y civil)
a) POSESIÓN NATURAL (possessio naturalis): es la simple tenencia material de la
cosa, también llamada “mera detentación”. NO tiene medidas judiciales de
protección, ya que no es propiamente posesión, sino la mera apariencia de ella.
Los poseedores naturales son aquellos que tienen la cosa en nombre de otro:
en alquiler (arrendatario), en préstamo de uso (comodatario) o para su guarda
(depositario). La protección que tienen estos sujetos únicamente deriva de sus
respectivos contratos, no del hecho de ser “poseedor”. El único elemento que
se requiere para tener la posesión natural de la cosa es el CORPUS, que es la
tenencia material de la cosa, también llamado “elemento objetivo”. Con el paso
del tiempo, el corpus incluye además el control fáctico sobre la cosa (ej. tener
algo bajo la vista o que esté dentro de la esfera de actuación del sujeto)
Excepciones de poseedores naturales a los que el PRETOR sí reconoció protección
interdictal, a pesar de no cumplir los requisitos de ese otro tipo de posesión eran:
a) el precarista, b) el acreedor pignoraticio y c) el secuestratario.
.

b) POSESIÓN INTERDICTAL (possessio ad interdicta): Recibe este nombre al


estar protegida por “interdictos”. Para disponer de la posesión interdictal
sobre una cosa, se requiere la concurrencia de dos elementos: el CORPUS (ya
visto, es la tenencia de la cosa) y el ANIMUS possidendi (es la intención de
disponer de ella con exclusión de los demás, también llamado elemento
“subjetivo”).
La posesión interdictal puede ser “justa” o “injusta”. La posesión justa es la
NO adquirida por la fuerza (nec vi) clandestinidad (nec clam) o por cesión
gratuita y revocable en cualquier momento por otro (nec precario). La
posesión injusta es también llamada “viciosa” porque existe un defecto en
ella o “vicio”.
¿Quiénes son poseedores interdictales? El propietario poseedor, el poseedor
de buena fe, que cree erróneamente ser el verdadero propietario y el
poseedor de mala fe (ej. ladrón), que es consciente de la ilegalidad o ilicitud
de su situación, entre otros.
.

c) POSESIÓN CIVIL (possessio civilis): La posesión civil es una posesión


“cualificada”, pues va dirigida a adquirir la propiedad sobre la cosa que se
posee. Cuando se unen los elementos de la posesión interdictal (corpus y
ánimus) y se le añaden otros: buena fe del poseedor, justo título (o justa
causa) y el tiempo que establece la ley, el poseedor ADQUIERE el derecho de
propiedad sobre la cosa a través de un modo sui generis, denominado
USUCAPIÓN. Por este motivo, cuando la posesión civil suma todos los
requisitos anteriormente mencionados, se la conoce también como “posesión
ad usucapionem”, porque es “apta” para adquirir la propiedad por la vía de la
usucapión.

La posesión ad usucapionem estaba protegida no sólo por interdictos, sino


también por la ACCIÓN PUBLICIANA.
ADQUISICIÓN DE LA POSESIÓN
La posesión requiere de dos elementos: el corpus y el animus, por ello para
adquirir la posesión será necesaria la concurrencia de ambos elementos. (no
confundir con la “mera detentación” o posesión natural)
a) El CORPUS: Al principio, el elemento corpus significaba el contacto directo con
la cosa. Con el tiempo, su significado se flexibiliza e incluye en la definición el que
una cosa se encuentre bajo el “ámbito de actuación” del sujeto.
b) El ANIMUS: es la intención de poseer una cosa con exclusión de los demás
(”animus possidendi”). Supone la existencia de capacidad de obrar en el sujeto,
que debe ser APTO para manifestar una voluntad seria de poseer. Por ello, un
infante o un furiosus NO podían adquirir la posesión de las cosas por sí mismos.
También se permitió la adquisición de la posesión por representante, con las
mismas limitaciones ya vistas en la TRADITIO.
PERDIDA DE LA POSESIÓN:
Si para adquirir la posesión, se requiere la concurrencia del corpus y animus, bastará que
falte uno de los dos requisitos para perderla.

a) Falta el CORPUS: cuando el poseedor queda privado de la disponibilidad física de la


cosa, ej. destrucción de la cosa, la cosa queda fuera del comercio, extravío de una cosa
mueble ignorando dónde está (Papiniano dice que dejamos de poseer si lo que
poseemos lo hubiéramos perdido de tal manera que ignoramos dónde está), los
animales amansados que pierden el animus revertendi, los salvajes que recobran su
libertad.. Existían algunas excepciones, gracias al trabajo de la jurisprudencia, como los
fundos “de invierno o verano”, cuyos poseedores no ocupaban durante buena parte del
año y no por ello perdían la posesión o el “esclavo fugitivo”, que estaba temporalmente
desaparecido, hasta que volvía al dueño.
b) b) Falta el ANIMUS: cuando el poseedor manifiesta no querer continuar en su posesión.
Requiere de un acto INTENCIONAL, que puede ser expreso (manifestado directamente)
o tácito (si se deduce de su comportamiento, lo “da a entender” por la forma en la que
se comporta). Así, el “loco” (furiosus) no podrá perder el animus por sí solo.
PROTECCIÓN POSESORIA: LOS INTERDICTOS
Ya hemos visto la protección que se ofrecía a cada “tipo” de posesión.
Los interdictos eran intimaciones (órdenes) que daba el pretor a individuos
concretos y que no tenían por objeto decidir sobre el fondo del asunto (es decir,
si la persona tenía o no derecho a poseer en este caso), sino que resolvían
temporalmente una controversia para evitar males mayores.

a) Interdictos de retener la posesión: Protegen al poseedor actual frente a


cualquier perturbación. El interdicto uti possidetis servía para las cosas
inmuebles y el interdicto utrubi, para las muebles.
b) Interdictos de recobrar la posesión: servían para reintegrar la posesión a
quien ha sido despojado de ella. El interdicto unde vi cotidiana, cuando el
despojo tuvo lugar por mera violencia y el interdicto unde vi armata en los
casos en los que el despojo se hubiera producido a mano armada.

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