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LA REFORMA PROTESTANTE
VII.1
MARTÍN LUTERO. EL LUTERANISMO
El protestantismo consta hoy en día de tres
grandes ramas: por un lado está el luteranismo,
del que surgió pronto el protestantismo
reformado como un movimiento paralelo; por
otro lado se encuentra el anglicanismo, hasta
cierto punto influenciado por las otras dos
confesiones que se separaron en el s. XVI de la
Iglesia católica. Actualmente, hay mucha mezcla
y las más diversas formas de unión entre estas
tres grandes ramas y sus múltiples corrientes y
subdivisiones. No obstante, también se puede
señalar algunas claras diferencias entre ellas.
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I. Historia de una imagen
Lutero era para unos, un Las divergencias fueron
gran profesor de teología sacadas de su contexto,
del s. XVI y renovador de sin matices, endurecidas y
la fe cristiana, un auténtico amplificadas, quizá por
mensajero evangélico, un necesidades pedagógicas,
verdadero reformador de inclusive falseando la
la Iglesia. Para otros es un realidad. Ante esto, el
maestro de errores, su Papa León XIII señaló: “La
obra no es una reforma, primera ley de la historia
sino una revolución es que el historiador no se
anticristiana. Estas dos atreva a afirmar nada que
posturas contienen varias sea inexacto; después,
facetas, la doctrina fue que diga la verdad; y que
interpretada en cada escriba sin recelo, lisonja,
época de distinta manera. o animosidad”
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1 Lutero en la literatura religiosa
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Johann Adam Móhler (+1838) afirmó en el prefacio de Symbolik, su obra más
importante: «El cisma eclesiástico surge del anhelo más puro de ambas partes
por mantener la verdad, es decir, el cristianismo puro e incorrupto».
Leopoldo de Stolberg, escribía en 1809: «La Reforma partió originariamente
de una intención pura. Yo jamás me atreveré a lanzar piedras contra Lutero, en
el cual honro no solamente a uno de los espíritus más grandes que hayan
existido, sino también a la gran religiosidad que nunca le abandonó».
Clemente María Hofbauer (+1820), afirmó: «Desde que en mi calidad de
enviado pontificio he podido confrontar las condiciones religiosas de los
católicos en Polonia y las de los protestantes en Alemania, me he convencido
de que el distanciamiento de la Iglesia se verificó porque los alemanes sentían
la necesidad de ser piadosos».
Sebastián Merlde: «Creer… que un hombre… habría podido arrastrar a toda
una nación y toda una época, sacudiéndola en sus profundidades más íntimas y
dividiéndola en dos campos hostiles, significa trastornar toda la filosofía de la
historia.». 6
Heinrich Denifle intentó demostrar que Lutero habría inventado su doctrina de
la justificación (fe sin obras) para poder entregarse al vicio con tranquilidad.
Hartmann Grisar en su inmensa labor intelectual partió de los estudios
psicoanalíticos del tiempo y presentó a Lutero como a un enfermo mental.
Joseph Lortz (1887-1975) y Erwin Iserloh (1915-1996) elaborarons por
primera vez la tesis de que Lutero atacaba un catolicismo que no era
plenamente católico.
Roland H. Bainton (1894-1984)elaboró por primera vez la tesis de que Lutero
atacaba un catolicismo que no era plenamente católico.
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2 El nuevo comienzo de 1983
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El teólogo protestante Gottfried Marón analizó
detenidamente algunas de las biografías católicas que
tienen una importancia especial en Europa Central,
advirtiendo que ofrecen, en principio, una visión cada vez
más positiva del reformador, además de que conservan una
gran serenidad al tratar las controversias teológicas.
Señala esta actitud con la visita del Papa Juan Pablo II a
Alemania en 1980, que sería como una aprobación formal
de la posición de Joseph Lortz.
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3 Posteriores publicaciones
SOBRELOSJUDÍOS
Heinz Kremers publicó, a mediados de los años ochenta,
unos estudios sobre las decisiones sumamente severas del
profesor de Wittenberg que se trata de la relación entre
Lutero y los judíos. El problema no era de carácter racista o
económico, más bien era una cuestión teológica, que fue
resuelta rápidamente.
SOBRESUVOCACIÓN
Dietrich Emme, en la que se defiende la tesis de que el
joven Lutero (ya casado y padre de un hijo), después de
matar a un colega, se refugió en un monasterio y se hizo
monje para evitar las persecuciones.
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OTRASBIOGRAFÍAS
Con ocasión del jubileo de la muerte de Lutero (1996)
fueron editadas nuevas biografía: El obispo evangélico
Horst Hirschler y Helmar Junghans informaron
detalladamente sobre la muerte del reformador. Bernhard
Lohse, Dietrich Korsch y Martin Greschat, resumieron
didácticamente los resultados hasta ahora alcanzados, y
nos muestran a Lutero como, a lo mejor, realmente era.
