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ETAPA DE INVESTIGACION

PENAL
MAGISTER: MICHEL ERICK PEÑA VALVERDE

MG. MICHEL ERICK PEÑA VALVERDE.


DELITOS CONTRA LA VIDA
– HOMICIDIO
MAGISTER: MICHEL ERICK PEÑA VALVERDE

MG. MICHEL ERICK PEÑA VALVERDE.


HOMICIDIO
La protección de la vida
 Derecho fundamental recogido en los convenios internacionales: art. 4, primer párrafo, de la Convención
Interamericana de Derechos Humanos; y art. 6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de las
Naciones Unidas.
 Constitución de 1993, artículo 1, sobre los derechos fundamentales de la persona: “todos tienen derecho a la
vida”; y, art. 5 del Código Civil declara que “el derecho a la vida es irrenunciable.
Concepto operativo de vida:
 La vida puede ser identificada como un proceso biológico, pero sobre todo social. 
Límites jurídicos a la protección penal de la vida:
 El “inicio de la vida” ha sido fijado convencionalmente a partir de la anidación del cigoto en el endometrio
femenino, lo cual marca el comienzo del embarazo con la presencia de un ser concebido e individualizable, pero
depende biológicamente de la gestante. Luego, el parto otorgará además de independencia biológica, la
condición de persona y de sujeto de derecho.
 La vida concluye con la muerte. Doble dimensión: La muerte biológica o biofisiológica, se produce con la
cesación secuencial de los sistemas fisiológicos del organismo humano, de aquellos que condicionan y activan
las capacidades funcionales cardiorrespiratorias; y la muerte clínica, encefálica o neurofisiológica, se
caracteriza como el cese irreversible, de las funciones cerebrales. El art. 7 del reglamento de la ley 28189 (Ley
general de donación y trasplantes de órganos y tejidos humanos), regula el procedimiento para el diagnóstico y la
certificación de una muerte encefálica.
CODIGO PENAL

LIBRO SEGUNDO : Parte Especial - Delitos


TITULO I : Delitos Contra la Vida el Cuerpo y la Salud (Artículo 106 al 129)
Capítulo I
Homicidio (Artículo 106 al 113)
Capítulo II
Aborto (Artículo 114 al 120)
Capítulo III
Lesiones (Artículo 121 al 124)
Capítulo IV
Exposición a peligro o abandono de personas en peligro (Artículo 125 al 129)
HOMICIDIO
Homicidio simple
Artículo 106. El que mata a otro será reprimido con pena privativa de libertad no menor de seis ni mayor de veinte años.

Parricidio
Artículo 107. El que, a sabiendas, mata a su ascendiente, descendiente, natural o adoptivo, o a una persona con quien sostiene
o haya sostenido una relación conyugal o de convivencia, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de quince años.
La pena privativa de libertad será no menor de veinticinco años, cuando concurra cualquiera de las circunstancias agravantes
previstas en los numerales 1, 2, 3 y 4 del artículo 108.
En caso de que el agente tenga hijos con la víctima, además será reprimido con la pena de inhabilitación prevista en el inciso 5 del
artículo 36.

Asesinato
Artículo 108. Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de quince años el que mate a otro concurriendo cualquiera de
las circunstancias siguientes:
1. Por ferocidad, codicia, lucro o por placer.
2. Para facilitar u ocultar otro delito.
3. Con gran crueldad o alevosía.
4. Por fuego, explosión o cualquier otro medio capaz de poner en peligro la vida o salud de otras personas.

Homicidio Calificado por la Condición de la víctima


Artículo 108-A. El que mata a uno de los altos funcionarios comprendidos en el artículo 39 de la Constitución Política del Perú, a
un miembro de la Policía Nacional, de las Fuerzas Armadas, a un Magistrado del Poder Judicial o del Ministerio Publico o a un
Miembro del Tribunal Constitucional o a cualquier autoridad elegida por mandato popular, en el ejercicio de sus funciones o como
consecuencia de ellas, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de 25 años ni mayor de 35 años.
HOMICIDIO

Bien jurídico: Vida humana.


Sujeto activo: Cualquier persona (delito común). Sujeto pasivo: Cualquier persona con vida, salvo en el
parricidio (ascendiente, descendiente, natural o adoptivo, o a una persona con quien sostiene o haya
sostenido una relación conyugal o de convivencia).
Conducta: Matar, por acción u omisión. En este último, según el art. 13 del CP (omisión impropia), debe
existir una norma de mandato (prestar auxilio, avisar a la autoridad), como el médico que no atiende a un
paciente en emergencia con el fin de que muera. Es relevante que el sujeto activo se encuentre en una
posición de garante, con el deber de actuar para evitar el resultado dañoso.
Tipicidad subjetiva: Dolo. Animus necandi, especial intencionalidad dirigida a la realización del
resultado típico, esto es, producir la muerte del sujeto pasivo.
El error en el homicidio: El error de tipo desaparece el dolo, art. 14 del CP. Pero, si el error de tipo es
vencible o evitable, es decir, el agente pudo salir del error en que se encontraba y así evitar el resultado,
observando el cuidado debido, la muerte de la víctima se encuadrará en el tipo penal de homicidio culposo.
El error sobre la persona (error in personam), es cuando el agente se confunde de persona sobre la cual va
dirigida la acción de matar; y el error en el golpe (aberratio ictus), cuando el agente por inhabilidad yerra
en la dirección de la acción y mata a otra persona. En ambos, al agente responde por homicidio doloso.
HOMICIDIO
R.N. 3482-2008, Callao
Quinto: Que, respecto al primer aspecto, para que la embriaguez pueda dar lugar a un trastorno mental transitorio con
eficacia de eximente, esta debe producir en el sujeto una plena exclusión de la imputabilidad, se exige así que sea fortuita,
de grado pleno (gran intensidad) y total en cuanto al efecto en la conciencia; asimismo, para que se verifique la eximente
incompleta con los consecuentes efectos atenuantes, en la que la ingesta alcohólica contribuye a la minoración de las
facultades mentales del sujeto esta debe haber logrado trastornos en la conciencia que sobrepasen el límite de lo normal;
por lo que queda claro que no toda ingesta alcohólica da lugar a la aplicación de la eximente por grave alteración a la
conciencia. Ahora bien, del hecho probado no se advierte que el acusado haya obrado bajo los efectos del alcohol
disminuyendo su conciencia o albedrío, pues si bien dos de sus coinculpados refirieron que le percibieron olor a licor, ninguno
ha afirmado haber observado en su conducta o desplazamientos evidencias respecto a un avanzado estado de ebriedad, así
tampoco el recurrente refiere en qué proporción se encontraba afectada su conciencia, voluntad y percepción por el mentado
consumo del alcohol; lo que sumado a la inexistencia de prueba de alcoholemia o toxicológica alguna, genera la
imposibilidad de determinar objetivamente la intensidad de la intoxicación alcohólica.

Inimputabilidad
Artículo 20.- Está exento de responsabilidad penal:
1. El que, por anomalía psíquica, grave alteración de la conciencia o por sufrir alteraciones en la percepción, que afectan
gravemente su concepto de la realidad, no posea la facultad de comprender el carácter delictuoso de su acto o para
determinarse según esta comprensión;
Responsabilidad restringida
Artículo 21.- En los casos del artículo 20, cuando no concurra alguno de los requisitos necesarios para hacer desaparecer
totalmente la responsabilidad, el Juez podrá disminuir prudencialmente la pena hasta límites inferiores al mínimo legal.
HOMICIDIO
Casación 853-2018, San Martín
Decimoprimero. El homicidio por envenenamiento y su vinculación con la alevosía. La circunstancia agravante
del homicidio por veneno fue suprimida por la Ley número 30253, del veinticuatro de octubre de dos mil catorce.
Hasta antes de la modificación legislativa, se consideraba el uso del veneno como un medio agravante como un
medio agravante del homicidio por su carácter peligroso. El legislador optó por su supresión como circunstancia
de agravación específica del homicidio, por la forma insidiosa en que podía ser usada para producir la muerte;
esto es, en la medida en que el veneno puede ser usado para la acción homicida sin que el agente pueda evitar
sus efectos nocivos, es una modalidad alevosa. En efecto, el suministro del veneno efectuado por el agente sin
duda se da en un contexto de alevosía, en tato el consumo de este se efectúa en un entorno de
desconocimiento y mediando engaño, lo que genera indefensión en la víctima y produce su muerte sin generar
peligro para el sujeto activo.
Decimosegundo. Para mayor precisión la agravante por alevosía se configura cuando el sujeto activo emplea
medios o formas en la ejecución que tienden, directa y especialmente, a asegurar el homicidio, sin riesgo para
su persona, ante una posible reacción de defensa de la víctima. Esta agravante tiene una naturaleza mixta,
integrada por aspectos objetivos, que se relacionan con los medios y modos utilizados en la ejecución del
hecho, y otro subjetivo, que tiene que ver con el ánimo de aprovecharse, mediante estos procedimientos, de la
indefensión de la víctima. Es pues, un actuar sobre seguro y sin riesgo; en otros términos, la alevosía se presenta
cuando existe indefensión de la víctima (en razón de su estado personal o de las circunstancias particulares en
que actúa el agente), así como cuando el agente explota la relación de confianza que tiene con la víctima
(confianza real o creada astutamente por el delincuente). En este contexto, es factible que, cuando el agente use
veneno para dar muerte a una persona, estemos ante un actuar alevoso, en tanto esta acción, por su forma letal,
imposibilita la generación de riesgo en el agente, por el estado de indefensión en que cae la víctima. De ahí que
resulte correcto encuadrar eta forma de dar muerte en el tipo gravoso por alevosía.
HOMICIDIO

RN 974-2018, Apurímac
DÉCIMO. Que el delito se calificó de homicidio calificado con gran crueldad, que es un delito de
tendencia interna intensificada. El actuar con gran crueldad es causar a la víctima un sufrimiento
deliberado e innecesario, que denota insensibilidad en el agente.
Los encausados, primero, vista la multiplicidad de lesiones que presentó la víctima y el hecho de
que se le ahorcó con una soga, revelaron que se le causó dolores físicos y síquicos innecesarios
–a quien incluso inicialmente se le ató y condujo al vehículo, y acto seguido se metió en la
maletera y se la trasladó a un lugar desconocido para el–: y, segundo, los imputados eligieron
conscientemente el medio más doloroso y deshonroso: ahorcamiento previa agresión masiva –el
ahorcamiento tiende a ser más lento y genera una mayor aflicción en la víctima–.
La calificación de gran crueldad está arreglada a derecho. Por lo demás, bajo esa misma tipicidad
se condenó a los demás encausados. No es del caso disminuir la pena impuesta, vista la
pluralidad de atacantes y la voluntad de castigo y ataque lesivo a un supuesto abigeo
HOMICIDIO
ACUERDO PLENARIO 3-2009/CJ-116: Robo con muerte subsecuente y delito de asesinato.
7. El artículo 189° in fine CP prevé una circunstancia agravante de tercer grado para la figura delictiva del
robo. Ésta se configura cuando el agente como consecuencia de los actos propios del uso de la violencia para
facilitar el apoderamiento o para vencer la resistencia de quien se opone al apoderamiento, le ocasiona o le produce
la muerte. Es obvio, en este caso, que el agente buscaba el desapoderamiento patrimonial de la víctima, pero
como consecuencia del ejercicio de violencia contra ella -de los actos propios de violencia o vis in corpore– le
causa la muerte, resultado que no quiso causar dolosamente pero que pudo prever y evitar.
Se trata, pues, de un típico supuesto de homicidio preterintencional donde el resultado sólo se le puede atribuir
al agente a título de culpa -la responsabilidad objetiva por el simple resultado es inadmisible, está prohibida por el
artículo VII del Título Preliminar del Código Penal-. El citado dispositivo regula, entonces, un caso de tipificación
simultánea, dolosa y culposa, pero de una misma conducta expresamente descrita. Como se advierte en la doctrina
especializada la preterintención es una figura compuesta en la que el resultado sobrepasa el dolo del sujeto.
Así, el agente roba valiéndose del ejercicio de violencia física contra la víctima, esto es, infiere lesiones a una
persona, quien fallece a consecuencia de la agresión, siempre que el agente hubiere podido prever este resultado (la
muerte, en este caso, no fue fortuita) -es una situación de preterintencionalidad heterogénea– [FELIPE
VILLAVICENCIO TERREROS: Derecho Penal Parte General, Editorial Grijley, Lima, 2006, páginas 409/410].
Como se puede inferir del ejemplo planteado, la conducta típica se articula sobre la base de dos elementos: el
apoderamiento del bien mueble y la utilización de violencia en la persona, la cual en el presente caso produce la
muerte de esta última.
HOMICIDIO
ACUERDO PLENARIO 3-2009/CJ-116: Robo con muerte subsecuente y delito de asesinato.
8°. Distinto es el caso del asesinato para facilitar u ocultar otro delito. Aquí el autor mata con el fin
de conseguir un propósito ulterior. En el primer supuesto –para facilitar otro delito-, el asesinato
implica una relación de medio-fin, en que el homicidio es el delito-medio cometido por el agente
con el propósito de hacer posible la ejecución del delito-fin, siempre doloso; situación muy
frecuente, por lo demás, en los delitos contra el patrimonio. Ahora bien, en el segundo supuesto –
para ocultar otro delito-, el delito previamente cometido o el que está ejecutándose -el delito a
ocultar puede ser doloso o culposo- es la causa del comportamiento homicida del agente. Ello
ocurre, por ejemplo, cuando el agente es sorprendido en el acto del robo y para evitar su captura,
dispara contra su perseguidor o contra quien trata de impedir su fuga, que conduciría al
descubrimiento o esclarecimiento de su delito [JOSÉ HURTADO POZO: Manual de Derecho Penal
Parte Especial I Homicidio, 2da. Edición, Ediciones Juris, Lima, 1995, páginas 59/69]. En ambos
supuestos, pues, el elemento subjetivo del tipo legal es determinante. En tal sentido, la referencia
legal al mundo interno del agente, a la finalidad que persigue, es de tal relevancia que será suficiente
para la consumación de la conducta típica que se compruebe la presencia de este factor. Por
consiguiente, el agente, en la circunstancia o en el contexto situacional en que interviene ha de
valorar la perpetración del homicidio como vía para garantizar su objetivo ligado siempre a
otro delito [JOSÉ LUIS CASTILLO ALVA: Derecho Penal Parte Especial I, Editorial Grijley, Lima,
2008, páginas 410/411].
STC. EXP. 00728-2008-HC (CASO LLAMOJA)
Escena del crimen del caso Llamoja: https://www.youtube.com/watch?v=ZwCU3F-yk1Q
12. La ejecutoria suprema señala que “del análisis y valoración de la prueba acopiada en la instrucción como lo debatido
en el juicio oral, se ha llegado a determinar fehacientemente que el 5 de marzo de 2005, después de haber realizado sus
labores cotidianas la acusada en el gimnasio que había contratado, retornó a su domicilio ubicado en la Calle Las
Magnolias N.º 155, Urb. Entel Perú, San Juan de Miraflores, a las 3 de la tarde, ingiriendo un almuerzo ligero,
quedándose dormida después de ver la televisión, despertándose cuando percibió que tocaban la puerta de su casa,
ingresando y saliendo inmediatamente su hermano Luis Augusto después de coger el skate, quedándose sola la acusada
realizando varias actividades al interior, siendo la más resaltante (...), el de probarse la ropa que había adquirido con
anterioridad, sacando el espejo ubicado en el baño y llevarlo a la sala; que, cuando la acusada se estaba probando la ropa,
hace su ingreso la agraviada [María del Carmen Hilares Martínez] como a las 9 de la noche, cerrando con llave la puerta
principal, produciéndose un incidente entre ambas por haber sacado el espejo del lugar, siendo retornado al sitio por la
damnificada, ocasionando que se agredieran verbalmente, así como la occisa cogiendo un objeto cerámico lo avienta, no
impactándole, dando lugar a que la acusada se retire hacia la cocina, siendo seguida por la damnificada, donde
continuaron los insultos mutuos, momentos en que la acusada se percata de la existencia de un cuchillo ubicado encima
[de] la mesa, cogiéndolo, golpea la mesa con el fin de callarla, produciéndose con dicha actitud una reacción de la
agraviada, quien tomando dos cuchillos de mantequilla las arrojó contra su oponente, cayendo uno en la pared y otro en
el suelo, a la vez que le insultaba, para luego agarrar otro cuchillo con el que la atacó [ocasionándole un corte en la región
palmar de la mano derecha (según el voto dirimente del vocal supremo, Javier Román Santisteban)], dando lugar a que la
acusada que portaba un cuchillo de cocina que había cogido anteriormente, comenzó a atacarla, mientras que la
damnificada hacía lo mismo, y en esos momentos de ira de las partes, producto de la pelea con arma blanca, ambas
resultan con lesiones en diversas partes del cuerpo, teniendo mayor cantidad la agraviada, para posteriormente en
el interin de la pelea, la acusada infiere un corte a la altura de la zona carótida izquierda de la agraviada que fue
el causante de la muerte, lo cual se produjo cuando se había apagado la luz de la cocina, cayéndose ambas al piso”.
STC. EXP. 00728-2008-HC (CASO LLAMOJA)
Falta de corrección lógica
16. Del fundamento 14. b) y d), se desprende que el Tribunal penal parte de la sentada premisa de que al existir
desproporcionalidad en las heridas, esto es, supuestamente 4 heridas en la accionante frente a las 60 heridas que presentó la
occisa, la recurrente “es autora del resultado muerte”, y más aún que [estas heridas] fueron ocasionadas “con violencia”. Y es
que el Tribunal penal parte de la premisa de que en un contexto de forcejeo y de lucha entre madre e hija con el uso de
instrumentos cortantes (cuchillos), ambas partes contendientes necesariamente deben presentar igual cantidad de
heridas en el cuerpo; de no ser así, concluye que quien presente menos heridas, será sin duda el sujeto activo del delito
de parricidio, mientras que aquel que presente más heridas será el sujeto pasivo de dicho ilícito.
17. De esta conclusión, se advierte que el razonamiento del Tribunal penal se basa más en criterios cuantitativos antes
que en aspectos cualitativos como sería de esperar [más aún, si se trata de una sentencia condenatoria que incide en la
libertad personal], permitiendo calificar de manera indebida los criterios cuantitativos como supuestos jurídicamente no
infalibles, lo que es manifiestamente arbitrario; pues, en efecto, puede ocurrir todo lo contrario, que quien presente menos
heridas sea en realidad el sujeto pasivo del delito de parricidio (incluso con una sola herida), y que quien presente más
heridas en el cuerpo sea en puridad el autor de dicho ilícito; de lo que se colige que estamos ante una inferencia inmediata
indeterminada o excesivamente abierta, que da lugar a más de un resultado posible como conclusión.
18. Así las cosas, efectuado un examen de suficiencia mínimo, resulta evidente que no estamos ante una sentencia válida y
constitucionalmente legítima, sino, por el contrario, ante una decisión arbitraria e inconstitucional que contiene una solución
revestida de la nota de razonabilidad, y que no responde a las pautas propias de un silogismo jurídico atendible, sino a criterios
de voluntad, y es precisamente aquí donde se ha enfatizado nuestro examen, ya que la balanza de la justicia constitucional no
puede permitir la inclinación hacia una conclusión en un determinado sentido cuando de por medio existen otras conclusiones
como posibles resultados (cuanto mayor es la distancia, y por tanto mayor es el número de probabilidades, menor es el grado
de certeza de la inferencia). En síntesis, toda apariencia de lógica nos conduce a resultados absurdos e injustos. Si ello es así, la
sentencia expedida es irrazonable, y por tanto inconstitucional, porque su ratio decidendi se halla fuera del ámbito del análisis
estrictamente racional.
STC. EXP. 00728-2008-HC (CASO LLAMOJA)
Falta de coherencia narrativa
20. La incoherencia narrativa se presenta cuando existe un discurso confuso, incapaz de trasmitir, de modo coherente,
las razones en las que se apoya la decisión, produciéndose así una manifiesta incoherencia narrativa, y cuya
consecuencia lógica puede ser la inversión o alteración de la realidad de los hechos, lo que la hace incongruente e
inconstitucional.
21. El magistrado Román Santisteban, en su voto dirimente, en un primer momento señala que,
la occisa agarró “otro cuchillo [el tercero] con el que la atacó [a la acusada, ocasionándole un corte en la región palmar de la mano
derecha], dando lugar a que la acusada que portaba un cuchillo de cocina que había cogido anteriormente, comenzó a atacarla,
mientras que la damnificada hacía lo mismo”;
sin embargo, en líneas posteriores, sin mediar fundamentación ni explicación alguna, concluye que
“la occisa privilegió la agresión con un elemento de menor peligrosidad (objeto contundente duro o inclusive sus propios puños), la
encausada utilizó primordialmente el arma cortante que portaba en las manos”.
22. Se ha dicho que toda sentencia debe ser debidamente motivada, clara, contundente, y sobre todo “no contradictoria”;
sin embargo, según se puede apreciar de la propia argumentación efectuada por la Sala Penal, ésta presenta una
gruesa incoherencia en su narración que no permite establecer con claridad la línea de producción de los hechos, y
más arbitrariamente, invierte la realidad de los mismos, los que, según la propia Sala penal estuvieron
“fehacientemente probados”, por lo que este Colegiado Constitucional encuentra que existen suficientes elementos de
juicio que invalidan la decisión cuestionada por ser arbitraria e incoherente. Una motivación ilógica e incongruente
vulnera el principio de prohibición de la arbitrariedad (artículos 3º, 43º y 44º, de la Constitución) y la obligación de la
debida motivación establecida por el artículo 139º, inciso 5, de la Constitución.
STC. EXP. 00728-2008-HC (CASO LLAMOJA)

Falta de justificación externa


23. De otro lado, del fundamentos 14. a) y c), se desprende que el Tribunal penal ha establecido que i) se ha
producido como resultado la muerte de María del Carmen Hilares Martínez, y luego ii) ha llegado a la
conclusión de que ese resultado ha sido causado por la accionante Giuliana Flor de María Llamoja Hilares,
al inferirle una herida cortante en la zona de la carótida izquierda; sin embargo, no se han expuesto las
razones objetivas que sustentan la vinculación de la acusada con el hecho atribuido. Es decir, que en el
camino a la conclusión no se ha explicitado o exteriorizado las circunstancias fácticas que permiten llegar a dicha
conclusión, esto es, que no se identifican debidamente las razones o justificaciones en la que se sustentarían tales
premisas y su conclusión, pareciendo más bien, que se trataría de un hecho atribuido en nombre del libre
convencimiento y fruto de un decisionismo inmotivado antes que el producto de un juicio racional y objetivo. Y es
que, si no se dan a conocer las razones que sustentan las premisas fácticas, tal razonamiento efectuado se
mantendrá en secreto y en la conciencia de sus autores, y por consiguiente fallará la motivación en esta parte.
Siendo así, se advierte que la sentencia cuestionada incurre en una falta de justificación externa, y por tanto
es pasible de ser sometida a control y a una consecuente censura de invalidez.
Sin embargo, cabe precisar que lo aquí expuesto en modo alguno está referido a un problema de falta de pruebas, o
a que las mismas serían insuficientes para dictar una sentencia condenatoria; por el contrario, como ha quedado
claro, éstas están referidas en estricto a las premisas de las que parte el Tribunal penal, las mismas que no han sido
debidamente analizadas respecto de su validez fáctica.
Justificación interna y externa
STC. EXP. 00728-2008-HC (CASO LLAMOJA)

La prueba penal indirecta y la prueba indiciaria


24. Ahora bien, independientemente de lo dicho, se advierte que la Primera Sala Penal Transitoria de
la Corte Suprema, no obstante acudir a la prueba indiciaria para sustentar la condena contra la
accionante (fundamento 14. c de la presente), tampoco cumple los requisitos materiales que su uso
exige, tanto al indicio en sí mismo como a la inferencia, por lo que este Colegiado considera que se
trata de un asunto de sobrada relevancia constitucional.
Y es que, si bien los hechos objeto de prueba de un proceso penal no siempre son comprobados
mediante los elementos probatorios directos, para lograr ese cometido debe acudirse a otras
circunstancias fácticas que, aun indirectamente sí van a servir para determinar la existencia o
inexistencia de tales hechos. De ahí que sea válido referirse a la prueba penal directa de un lado, y a
la prueba penal indirecta de otro lado, y en esta segunda modalidad que se haga referencia a los
indicios y a las presunciones. En consecuencia, a través de la prueba indirecta, se prueba un
“hecho inicial -indicio”, que no es el que se quiere probar en definitiva, sino que se trata de
acreditar la existencia del “hecho final - delito” a partir de una relación de causalidad
“inferencia lógica”.
STC. EXP. 00728-2008-HC (CASO LLAMOJA)
El uso de la prueba indiciaria y la necesidad de motivación
25. Bajo tal perspectiva, si bien el juez penal es libre para obtener su convencimiento porque no está vinculado a reglas legales
de la prueba y, entonces, puede también llegar a la convicción de la existencia del hecho delictivo y la participación del
imputado, a través de la prueba indirecta (prueba indiciaria o prueba por indicios), será preciso empero que cuando ésta sea
utilizada, quede debidamente explicitada en la resolución judicial; pues no basta con expresar que la conclusión responde a las
reglas de la lógica, las máximas de la experiencia o a los conocimientos científicos, sino que dicho razonamiento lógico debe
estar debidamente exteriorizado en la resolución que la contiene.
26. Justamente, por ello, resulta válido afirmar que si el juez puede utilizar la prueba indirecta para sustentar una sentencia
condenatoria, y si ésta, a su vez, significa la privación de la libertad personal, entonces, con mayor razón, estará en la
obligación de darle el tratamiento que le corresponde; solo así se podrá enervar válidamente el derecho a la presunción de
inocencia, así como se justificará la intervención al derecho a la libertad personal, y por consiguiente, se cumplirán las
exigencias del derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales, conforme a las exigencias previstas por el artículo
139º, inciso 5, de la Constitución. En ese sentido, lo mínimo que debe observarse en la sentencia y que debe estar
claramente explicitado o delimitado son los siguientes elementos: el hecho base o hecho indiciario, que debe estar
plenamente probado (indicio); el hecho consecuencia o hecho indiciado, lo que se trata de probar (delito) y entre ellos, el
enlace o razonamiento deductivo. Este último, en tanto que conexión lógica entre los dos primeros debe ser directo y preciso,
pero además debe responder o sujetarse plenamente a las reglas de la lógica, a las máximas de la experiencia o a los
conocimientos científicos.
Sobre el particular, la doctrina procesal penal aconseja que debe asegurarse una pluralidad de indicios, pues su variedad
permitirá controlar en mayor medida la seguridad de la relación de causalidad entre el hecho conocido y el hecho desconocido;
sin embargo, también se admite que no existe obstáculo alguno para que la prueba indiciaria pueda formarse sobre la
base de un solo indicio pero de singular potencia acreditativa. En cualquier caso, el indicio debe ser concomitante al hecho
que se trata de probar, y cuando sean varios, deben estar interrelacionados, de modo que se refuercen entre sí.
STC. EXP. 00728-2008-HC (CASO LLAMOJA)
27. Asimismo, cabe recordar que el razonamiento probatorio indirecto, en su dimensión probatoria, exige que la conclusión
sea adecuada, esto es, que entre los indicios y la conclusión exista una regla de la lógica, máxima de la experiencia o
conocimiento científico, y que, como dijimos supra, el razonamiento esté debidamente explicitado y reseñado en la
sentencia. Y es que, a los efectos del control de calidad del curso argumental del juez (control del discurso), ello supone
mínimamente que de su lectura debe verse cuál o cuáles son los indicios que se estiman probados y cuál o cuáles son los
hechos a probar. Pero además, se exige que se haya explicitado qué regla de la lógica, máxima de la experiencia o qué
conocimiento científico han sido utilizados, y si hubieran varios de estos, por qué se ha escogido a uno de ellos.
Es decir, que el órgano jurisdiccional debe explicitar el razonamiento a través del cual, partiendo de los indicios, ha llegado
a la convicción de la existencia del hecho delictivo y la participación del imputado, con el objeto de garantizar hasta el
límite de lo posible la racionalidad de su decisión (examen de suficiencia mínima). Con este único afán, este Colegiado
Constitucional considera que es válida, por ejemplo, la vigencia práctica de un cierto control, incluso del uso de las
máximas de la experiencia, pues, de no ser así, cualquier conclusión delirante sería invulnerable, convirtiéndose así en una
paradójica garantía de discrecionalidad judicial incontrolada.
28. Sobre lo mismo, cabe señalar que, si bien la convicción es individual o personal del juzgador, también lo es que
mínimamente debe exteriorizarse el proceso razonable lógico utilizado para llegar a dicha convicción. Entenderlo de
otro modo supone la aceptación práctica del hecho de que el juez pueda situarse potestativamente por encima de un deber
constitucional, inequívocamente impuesto. Y es que, desde una perspectiva estrictamente constitucional, no se puede
establecer la responsabilidad penal de una persona y menos restringir la efectividad de su derecho fundamental a la libertad
personal a través de la prueba indiciaria, si es que no se ha señalado debidamente y con total objetividad el procedimiento
para su aplicación. Ello aquí significa dejar claro cómo hay que hacer las cosas, es decir, las sentencias, si se quiere que
definitivamente se ajusten al único modelo posible en este caso: el constitucional.
STC. EXP. 00728-2008-HC (CASO LLAMOJA)
29. En el caso constitucional de autos, del fundamento 14. c de la presente, se aprecia que la Sala Penal
Suprema sustentó la sentencia condenatoria sobre la base de la prueba indirecta (prueba por indicios); sin
embargo, resulta evidente que no ha explicitado o exteriorizado dicho razonamiento lógico, esto es, no ha
explicitado qué regla de la lógica, qué máxima de la experiencia o qué conocimiento científico le ha
motivado dicha conclusión. No ha motivado debidamente el procedimiento de la prueba indiciaria. En
consecuencia, al no haber obrado de ese modo, la sentencia (ejecutoria suprema) resulta una vez más arbitraria
y, por tanto, inconstitucional. ¿Es constitucional sustentar una condena en base a la prueba indiciaria si en la
sentencia no se explicita el procedimiento del razonamiento lógico que le permitió llegar a la conclusión?
Definitivamente, la respuesta es no. Es, pues, incorrecto que se señale solo el hecho consecuencia y falte el
hecho base y más aún que falte el enlace o razonamiento deductivo.
No pretendiendo dar por agotada la discusión, y solo a modo de aproximación, podemos graficar lo siguiente:
A testifica que ha visto a B salir muy presuroso y temeroso de la casa de C con un cuchillo ensangrentado en la mano,
poco antes de que éste fuese hallado muerto de una cuchillada (hecho base). De acuerdo a la máxima de la experiencia,
quien sale de una casa en estas condiciones, es decir, muy presuroso y temeroso, y con un cuchillo ensangrentado en la
mano es porque ha matado a una persona (razonamiento deductivo). Al haber sido hallado muerto C producto de una
cuchillada, podemos inferir que B ha matado a C (hecho consecuencia). Esto último es consecuencia del hecho base.
Así, el modelo de la motivación respecto de la prueba indiciaria se desarrollará según la siguiente secuencia:
hecho inicial-máxima de la experiencia-hecho final. O si se quiere, hecho conocido-inferencia lógica-
hecho desconocido.
STC. EXP. 00728-2008-HC (CASO LLAMOJA)
30. En este orden de cosas, cabe anotar que la debida motivación del procedimiento de la prueba indiciaria
ya ha sido abordada ampliamente por la justicia constitucional comparada. Así, el Tribunal Constitucional
español en la STC N.º 229/1988. FJ 2, su fecha 1 de diciembre de 1988, y también de modo similar en las
STC N.º 123/2002. FJ 9, su fecha 20 de mayo de 2002; N.º 135/2003. FJ 2, su fecha 30 de junio de 2006;
y N.º 137/2005. FJ 2b, su fecha 23 de mayo de 2005, ha precisado que:
“el derecho a la presunción de inocencia no se opone a que la convicción judicial en un proceso penal pueda
formarse sobre la base de una prueba indiciaria, pero para que ésta pueda desvirtuar dicha presunción debe
satisfacer las siguientes exigencias constitucionales. Los indicios han de estar plenamente probados, no puede
tratarse de meras sospechas, y el órgano judicial debe explicitar el razonamiento, en virtud del cual, partiendo de los
indicios probados, ha llegado a la conclusión de que el procesado realizó la conducta tipificada como delito (…). En
definitiva, si existe prueba indiciaria, el Tribunal de instancia deberá precisar, en primer lugar, cuáles son los
indicios probados y, en segundo término, cómo se deduce de ellos la participación del acusado en el tipo
penal, de tal modo que cualquier otro Tribunal que intervenga con posterioridad pueda comprender el juicio
formulado a partir de tales indicios. Es necesario, pues (…), que el órgano judicial explicite no sólo las
conclusiones obtenidas sino también los elementos de prueba que conducen a dichas conclusiones y el iter mental
que le ha llevado a entender probados los hechos constitutivos del delito, a fin de que pueda enjuiciarse la
racionalidad y coherencia del proceso mental seguido y constatarse que el Tribunal ha formado su convicción sobre
una prueba de cargo capaz de desvirtuar la presunción de inocencia y, una vez alegada en casación la vulneración
del derecho a la presunción de inocencia, al Tribunal Supremo incumbe analizar no sólo si ha existido actividad
probatoria, sino si ésta puede considerarse de cargo, y, en el caso de que exista prueba indiciaria, si cumple con las
mencionadas exigencias constitucionales”.
STC. EXP. 00728-2008-HC (CASO LLAMOJA)
31. Incluso, la propia Corte Suprema de Justicia de la República del Perú en el Acuerdo Plenario
N.° 1-2006/ESV-22 (Pleno Jurisdiccional de las Salas Penales Permanentes y Transitorias), su
fecha 13 de octubre de 2006, publicada en el diario oficial “El Peruano”, el 29 de diciembre de
2006 ha establecido como principio jurisprudencial de obligatorio cumplimiento para todas las
instancias judiciales (jurisprudencia vinculante) el fundamento cuarto de la Ejecutoria Suprema,
recaída en el Recurso de Nulidad N.° 1912–2005, su fecha 6 de setiembre de 2005 que señala los
presupuestos materiales legitimadores de la prueba indiciaria, única manera que permite enervar
la presunción de inocencia.
“Que, respecto al indicio, (a) éste – hecho base – ha de estar plenamente probado – por los diversos
medios de prueba que autoriza la ley -, pues de lo contrario sería una mera sospecha sin sustento real
alguno, (b) deben ser plurales, o excepcionalmente únicos pero de una singular fuerza acreditativa,
(c) también concomitantes al hecho que se trata de probar – los indicios deben ser periféricos respecto
al dato fáctico a probar, y desde luego no todos lo son, y (d) deben estar interrelacionados, cuando sean
varios, de modo que se refuercen entre sí y que no excluyan el hecho consecuencia – no sólo se trata de
suministrar indicios, sino que estén imbricados entre sí– (…); que, en lo atinente a la inducción o
inferencia, es necesario que sea razonable, esto es, que responda plenamente a las reglas de la lógica y la
experiencia, de suerte que de los indicios surja el hecho consecuencia y que entre ambos exista un
enlace preciso y directo”.
STC. EXP. 00728-2008-HC (CASO LLAMOJA)
32. Llegado a este punto, este Colegiado Constitucional considera que, definitivamente, la sentencia
impugnada no se encuentra dentro del ámbito de la sentencia penal estándar, sino que forma parte de
aquellas que se caracterizan por el hábito de la declamación demostrativa de dar ciertos hechos como
probados; luego de lo cual tales hechos son declarados de manera sacramental y sin ninguna
pretensión explicativa como constitutivos de un ilícito penal como si de una derivación mecánica se
tratase. Esta forma de motivar aún sigue siendo práctica de muchos juzgados y tribunales de nuestro
país, aunque no hace mucho se vienen experimentando ciertos cambios en ella, lo que tampoco sería
justo desconocer. Y es que tal cometido no tiene otra finalidad que se abra entre nosotros una nueva
cultura sobre la debida motivación de las resoluciones en general, y de las resoluciones
judiciales en particular, porque solo así estaremos a tono con el mandato contenido en el texto
constitucional (artículo 139º, inciso 5, de la Constitución). Y todo ello a fin de que las partes
conozcan los verdaderos motivos de la decisión judicial, lejos de una simple exteriorización formal
de esta, siendo obligación de quien la adopta el emplear ciertos parámetros de racionalidad, incluso
de conciencia autocrítica, pues, tal como señala la doctrina procesal penal, no es lo mismo resolver
conforme a una corazonada que hacerlo con criterios idóneos para ser comunicados, sobre todo en
un sistema procesal como el nuestro, que tiene al principio de presunción de inocencia como regla de
juicio, regla que tantas veces obliga a resolver incluso contra la propia convicción moral.
STC. EXP. 00728-2008-HC (CASO LLAMOJA)

33. Tal como dijimos supra, la ejecutoria suprema carece de una debida motivación. En primer
lugar, presenta una deficiencia en la motivación interna en su manifestación de falta de
corrección lógica, así como una falta de coherencia narrativa; y, en segundo lugar, presenta una
deficiencia en la justificación externa. Pero además, presenta una indebida motivación respecto
al procedimiento de la prueba indiciaria. Ahora, si bien habría que reconocer a la Primera Sala
Penal Transitoria de la Corte Suprema, que optó por pronunciarse sobre el fondo del asunto antes
que acudir a cualquier vicio procesal y declarar la nulidad, es justamente en ese cometido que
incurrió en similares vicios; sin embargo, por ello no se podría autorizar al Tribunal Supremo a
rebajar el nivel de la racionalidad exigible y, en tal caso, validar dicha actuación; por el contrario,
debe quedar claro que la exigencia constitucional sobre la debida motivación de la resoluciones
judiciales es incondicional e incondicionada, conforme lo señalan los artículos 1º, 3,º 44º y 139º,
inciso 5, de la Constitución Política.
Desde luego que el nivel de dificultad en la elaboración de la motivación (discurso motivador)
puede crecer en el caso de los tribunales colegiados, pero ello responde a la lógica del propio
sistema, toda vez que a estos se les atribuye generalmente la resolución de los casos más complejos
o de mayor trascendencia, así como el reexamen de lo actuado y resuelto por los órganos
judiciales inferiores.
STC. EXP. 00728-2008-HC (CASO LLAMOJA)