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II. Algunos rasgos de la vida de Lutero
Lutero
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Lutero equivocaba, ya que la auténtica
doctrina de la Iglesia católica nunca ha
enseñado tal cosa, sino más bien lo contrario,
pues el objetivo de la ascética cristiana es el
encuentro amoroso con Dios y no la mera
perfección. Los más santos no son los que
cometen menos faltas, sino los que tienen
más valor, más generosidad, más amor, son
los que no tienen miedo de tropezar, y aún de
caer y mancharse un poco, con tal de
avanzar. Lo importante es levantarse una y
otra vez.
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“
Lutero llega a decir que a él le hubiera
gustado dar su vida por Cristo, con tal de
haber podido conseguir la paz con Cristo. Su
angustia iba continuamente en aumento y
toda su lucha personal no le llevaba a la
armonía interior. Antes bien continuaban el
egoísmo y un cierto apego a las cosas
terrenas. Seguía así existiendo, en él, el
constante peligro de cometer un pecado y
alejarse de la salvación.
Estas penas eran tan grandes y tan infernales, que ninguna lengua las puede expresar, ninguna
pluma las puede describir, ningún principiante las puede creer… Dios aparece entonces
terriblemente encolerizado, y lo mismo la creación entera. Entonces no hay refugio, no hay
alivio, ni dentro, ni fuera… Es un tormento infernal, ese terror insoportable, privado de todo
alivio. Ese fuego interior quema con mayor impiedad que el fuego exterior.
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2 Primeras reacciones de Lutero
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Lutero encontró el núcleo de su doctrina sobre la
justificación reflexionando sobre la Carta de San
Pablo a los Romanos (1,17): “El justo vivirá de la
fe”. En estas palabras descubrió la Buena Nueva
del Evangelio, pues Dios nos hace justos, cuando
creemos en Él y ponemos toda nuestra confianza
en Cristo. Esto, realmente, no es otra cosa sino lo
que la Iglesia ha enseñado siempre.
Nosotros no podemos recorrer el camino que lleva
a Dios. Es Dios quien recorre, en su infinita
bondad, el camino que llega hasta nosotros. En el
encuentro amoroso con Él, sólo podemos
comportarnos de manera puramente pasiva,
dejándonos captar por Cristo en la gracia y en la
fe.
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Él era un teólogo demasiado profundo
para pensar de manera tan superficial
acerca de la teología católica.
Fundaba sus pensamientos en la
doctrina de San Agustín, que ejercía
una enorme influencia en la teología
de la Edad Media, además de que se
creía en completa armonía con este
gran Padre de la Iglesia, cuando
afirmaba el carácter gratuito de la
gracia divina: la gracia debe prevenir
toda acción humana. La precede, la
acompaña, la sostiene y la lleva a
feliz término.
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En la tardía Edad Media, esta doctrina de la gracia no
era conocida por la mayoría del pueblo cristiano, sino
sólo por unos teólogos eruditos. Además de que había
innumerables costumbres y prácticas de piedad
exterior que repugnaban a Lutero: supersticiones,
venta de beneficios, abuso de autoridad, por eso llegó
a pensar que Roma había inventado doctrinas, que
había corrompido el Evangelio y desarrollado nuevos
aspectos de la fe que no están en la enseñanza
originaria de Jesucristo. De ahí que empezó a luchar
contra un cristianismo aburguesado y autosuficiente; y
destacó la completa corrupción de la naturaleza
humana por el pecado.
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III. La separación entre los luteranos y Roma
1 El estallido de la Reforma
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2 Algunos hechos históricos
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La bula «Exurge, Domine», del Papa León
X, que amenazaba a Lutero con la
excomunión; éste quemó esta bula, en un
acto público, el 10 de diciembre de 1520,
en presencia de los profesores y de los
estudiantes de Wittenberg. De este modo,
él mismo realizó la ruptura externa más
rotunda con la Iglesia. Fue excomulgado
efectivamente el 3 de enero de 1521.
Lutero ya no estaba dispuesto a someterse,
ni a un Concilio, ni a una disputa teológica.
En mayo de este mismo año, el Emperador
firmó el Edicto de Worms, en el que se
condenaba a Lutero al destierro, y se
ordenaba que fueran quemados sus
escritos.
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Siguiendo su ejemplo, sacerdotes y monjes
rompieron sus compromisos con la Iglesia; y
no pocos de ellos echaron por la borda toda
vida religiosa.