34. Ahora bien, dado que la Corte Suprema de Justicia de la República tiene completo acceso
al juicio sobre el juicio (juicio sobre la motivación), así como al juicio sobre el hecho (juicio
de mérito), es ésta la instancia que está plenamente habilitada para evaluar cualquier tipo de
razonamiento contenido en la sentencia condenatoria expedida por la Sala Superior Penal, esto
es, para verificar la falta de corrección lógica de las premisas o de las conclusiones, así como
la carencia o incoherencia en la narración de los hechos; pero además para verificar la
deficiencia en la justificación externa, incluso para resolver sobre el fondo del asunto si es que
los medios probatorios o la prueba indiciaria le genera convicción, solo que en este último
caso –como quedó dicho– deberá cumplirse con el imperativo constitucional de la debida
motivación; es por ello que este Colegiado considera que la demanda ha de ser estimada en
parte, declarándose solamente la nulidad de la ejecutoria suprema, debiendo el Tribunal
Supremo emitir nueva resolución, según corresponda.
O.J. Simpson Infamously Trying On Gloves At Trial
 https://www.youtube.com/watch?v=lEq4qd-KBsM
Argumento final de Johnnie Cochran (esp. latino) - American Crime Story: The People
vs O.J. Simpson
 https://www.youtube.com/watch?v=lEq4qd-KBsM
FEMINICIDIO
Artículo 108-B. Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de veinte años el que mata a una mujer por
su condición de tal, en cualquiera de los siguientes contextos:
1. Violencia familiar.
2. Coacción, hostigamiento o acoso sexual.
3. Abuso de poder, confianza o de cualquier otra posición o relación que le confiera autoridad al agente.
4. Cualquier forma de discriminación contra la mujer, independientemente de que exista o haya existido una relación
conyugal o de convivencia con el agente.
La pena privativa de libertad será no menor de treinta años cuando concurra cualquiera de las siguientes circunstancias
agravantes:
1. Si la víctima era menor de edad o adulta mayor.
2. Si la víctima se encontraba en estado de gestación.
3. Si la víctima se encontraba bajo cuidado o responsabilidad del agente.
4. Si la víctima fue sometida previamente a violación sexual o actos de mutilación.
5. Si al momento de cometerse el delito, la víctima tiene cualquier tipo de discapacidad.
6. Si la víctima fue sometida para fines de trata de personas o cualquier tipo de explotación humana.
7. Cuando hubiera concurrido cualquiera de las circunstancias agravantes establecidas en el artículo 108.
8. Si, en el momento de cometerse el delito, estuviera presente cualquier niña, niño o adolescente.
9. Si el agente actúa en estado de ebriedad, con presencia de alcohol en la sangre en proporción mayor de 0.25 gramos-
litro, o bajo efecto de drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas o sintéticas.
La pena será de cadena perpetua cuando concurran dos o más circunstancias agravantes.
En todas las circunstancias previstas en el presente artículo, se impondrá la pena de inhabilitación conforme a los
numerales 5 y 11 del artículo 36 del presente Código y los artículos 75 y 77 del Código de los Niños y Adolescentes,
según corresponda.
Acuerdo Plenario 1-2016/CJ-116
32. Sujeto activo.- El sujeto activo en los delitos comunes tiene una misma presentación en el Código Penal. En general, el
sujeto activo es identificable, por el uso de la locución pronominal “El que” y designa a la persona que puede realizar el tipo penal.
En los delitos de homicidio se sigue igualmente el mismo estilo gramatical. Ahora bien, por la descripción general de las
conductas homicidas, no existe duda alguna que con esta locución pronominal se alude, como sujeto activo, tanto al hombre
como a la mujer. Cuando en el Código Penal se quiere circunscribir la condición de agente a sujetos cualificados o específicos
(delitos especiales), se les menciona expresamente. Es el caso del delito de auto aborto o de aborto con abuso profesional, en
donde los sujetos activos son “la mujer” o “el médico” respectivamente.
33. Sin embargo, este convencionalismo lingüístico no es del todo claro para delimitar al sujeto activo en el delito de feminicidio.
En el tipo penal vigente, el sujeto activo es también identificable con la locución pronominal “El que”. De manera que una
interpretación literal y aislada de este elemento del tipo objetivo, podría conducir a la conclusión errada que no interesaría si el
agente que causa la muerte de la mujer sea hombre o mujer. Pero la estructura misma del tipo conduce a una lectura restringida.
Solo puede ser sujeto activo de este delito un hombre, en sentido biológico, pues la muerte causada a la mujer es por su
condición de tal. Quien mata lo hace, en el contexto de lo que es la llamada violencia de género; esto es, mediante cualquier
acción contra la mujer, basada en su género, que cause la muerte, Así las cosas, solo un hombre podría actuar contra la
mujer, produciéndole la muerte, por su género o su condición de tal. Esta motivación excluye entonces que una mujer
sea sujeto activo.
34. En este sentido, aun cuando el tipo penal no lo mencione expresamente, el delito de feminicidio es un delito especial. Solo
los hombres pueden cometer este delito, entendiendo por hombre o varón a la persona adulta de sexo masculino. Se trata de un
elemento descriptivo que debe ser interpretado, por tanto, en su sentido natural. No es un elemento de carácter normativo que
autorice a los jueces a asimilar dicho término al de identidad sexual. Tal interpretación sería contraria al principio de legalidad.
35. Sujeto pasivo.- A diferencia del caso anterior, la identificación del sujeto pasivo del feminicidio es más clara. La conducta
homicida del varón recae sobre una mujer. Ella es igualmente la titular del bien jurídico tutelado –vida humana- y objeto material
del delito, pues sobre ella recae la conducta homicida. Tampoco es posible, por exigencia del principio de legalidad, que se la
identifique con la identidad sexual.
36. En el caso del sujeto pasivo puede ser una mujer adulta, menor de edad o adulta mayor. En el primer caso, la muerte de la
víctima configura un feminicidio simple. En los últimos casos, dicha circunstancias, califican la conducta feminicida.
Acuerdo Plenario 1-2016/CJ-116
37. Bien Jurídico.- Para la determinación del bien jurídico, es un criterio referencial de entrada, tanto la ubicación sistemática de los
tipos penales, como la denominación con que han sido rotulados el conglomerado de tipos penales. En este sentido, el feminicidio
ha sido ubicado como un delito contra la vida, el cuerpo y la salud. De esta omnicomprensiva denominación del Título Primero, de la
Parte Especial del Código Penal, ha de delimitarse cuál es el objeto jurídico de protección. La doctrina es conteste en afirmar que el
bien jurídico protegido en el homicidio, en cualquiera de sus formas, es la vida humana. El feminicidio no puede ser la excepción. Es
más, la propia Convención de Belem Do Para prevé implícitamente la norma penal que subyace al tipo penal de feminicidio, cuando
se establece que toda mujer tiene derecho a que se respete su vida. En la medida que para la configuración del feminicidio se
requiere también la supresión de la vida de la mujer, éste es un delito de daño.
38. La vida humana se protege por igual en el sistema penal. No existen razones esenciales o sustentadas en la naturaleza de las
cosas para que se entienda que la vida del hombre o de la mujer deba tener mayor valor y, por ende, ser más protegidas. Como
sostiene con razón Benavides Ortiz, los bienes jurídicos se distinguen por el mayor o menor interés que revisten para el Estado y no
por la frecuencia estadística con que ocurre su vulneración. Por tanto, agregar otro interés jurídico de protección al que sustenta el
feminicidio simple, como la dignidad de la mujer, o la estabilidad de la población femenina, no aporta mayores luces al
esclarecimiento de lo que se quiere proteger. La dignidad es la condición implícita, incondicionada y permanente que tiene toda
persona, por el hecho de serlo. El producirle la muerte, independientemente de que sea varón o mujer, es su negación. La estabilidad
de la población femenina se relaciona con otro delito de lesa humanidad como el genocidio, pero no puede confundirse con un delito
de organización y común como el feminicidio.
39. Distinta es la configuración del bien jurídico en este delito, cuando se revisan las circunstancias agravantes que concurren en
su comisión. En estos casos, se puede verificar que, por el modo de comisión, las conductas previas a la muerte o la condición
misma de la víctima concurren otros intereses jurídicos adicionales o independientes que deben considerarse. En el caso de que la
víctima se haya encontrado gestando, se protege también la vida del feto que también es suprimida. En el caso que la víctima haya
sido violada o mutilada previamente, se vulnera también la libertad (indemnidad) sexual y la integridad física, respectivamente. Si el
sometimiento contextual a la conducta feminicida se realizó con fines de trata de seres humanos o cualquier forma de explotación,
se protege también la libertad personal. Si la conducta feminicida se realiza a sabiendas de la presencia de los hijos de la víctima o
de niños que estén al cuidado del feminicida, se protege la integridad sicológica de dichas personas. En resumen, en estos casos si
se puede sostener que el delito de feminicidio agravado es pluriofensivo.
Acuerdo Plenario 1-2016/CJ-116
40. Comportamiento típico.- La conducta típica del sujeto activo varón es la de matar a una mujer por tal condición. Al igual que en
todos los tipos penales de homicidio, la conducta del sujeto activo es descrita con la locución “El que mata”. En el contexto de un
derecho penal de acto, el feminicidio debe implicar una actividad homicida del agente que produzca la muerte del sujeto pasivo
mujer. Desde esta perspectiva el feminicidio es también un delito de resultado.
41. La muerte puede producirse por acción o por comisión por omisión. Estas dos formas de comportamiento típico están sujetas a
las mismas exigencias que rigen el comportamiento humano. Tratándose de un feminicidio por acción, debe existir un mínimo
control de la voluntad, para que se entienda que la muerte se ha producido por un individuo que actuaba. Si se trata de un
feminicidio por comisión por omisión, el sujeto activo o, mejor dicho, el omitente no impidió la producción de la muerte de la mujer,
habiendo tenido el deber jurídico de impedirlo o si hubiera creado un peligro inminente que haya sido idóneo para producirlo
(posición de garante). En este caso la omisión del hombre corresponde a la realización activa del feminicidio (juicio de equivalencia).
42. Medios.- Los medios que se pueden utilizar para matar son diversos. En los tipos penales de homicidio no se hace mención
expresa a los medios para la perpetración del homicidio, salvo en el asesinato donde el uso de determinados medios califica la
conducta (fuego, explosión o cualquier otro medio capaz de poner en peligro la vida o la salud de otras personas). Lo mismo ocurre
en el feminicidio; cualquier medio idóneo para matar es relevante típicamente. Pueden usarse medios directos o inmediatos (puño,
pies, cuchillo, arma de fuego), o indirectos o mediatos (veneno, pastillas). Del mismo modo se acepta que se puede matar con
medios materiales o físicos, o por medios psicológicos.
43. La muerte producida por medios psicológicos es de especial importancia en el delito de feminicidio. No es que este medio sea
utilizado o invocado con frecuencia, en el ámbito judicial, sino porque en el contexto en el que se producen las conductas
feminicidas, pueden hacer pensar que la muerte de la víctima sea un proceso acumulativo de tensiones, degradación psicológica, o
estrés, o la conducta de hostigamiento, acoso, o coacción pueda desembocar en un ataque cardiaco o en un derrame cerebral. Será
ciertamente una ardua cuestión probatoria el determinar que la presión psicológica produjo la muerte de la mujer. Dependerá de
criterios objetivos como la idoneidad del medio psicológico empleado (coacción, acoso, hostigamiento), la vulnerabilidad general de
la mujer (menor de edad o adulta mayor), la vulnerabilidad especial de ésta (depresiva, hipertensa), la intensidad y frecuencia de la
violencia psicológica. Los medios probatorios relevantes serán las pericias médicas, psicológicas y psiquiátricas, pero también los
testimonios que den cuenta de la sistematicidad y características de la agresión. La evaluación que haga el juez debe realizarla en el
contexto de los criterios de imputación objetiva.
Acuerdo Plenario 1-2016/CJ-116
44. Causalidad e Imputación objetiva.- El nexo causal es un elemento indispensable en los delitos de
resultado, como el feminicidio. La imputación objetiva se construye además sobre la base de la
causalidad. En este sentido, en el feminicidio, como en cualquier otra conducta homicida debe
establecerse que hay una vinculación entre la conducta del sujeto activo -hombre- y la muerte de la
mujer. Los jueces deberán establecer conforme a las máximas de la experiencia y los conocimientos
que aporta la ciencia, en el estado en el que se encuentre, los que determinarán si la muerte de la
mujer es una consecuencia de la conducta del sujeto activo.
No se trata de atribuir calidad de causa a cualquier condición presente en el resultado. Solo de
considerar la que sea especialmente relevante para tener la condición de causa.
45. Luego de establecida la base causal, ello no genera automáticamente una imputación objetiva del
resultado, pues la causa, en sentido natural, no coincide con la imputación, en sentido atribución del
resultado muerte de la mujer, como obra del hombre. Al respecto se dice que “un hecho sólo puede
ser imputado a una persona si la conducta ha creado un peligro para el bien jurídico no cubierto para
[por] el riesgo permitido, y dicho peligro se ha realizado en el resultado dentro del alcance del tipo”.
Por tanto, si la conducta del hombre no genera peligro alguno a la vida de la mujer, o el peligro no
produce la muerte de ésta o el resultado es distinto a la muerte, prohibición por la norma penal
subyacente al tipo penal de feminicidio, no podría colegirse la imputación objetiva, en el caso
concreto.
Acuerdo Plenario 1-2016/CJ-116
Tipo Subjetivo
46. El feminicidio es un delito doloso. En el contexto presente, el dolo consiste en el conocimiento actual que la conducta desplegada por el sujeto
activo era idónea para producir la muerte de la mujer, produciendo un riesgo relevante en la vida de ésta y se concretó en su muerte. No se trata de un
conocimiento certero de que producirá el resultado muerte. Es suficiente que el agente se haya representado, como probable, el resultado. Por ende, el
feminicidio puede ser cometido por dolo directo o dolo eventual.
47. Ahora bien, la prueba del dolo en el feminicidio, para distinguirlo de las lesiones (leves o graves), de las vías de hecho o incluso de lesiones con
subsecuente muerte, es una labor compleja. Hurgar en la mente del sujeto activo, los alcances de su plan criminal, es una tarea inconducente. Ha de
recurrirse a indicios objetivos para dilucidar la verdadera intencionalidad del sujeto activo. Deben considerarse como criterios por ejemplo, la
intensidad del ataque, el medio empleado, la vulnerabilidad de la víctima, el lugar en donde se produjo las lesiones, indicios de móvil, el tiempo que
medió entre el ataque a la mujer y su muerte.
48. Pero, el legislador al pretender dotar de contenido material, el delito de feminicidio y, con ello, convertirlo en un tipo penal autónomo, introdujo un
elemento subjetivo distinto al dolo. Para que la conducta del hombre sea feminicidio no basta con que haya conocido los elementos del tipo objetivo
(condición de mujer, idoneidad lesiva de la conducta, probabilidad de la muerte de la mujer, creación directa de un riesgo al bien jurídico), sino que
además haya dado muerte a la mujer “por su condición de tal’. Para la configuración del tipo penal al conocimiento de los elementos del tipo objetivo,
se le agrega un móvil: el agente la mata motivado por el hecho de ser mujer. El feminicidio deviene así en un delito de tendencia interna trascendente.
49. Se advierte que con el propósito de darle especificidad al feminicidio, de poner en relieve esa actitud de minusvaloración, desprecio, discriminación
por parte del hombre hacia la mujer, se ha creado este tipo penal. La función político criminal de los elementos subjetivos del tipo es la de restringir su
ámbito de aplicación, no de ampliarlo. Su función en el presente caso no es, en estricto la autonomía del tipo penal, independizarlo de los demás tipos
penales de homicidio. Así como la ausencia del móvil feroz convierte el homicidio calificado en homicidio simple, así la ausencia del móvil de poder,
control y dominio determina que la conducta homicida se adecúe en la modalidad simple.
50. Ahora bien, el agente no mata a la mujer sabiendo no solo que es mujer, sino precisamente por serlo. Esta doble exigencia -conocimiento y móvil-
complica más la actividad probatoria que bastante tiene ya con la probanza del dolo de matar, que lo diferencie del dolo de lesionar. Joseph Du Puit
piensa que esta fórmula es superflua, redundante, y que pudo bien suprimirse[3]. En realidad, no le falta razón al jurista suizo, este elemento subjetivo,
en lugar de aportar a la especificidad del delito de feminicidio, más bien lo complejiza, y por lo demás, como veremos no lo independiza del homicidio.
51. El móvil solo puede deducirse de otros criterios objetivos que precedieron o acompañaron el acto feminicida. En este sentido, el contexto
situacional en el que se produce el delito es el que puede dar luces de las relaciones de poder, jerarquía, subordinación o de la actitud sub estimatoria
del hombre hacia la mujer. Podría considerarse como indicios contingentes y precedentes del hecho indicado: la muerte de la mujer por su condición de
tal. De la capacidad de rendimiento que tenga la comprensión del contexto puede llegarse a conclusión que este elemento subjetivo del tipo, no es más
que gesto simbólico del legislador para determinar que está legislando sobre la razón de ser del feminicidio.
Acuerdo Plenario 1-2016/CJ-116
Contextos en los que se produce el feminicidio
52. El feminicidio es un acto concreto realizado por un hombre suprimiendo la vida de una mujer. Es ciertamente el
reflejo de un conjunto de condiciones estructurales, que van más allá de la conducta homicida del sujeto activo, y
que expresan una relación asimétrica de poder entre el hombre y la mujer, en desmedro de esta última.
53. Si bien por exigencias de un derecho penal de acto, se debe castigar únicamente las manifestaciones concretas
del autor, en contra de la norma penal que prohíbe atentar contra la vida de la mujer, el legislador ha considerado
necesario ubicar el ataque a la vida de la mujer, en un contexto situacional determinado. De esta manera ha
estimado que la violencia desencadenante de la muerte de la víctima no es un episodio, no es una eventualidad,
sino el lamentable resultado de un conjunto de circunstancias precedentes, y parte de construcciones
culturales que han alimentado el resultado fatal. Por imperativos del mandato de determinación, es menester
delimitar cada uno de ellos, en concordancia claro está con el ordenamiento jurídico en general.
54. Violencia familiar.- Este contexto es fundamental delimitarlo, porque es el escenario más recurrente en los
casos de feminicidio….
59. Coacción, hostigamiento y acoso sexual.- El segundo contexto es más genérico y, por lo mismo, requiere de
mayor concreción interpretativa…
63. Prevalimiento.- Otro contexto, en el que se puede dar el delito de feminicidio, es el de abuso de poder,
confianza o cualquier posición o relación que le confiera autoridad al agente….
65. Actos de discriminación.- Finalmente, el delito de feminicidio puede realizarse en el contexto de cualquier
forma de discriminación contra la mujer, independientemente de que exista o haya existido una relación conyugal o
de convivencia con el agente…
Polémica sentencia contra ‘La Manada’ | EL TIEMPO
 https://www.youtube.com/watch?v=NKuRMdE43AQ
Protestas multitudinarias por el caso de "La Manada"
 https://www.youtube.com/watch?v=SyzfmyqBEP0
15 años de prisión para "La manada" por violación en España - Las Noticias
 https://www.youtube.com/watch?v=Ko26_o-Z3X8
¿Qué significa la perspectiva de género?
 https://www.youtube.com/watch?v=FI53MjNu9wE
Ignacio Subijana: Perspectiva de género en la instrucción de delitos de violencia de
hombre a mujer
 https://www.youtube.com/watch?v=pmx0B7bq7q4
SICARIATO
Artículo 108-C. El que mata a otro por orden, encargo o acuerdo, con el propósito de obtener para sí
o para otro un beneficio económico o de cualquier otra índole, será reprimido con pena privativa de
libertad no menor de veinticinco años y con inhabilitación establecida en el numeral 6 del artículo 36,
según corresponda.
Las mismas penas se imponen a quien ordena, encarga, acuerda el sicariato o actúa como
intermediario.
Será reprimido con pena privativa de libertad de cadena perpetua si la conducta descrita en el primer
párrafo se realiza:
1. Valiéndose de un menor de edad o de otro inimputable para ejecutar la conducta
2. Para dar cumplimiento a la orden de una organización criminal
3. Cuando en la ejecución intervienen dos o más personas
4. Cuando las víctimas sean dos o más personas
5. Cuando las víctimas estén comprendidas en los artículos 107 primer párrafo, 108-A y 108-B primer
párrafo.
6. Cuando se utilice armas de guerra.
SICARIATO
RN 1821-2019, Lima (diferencia entre sicariato y homicidio por lucro)
Décimo. Del análisis de ambas normas penales, resulta evidente que estos delitos contemplan elementos y características
similares, tales como la afectación al mismo bien jurídico (vida), la conducta típica objetiva (matar a otro), el sujeto activo
genérico (el agente no requiere una característica especial) y la motivación de carácter económico para la realización de la
conducta.
Sin embargo, el aparente conflicto de normas que origina dicha situación de similitud ha sido resuelto aplicando el principio
de especialidad (lex specialis derogat legi generali), mediante el cual prevalece la norma especial ante la general, y que
“consiste, ante dos normas penales que describen una conducta y un resultado en principio idénticos, en determinar el
elemento especializante o diferenciador, que puede ser el sujeto activo o pasivo, el objeto material o cualquier elemento de la
acción típica o modalidad ejecutiva”.
Undécimo. Así, podemos señalar que el delito de sicariato (conforme a la redacción acogida en el Código Penal) sanciona
una conducta que (antes de su inclusión en el Código Penal como delito independiente) era calificada como homicidio
agravado en su modalidad de comisión por lucro, esto es, se refería al sujeto (sicario) que mata a otra persona por orden de
un tercero para obtener para sí u otro un beneficio económico o de otra índole que es costeado por el mandante (es decir,
intervienen más sujetos en el hecho, pues necesariamente existe una orden, encargo o acuerdo con un tercero).
Así pues, en el delito de sicariato se distinguen hasta cuatro actores intervinientes bien diferenciados: i) El
contratante, ii) El intermediario, iii) El sicario, iv) La víctima.
Desde un punto técnico jurídico se denomina sicariato al homicidio cometido por un precio o por encargo, y se trata de un
crimen que se está ejecutando con elevada frecuencia en nuestro país (según se aprecia cotidianamente en las noticias y
diarios), en el que principalmente las víctimas son personas vinculadas con el crimen organizado, miembros del sindicato de
construcción civil y funcionarios o servidores públicos relacionados con la corrupción, y en cuya ejecución se evidencia la
agresividad y frialdad como elemento detonante de la violencia que ejerce el sujeto activo (sicario) en su acto homicida.
SICARIATO
RN 1821-2019, Lima
Decimotercero. […] 13.4. Así, en la sentencia condenatoria recurrida, en atención a la valoración conjunta
de la prueba actuada y al principio de inmediación, se descartaron las versiones posteriores del procesado
Soriano Basurto (en instrucción y juicio oral), con las que pretendió excluir de responsabilidad a su
coprocesado Salazar Lozada y atribuírsela a una tercera persona conocida como “Harold”, además de
intentar disminuir la gravedad de su propia conducta realizada (alegando que lo contrataron solo para
“asustar” a Suelpres Jerez).
Si bien es cierto que se introdujo como mecanismo de defensa y como argumento de los recurrentes que el
hecho cometido sería un “error en la víctima” (es decir, se mató a una persona distinta a la que se había
ordenado), al respecto, esta Sala Suprema ha señalado en anteriores pronunciamientos que la aberratio
ictus (es decir, la confusión en el objeto de la acción por otro) no excluye el dolo, pues la valoración
jurídica del hecho de homicidio agravado persiste y no varía el fin del resultado de muerte por encargo
(este no fue más ni menos grave debido al alegado error). Por lo tanto, dicho error no es relevante para
cuestionar la materialidad del delito —en atención al resultado ocasionado y la lesión del bien jurídico
protegido independientemente de su origen—.
Por ende, lo alegado de que habría asesinado a la agraviada por “error”, pues el objetivo era el esposo de
esta, Víctor Alipio Suelpres Jerez, no enerva el juicio de tipicidad de la conducta realizada, ya que existe un
resultado concreto (muerte) motivado por el acuerdo y la obtención de un beneficio económico (pago de
una suma de dinero), como exige el tipo penal previsto en el artículo 108-C del Código Penal. 
Conspiración y el ofrecimiento para el delito de
sicariato

Artículo 108-D. Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cinco ni mayor de
ocho años:
1. Quien participa en una conspiración para promover, favorecer o facilitar el delito de
sicariato.
2. Quien solicita u ofrece a otros, cometer el delito de sicariato o actúa como
intermediario.
La pena privativa de libertad será no menor de seis ni mayor de diez años, si las conductas
antes descritas se realizan con la intervención de un menor de edad u otro inimputable.
Conspiración y el ofrecimiento para el delito
de sicariato
RN 1351-2018, Callao
DECIMOTERCERO. Que, en cuanto al ámbito jurídico de la calificación legal de los hechos y del título de
intervención delictiva, se tiene lo siguiente:
A. Los hechos están incursos en el artículo 108-C del Código Penal, según el Decreto Legislativo 1181, de
veintisiete de julio de dos mil quince. El que mató por encargo con el propósito de obtener un beneficio fue
el encausado Restrepo Graciano. Asimismo, fue el encausado Huamán Chalco quien no solo prestó apoyo
al ejecutor material de la muerte del agraviado Noriega Iturrizaga, sino fue el que convenció y acordó, por
dinero, con el encausado Restrepo Graciano la muerte del citado agraviado –el tipo penal incorpora
expresamente esta última conducta y la califica, igualmente, de sicariato–. El título de intervención
delictiva de ambos imputados es el de autores, conforme a los párrafos primero y segundo,
respectivamente, del citado artículo 108-C del Código Penal.
B. No es de recibo aplicar el artículo 108-D del Código Penal como planteó la defensa del encausado
Chumpitaz Uturi porque ese tipo delictivo está referido a la conspiración delictiva de sicariato, que es un
acto preparatorio punible. Como el ataque y muerte al agraviado se produjo, se descarta esta figura penal
y tal hecho se incardina, como se anotó, en el artículo 108-C del Código Penal.
Homicidio por emoción violenta

Artículo 109.- El que mata a otro bajo el imperio de una emoción violenta que las
circunstancias hacen excusable, será reprimido con pena privativa de libertad, no menor de
tres ni mayor de cinco años.
Si concurre algunas de las circunstancias previstas en el artículo 107, la pena será no menor de
cinco ni mayor de diez años.
Homicidio por emoción violenta
RN 1386-2018, Lima Norte
SÉPTIMO. Que, ahora bien, es evidente que el encausado De la Cruz Miranda había sido informado de la supuesta
existencia de una pareja sentimental de su ex conviviente, la agraviada Mendoza Trigoso, porque la había mandado seguir
–así señaló Gricel del Río Aponte Valle–, y que ante la ratificación de la información, luego de dejar a sus hijos en casa de
sus padres, regresó a la vivienda de la agraviada debidamente armado. Es más, disparó cuatro veces contra la chapa de
la puerta principal del predio, ingresó violentamente al mismo y subió al segundo piso. El mismo reconoció –según el acta
fiscal– que tenía el arma de fuego en la mano y fue allí que se produjo el forcejeo.
No aparece de autos que la agraviada se contaminó con restos de pólvora. Además, por los antecedentes previos, es
claro que el imputado tuvo intención homicida, vociferaba incluso que los iba a matar a todos y que él mismo se
dispararía. Ni siquiera puede estimarse que el disparo fue accidental –en un forcejeo, incluso, puede ser factible, pero no
en el caso de autos, un disparo culposo, para lo cual debe examinarse los actos inmediatamente anteriores y determinar
si medió dolo o imprudencia–.
OCTAVO. Que la pericia psicológica de parte de fojas doscientos cincuenta y cinco llega a concluir que el procesado actuó
bajo el impulso de una reacción emotiva violenta al percibir una amenaza de pérdida de la madre de sus hijos, aunque
apuntó que tiende a conductas impulsivas.
No es de recibo este aporte pericial porque no solo rebasa su propia función auxiliar para interpretar hechos de la
causa, sino porque cuando se trata de un delito por emoción violenta deben analizarse los hechos para estimar su
excusabilidad desde un triple punto de vista: causal, subjetivo y objetivo; el citado delito está en función a las
circunstancias que se presentan. Si el imputado tiende a conductas impulsivas, si es policía y como tal se le exige
autocontrol superior al de las demás personas, y si sabía que su ex conviviente posiblemente tenía otra pareja
sentimental para lo cual mandó seguirla, pese a lo cual se presentó armado al lugar de los hechos, no se está ante un
supuesto de emoción violenta disculpable.
Homicidio por emoción violenta

RN 1882-2014, Lima
Décimo. En definitiva, se aprecia que el argumento que alega el recurrente durante el curso del
proceso y en su recurso impugnatorio (esto es, haber actuado bajo los efectos de la emoción
violenta) no tiene asidero; máxime ni no fue corroborado con prueba alguna, puesto que para
que se configure el delito de homicidio por emoción violenta que alega el recurrente (previsto
en el artículo ciento nueve del Código Penal), se requiere de dos presupuestos; estos son:
i) El intervalo de tiempo sucedido entre la provocación y el hecho; es decir, que el delito tiene
que cometerse en un lapso durante el cual el sujeto se encuentra bajo el imperio de la emoción
violenta, por lo que no puede transcurrir un largo espacio temporal entre el hecho provocante y
su reacción.
ii) El conocimiento previo por parte del autor del homicidio emocional; es decir, que la emoción
violenta debe desencadenarse por la aparición súbita de una situación importante para el
sujeto. Así, pues, el agente debe actuar en un estado de conmoción anímica repentina; esto es,
bajo un impulso afectivo desordenado y violento, en el que no se acepta la premeditación.
INFANTICIDIO

Artículo 110. La madre que mata a su hijo durante el parto o bajo la influencia del estado puerperal, será
reprimida con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de cuatro años, o con prestación de servicio
comunitario de cincuentidós a ciento cuatro jornadas.

El estado puerperal es el lapso de tiempo que se extiende desde que la mujer ha dado a luz hasta los 40 días
aproximadamente después del alumbramiento. Se extiende el tiempo necesario (normalmente 6 a 8 semanas
después del parto) para que el cuerpo materno vuelva a las condiciones pregestacionales.

La depresión posparto les costó la vida a esta mujer y su bebé


https://www.youtube.com/watch?v=hFvGDHjfMmc
Madre es acusada de estrangular a sus 3 hijos en Massachusetts, ¿la depresión posparto fue la razón?
https://www.youtube.com/watch?v=j4x4jrPrFVg
La depresión posparto, un sufrimiento silencioso
https://www.youtube.com/watch?v=pFAgn5Br3KE
INFANTICIDIO
RN 550-2019, Puno
Octavo. De los fundamentos de la defensa de la sentenciada, así como del análisis valorativo de la
sentencia recurrida, se determina que la subsunción de los hechos bajo la hipótesis delictiva de parricidio
efectuada por el Ministerio Público y recogida por la Sala Superior no se adecúa al tipo penal previsto en el
artículo 107 del CP debido al análisis y valoración de los medios de prueba recabados y actuados en el
curso del proceso.
Por el contrario, los hechos imputados corresponden al delito de infanticidio, previsto y sancionado en el
artículo 110 del CP, el cual prescribe que: “La madre que mata a su hijo durante el parto o bajo la influencia
del estado puerperal, será reprimida con pena privativa de la libertad no menor de uno ni mayor de cuatro
años o con prestación de servicio comunitario de cincuenta y dos a ciento cuatro jornadas”, puesto que la
propia imputación fáctica hace referencia a que la sentenciada asesinó a su hijo recién nacido, y es que, en
efecto, conforme con el acta de nacimiento (fojas 59), el menor agraviado nació el ocho de abril de dos mil
dos y falleció el doce de mayo de dos mil dos (registro de defunción de foja 77), esto es a los treinta y
cuatro días de haber nacido. Por lo tanto, actuó bajo la influencia del estado puerperal.
En ese sentido, en estricta legalidad, corresponde efectuar la respectiva adecuación del tipo penal de
parricidio al de infanticidio. Cabe precisar que esta recalificación no afecta los hechos incriminados y
mucho menos el derecho de defensa de las partes en el proceso, en tanto que este punto fue debatido al
ser propuesto por la defensa de la sentenciada y por lo tanto materia de pronunciamiento en la sentencia
recurrida. Asimismo, la imputación fáctica atribuida a la sentenciada no ha sido modificada.
INFANTICIDIO
Manuela y otros vs. El Salvador
153. La Corte advierte que el Tribunal de Sentencia de San Francisco Gotera en su sentencia
descartó la posibilidad de que la muerte haya sido accidental al asumir que el instinto maternal
que ha debido de tener Manuela implicaba que protegería a su hijo y que buscaría ayuda de
inmediato. El tribunal realizó dicha afirmación sin contar con elementos de prueba que examinasen
de manera exhaustiva el estado de salud de Manuela (supra párrs. 137 a 139), y así poder
determinar fehacientemente que lo ocurrido no haya sido, por ejemplo, consecuencia de la
emergencia obstétrica sufrida por Manuela. Además, el tribunal, basándose en el estereotipo de
que las mujeres deben responder al instinto maternal y sacrificarse por sus hijos en todo
momento, asumió que, sin importar su estado de salud, al no buscar ayuda para proteger a su hijo,
el actuar de Manuela demostraba que intencionalmente quería quitarle la vida al recién nacido. En
este sentido, el tribunal presumió que Manuela ha debido poner por encima de su vida, la posible
vida de su hijo, incluso si se encontraba inconsciente, y presumió su mala fe al haber actuado en
otro sentido[266].
164. En el presente caso, a Manuela le fue impuesta una pena de treinta años de prisión que era la
mínima pena prevista para el delito de homicidio agravado. En efecto, tras la modificación del
Código Penal en 1998, la legislación de El Salvador no prevé expresamente ninguna atenuación
aplicable a los casos de homicidios cometidos por una madre a su hijo durante el nacimiento o
inmediatamente después, y, en estos casos, se aplica el tipo penal de homicidio agravado, el cual
establece una pena de treinta a cincuenta años de prisión.
INFANTICIDIO
Manuela y otros vs. El Salvador
166. Sobe el particular cabe señalar, en primer lugar, que la aplicación de la pena prevista para tipo penal de
homicidio agravado resulta claramente desproporcional en el presente caso, porque no se toma en cuenta el
estado particular de las mujeres durante el estado puerperal o perinatal, sin perjuicio de que este caso, por
defecto de investigación, no es descartable que se hubiese tratado de un supuesto de ausencia de toda
responsabilidad penal.
167. A esta circunstancia se suma que la experiencia criminológica en cuanto al infanticidio señala, en
primer término, que suelen producirse en partos sin asistencia, solitarios y muchas veces en baños, lo que
hace que la fragilidad psíquica de la mujer sea más aguda, respecto de lo cual la doctrina especializada ha
hecho notar con razón que “en la joven madre que pare clandestinamente, sin socorro, se agrava la
desesperación”.
168. Además de la abismal desproporción con la culpabilidad resultante solo del estado en que la mujer se
halla en el período perinatal, no se puede pasar por alto que en la generalidad de los casos —y también en el
de Manuela— se suman para disminuir su culpabilidad que se trata de mujeres jóvenes con dificultades de
comunicación o que sufren situaciones de aislamiento cultural (en las ciudades es frecuente en el servicio
doméstico urbano de procedencia campesina). A esto se añade analfabetismo o muy escasa escolaridad.
Provienen de grupos de crianza que son propios de enclaves sociales con cultura retrógrada mucho más
marcadamente patriarcal que el resto de la sociedad. Por todas estas condiciones negativas, se trata de
mujeres que no están en condiciones de sumarse o de lograr la protección de los movimientos que
habitualmente luchan por los derechos e igualdad de la mujer; son verdaderas mujeres sin voz, altamente
vulnerables e impulsadas a este delito por enclaves retrógrados de cultura fuertemente patriarcal.
HOMICIDIO CULPOSO

Artículo 111. El que, por culpa, ocasiona la muerte de una persona, será reprimido con pena
privativa de libertad no mayor de dos años o con prestación de servicios comunitarios de
cincuenta y dos a ciento cuatro jornadas.
La pena privativa de la libertad será no menor de un año ni mayor de cuatro años si el delito
resulta de la inobservancia de reglas de profesión, de ocupación o industria y no menor de un
año ni mayor de seis años cuando sean varias las víctimas del mismo hecho.
La pena privativa de la libertad será no menor de cuatro años ni mayor de ocho años e
inhabilitación, según corresponda, conforme al artículo 36 -incisos 4), 6) y 7)-, si la muerte se
comete utilizando vehículo motorizado o arma de fuego, estando el agente bajo el efecto de
drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas o sintéticas, o con presencia de
alcohol en la sangre en proporción mayor de 0.5 gramos-litro, en el caso de transporte
particular, o mayor de 0.25 gramoslitro en el caso de transporte público de pasajeros,
mercancías o carga en general, o cuando el delito resulte de la inobservancia de reglas
técnicas de tránsito.
HOMICIDIO CULPOSO
RN 4288-1997, Áncash (Autopuesta en peligro de las víctimas)
b) […] que, en efecto, no puede existir violación del deber de cuidado en la conducta de quien
organiza un festival de rock con la autorización de la autoridad competente, asumiendo al mismo
tiempo las precauciones y seguridad a fin de evitar riesgos que posiblemente pueden derivar de
la realización de dicho evento, porque de ese modo el autor se está comportando con diligencia y
de acuerdo al deber de evitar la creación de riegos; que, de otra parte, la experiencia enseña que
un puente colgante es una vía de acceso al tránsito y no una plataforma bailable como
imprudentemente le dieron uso los agraviados creando así sus propios riesgos de lesión; que,
en consecuencia, en el caso de autos la conducta de la gente de organizar un festival de rock no
creó ningún riesgo jurídicamente relevante que se haya realizado en el resultado, existiendo por
el contrario una autopuesta en peligro de la propia víctima, la que debe asumir las consecuencias
de la asunción de su propio riesgo; por lo que conforme a la moderna teoría de conforme a la
moderna teoría de la imputación objetiva en el caso de autos «el obrar a propio riesgo de los
agraviados tiene una eficacia excluyente del tipo penal» (Cfr. Günther Jakobs. Derecho Penal.
Parte General. Madrid, 1995, p. 307), por lo que los hechos subexamine no constituyen delito
de homicidio culposo y consecuentemente tampoco generan responsabilidad penal […].
HOMICIDIO CULPOSO
Casación 2026-2021, San Martín
QUINTO. Que el tipo delictivo de homicidio imprudente es el causar la muerte a alguien (hecho típicamente antijurídico),
no intencionadamente, sino a causa de haber infringido el deber de cuidado que personalmente le era exigible. La norma de
cuidado infringida compelió al imputado un examen completo de la paciente tomando en cuenta la historia clínica que era
del caso consultar. Los protocolos (determinante de una actividad mayormente reglada como es la médica), que el imputado
como médico debía conocer, indicaban una monitorización cada quince minutos, atento a las condiciones de la paciente,
pese a lo cual no lo hizo. El resultado muerte del bebé se debió precisamente a esta infracción del deber de cuidado, que
impidió un control más cercano y preciso del estado de la paciente –el resultado está vinculado a la infracción cometida,
que incrementó o elevó considerable y definitivamente el riesgo de muerte–. Además, atento a lo probado, el encausado
pudo advertir que, si no cumplía con los protocolos, el resultado muerte era previsible (representación anticipadamente de
su eventual concurrencia futura) y evitable por él si daba las indicaciones debidas a las obstetras. El diagnóstico no fue
oportuno.
SEXTO. Que, ahora bien, es de tener presente que el principio de confianza, que se deriva como lógica consecuencia de
intervinientes múltiples en contextos sociales, reglados o no, más aún cuando todos ellos participan en una tarea común –
médicos ginecólogos y obstetras ante una paciente embarazada que ingresa por emergencia frente a malestares específicos,
por ejemplo–, se asienta en que aquellos tienen la legítima expectativa que el resto de los que toman parte se comporten
con arreglo al deber objetivo de cuidado que cada uno tiene a su cargo. Pero, no puede invocar el principio de
confianza quien no haya observado su obrar conforme a derecho en el contexto situacional concreto [CILLERUELO,
ALEJANDRO R.: Derecho Penal Parte General, Editorial Ad Hoc, Buenos Aires, 2018, pp. 239-238], si no cumple con
sus propios deberes [GARCÍA CAVERO, PERCY: Derecho Penal Parte General, 3ra. Edición, Editorial Ideas, Lima,
2019, p. 432]. Esto último es lo que se presenta en el sub lite. Por ello, no es relevante examinar la situación jurídica de las
obstetras, quienes por lo demás han sido excluidas del proceso. Hay un ámbito de responsabilidad en el propio encausado.
HOMICIDIO CULPOSO