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3 Escritos confesionales del luteranismo
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Los Articuli Smalcaldici tienen un tono
fuertemente polémico; los escribió en 1537. Se
trataba de determinar, en vistas al Concilio
convocado por el papa Paulo III en Mantua, en
qué artículos se podría ceder en bien de la paz y
de la unidad, y en cuáles no. Lutero expresa, en
la primera parte, la fe en la Trinidad y la divinidad
de Cristo. En la segunda parte expone la
doctrina de la justificación, que es designada
como «articulus stantis et cadentis Ecclesiae»
(«el artículo con el que está de pie o se cae la
Iglesia»). En la tercera parte, discute algunos
problemas en los que se podría llegar a una
unificación entre luteranos y católicos. Pero el
lenguaje es muy áspero.
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La Formula Concordiae fue redactada antes del
año 1580 por diversos teólogos luteranos, que
trataban de buscar un camino medio entre el
luteranismo auténtico y las ampliaciones de
Melanchthon. Sólo la Sagrada Escritura es
reconocida como juez, norma y regla, y en ella,
cual piedra de toque, han de ser reconocidos y
juzgados todos los dogmas, si son píos o impíos,
verdaderos o falsos. Se presenta en forma
atenuada el pensamiento de Lutero. Fue
calificada como la confesión dogmática más
precisa entre las recogidas en el Libro de la
Concordia.
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VII.2
EL PROTESTANTISMO REFORMADO
CAPÍTULO 2 – EL PROTESTANTISMO REFORMADO
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CAPÍTULO 2 – EL PROTESTANTISMO REFORMADO
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CAPÍTULO 2 – EL PROTESTANTISMO REFORMADO
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El Consejo de la ciudad pidió a Calvino que
volviese. Tras larga resistencia, éste regresó a
Ginebra en 1541. Calvino fue recibido
solemnemente en la ciudad. La carta de
acompañamiento, que los predicadores de
Estrasburgo enviaban a los de Ginebra,
contenía frases como éstas:
“
CAPÍTULO 2 – EL PROTESTANTISMO REFORMADO
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CAPÍTULO 2 – EL PROTESTANTISMO REFORMADO
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CAPÍTULO 2 – EL PROTESTANTISMO REFORMADO
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CAPÍTULO 2 – EL PROTESTANTISMO REFORMADO
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CAPÍTULO 2 – EL PROTESTANTISMO REFORMADO
1 El problema de la predestinación
Lutero Calvino
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CAPÍTULO 2 – EL PROTESTANTISMO REFORMADO
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CAPÍTULO 2 – EL PROTESTANTISMO REFORMADO
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CAPÍTULO 2 – EL PROTESTANTISMO REFORMADO
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CAPÍTULO 2 – EL PROTESTANTISMO REFORMADO
1 Guerras de religión
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CAPÍTULO 2 – EL PROTESTANTISMO REFORMADO
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CAPÍTULO 2 – EL PROTESTANTISMO REFORMADO
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CAPÍTULO 2 – EL PROTESTANTISMO REFORMADO
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CAPÍTULO 2 – EL PROTESTANTISMO REFORMADO
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CAPÍTULO 2 – EL PROTESTANTISMO REFORMADO
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CAPÍTULO 3 – La IGLESIA ANGLICANA
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CAPÍTULO 3 – La IGLESIA ANGLICANA
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CAPÍTULO 3 – La IGLESIA ANGLICANA
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CAPÍTULO 3 – La IGLESIA ANGLICANA
En un documento (llamado
Seis Artículos) ordenaba,
bajo pena de muerte, que
se creyera y se mantuviera:
la obligatoriedad de el celibato
los votos religiosos eclesiástico
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CAPÍTULO 3 – La IGLESIA ANGLICANA
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CAPÍTULO 3 – La IGLESIA ANGLICANA
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CAPÍTULO 3 – La IGLESIA ANGLICANA
Calvinismo moderado. La reforma inglesa fue más política que teológica. A los
ingleses les atrajo, en cambio, la unión dinámica entre religión y vida social al estilo
del protestantismo reformado. Pero por su inclinación al humor y a la alegría de
vivir, rechazaron los elementos tristes y fríos de la doctrina de Calvino. Para la
Iglesia anglicana es verdad que la lex orandi es lex credendi. Los anglicanos leen
la misma Santa Escritura y recitan los mismos salmos que los demás cristianos, y
en su Iglesia se administran los sacramentos.
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CAPÍTULO 3 – La IGLESIA ANGLICANA
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CAPÍTULO 3 – La IGLESIA ANGLICANA
2 Movimientos de renovación
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CAPÍTULO 3 – La IGLESIA ANGLICANA
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CAPÍTULO 3 – La IGLESIA ANGLICANA
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esiones de
Historia de la Iglesia