Casación 334-2019, Ica


Sumilla. Homicidio culposo: criterios característicos de la Lex artis ad hoc en el acto médico a. En los
delitos culposos, en particular el de homicidio, el juicio de tipicidad objetiva debe realizarse con base
en criterios de imputación objetiva. Si la acusación es por homicidio culposo, en el contexto de la
actividad médica, estos criterios permitirán establecer si el resultado dañoso puede imputarse
objetivamente a una conducta, como consecuencia de la vulneración del deber de cuidado, objetivado
en la lex artis ad hoc.
b. La lex artis ad hoc es un concepto relativamente indeterminado, que debe ser precisado por el
juzgador en función de las siguientes características: 1. contenido semántico, 2. flexibilidad, 3. ámbito
de aplicación, 4. naturaleza normativa, 5. sentido práctico y deontológico, 6. carácter
dinámico, 7. aplicación relativa, 8. regula actividades, 9. inherente a la actividad médica, 10. finalidad
benefactora y 11. enfocado en el método no en los resultados.
c. En la sentencia de vista, la Sala de Apelaciones no fundamentó de manera acabada los criterios
para proceder a la absolución del acusado, y se limitó a explicar su decisión en función de criterios de
culpabilidad, obviando desarrollar con anterioridad el juicio de tipicidad objetiva sobre la observancia
del deber de cuidado, conforme a la lex artis ad hoc.
HOMICIDIO CULPOSO
Casación 912-2016, San Martín
Décimo Primero: Así, a efectos de la configuración del delito de homicidio culposo no se exige
que la muerte de la víctima sea inmediata, pudiendo darse en un tiempo posterior -horas, días-.
Lo que importa, es que el deceso sea consecuencia directa del quebrantamiento del deber de
cuidado del sujeto activo. Descartándose, que la muerte se haya generado por factores externos -
negligencia médica, etc.- que extingan la responsabilidad por el resultado del sujeto activo.
Décimo Segundo: Efectos procesales.- Considerando lo anterior, se requiere precisar que los
conceptos dogmáticos deben ser adecuados al trámite procesal del caso concreto. En ese
sentido, el proceso penal debe cumplir con ciertas etapas que se ejecutan dentro de plazos
legalmente establecidos. Así, cuando producto de un accidente -generado por actuar negligente-
el sujeto pasivo resulta con lesiones graves y estos en el transcurso de las investigaciones no
generan la muerte del agraviado, la imputación que deberá realizar el Ministerio Público deberá
limitarse al resultado lesivo que puede constatar en el momento; es decir lesiones – graves-. Por
otro lado, si antes de efectuar la acusación fiscal se ha podido constatar que el sujeto pasivo ha
fallecido producto del actuar negligente del sujeto activo, se imputará el delito de homicidio
culposo -sin importar que la muerte se genere al instante o tiempo después del accidente-.
HOMICIDIO CULPOSO
RN 2174-2017, Lima
UNDÉCIMO. Que desde el artículo 13 del Código Penal los delitos que consistan en la producción de un resultado —
resultado material ya sea de lesión o de peligro— pueden cometerse, cumpliéndose determinados elementos típicos,
objetivos y subjetivos, por omisión. Es la modalidad de omisión impropia.
Es sabido, y la sentencia recurrida los enumera, que en estos casos, en la perspectiva objetiva, han de concurrir tres
elementos, coincidentes con los delitos omisivos puros:
a) una situación típica,
b) ausencia de la acción determinada que le era exigida al agente, y
c) capacidad de realizarla. Además, han de concurrir tres requisitos específicos:
(i) la posición de garante,
(ii) la producción del resultado y
(iii) la posibilidad de evitarlo (Conforme: STSE 537/2005, de 25 de abril).
Se resalta la inacción como acto positivo, que se produce cuando el obligado estaba a actuar en defensa del bien jurídico.
El agente, por lo demás, a los efectos del denominado “juicio de identidad” —siempre de carácter normativo—, ha de tener
el dominio material y directo de la causa fundamental del resultado. En el aspecto subjetivo, el agente debe conocer las
circunstancias que generan su deber o conocimiento de la situación de hecho que genera su deber de actuar (la posición
de garante y el peligro de producción del resultado) y su propia capacidad de acción para evitar el resultado, y sin embargo
decide no actuar (STSE 459/2013, de veintiocho de mayo). El agente debe conocer que tiene el deber de intervenir en la
situación que se presenta y debe comprender al omitirlo que su intervención podría evitar el resultado de lesión o de
peligro (STSE 1697/2002, de diecinueve de octubre). El dolo, por otro lado, ha de estar definitivamente probado.
HOMICIDIO CULPOSO
RN 1208-2011, Lima
Sétimo. Al respecto, en principio corresponde reconocer que tal circunstancia significó una exposición de su propia integridad física
y concurrió a la imprudente acción del encausado, contribuyendo con el resultado dañoso verificado; sin embargo, el hecho que el
agraviado se haya encontrado en estado de ebriedad o haya infringido otras normas del Reglamento de Tránsito, por las
circunstancias establecidas en el considerando anterior no hace posible considerar que se trató de una circunstancia absolutamente
imprevisible para el encausado. Asimismo, ello tampoco implica admitir que nos encontramos frente a un caso de autopuesta en
peligro de la víctima excluyente del tipo, en tanto el autor creó un riesgo prohibido que fue el factor predominante en el atropello al
encontrarse bajo el control de la fuente de peligro. Sin embargo, no puede dejar de admitirse la concurrencia de culpas de autor y
víctima en el grave resultado dañoso. Al respecto el profesor Luis Diez Picazo señala que «en todos aquellos casos en que puede
hablarse, siguiendo la terminología de Jakobs, de competencia de la víctima se produce una causa de exclusión de la imputación
objetiva y, por consiguiente, el resultado dañoso no es imputable al sujeto sino a la víctima del daño Hay supuestos, sin embargo en
que sin concurrir la condición necesaria para poder hablar de competencia de la víctima, tanto el comportamiento de ata, como el de
la otra parte, han sido condición del daño y en ambas puede establecerse un juicio de culpabilidad. La jurisprudencia ha
entendido que en estos casos debe procederse a una graduación de las respectivas culpas, de manera que con ello se reduzca,
proporcionalmente, el deber de indemnizar…« (Luis Diez Picazo, Derecho de Danos, Ed. Civitas, Madrid, dos mil, pp. trescientos
sesenta y seis y trescientos sesenta y siete. En efecto, el descuido de ambos intervinientes contribuyó a la generación del resultado
dañoso, siendo predominante la inobservancia a una pluralidad de reglas de cuidado por parte del procesado, con lo cual se
incrementó el riesgo permitido en el tráfico rodado, siendo tal circunstancia la causa principal del impacto con el agraviado, y por
otro lado, la disminución de facultades de la víctima producto de su avanzado estado de ebriedad resulta un factor contribuyente a la
gravedad de la lesión sufrida, pues se considera que la capacidad de reacción y facultades de protección frente a la imprudencia del
conductor hubieran sido diferentes: ya sea evitables —el sonido emitido por el particular tubo de escape del vehículo hubiera
permitido la advertencia del peligro de haberse encontrado en mejores condiciones de percepción—, o, en todo caso, reducir la
gravedad de la lesión —considerando que el agraviado hubiese podido reaccionar frente al embiste y la caída, con mayor resistencia
—. Tal situación, conlleva a la disminución de la responsabilidad, la pena y la reparación civil del inculpado, sopesado con su
conducta postdelictiva como circunstancia agravante de la pena, al incidir en grado de prevención del delito. En el presente caso el
encausado fugó del lugar del atropello sin auxiliar al agraviado, intentó desaparecer las evidencias del accidente, pues el vehículo fue
encontrado en proceso de reparación en el taller de su padre y no cubrió, oportunamente, los gastos médicos.
HOMICIDIO CULPOSO
Casación 1382-2018, Pasco
Decimotercero. De otro lado, vista la afirmación de la Sala Superior al referir que en el caso de autos no se verificó
la ruptura del nexo causal, se evidencia (como se refirió ut supra) una equivocada interpretación de criterios y un
errado análisis del caso de autos, pues lo competente sobre lo ocurrido es la concausa y no la fractura causal. Al
respecto:
13.1. Para entender la fractura causal debe apreciarse que esta se origina de un conflicto entre dos conductas en
la realización de un daño cuyo resultado solo puede ser atribuible a una de ellas. En tal virtud, una de las causas
habría producido el daño concreto, mientras que la otra no, por ser esta última consecuencia de la anterior. De este
modo, la conducta que no ocasionó el daño se denomina causa inicial y la que sí lo hizo, causa ajena. En ese
sentido, los casos de fractura causal requieren que el daño sea consecuencia de la causa ajena sin vinculación
con la causa inicial. Este supuesto se encuentra regulado por el artículo 1972 del Código Civil.
13.2. Por otra parte, en la concausa el daño es una consecuencia siempre atribuida al imputado, pero que,
adicionalmente, tuvo una contribución con la conducta imprudente de la víctima. Así, en este caso, la conducta de
la víctima no exime de responsabilidad a la conducta del autor, como lo haría la fractura causal; pero sí puede ser
determinante para establecer su responsabilidad civil. Esto se encuentra regulado en el artículo 1973 del Código
Civil.
En el presente caso sí se determinó que la conducta del agraviado fue un factor contributivo para el accidente en
su perjuicio y, aunque esta no resultó una conducta ajena que desvinculase a la acción inicial del acusado, sí debió
tomarse en cuenta por los órganos de instancia al momento de establecer un adecuado monto de reparación civil.
HOMICIDIO PIADOSO

Artículo 112.- El que, por piedad, mata a un enfermo incurable que le solicita de manera
expresa y consciente para poner fin a sus intolerables dolores, será reprimido con pena
privativa de libertad no mayor de tres años.
HOMICIDIO PIADOSO
Lambert vs. Francia (TEDH: Estado debe considerar los deseos previos del paciente que está imposibilitado de expresarlos)
176. El Tribunal de Justicia observa además que el Conseil d’État, tras subrayar «la especial importancia» que el
médico debe conceder a la voluntad del paciente (véase el apartado 48 supra), trató de averiguar cuál había sido la
voluntad de Vincent Lambert. Como éste no había redactado ninguna voluntad anticipada directivas o designado a una
persona de confianza, el Conseil d’État tomó en consideración el testimonio de su esposa, Rachel Lambert. Señaló que
ella y su marido, ambos enfermeros con experiencia en pacientes en reanimación y con discapacidades múltiples,
habían hablado a menudo de sus experiencias profesionales y que, en varias ocasiones, Vincent Lambert había
expresado su deseo de no ser mantenido con vida artificialmente en un estado de gran dependencia (véase el
apartado 50 supra). El Conseil d’État constató que dichas observaciones —cuyo tenor fue confirmado por uno de los
hermanos de Vincent Lambert— habían sido relatadas por Rachel Lambert con todo detalle y con las fechas
correspondientes. También tuvo en cuenta el hecho de que varios de los otros hermanos de Vincent Lambert habían
declarado que esas observaciones eran acordes con la personalidad, la experiencia pasada y las opiniones de su
hermano, y señaló que los demandantes no alegaban que éste hubiera expresado observaciones en sentido contrario.
El Conseil d’État observó, por último, que la consulta de la familia, prescrita por la ley, había tenido lugar (ibid.).
177. Los demandantes alegaron, basándose en el artículo 8 del Convenio, que el Conseil d’État no debería haber
tomado en consideración las observaciones orales de Vincent Lambert, que consideraron demasiado generales.
178. El Tribunal recuerda, en primer lugar, que el paciente es la parte principal del proceso de toma de decisiones y que
su consentimiento debe seguir siendo el núcleo del mismo; esto es así incluso cuando el paciente no puede expresar
sus deseos. La «Guía sobre el proceso de toma de decisiones relativas al tratamiento médico en situaciones de final
de vida» del Consejo de Europa recomienda que el paciente participe en el proceso de toma de decisiones a través
de los deseos expresados previamente, que pueden haber sido confiados oralmente a un miembro de la familia o a
un amigo íntimo (véase el apartado 63 supra).
HOMICIDIO PIADOSO
Consulta 14442-2021, Lima (caso Ana Estrada)
DÉCIMO OCTAVO. […] Ante esta situación, pese a que el Estado tiene el deber constitucional de protección de la
vida de todas las personas sin excepción, se encuentren sanas o enfermas, padezcan discapacidad o
enfermedades crónicas o terminales; también, el Estado, está obligado a respetar los derechos de dignidad,
libertad, libre desarrollo de la personalidad y a morir con dignidad; en consecuencia, en el caso concreto de Ana
Estrada, que padece una enfermedad rara, incurable, progresiva y terminal, ese deber cede ante su autonomía
individual (libre desarrollo de su personalidad) de no querer sufrir una agonía dolorosa (física y emocionalmente)
y poder morir en forma digna con la ayuda del sistema sanitario y a través de un debido Protocolo, sin que el
personal de salud que intervengan puedan ser sancionados penal, civil o administrativamente por cumplir su
voluntad; y esto es así, porque la persona humana es el soporte del orden político y de la paz social y por ende,
requiere de una especial protección del ordenamiento jurídico, tendente a garantizar el respeto a su dignidad en
todas las etapas de la vida desde el inicio hasta el final.
Siendo esto así, la realización del fin perseguido, es decir, ejercer el derecho a morir con dignidad y la
inaplicación parcial del artículo 112 del Código Penal, para el caso exclusivo de Ana Estrada, por las
consideraciones expuestas, resulta proporcional al grado de afectación del derecho fundamental a la vida, pero
bajo condiciones establecidas por el propio Estado en un protocolo de actuación; en consecuencia, debe
aprobarse en parte la sentencia consultada, precisándose, que la inaplicación del acotado artículo 112 del 
Código Penal, es parcial y además, condicionada, porque únicamente eximirá de responsabilidad al médico o
equipo médico que intervenga en el procedimiento para morir con dignidad, mas no así a cualquier persona que
actúe como sujeto activo en el homicidio piadoso.
Caso Ana Estrada

La Defensoría del Pueblo, interpuso demanda de amparo contra norma legal


(inaplicación del artículo 112 del Código Penal al caso concreto), dirigiendo su acción
contra el Seguro Social de Salud (Essalud), el Ministerio de Salud (Minsa) y el
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (Minjusdh); considerando como derechos
vulnerados: el derecho a la muerte en condiciones dignas, derecho a la dignidad,
derecho al libre desarrollo de la personalidad, derecho a la vida digna y el derecho a
no ser sometido a tratos crueles e inhumanos
Caso Ana Estrada
Eutanasia

 Por el modo o forma como se realiza: activa (acción encaminada a provocar la muerte) o pasiva (omitir el
tratamiento que lleva implícito causar la muerte). Por su intención: directa (realizar un acto en que
deliberadamente se provoca la muerte) e indirecta (la muerte resulta como efecto secundario no pretendido
en sí). Por la voluntad del paciente: voluntaria (cuando él da su consentimiento) o no voluntaria (cuando no
lo da). Aunque la víctima dé su consentimiento, la eutanasia es siempre practicada por otras
personas, por lo que se considera un homicidio con características determinadas.

 En la eutanasia directa existe siempre una responsabilidad jurídica penal. En los países occidentales ésta
se considera un homicidio y no está legalizada, aunque se practique con frecuencia.

 En el suicidio asistido o con auxilio médico, el médico no mata al enfermo, sino que le facilita los
medios para que el paciente se mate. Debemos distinguir entre el auxilio médico al suicidio y el abandono
al tratamiento médico. Es decir, también está el derecho de los pacientes a rechazar todo tratamiento, pues
se puede presentar la inducción a la muerte en relación con la expectativa que el médico pueda tener y
manipular a su vez al enfermo.
Caso Ana Estrada
Derrotabilidad de las normas y test de Proporcionalidad

 Reglas y principios: Las reglas son las normas que obligan, prohíben o permiten algo en forma definitiva, por lo que su
aplicación se circunscribe al proceso de subsunción; los principios, constituyen normas que ordenan que algo sea realizado
en la mayor medida posible, en un contexto de posibilidades fácticas y jurídicas, son mandatos de optimización. Del hecho
de que en determinados casos los principios permiten que se justifique el incumplimiento de las reglas, se deduce
el principio de derrotabilidad.
 La derrotabilidad, involucra que el aplicador o interprete del derecho no utiliza una regla por ser valorativamente incorrecta,
pues el resultado de la ponderación es la derrota de la norma de mandato o regla; la cual se origina en la limitada
capacidad humana de prever todas las circunstancias relevantes y, por consiguiente, en la correspondiente
deficiencia estructural de las reglas. Además, las normas son derrotables, pues sus condiciones no son suficientes, sino
contribuyentes.
 La norma no es suficiente para dar respuestas categóricas, esta ni su interpretación prima facie bastan; y, los
principios constitucionales e infra constitucionales que avalan un dispositivo pueden estar sujetos a excepciones .
 La derrotabilidad se compone de dos ideas: “i) los conceptos jurídicos están sujetos a excepciones que no pueden ser
determinadas ex ante a la aplicación al caso; y ii) el uso de los conceptos jurídicos está condicionado por la
estructura de la toma de decisiones jurídicas”. Así, la derrotabilidad se deriva de la imposibilidad de comprender todas
las condiciones necesarias, existen posibilidades no determinadas donde el enunciado jurídico se satisface, pero no se le
aplican las consecuencias jurídicas.
Caso Ana Estrada
 En principio en el presente casto tenemos una regla que sanciona una conducta, el cual se
encuentra tipificado en el artículo 112 del Código Penal, y prescribe “El que, por piedad, mata a
un enfermo incurable que le solicita de manera expresa y consciente para poner fin a sus
intolerables dolores, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de tres años”.

 La aplicación de este dispositivo, que constituye una regla, deberá ser examinado en el
contexto de la demanda o de la situación concreta de la demandante, el mismo que
preliminarmente conformaría una excepción al dispositivo, o de manera más concreta, una
condición negativa que deviene en la inaplicación de la regla.

 Esto es, la condición positiva seria la norma sancionada en el referido artículo, la condición
negativa, la excepción circunscrita a las condiciones concretas expuestas por al demandante Ana
Estrada. Validada la condición negativa o no, nos traerá como lógica consecuencia la exclusión o
no de las propiedades de las condiciones positivas, esto es la aplicación o no al caso concreto de
la regla; es decir, se procedería con la derrota, si el hecho probado así lo justifica.
Caso Ana Estrada
 Ahora, la derrota de una regla devendría de un procedimiento de ponderación entre valores adscritos a la norma en cuestión y la excepción planteada por la
demanda. Al respecto, este procedimiento correspondiente a un test de proporcionalidad ha sido expresada de la siguiente forma:

 De ahí, no resulta complejo identificar que el bien jurídico en juego en este dispositivo, es el de la protección de la vida humana como principio sustantivo y en
consecuencia también la reserva de ley para el establecimiento de la política criminal como principio institucional. En el mismo sentido, las circunstancias
concretas de Ana Estrada nos permiten inferir, frente a la regla, una excepción que contrasta con el respeto de su dignidad y libertad. En tanto es su deseo
contar con las posibilidades legales de morir en cuanto lo decida, con la finalidad de poner fin a los dolores que le afligen producto de su enfermedad irreversible,
siempre en un contexto médico. En consecuencia, debemos proceder con la ponderación de la regla y la excepción, condensados en principios básicos como es
el de la vida humana y la reserva de ley, frente a la dignidad y libertad de la demandante. La ponderación conforma una estructura por medio de la cual no se
establece una relación absoluta, sino una relación de precedencia condicionada entre los principios en juego, a la luz de las circunstancias del caso concreto
(Robert Alexy).

 Cabe efectuar una breve referencia a los subprincipios de idoneidad y necesidad. Esto, pues desde un análisis de medio a fin, la protección de la vida mediante
la sanción de la conducta a través del sistema punitivo evidentemente devendría en la materialidad de los fines preventivos generales y especiales de la norma,
en el sentido de evitar la muerte por acción humana, ergo, la materialidad del ius puniendi del estado. Igualmente, dicha medida es la única que puede brindar la
protección integra de la vida, con un alto grado de realización de la norma prohibitiva, pues protege la vida conminándola con una pena; en términos objetivos, no
existen otros mecanismos con ese grado de fiabilidad que puedan brindar los mismos resultados, sin que presenten un mayor grado de afectación de los
derechos fundamentales.

 En cuanto al ámbito del principio de proporcionalidad en sentido estricto, consideramos que en esta es donde se deber centrar el debate y si correspondiera,
proceder con la derrota de la regla. Así, en cuanto al principio de proporcionalidad en sentido estricto, como optimización relativa a las posibilidades jurídicas, el
caso debe ser sometida a la formula del peso. El cual se desarrolla en 3 pasos, según Robert Alexy (La fórmula del peso, Robert Alexy, p. 13/40), los cuales son:
definir el grado de la no satisfacción o afectación de los principios; definir la importancia de la satisfacción del principio que juega en sentido contrario; y, definir si
la importancia de la satisfacción del principio contrario justifica la restricción o la no satisfacción del otro.
Instigación o ayuda al suicidio

Artículo 113. El que instiga a otro al suicidio o lo ayuda a cometerlo, será reprimido, si el
suicidio se ha consumado o intentado, con pena privativa de libertad no menor de uno ni
mayor de cuatro años.
La pena será no menor de dos ni mayor de cinco años, si el agente actuó por un móvil egoísta.
Instigación o ayuda al suicidio
RN 4158-2011, Junín
4.1. Que, de la revisión de los autos fluye que el Tribunal de Instancia luego de haber seguido el
trámite previsto en el artículo doscientos ochenta y cinco – A del Código de Procedimientos Penales,
modificado por el Decreto Legislativo número novecientos cincuenta y nueve, desvinculándose de la
acusación fiscal en relación al delito de parricidio, en agravio de Rosalía Corichahua Noa, condenó al
encausado Edson Jesús Pérez Romaní por el delito de ayuda al suicidio, previsto en el artículo ciento
trece del Código Penal; que, en efecto, tal calificación jurídica resulta arreglada a ley, en tanto, ayudar
al suicidio es prestar cualquier tipo de colaboración material a un sujeto para que se quite la vida, sin
que los actos de cooperación estén constituidos por acciones lesivas directas sobre su cuerpo —la
acción de ayudar debe ser dolosa, pues quien ayuda debe saber que el otro quiere suicidarse e
igualmente proveerle los medios—. Es importante diferenciar la hipótesis de la ayuda con la de la
instigación, pues mientras que en la instigación el sujeto determina o refuerza la resolución del
suicida, en la ayuda la determinación ya ha sido tomada por el sujeto, por lo que el autor de dicho
ilícito penal sólo facilita los medios realizando actos de cooperación, así la ayuda al suicida
consiste en prestar de modo intencional la colaboración material o auxilio para que otro se suicide,
es decir que coopera —sin haber tomado parte en la decisión suicida— para que la resolución se
lleve a cabo —quién ayuda no debe tomar participación directa sobre el cuerpo de la víctima o del
acto en sí, pues si fuere así ya estaríamos vislumbrando la figura del homicidio—.
CAPITULO  II: ABORTO

 El grupo de delitos sobre el aborto está regulado en el capítulo II, del título I, del libro segundo, entre los
artículos 114 al 119 del Código Penal. En estas se pueden identificar tres modalidades: 1) El aborto
practicado por la mujer gestante; 2) Tres supuestos de aborto practicado por terceros; y, 3) Un caso de
aborto especial, denominada “aborto preterintencional”.

 Para identificar su bien jurídico, debemos remitirnos a la Constitución, que en su artículo 2 inciso 1
establece: “El concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorezca”. Como efecto inmediato,
se colige que el bien jurídico protegido o que se pretende proteger, es la vida humana en formación o, la
vida humana dependiente, la que comienza con la anidación del óvulo fecundado en el útero. Esto, está
zanjado por la CIDH en la sentencia del Caso Artavia Murillo y otros vs. Costa Rica, donde precisa:
la “concepción” tiene lugar desde el momento en que el embrión se implanta en el útero, razón
por la cual antes de este evento no habría lugar a la aplicación del artículo 4 de la Convención.

 Entonces, el límite del objeto material del aborto está dado por el momento histórico de la anidación,
antes del cual no puede hablarse propiamente de la vida en formación. El comienzo del proceso
fisiológico de la gestación tan solo se produce tras la anidación del óvulo fecundado en el útero. En tanto
no se produzca la fijación del huevo fecundado en la matriz, no existe aborto.
Actuación policial y exención de responsabilidad
penal
Inimputabilidad
Artículo 20.- Está exento de responsabilidad penal:
8. El que obra por disposición de la ley, en cumplimiento de un deber o en el ejercicio legítimo de un
derecho, oficio o cargo;(*)
(*) De conformidad con el Artículo 4 de la Ley N° 27936, publicada el 12 febrero 2003, lo dispuesto en los
Artículos 2 (Evaluación de la legítima defensa) y 3 (Medida cautelar) de la citada Ley, se aplicará para el
presente inciso, dentro de lo que corresponda a este supuesto.
" 11. El personal de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, que en el cumplimiento de su deber y en uso
de sus armas en forma reglamentaria, cause lesiones o muerte.” (1)(2)
(1) Numeral 11) adicionado por el Artículo 1 de la Decreto Legislativo N° 982, publicado el 22 julio 2007.
(2) Inciso 11) modificado por el Artículo Único de la Ley N° 30151, publicada el 13 enero 2014, cuyo texto es el
siguiente:
11. El personal de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional del Perú que, en el cumplimiento de su deber y
en uso de sus armas u otro medio de defensa, cause lesiones o muerte.” (*)
(*) Numeral 11) modificado por el Artículo 5 de la Ley N° 31012, publicada el 28 marzo 2020, cuyo texto es el
siguiente:
11.El personal de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional del Perú que, en el cumplimiento de su
función constitucional y en uso de sus armas u otro medio de defensa, en forma reglamentaria. cause
lesiones o muerte.
Actuación policial y exención de responsabilidad
penal

Acuerdo Plenario 5-2019/CJ-116]


55°. No existe en el ámbito de la democracia la denominada “ley de fuga” como mecanismo
permisivo para disparar arma de fuego o atacar con arma letal al intervenido que huye sin
que éste pusiera en riesgo inmediato, efectivo y grave bienes jurídicos de primer orden
para el que interviene o para terceros (de lo contrario puede convertirse en mecanismo
encubridor de ejecuciones extrajudiciales y deslegitimador de la función policial). […]
56°. Respecto a la cambio de la fórmula normativa “en cumplimiento de su deber y en uso de
sus armas en forma reglamentaria” sustituida por la frase “en cumplimiento de su deber y en
uso de sus armas u otro medio de defensa”, resulta importante que todos los agentes
encargados de hacer cumplir la ley tengan en claro los límites de término “uso de sus
armas” y de la referencia “otros medios de defensa”, dado que las disposiciones locales y los
cambios normativos internos están subordinados al alcance de los compromisos
internacionales que protegen derechos fundamentales, teniendo en cuenta que además de
generar en algunos casos daños irremediables y graves responsabilidades personales
pueden derivar en pesadas cargas estatales en el ámbito ético y reparatorio.
Actuación policial y exención de responsabilidad
penal

Acuerdo Plenario 5-2019/CJ-116


52°. La eximente de obrar en cumplimiento de un deber no comprende los tratos
inhumanos o degradantes, prohibidos en la Constitución Política e internacionalmente,
pues suponen un atentado grave contra la dignidad de la persona, por lo que para
apreciarse esta causa de justificación el agente además debe actuar con el ánimo o
voluntad de cumplir con su deber. Para que sea de aplicación la eximente referida “es
preciso que la violencia sea la menor posible para la finalidad pretendida, esto es, por
un lado, que se utilice el medio menos peligroso, y por otro lado, que ese medio se use
del modo menos lesivo posible”.

Uso de la fuerza policial y exención de la responsabilidad penal


 https://www.youtube.com/watch?v=KqeJfIPa9b8
GRACIAS
DELITOS CONTRA EL
PATRIMONIO
HURTO – HURTO AGRAVADO – ROBO – ROBO AGRAVADO.

MG. MICHEL ERICK PEÑA VALVERDE.


ITER CRIMINIS
FASE INTERNA
Ideación Deliberación (autocrítica en el Resolución (determinación
(surge la idea) fuero interno) mental)
NO PUNIBLE

FASE EXTERNA

Actos preparatorios Ejecución Consumación Agotamiento


(disposición de los (Desvalor de
medios) acción y
Inacabada Acabada resultado)

Punible Punible
excepcionalmente
TIPICIDAD

La tipicidad: Categoría donde se analiza la conducta desplegada por el agente y su


subsunción en el tipo penal (juicio de tipicidad). STC Expediente 00031-2009-PHC/TC,
define al juicio de tipicidad como:
11. (…) la valoración que se hace con miras a determinar si la conducta objeto de examen
coincide o no con la descripción típica contenida en la ley. Es una operación mental (proceso de
adecuación valorativa conducta – tipo) llevada a cabo por el interprete (juez) mediante la cual se
constata o verifica la concordancia entre el comportamiento estudiado y la descripción típica
consignada en el texto legal. La norma típica debe ser vigente, valida formal y materialmente. 
En la teoría del delito, la tipicidad presenta diversos componentes los que se agrupan en dos
partes: el tipo objetivo y el tipo subjetivo.
ELEMENTOS DEL TIPO PENAL

1. El tipo objetivo
a) Sujetos
Sujeto activo: Realiza la conducta, según la relevancia será autor o partícipe. Identificado con artículos gramaticales (“el”, “los”, “la”) si es
común; si ostente una característica se menciona (parricidio) o la situación jurídica especial (cónyuge en la bigamia).
Sujeto pasivo: Titular individual o colectivo del bien jurídico lesionado o puesto en peligro. Persona natural (delitos contra la vida) incluido el
feto (aborto), jurídica (delitos societarios), y Estado (delitos contra la administración pública). Lo será también la víctima, la persona sobre el que
recae la acción.
b) Acción y omisión: El principal elemento objetivo es la conducta (verbo rector).
Acción.- Causalisrno, todo movimiento externo que lleve consigo algún cambio en el mundo exterior, dejando de lado la valoración subjetiva
(dolo o culpa) a nivel de tipicidad para analizarla a nivel de culpabilidad; tiene problema para explicar la omisión. Finalismo, plantea que todo
comportamiento humano tiene una finalidad, un concepto de acción basada en la dirección del comportamiento a un fin; tiene un criterio unitario
de acción, objetivo y subjetivo, que se analizan en la tipicidad.
Omisión.- Dejar de hacer algo que el tipo establece. Propia e Impropia (equipara una omisión a una acción, ejemplo, el enfermero que omite darle
la medicina a un paciente crítico), para su análisis se debe manejar los conceptos del deber de garante (el sujeto activo está obligado a actuar).
Si el delito exige la realización, sin más, de la acción, es delito de mera actividad (tenencia ilegal de armas); si se exige la producción
de un resultado, es delito de resultado (homicidio).
ELEMENTOS DEL TIPO PENAL

c) Relación de causalidad.-
La equivalencia de condiciones (conditio sine qtta non), señala que es causa toda condición de un resultado concreto que suprimida
mentalmente daría lugar a que ese resultado no se produjese (podría dar una regresión hasta el infinito en la relación causal).
La adecuación señala que es causa sólo aquella que es adecuada para producir un resultado cuando una persona normal colocada en la
misma situación hubiese podido prever que en tal circunstancia el resultado se produciría inevitablemente.
La relación causal debe complementarse con la imputación objetiva, que determina que es imputable la conducta que suponga la
creación de un riesgo no permitido o el aumento de un riesgo más allá de los límites, y el resultado debe darse en el ámbito de
protección de la norma.
d) El objeto del delito.-
Objeto material: Persona o cosa sobre la que se despliega la conducta típica. Así, en las lesiones, el objeto material es también el
sujeto pasivo. Pero puede ser distinto a la entidad corpórea del sujeto pasivo, por ejemplo, en el delito de hurto, el comportamiento
recae sobre un objeto.
Objeto jurídico: Es el bien jurídico. No coincide con el objeto material y las mutaciones o alteraciones que pueda sufrir serán
relevantes solo si son consecuencia de la afectación al bien jurídico. Ejemplo, el patrimonio del propietario disminuye en la misma
cantidad si su vehículo es robado o lo regala, pero solo en el primer caso se afecta el bien jurídico penal.
ELEMENTOS DEL TIPO PENAL

e) Elementos descriptivos y normativos.-


Elementos descriptivos:
Aquellas construcciones del lenguaje, incluidas en una definición típica, que cualquiera puede conocer y apreciar
en su significado, sin mayor esfuerzo ("daños", "lesiones", "muerte" etc.), pudiendo ser percibidos por los
sentidos. Son conceptos susceptibles de una constatación fáctica. El autor puede conocer y comprender
predominantemente a través de sus sentidos; puede verlos, tocarlos, oírlos, etc. (bien mueble en el caso del delito
de hurto).
Elementos normativos:
Implican siempre una valoración, y por ende, un cierto grado de subjetivismo ("documento", "honor", "buenas
costumbres", etc.); o bien se trata de remisiones directas a otros órdenes valorativos, que obligan al juzgador a
realizar o a aceptar un juicio sobre un comportamiento. No se trata de una valoración personal, sino que está
subordinada a normas judiciales, sociales y criterios ético-jurídicos de comportamiento socialmente reconocido y
conocido por su carácter público y notorio. En algunos casos se refiere a una comprensión del sentido técnico del
concepto, comparado con el vocablo utilizado de manera corriente en el lenguaje popular.
ELEMENTOS DEL TIPO PENAL

1. El tipo subjetivo
Dolo (acción dirigida por el autor a la producción del resultado) o culpa (acción que no se dirige al resultado).
a) El dolo.- Es la conciencia (de acción u omisión) y voluntad (querer) de realizar el tipo objetivo. Incluye a los
elementos normativos y descriptivos. El desvalor de la acción puede que no se agote con el dolo, sino que a
veces se requiere que se presenten los elementos subjetivos del tipo, por ejemplo, el ánimo de lucro en los delitos
patrimoniales.
i) Directo: La acción típica realizada por el individuo es la que él persigue.
ii) De segundo grado o de consecuencias necesarias: El resultado es consecuencia necesaria de los medios elegidos,
cuando el sujeto activo sabe que para realizar un hecho necesariamente tiene que producir una consecuencia que se
encuentra ligada al resultado. Ejemplo, matar a Manuel, incendiando el tren donde se traslada con otros.
iii) Eventual: El agente no quiere producir un resultado, pero considera que ese resultado es de probable producción. Se
representarse el resultado (teoría la representación), y tiene que darse su voluntad (teoría de la voluntad). Ejemplo,
amordazar a un vigilante para robar, representándose que puede morir asfixiado.
ELEMENTOS DEL TIPO PENAL

b) La culpa.- Sistema de números clausus, el agente de infracción culposa es punible en los casos expresamente
establecidos por la ley. Criterios:
i) Deber objetivo de cuidado: El cuidado es normativo o valorativo, se ve si se fue en contra de las reglas de cuidado normal exigible
a una persona en esa situación.
ii) Previsibilidad: Si con la acción realizada era previsible que se ocasionara el resultado. Es esencial que se haya producido un
resultado: no hay tentativa culposa.
iii) El resultado.- Debe haber una relación de causalidad con la acción. No se prevé el resultado (culpa inconsciente o sin
representación); y se prevé el resultado como posible (culpa consciente o con representación) pero el agente considera que puede
evitarlo..
iv) Parte subjetiva.- En ciertos casos se debe ver si el agente tiene un conocimiento especial, es el caso del médico que somete a un
paciente a una operación; pero, se debe ver si el médico actuó cumpliendo las reglas de conducta que se le impone.
c) Elementos subjetivos adicionales: En algunos casos al dolo se le suman otros elementos subjetivos: i) tendencia
interna intensificada, cuando el agente alcanza la finalidad de su delito, el ánimo lúbrico en los delitos contra la libertad e
indemnidad sexual, que distingue la conducta de otras que, aun revistiendo la formalidad externa de intromisión, no atentan
contra ésta, por ejemplo, si se trata de una exploración médica; y ii) tendencia interna trascendente, buscan una finalidad
que se logra más allá de la conducta delictiva, de ahí la expresión “trascendente”, el ánimo de lucro en el hurto.
ELEMENTOS DEL TIPO PENAL

d) El error de tipo: Se desconoce alguno de los elementos que constituyen el tipo objetivo.
ESENCIAL (excluye el dolo respecto del objeto al que se afecta) y NO ESENCIAL (es irrelevante: error in persona o el
objeto, aberractio ictus, error sobre las circunstancias que modifican la pena).
El error esencial se subdivide en vencible (puede ser eliminado mediante el recurso al esfuerzo de conciencia
exigible), e invencible (que no puede ser eliminado con dicho esfuerzo de conciencia).
Si el error es vencible desaparecería el dolo, pero se sancionaría por culpa. Ejemplo, Miguel que estaba de caza en un
lugar permitido, dispara sobre Juan que estaba vestido como un oso. Por las circunstancias surge un error de tipo
invencible porque en ningún momento Miguel pudo imaginarse que Juan no era un oso. Pero, si la acción se hubiese
producido en un lugar donde no se practica la caza; y se trata de lugar de esparcimiento familiar, Miguel responderá por
homicidio culposo, pues se ha presentado un error vencible, de haber actuado con diligencia no habría matado a Juan.
El error de tipo también alcanza a las circunstancias que modifican la pena, como es el error sobre las agravantes; es el
error invencible sobre un elemento que agrava la pena excluye la agravación; por ejemplo, si el agente comete un delito
de violación contra un descendiente menor de catorce años ignorando dicha condición, no podemos aplicar la agravante
porque no existe dolo con respecto de esa circunstancia.
Sistema de clasificación:

 DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO:


9 modalidades delictivas (art. 185 al 208), 1 excusa absolutoria (art. 208).
 Interdependencia funcional (Derecho civil o comercial).
 Criterios de clasificación .
 Objeto sobre el cual recae la acción: bienes muebles (robo), bienes inmuebles (usurpación), patrimonio en
sentido de universalidad jurídica de bienes (fraude en la administración de personas jurídicas).
 Naturaleza del medio empleado en la ejecución: violencia (extorsión), abuso de confianza (apropiación
ilícita), destreza y sustracción (hurto), y medios fraudulentos (estafa).
 Efectos del delito en el patrimonio: enriquecimiento (apropiación ilícita), menoscabo (daños); ruptura de
posesión y constitución de una nueva posesión (hurto); y dificultan el ejercicio del derecho de propiedad
(hurto de uso).
 Doloso. De resultado, posible la tentativa.
Sistema de clasificación:

 Bien jurídico: El patrimonio (flexible, medible, mutable y transferible): Concepción jurídica: Derechos
patrimoniales reconocidos en el ordenamiento jurídico, irrelevante su valor económico. Concepción
económica: Bienes con valor económico, irrelevante su reconocimiento jurídico. Concepción jurídico-
económica: Bienes con valor que una persona puede disponer bajo el amparo del orden jurídico.
 Posición ecléctica (económico-jurídico), relevante en el derecho penal. De ahí que la relación de poder
existe sin importar la causa jurídica (lícita o ilícita). Lo decisivo es que la cosa no pertenezca al agente,
que su propietario no la haya abandonado ni perdido.
 Bien sin valor económico. Cadáver, fuera de comercio, conforme al artículo 116 de la Ley general de salud
(Ley N.º 26842).
 El cadáver es un objeto especial en cuanto carece de significado económico-patrimonial, no es un bien y, por tanto,
no cae en ninguna de las categorías en que se clasifican los bienes.
 Delito de intermediación onerosa de órganos y tejidos (Contra la Tranquilidad Pública), artículo 318-A del
CP, sanciona a quien “por lucro y sin observar la ley de la materia, compra, vende, importa, exporta,
almacena o transporta órganos o tejidos humanos de personas vivas o de cadáveres”.
Faltas contra el patrimonio:

 Sistemas de clasificación de las infracciones punibles.


 Tripartita: Crímenes, infracciones que lesionan derechos naturales como vida y libertad; delitos, protegen los derechos
originados en el contrato social, propiedad; y, contravenciones, suponen infracciones a las disposiciones y reglamentos de
policía.
 Bipartita: Delito, lesión efectiva o potencial, dolosa o culposa de bienes jurídicos; y contravenciones, contienen un cierto
peligro, tienen naturaleza preventiva.
 Diferencia entre delito y contravención (o falta):
 Objetivo: Delito agravia bienes jurídicos elementales y primarios (vida, libertad, honor, integridad), y contravenciones
afectan bienes jurídicos secundarios (tranquilidad, decoro, sensibilidad moral).
 Subjetiva: Delito es toda acción típica en la que el sujeto actúa con voluntad, y falta basta la sola existencia del hecho
material para que éste sea imputable al sujeto.
 El legislador adopta la postura bipartita, las diferencias se fundan en un criterio cuantitativo, la gravedad de la
infracción y de la pena son los distintivos. Así, falta es toda acción que, sin revestir la gravedad que se exige a
los delitos, importa una alteración del orden público, la moralidad, las buenas costumbres o un atentado a la
seguridad.
Faltas contra el patrimonio

Libro Tercero: Faltas. Título III: Fatas contra el patrimonio. Artículos 444-448.
 Artículo 444. Hurto simple y daño
El que realiza cualquiera de las conductas previstas en los artículos 185 y 205, cuando la acción recae sobre un bien
cuyo valor no sobrepase el diez por ciento de una unidad impositiva tributaria (UIT), será reprimido con
prestación de servicios comunitarios de cuarenta a ciento veinte jornadas o con sesenta a ciento ochenta días multa, sin
perjuicio de la obligación de restituir el bien sustraído o dañado.
La misma pena se impone si el agente realiza la conducta prevista en el primer párrafo del artículo 189-A, cuando la
acción recae sobre ganado cuyo valor no sobrepasa el diez por ciento de una unidad impositiva tributaria (UIT).
Artículo modificado por el Artículo Único de la Ley Nº 31787, publicada el 14 junio 2023, cuyo texto es el
siguiente:
 Artículo 444-A.- Protección de señales satelitales encriptadas
El que reciba una señal de satélite portadora de un programa originariamente codificada, a sabiendas que fue
decodificada sin la autorización del distribuidor legal de la señal, será reprimido con cuarenta a ochenta jornadas de
prestación de servicios a la comunidad o de diez a sesenta días-multa.
Hurto:

Artículo 185°.- Hurto


El que, para obtener provecho, se apodera ilegítimamente de un bien mueble, total o
parcialmente ajeno, sustrayéndolo del lugar donde se encuentra, será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres años. Se equiparan a bien mueble a
energía eléctrica, el gas, el agua y cualquier otra energía o elemento que tenga valor
económico, así como el espectro electromagnético y también los recursos pesqueros objeto de
un mecanismo de asignación de Límites Máximos de Captura por Embarcación.

Sujeto activo: Cualquier persona.


Sujeto activo: El propietario y/o poseedor.
Bien jurídico: El Patrimonio.
Hurto:

Tipicidad objetiva:
 Sustracción; apoderamiento; provecho patrimonial; ajenidad del bien. Dos fases: sustracción y,
apoderamiento. Teorías tradicionales (amotio, illatio, ablatio, contractatio) para determinar cuando el
ladrón tiene el poder de realizar actos dispositivos.
 Objeto: Recae sobre bienes muebles, total o parcialmente ajenos (condominio indiviso o copropiedad).
 Bienes semovientes o ganado, “delito de abigeato” (art. 189A).
 Bienes de propiedad del agente, en legítima posesión o custodia de tercero, “sustracción de cosa propia” (art. 191).
 El art. 187 CP regula un delito especial donde no hay apoderamiento pese a que hay sustracción y aprovechamiento.
Hurto de uso, el autor entra en posesión ilegal del bien para servirse de él momentáneamente, pero con la finalidad
de restituir luego el bien. Debe concurrir: animus de obtener un provecho económico indebido; e intención de
devolver o regresar el bien (animus reddendi).
Tipicidad subjetiva:
 Dolo y una finalidad de eficacia lucrativa, «obtener provecho».
Robo

Artículo 188°.- Robo.


El que se apodera ilegítimamente de un bien mueble total o parcialmente ajeno, para
aprovecharse de él, sustrayéndolo del lugar en que se encuentra, empleando violencia contra
la persona o amenazándola con un peligro inminente para su vida o integridad física será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de ocho años.

Sujeto activo: Cualquier persona.


Sujeto activo: El propietario yo poseedor.
Bien jurídico: El Patrimonio.
Robo

Tipicidad objetiva:
 Sustracción; apoderamiento; disponibilidad; ilegitimidad; bien total o parcialmente ajeno;
violencia (vis absoluta o corporalis, contra las personas) o amenaza (vis compulsiva, de
peligro inminente).
 Delito de apoderamiento mediante sustracción al igual que el hurto; con empleo de
violencia y/o grave amenaza, para anular la voluntad de defensa de las personas y obtener
la sustracción/apoderamiento.
 Objeto: Recae sobre bienes muebles.
Tipicidad subjetiva:
 Dolo. Además, es necesario un elemento subjetivo adicional, como es el ánimo de lucro,
esto es, que el agente actúa movido por la intención de sacar provecho del bien sustraído.
Circunstancias agravantes específicas.

 El hurto regula un total de 17 supuestos de agravación y el robo 13. Se sustenta en el


mayor desvalor de la conducta, por ello una mayor intensidad del reproche.
 Tres estándares. Las del segundo y tercer nivel merecen penas más graves que las
consideradas para las agravantes de primer nivel. Las del tercer nivel del robo, establece la
cadena perpetua.
 Indicadores: i) Lugar de comisión (inmueble habitado, terminal terrestre); ii) Modo de
ejecución (escalamiento, fingiendo ser autoridad); iii) Ocasión de comisión del delito (la
noche, o incendio); iv) Pluralidad de agentes (concurso de dos o más personas); v)
Utilización de medios específicos (materiales explosivos, a mano armada); vi)
Características del sujeto activo (integrante de una organización criminal); vii)
Características personales de la víctima (menores de edad, personas con discapacidad);
y viii) Producción de resultados graves (lesiones graves o muerte).
Hurto agravado
Artículo 186. El agente será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años si el hurto es cometido:
1. Durante la noche.
2. Mediante destreza, escalamiento, destrucción o rotura de obstáculos.
3. Con ocasión de incendio, inundación, naufragio, calamidad pública o desgracia particular del agraviado.
4. Sobre los bienes muebles que forman el equipaje del viajero.
5. Mediante el concurso de dos o más personas.
La pena será no menor de cuatro ni mayor de ocho años si el hurto es cometido:
1. En inmueble habitado.
2. Por un agente que actúa en calidad de integrante de una organización destinada a perpetrar estos delitos.
3. Sobre bienes de valor científico o que integren el patrimonio cultural de la Nación.
4. Mediante la utilización de sistemas de transferencia electrónica de fondos, de la telemática en general o la violación del empleo de claves
secretas. Derogado
5. Colocando a la víctima o a su familia en grave situación económica.
6. Con empleo de materiales o artefactos explosivos para la destrucción o rotura de obstáculos.
7. Utilizando el espectro radioeléctrico para la transmisión de señales de telecomunicación ilegales.
8. Sobre bien que constituya único medio de subsistencia o herramienta de trabajo de la víctima.
9. Sobre vehículo automotor, sus autopartes o accesorios.
10. Sobre bienes que forman parte de la infraestructura o instalaciones de transportes de uso público, de sus equipos o elementos de
seguridad, o de prestación de servicios públicos de saneamiento, electricidad o telecomunicaciones."
11. En agravio de menores de edad, personas con discapacidad, mujeres en estado de gravidez o adulto mayor.
12. Sobre bienes que forman parte de la infraestructura o instalaciones públicas o privadas para la exploración, explotación, procesamiento,
refinación, almacenamiento, transporte, distribución, comercialización o abastecimiento de gas, de hidrocarburos o de sus productos
derivados, conforme a la legislación de la materia.
La pena será no menor de ocho ni mayor de quince años cuando el agente actúa en calidad de jefe, cabecilla o dirigente de una
organización criminal destinada a perpetrar estos delitos.
Robo agravado:
Artículo 189. La pena será no menor de doce ni mayor de veinte años si el robo es cometido:
1. En inmueble habitado.
2. Durante la noche o en lugar desolado.
3. A mano armada.
4. Con el concurso de dos o más personas.
5. En cualquier medio de locomoción de transporte público o privado de pasajeros o de carga, terminales terrestres,
ferroviarios, lacustres y fluviales, puertos, aeropuertos, restaurantes y afines, establecimientos de hospedaje y lugares
de alojamiento, áreas naturales protegidas, fuentes de agua minero-medicinales con fines turísticos, bienes inmuebles
integrantes del patrimonio cultural de la Nación y museos.
6. Fingiendo ser autoridad o servidor público o trabajador del sector privado o mostrando mandamiento falso de
autoridad.
7. En agravio de menores de edad, personas con discapacidad, mujeres en estado de gravidez o adulto mayor.
8. Sobre vehículo automotor, sus autopartes o accesorios.
La pena será no menor de veinte ni mayor de treinta años si el robo es cometido:
1. Cuando se cause lesiones a la integridad física o mental de la víctima.
2. Con abuso de la incapacidad física o mental de la víctima o mediante el empleo de drogas, insumos químicos o
fármacos contra la víctima.
3. Colocando a la víctima o a su familia en grave situación económica.
4. Sobre bienes de valor científico o que integren el patrimonio cultural de la Nación.
La pena será de cadena perpetua cuando el agente actúe en calidad de integrante de una organización
criminal, o si, como consecuencia del hecho, se produce la muerte de la víctima o se le causa lesiones graves a
su integridad física o mental.
JURISPRUDENCIA

 RN 3936-2013, ICA.
2.3. La denominación expresa del tipo “durante la noche” debe entenderse desde la perspectiva
cronológica-astronómica, y no teleológico-funcional. Por ello, la noche se define como aquel
periodo durante el que una parte del globo terrestre deja de recibir luz solar, por ende, permanece
en oscuridad.
2.4. Al haberse perpetrado el ilícito aproximadamente a las dieciocho horas, que se produjo al final del
segundo periodo del día, es decir, la tarde; cuando el sol se oculta, pero aún permanece, por lo que debe
considerarse que no se instaló la noche y al no haber oscuridad por ausencia total del sol, la agravante no
se configuró. Por ello, el agravio esgrimido en este caso es razonable.
 Recurso de Nulidad N.° 2015-2011, Lima.
La agravante durante la noche debe ser entendida en su sentido funcional: la oscuridad producto de la
noche debe contribuir —ser un medio facilitador— a la comisión del delito realizado por el agente;
circunstancia que no se verifica en el presente caso, por lo que no merece aplicarse al encausado.
JURISPRUDENCIA

 CASACIÓN 234-2017/LA LIBERTAD.


Es de acotar que el espectro electromagnético es un bien mueble incorporal debidamente definido
por la Ley de Telecomunicaciones. Se entiende como “aquel campo de energía natural formado
por la ionósfera, a través del cual se desplazan y distribuyen las diversas ondas radioeléctricas
lanzadas desde la tierra por estaciones emisoras para efectos de las telecomunicaciones a
mediana y gran escala” [SALINAS SICCHA, RAMIRO: Delitos contra el patrimonio, Ediciones
Instituto Pacífico, Lima, 2015, p. 85]. El que ilegalmente cuenta con los equipos correspondientes y los
utiliza para captar las ondas radioeléctricas al margen de la autorización administrativa, lo que está
haciendo es usar el espectro electromagnético para la transmisión de telecomunicaciones clandestinas.
El artículo 185 del Código Penal, última oración, para efectos penales, equipara la noción “bien
mueble”, entre otros, al espectro electromagnético, el cual a su vez tiene valor económico y es
susceptible de uso ilegal por el sujeto activo del delito de hurto con agravantes –se afecta, con esta
conducta, la banda de navegación aeronáutica y servicios de telecomunicaciones autorizadas, con el
consiguiente daño para la colectividad–.
JURISPRUDENCIA

 RN 1915-2017, LIMA SUR.


2.5. La amenaza como medio facilitador del apoderamiento ilegitimo consiste en el anuncio de un mal
o perjuicio inminente para la vida o la integridad física, cuya finalidad es intimidar a la víctima para
que, de ese modo, no ponga resistencia a la sustracción de los bienes objeto del robo. La doctrina ha
sido uniforme en precisar que no es necesario que la amenaza sea invencible, sino meramente
idónea o eficaz para lograr el objeto que persigue el sujeto activo; además, que la amenaza
requiere de la siguiente condición: la víctima debe creer que existe la firme posibilidad de que se
haga efectivo el mal con el que se le amenaza.
En consecuencia, el elemento diferenciador esencial entre tales delitos es la violencia contra la
persona o la amenaza a un peligro inminente en la víctima para su vida e integridad física (aspectos
que no se encuentran en el delito de hurto agravado, puesto que únicamente admite la violencia sobre
las cosas).
JURISPRUDENCIA

 RN 2086-2016, LIMA SUR.


QUINTO: Ahora bien, situado en la primera pretensión del procesado impugnante, el SUJETO PASIVO, es el titular
del bien jurídico protegido. La víctima, de otro lado, es la persona sobre el que recae la acción del agente. En
algunos casos sujeto pasivo y víctima coincidirían, pero en otros no. Un ejemplo de no coincidencia es el robo a mano
armada de un Banco, cuando se amenaza al cajero o se lo golpea para que abra la bóveda y el delincuente pueda
apoderarse del dinero. La víctima sería el cajero y el Banco el sujeto pasivo. En el caso de autos, el presunto
agraviado Raciel Emilio Veliz Jarufe no fue víctima ni era sujeto pasivo del presunto robo. En efecto, dicho agraviado
no estaba en poder del vehículo que se quería sustraer, menos era su propietario; sino más bien fue un testigo
presencial del hecho punible, al observar que el acusado SALVATIERRA TOVAR pretendía apoderarse del vehículo
materia de autos. En realidad, el propietario de dicha unidad móvil era el agraviado Iván Mario Ataulluco Paredes,
conforme se aprecia de la Boleta Informativa de SUNARP, obrante a folios ciento veinte, quien no estaba a bordo de su
vehículo ni presente en el lugar de los hechos. Por lo expuesto, queda claro que la persona de Raciel Emilio Veliz
Jarufe, no tiene la condición de agraviado del delito de robo agravado. Si bien es cierto, este último fue agredido
por el referido acusado, cuando fue sorprendido tratando de apoderarse del vehículo en mención, también es
cierto que el Ministerio Público no ha postulado ningún delito contra el cuerpo y la salud. En consecuencia, debe
absolverse al procesado SALVATIERRA TOVAR, de la acusación fiscal por el delito de Robo agravado en agravio del
mencionado Veliz Jarufe.
JURISPRUDENCIA

 RN 415-2017, LIMA SUR.


QUINTO. Que el imputado Guerrero Huayapa negó los cargos. Acotó que se trató de una pelea como
consecuencia de una rivalidad de barras [fojas catorce, ciento treinta y cinco y trescientos cincuenta y
tres vuelta].
Empero, nada de lo que indicó tiene sustento. No consta que presentó lesiones —propio de una gresca
— y el agraviado lo sindicó desde un inicio como asaltante —así consta de las declaraciones de los
efectivos policiales de fojas dieciocho y doscientos trece—, sin que exista motivo razonable alguno
para sostener que se trató de una declaración basada en móviles espurios.
La no identificación del llamado “Pícoro”, de cuya existencia da fe el propio imputado no es
relevante para excluir el hecho delictivo y el concurso de dos personas en la comisión del delito,
como así lo describió la víctima —para esta acreditación no se requiere el requisito formal de la
identificación plena de este último y, menos, su presencia, declaración y condena—.
JURISPRUDENCIA

 RN 3-2018, LIMA ESTE.


3.2. El momento consumativo del robo, como referencia a nivel jurisprudencial, se definió en el Recurso de
nulidad número mil ochocientos cuarenta-dos mil doce-Lima, en un caso con supuesto fáctico similar al ahora
juzgado, en cuyo fundamento quinto se estableció que: “El tipo penal de robo y hurto tienen en común que
para su consumación se presenta primero la sustracción —tomarlo del lugar donde se encuentra
alejándolo de la esfera de cuidado de la víctima, llamado también acto de desapoderamiento— y luego el
apoderamiento, esto es, cuando el agente pone la cosa bajo su poder de hecho y que se manifiesta en la
posibilidad de realizar sobre la cosa actos de disposición, aun cuando solo sea por breve tiempo, es decir
cuando en el potencial ejercicio de las facultades dominales. Pues bien, en el presente caso, aun cuando la
sustracción de las prendas de vestir se haya producido sin resistencia ni presencia de la víctima, el delito aún se
encontraba en ejecución en tanto el procesado aún no habría abandonado la vivienda de la que los sustrajo, y,
por lo tanto, no había adquirido aún la posibilidad de realizar sobre los bienes actos de disposición. Ahora bien,
en ese contexto, se aprecia que los actos de violencia ejercidos por el procesado en contra de la víctima se
produjeron cuando el apoderamiento no se había producido, esto es, antes de su consumación, y con la
finalidad que este se consiga». Pronunciamiento que concluyó con la calificación del hecho como delito de
robo en grado de tentativa.
JURISPRUDENCIA

 CASACIÓN 496-2017, LAMBAYEQUE.


3.6. Ahora bien, para la configuración de la “amenaza inminente” (amenaza típica) en el delito de robo no constituye una condición
necesaria que el agente delictivo, de modo expreso o taxativo, haga saber verbalmente al sujeto pasivo de la acción o víctima que va a ser
agredido o que le dará muerte si opone resistencia. Es condición suficiente que se le haga saber de cualquier modo ese riesgo. Para
ello, el contexto situacional o secuencial de los hechos acaecidos puede aclarar que, desde la perspectiva de la víctima, se comunicó
o existió un anuncio de peligro inminente para su vida o integridad física.
3.7. Debe tenerse en cuenta también que en la valoración probatoria el Juez se encuentra obligado a observar las máximas de la
experiencia (cfr. numeral uno del artículo ciento cincuenta y ocho del Código Procesal Penal) y que en la acreditación de los hechos el
referente principal se encuentra comprendido por los elementos típicos del delito que se trate.
3.8. Así, en casos como el presente, en el cual la víctima fue una mujer interceptada por tres sujetos en horas de la noche: uno de los
cuales, con tono de voz enérgico, profirió frases a ella con palabras soeces —“Apúrate, mierda, reconcha de tu madre, da el celular”—; y
los otros dos se ubicaron en posiciones estratégicas muy cerca de la víctima para facilitar la sustracción del celular, las máximas de la
experiencia dictan que la víctima cae en cuenta o asume que su integridad física o su vida están en un grave peligro; por lo que,
generalmente, sucede que no se opone resistencia. En el presente caso, resulta claro que existió un anunció tácito de un mal grave a
nivel de percepción, en el que, como mínimo, estuvo en riesgo concreto o inminente la integridad física de la víctima, lo cual se
refrenda al constar como hecho probado que la agraviada gritó y se sintió amenazada o intimidada ante el ataque. La superioridad física
que con su sola presencia proyectaban los agresores ante la agraviada y la intimidación grave que se generó en ella, por tal circunstancia,
y por el modo en que fue tratada, resulta evidente y es remoto que una víctima de un hecho delictivo semejante lo perciba de otro modo.
JURISPRUDENCIA

 RN 1591-2017, Lima.
OCTAVO. El Acuerdo Plenario N.° 3-2009/CJ-116[3] establece que la parte in fine, artículo 189 del CP prevé una circunstancia agravante de
tercer grado para la figura delictiva del robo. Esta se configura cuando el agente como consecuencia de los actos propios del uso de la
violencia para facilitar el apoderamiento o para vencer la resistencia de quien se opone al apoderamiento, le ocasiona la muerte. Es obvio, en
este caso, que el agente buscaba el desapoderamiento patrimonial de la víctima, pero como consecuencia del ejercicio de violencia contra ella
—de los actos propios de violencia o vis in corpore— le causa la muerte, resultado que no quiso causar dolosamente pero que pudo prever y
evitar. Se trata, pues, de un típico supuesto de homicidio preterintencional donde el resultado solo se le puede atribuir al agente a
título de culpa —la responsabilidad objetiva por el simple resultado es inadmisible, está prohibida por el artículo VII, del Título Preliminar,
del Código Penal—.
El citado dispositivo regula, entonces, un caso de tipificación simultánea, dolosa y culposa, pero de una misma conducta expresamente
descrita. Como se advierte en la doctrina especializada la preterintención es una figura compuesta en la que el resultado sobrepasa el
dolo del sujeto. Así, el agente roba valiéndose del ejercicio de violencia física contra la víctima, esto es, infiere lesiones a una persona,
quien fallece a consecuencia de la agresión, siempre que el agente hubiere podido prever este resultado (la muerte, en este caso, no fue
fortuita) —es una situación de preterintencionalidad heterogénea—[4]. Como se puede inferir del ejemplo planteado, la conducta típica se
articula sobre la base de dos elementos: el apoderamiento del bien mueble y la utilización de violencia en la persona, la cual en el presente
caso produce la muerte de esta última.
Preterintencionalidad ('más allá de la intención'), el sujeto tiene la intención de cometer un delito menos grave, sin embargo, produce un delito
más grave. Homogénea, el mal pretendido y el producido pertenecen al mismo delito (lesiones leves y se causan graves). Heterogénea, el
delito pretendido y el producido son tipos distintos (lesiones y se causa homicidio).
JURISPRUDENCIA

 RN 2515-2016, JUNÍN.
10. El recurrente señala que su grado de intervención es de cómplice secundario, porque no participó en el hecho de la sustracción. La
complicidad secundaria podemos definirla como la persona que realiza cualquier contribución que no sea esencial para la comisión del delito
(Casación 367-2011-Lambayeque). El marco de imputación aceptado por el impugnante en la sentencia de conformidad, es que los
agraviados fueron interceptados por Robinson Jhon Tocas Ayre y Hugo Meléndez Armes Damas, quienes tuvieron como rol la intervención de
los agraviados mediante el uso de arma blanca. El sentenciado Jean Kelvin Tocas Ayre, cumplió el rol de “campana”. Y, el impugnante era
quien esperaba en el vehículo para luego de cometido el delito, como en efecto sucedió. El título de participación fue considerado como
coautor.
11. Es así que, el título de participación de coautoría, desde su aspecto objetivo exige que exista codominio del hecho y desde el
aspecto subjetivo, hay una decisión conjunta que no permita descomponer el cuadro fáctico, a fin de realizar atribuciones delictivas
autónomas y separadas de cada agente que participó en el delito. Rige, en lo particular, el PRINCIPIO DE IMPUTACIÓN
RECÍPROCA “todo lo que haga cada uno de los coautores es imputable (es extensible) a todos los demás. Solo así puede considerarse
a cada autor como autor de la totalidad, contrastándose un “mutuo acuerdo”, que convierte en partes de un plan global unitario, las
distintas contribuciones”.
12. Sobre base de ello, es claro que, en el presente caso, existió reparto de roles siendo que la conducción del vehículo por el recurrente para
la huida, era la función que tenía frente al delito, por lo que no puede descomponerse el cuadro fáctico y dejar de lado la contribución que
tuvieron los otros coautores de cara al éxito del delito. Por ello, el título de participación del impugnante es coautor y el recurrente aceptó en
esos términos el cuadro fáctico formulado por el Ministerio Público. Siendo ello así, no es posible la reducción de la pena impuesta en la
sentencia impugnada.
JURISPRUDENCIA

 RN 1645-2018, SANTA.
3.5. Entre estas encontramos a la prohibición de regreso, la cual implica que no se puede
responsabilizar a una persona por un ilícito que causó o favoreció en su comisión mediante un
comportamiento gestado como parte de su rol social (vínculo estereotipado-inocuo, esto es:
conductas neutrales o carentes de relevancia penal), a pesar que el otro sujeto emplee esa conducta
en su beneficio concediéndole un sentido delictivo; en otras palabras, la prohibición de regreso es “una
teoría excluyente de la intervención delictiva de quien obra conforme con un rol estereotipado dentro
de un contexto de intervención plural de personas en un hecho susceptible de imputación”. Con esto se
desprende que la prohibición de regreso se basa en un elemento fundamental: la neutralidad de una
conducta realizada en el seno del ejercicio de un rol social.
4.6. En ese sentido, ha quedado acreditado en autos que el procesado Vera Rodríguez se limitó a
desempeñar su rol de patrón de embarcación, el cual podríamos calificar de inocuo, ya que no es
equivalente por sí mismo, ni siquiera en el plano valorativo, al de un interviniente delictivo en el delito
de robo agravado; esto es, está…
SENTENCIA PLENARIA 1-2005/DJ-301-A: Momento de la
consumación en el delito de robo agravado.
9. Este criterio de la disponibilidad potencial, que no efectiva, sobre la cosa —de realizar materialmente sobre ella actos
dispositivos— permite desestimar de plano teorías clásicas como la aprehensio o contrectatio —que hacen coincidir el
momento consumativo con el de tomar la cosa, la amorío —que considera consumado el hurto cuando la cosa ha sido
trasladada o movida de lugar— y la ilatio —que exige que la cosa haya quedado plenamente fuera del patrimonio del
dueño y a la entera disposición del autor—; y, ubicarse en un criterio intermedio, que podría ser compatible con la teoría
de la ablatio —que importa sacar la cosa de la esfera de custodia, de la vigilancia o de la actividad del tenedor, efectivo
dominio sobre la cosa—. El desplazamiento de la cosa en el espacio no es el criterio definitorio del hurto, sino el
desplazamiento del sujeto que puede realizar actos de disposición.
10. Por consiguiente, la consumación en estos casos viene condicionada por la disponibilidad de la cosa sustraída —de
inicio sólo será tentativa cuando no llega a alcanzarse el apoderamiento de la cosa, realizados desde luego los actos de
ejecución correspondientes—. Disponibilidad que, más que real y efectiva —que supondría la entrada en la fase de
agotamiento del delito— debe ser potencial, esto es, entendida como posibilidad material de disposición o realización de
cualquier acto de dominio de la cosa sustraída. Esta disponibilidad potencial, desde luego, puede ser momentánea, fugaz
o de breve duración. La disponibilidad potencial debe ser sobre la cosa sustraída, por lo que: (a) si hubo
posibilidad de disposición, y pese a ello se detuvo al autor y recuperó en su integridad el botín, la consumación ya
se produjo; (b) si el agente es sorprendido in fraganti o in situ y perseguido inmediatamente y sin interrupción es
capturado con el íntegro del botín, así como si en el curso de la persecución abandona el botín y éste es
recuperado, el delito quedó en grado de tentativa; y, (c) si perseguidos los participantes en el hecho, es detenido
uno o más de ellos pero otro u otros logran escapar con el producto del robo, el delito se consumó para todos.
ACUERDO PLENARIO 8-2007/CJ-116: Diferencias entre las agravantes que en el
delito de robo aluden a la pluralidad de agentes y a la actuación delictiva como
integrante de una organización criminal.

6. La diferenciación sistemática que realiza el artículo 189° del Código Penal, respecto a la intervención de una pluralidad de
agentes en la comisión de un robo, permite sostener que se trata de dos circunstancias agravantes distintas. Por un lado, la
pluralidad de agentes prevista en el inciso 4) del primer párrafo alude a un concierto criminal en el que el proceder
delictivo conjunto es circunstancial y no permanente. Se trata, pues, de un supuesto básico de coautoría o
coparticipación, en el que los agentes no están vinculados con una estructura organizacional y con un proyecto delictivo
de ejecución continua. Por otro lado, la agravante que contempla el párrafo in fine del citado artículo alude a un proceder
singular o plural de integrantes de una organización criminal sea esta de estructura jerárquica —vertical o flexible— horizontal.
7. En consecuencia, no son circunstancias compatibles. En la organización criminal la pluralidad de agentes es un
componente básico de su existencia, mas no de su actuación. Es decir, esta clase de agravante exige mínimamente que el
agente individual o colectivo del robo sea siempre parte de una estructura criminal y actúa en ejecución de los designios de
ésta. Siendo ello así, la circunstancia agravante del inciso 4) del primer párrafo del artículo 189° del Código Sustantivo
se aplicará, únicamente, cuando no exista esa conexión con los agentes —en número mínimo de dos— con una
organización criminal.
8. De otro lado, la imputación paralela de cargos por integración en una organización criminal en estos casos no es
procedente y, de plantearse, se le debe desestimar porque el artículo 317° del Código Penal opera como un tipo subsidiario a
la comisión de uno o más robos por integrantes de dicha estructura delictiva. No se presenta en estos casos un concurso ideal
o real de delitos. Obrar en sentido contrario implicaría una doble valoración del mismo factor agravante.
ACUERDO PLENARIO 3-2009/CJ-116: Robo con muerte
subsecuente y delito de asesinato. Las lesiones como agravantes en el
delito de robo.

8°. Distinto es el caso del asesinato para facilitar u ocultar otro delito. Aquí el autor mata con el fin de
conseguir un propósito ulterior. En el primer supuesto –para facilitar otro delito-, el asesinato implica
una relación de medio-fin, en que el homicidio es el delito-medio cometido por el agente con el
propósito de hacer posible la ejecución del delito-fin, siempre doloso; situación muy frecuente, por
lo demás, en los delitos contra el patrimonio. Ahora bien, en el segundo supuesto –para ocultar otro
delito-, el delito previamente cometido o el que está ejecutándose -el delito a ocultar puede ser
doloso o culposo- es la causa del comportamiento homicida del agente. Ello ocurre, por ejemplo,
cuando el agente es sorprendido en el acto del robo y para evitar su captura, dispara contra su
perseguidor o contra quien trata de impedir su fuga, que conduciría al descubrimiento o esclarecimiento
de su delito [JOSÉ HURTADO POZO: Manual de Derecho Penal Parte Especial I Homicidio, 2da.
Edición, Ediciones Juris, Lima, 1995, páginas 59/69]. En ambos supuestos, pues, el elemento subjetivo
del tipo legal es determinante. En tal sentido, la referencia legal al mundo interno del agente, a la
finalidad que persigue, es de tal relevancia que será suficiente para la consumación de la conducta típica
que se compruebe la presencia de este factor. Por consiguiente, el agente, en la circunstancia o en el
contexto situacional en que interviene ha de valorar la perpetración del homicidio como vía para
garantizar su objetivo ligado siempre a otro delito [JOSÉ LUIS CASTILLO ALVA: Derecho Penal
Parte Especial I, Editorial Grijley, Lima, 2008, páginas 410/411].
ACUERDO PLENARIO 3-2009/CJ-116: Robo con muerte
subsecuente y delito de asesinato. Las lesiones como agravantes en el
delito de robo.
12º. En relación a las lesiones aludidas en el inciso 1º del segundo párrafo del artículo 189º cabe definir si ellas
se corresponden con las referidas en los artículos 441° (lesiones falta) o 122° (lesiones dolosas leves) CP. Es de
mencionar que en estas dos disposiciones, la diferencia en la intensidad del daño a la salud de sujeto pasivo se
establece en base a indicadores cuantitativos relacionados con la incapacidad generada por la lesión o con el
tiempo de asistencia facultativa que demanda. Así, (i) si éstas requieren hasta 10 días de asistencia o descanso,
según prescripción facultativa, siempre que no concurran medios que den gravedad al hecho, se estará ante una
falta de lesiones; (ii) si las lesiones requieren más de diez y menos de treinta días de asistencia o descanso, según
prescripción facultativa, se estará ante un delito de lesiones leves. Esta distinción sistemática debe servir para
establecer cuando, con motivo de la comisión del acto de desapoderamiento, el ejercicio de violencia física con
la producción subsecuente de lesiones configure el agravante que se examina. En tal sentido, es pertinente
destacar que como el delito de robo, según se tiene expuesto, requiere para su tipificación el ejercicio de
violencia física sobre la persona, los daños personales que ésta pueda ocasionar forman parte necesariamente de
esa figura delictiva. Entender, por tanto, que el supuesto agravado del inciso 1) de la segunda parte del artículo
189° CP comprende toda clase de lesiones, con excepción de las graves por estar referida taxativamente al último
párrafo del citado artículo 189° CP, no resulta coherente con el tipo básico, ya que lo vaciaría de contenido.
En consecuencia, si las lesiones causadas no son superiores a 10 días de asistencia o descanso el hecho ha
de ser calificado como robo simple o básico, siempre que no concurran medios que den gravedad a las
lesiones ocasionadas. Si, en cambio, las lesiones causadas son superiores a 10 días y menores de 30 días, su
producción en el robo configura el agravante del inciso 1) de la segunda parte del artículo 189° CP.
ACUERDO PLENARIO 4-2011/CJ-116. Asunto: Relevancia del
valor del bien mueble objeto de hurto para la configuración de las
agravantes del artículo 186º CP.

9°. Las agravantes del delito de hurto agravado se encuentran descritas en el artículo 186º CP. Ellas requieren la
presencia de la totalidad de elementos típicos del hurto básico, a excepción del elemento “valor pecuniario”, pues
conservan, en relación al tipo penal básico, un específico margen de autonomía operativa [Cfr. RAMIRO SALINAS
SICCHA: Derecho Penal - Parte Especial, 2da Edición, Editorial Grijley, Lima, 2007, p. 867]. El criterio cuantitativo
es una exigencia que se encuentra expresa, inequívoca y taxativamente establecida sólo para el hurto simple
(artículo 185º CP) y daños (artículo 205º CP), conforme lo estipula el artículo 444º CP; esta exigencia no afecta a
los supuestos agravados.
Con ello, además, se pone de manifiesto el carácter residual de la falta de hurto. Por tanto, el hurto agravado no
requiere del requisito del quantum del valor del bien para su configuración. Así entendida esta infracción penal,
respeta el principio de legalidad, previsto en el artículo 2º, inciso 24), literal d), de la Constitución; principio que
comprende los requisitos de lex praevia -prohibición de retroactividad de las leyes que agravan la punición o prevean
nuevas formas delictuales-, lex scripta -se excluye la costumbre como fuente de delitos y penas, e implica al principio
de reserva de ley, que significa que el Congreso es el legitimado para normar las conductas ilícitas con sus respectivas
sanciones, por ser el representante de la voluntad popular), y lex stricta -determinación de la ley penal, esto es, el
cumplimiento del principio de taxatividad o mandato de certeza, que implica que los conceptos que utilice el legislador
no pueden ser vagos porque atentaría contra la seguridad jurídica [Cfr. MARÍA DEL CARMEN GARCÍA
CANTIZANO: Algunos alcances del principio de legalidad en el ámbito del ordenamiento jurídico peruano. En
Revista Institucional N° 7. Aporte al Derecho Penal Peruano desde la perspectiva Constitucional, Lima, 2006. p. 89].
ACUERDO PLENARIO 5-2015/CIJ-116. Asunto: El concepto de
arma como componente de la circunstancia agravante “a mano
armada” en el delito de robo.
16°. A mayor abundamiento, en el artículo 189°.C del Código Penal, relativo al robo de ganado, se agrava la responsabilidad, entre
otros supuestos, cuando el agente “hubiere portado cualquier clase de arma o de instrumento que pudiere servir como tal”, con lo
que el legislador asumió el sentido amplio de “arma” y consideró la alevosía contra la víctima en el proceder del agente que sustrae
ganado, valiéndose de tales elementos.
Resultaría paradójico que se pudiera entender como “arma” en general o, “arma de fuego” en particular, únicamente al arma
auténtica y funcional para el supuesto de asalto a las personas para despojar a las víctimas de cualquier bien que no sea ganado;
pero cuando se configurare un supuesto de abigeato, se tuviera que entender que cualquier instrumento que pudiere servir como
arma (útil para configurar la alevosía del agente) deberá ser considerado como tal y calificar la conducta como delito agravado. Se
generaría así un doble estándar de aplicación de la propia ley en materia de robo, diferenciada sin motivo atendible por la
naturaleza del bien material sustraído. Se generaría por interpretación una protección especial al patrimonio ganadero, diferente
a la que corresponde a la persona (de cualquier edad o condición) que no lo es.
17°. Esa especial facilidad para la perpetración y aseguramiento de impunidad con que se broquela quien utiliza el arma
aun cuando esta no sea apta para disparar por deterioro falsedad, sea simulada o de juguete; genera un ámbito de diferencia
con el delito de robo simple, en el cual el sujeto pasivo puede ejercer efectivamente resistencia ante un riesgo que no tiene la
misma magnitud de la amenaza, que cuando se porta un arma.
Por tanto, el sentido interpretativo del término “a mano armada” como agravante del delito de robo del artículo 189.3° del
Código Penal, en relación a las armas en general y las armas de fuego en particular, abarca a las de fuego inoperativas,
aparentes, las armas de utilería, los juguetes con forma de arma, las réplicas de arma o cualquier elemento que por su
similitud con un arma o una de fuego verdadera o funcional, al no ser sencillamente distinguible de las auténticas,
produzca los mismos efectos disuasivos de autodefensa activa en la víctima, ante la alevosía con que obra el agente delictivo
STC. EXP. N.° 00413-2021-PHC/TC
PIURA
12. Las penas previstas para el delito de robo agravado han tenido seis modificaciones a lo largo de los casi
treinta años de vigencia del Código Penal. Pocas normas penales sustantivas han tenido tanta falta de continuidad
y una vida tan abrupta. Tanto cambio puede haber hecho perder de vista su necesario ajuste con la Constitución.
14. La tendencia general de estas modificaciones ha sido incrementar las penas correspondientes al delito de
robo agravado. En 1998, la pena mínima original llegó a multiplicarse cinco veces. Luego, el 2001, se redujo en
un tercio, para volver a aumentar el año 2009.
15. Actualmente, la pena mínima, para el delito de robo agravado, es cuatro veces más que la establecida en el
texto original del Código Penal. Al comparar esta pena con las fijadas para delitos que afectan bienes jurídicos
como la vida o la libertad, es claro que no guardan proporción.
16. El robo agravado tiene una sanción significativamente mayor que la prevista para el homicidio simple,
el aborto sin consentimiento, la trata de personas y el trabajo forzoso.
17. Por ello, la pena privativa de la libertad de doce años que le fue impuesta al favorecido resulta contraria a los
principios de razonabilidad y proporcionalidad, más aún si, conforme se señala en la sentencia de vista (f. 363),
el favorecido no registra antecedentes penales.
GRACIAS
CASUÍSTICA Y
JURISPRUDENCIA EN
MATERIA CIVIL –
INTERDICCION

MGTR. MICHEL ERICK PEÑA VALVERDE.


Convención sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad y Protocolo Facultativo
Del 30/03/2007.
Es la culminación de 5 años de negociaciones y decenios de lucha por parte de personas con
discapacidad y las organizaciones dedicadas a promover sus intereses con el fin de lograr el
reconocimiento mundial de la discapacidad como cuestión de derechos humanos.
La Convención representa un cambio de paradigma en el trato de las personas con discapacidad: se
ha pasado de una perspectiva médica o caritativa a un enfoque de derechos humanos, que vela por
que las personas con discapacidad tengan acceso y puedan participar en las decisiones que influyen en su
vida y solicitar reparación en caso de que se violen sus derechos.
Al 2008, 29 Estados habían ratificado la Convención y 18 habían ratificado su Protocolo Facultativo. El
Perú lo ratifica con DECRETO SUPREMO N° 073-2007-RE, que en su articulo 1 señala:
Ratifícase la “Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y su Protocolo Facultativo”,
suscrita el 30 de marzo de 2007, en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos de América, aprobada por el
Congreso de la República, mediante Resolución Legislativa Nº 29127 de 31 de octubre de 2007
INTERDICCION: CODIGO CIVIL
Incapacidad relativa: Artículo 44.- Son relativamente incapaces:(*)
(*) Extremo modificado por el Artículo 1 del Decreto Legislativo N° 1384, publicado el 04 septiembre 2018, cuyo
texto es el siguiente:

Artículo 44.- Capacidad de ejercicio restringida


Tienen capacidad de ejercicio restringida:
1.- Los mayores de dieciséis y menores de dieciocho años de edad.
2.- Los retardados mentales.(*)
(*) Numeral derogado por el Literal a) de la Única Disposición Complementaria Derogatoria del Decreto Legislativo N° 1384,
publicado el 04 septiembre 2018.
3.- Los que adolecen de deterioro mental que les impide expresar su libre voluntad.(*)
(*) Numeral derogado por el Literal a) de la Única Disposición Complementaria Derogatoria del Decreto Legislativo N° 1384,
publicado el 04 septiembre 2018.
4.- Los pródigos (dilapidan sus bienes).
5.- Los que incurren en mala gestión.
6.- Los ebrios habituales.
7.- Los toxicómanos.
8.- Los que sufren pena que lleva anexa la interdicción civil.
9.- Las personas que se encuentren en estado de coma, siempre que no hubiera designado un apoyo con anterioridad.

Al derecho y al revés: Capacidad e incapacidad en el derecho - PUCP


https://www.youtube.com/watch?v=kTkSeKGmAFE
Artículo 294.-  Representación unilateral de la sociedad conyugal
Uno de los cónyuges asume la dirección y representación de la sociedad:
1.- Si el otro está impedido por interdicción u otra causa.
2.- Si se ignora el paradero del otro o éste se encuentra en lugar remoto.
3.- Si el otro ha abandonado el hogar.

Artículo 566.- Requisito indispensable para la curatela


No se puede nombrar curador para las personas con capacidad de ejercicio restringida contempladas
en el artículo 44 en los numerales 4 al 7 sin que preceda declaración judicial de interdicción.

Artículo 567.-   Curador provisional


El juez, en cualquier estado del juicio, puede privar provisionalmente del ejercicio de los derechos
civiles a la persona cuya interdicción ha sido solicitada y designarle un curador provisional.
Artículo 568-A.- Facultad para nombrar su propio curador
Toda persona adulta mayor con capacidad plena de ejercicio de sus derechos civiles puede nombrar a su curador,
curadores o curadores sustitutos por escritura pública con la presencia de dos (2) testigos, en previsión de ser declarado
judicialmente interdicto en el futuro, inscribiendo dicho acto en el Registro Personal de la Superintendencia Nacional de
Registros Públicos (Sunarp).
El juez a cargo del proceso de interdicción recaba la certificación del registro, a efectos de verificar la existencia del
nombramiento. La designación realizada por la propia persona vincula al juez.
Asimismo, la persona adulta mayor puede disponer en qué personas no debe recaer tal designación. También puede
establecer el alcance de las facultades que gozará quien sea nombrado como curador.

Artículo 583.- Facultados a solicitar interdicción


Pueden pedir la interdicción de la persona con capacidad de ejercicio restringida según el artículo 44 numerales del 4 al 7, su
cónyuge, sus parientes o el Ministerio Público.

Artículo 588.-   Facultados a solicitar interdicción para ebrios y toxicómanos


Sólo pueden pedir la interdicción del ebrio habitual y del toxicómano, su cónyuge, los familiares que dependan de él y,
por excepción, el Ministerio Público por sí o a instancia de algún pariente, cuando aquéllos sean menores o estén
incapacitados o cuando el incapaz constituya un peligro para la seguridad ajena.
Artículo 593.- Validez e invalidez de los actos del incapaz
Los actos del pródigo y del mal gestor anteriores al pedido de interdicción no pueden ser impugnados por esta causa.
Los del ebrio habitual y del toxicómano pueden serlo si la causa de la incapacidad hubiese sido notoria.

Artículo 594.- Acción de anulación de actos prohibidos al interdicto


Las personas que pueden promover la declaración de interdicción y el curador pueden demandar la anulación de los actos
patrimoniales practicados en contravención del artículo 591.
Artículo 591.- El pródigo, el mal gestor, el ebrio habitual y el toxicómano no pueden litigar ni practicar actos que no sean de mera
administración de su patrimonio, sin asentimiento especial del curador. El juez, al instituir la curatela, puede limitar también la
capacidad del interdicto en cuanto a determinados actos de administración.

Artículo 595.- Curatela del penado


Ejecutoriada la sentencia penal que conlleve la interdicción civil, el fiscal pedirá, dentro de las veinticuatro horas, el
nombramiento de curador para el penado. Si no lo hiciera, será responsable de los daños y perjuicios que sobrevengan.
También pueden pedir el nombramiento el cónyuge y los parientes del interdicto.

Artículo 610.- Cese de curatela por rehabilitación


La curatela instituida conforme al artículo 44, numerales 4 a 7, cesa por declaración judicial que levanta la interdicción.
La rehabilitación puede ser pedida por el curador o por cualquier interesado.
Término de la curatela del condenado
Artículo 611.-   La curatela del condenado a pena que lleva anexa la interdicción civil acaba al mismo tiempo que la privación de la
libertad.
El liberado condicionalmente continúa bajo curatela.

Causales de extinción
Artículo 1801.-   El mandato se extingue por:
1.- Ejecución total del mandato.
2.- Vencimiento del plazo del contrato.
3.- Muerte, interdicción o inhabilitación del mandante o del mandatario.

Mandato en interés del mandatario o de tercero


Artículo 1803.-   La muerte, interdicción o inhabilitación del mandante no extinguen el mandato cuando éste ha sido celebrado
también en interés del mandatario o de un tercero.

Extinción del mandato por causas especiales


Artículo 1804.- Cuando el mandato se extingue por muerte, interdicción o inhabilitación del mandatario, sus herederos o quien lo
represente o asista, deben informar de inmediato al mandante y tomar entretanto las providencias exigidas por las
circunstancias.
Artículo 2030.- Se inscriben en este registro (registro personal):
1. Las resoluciones en que se declare la incapacidad y las que limiten la capacidad de las
personas.(*)
(*) Numeral modificado por el Artículo 1 del Decreto Legislativo N° 1384, publicado el 04
septiembre 2018, cuyo texto es el siguiente:
1.- Las resoluciones o escrituras públicas en que se establezca o modifique la designación
apoyos y salvaguardias de personas naturales.
3. Las sentencias que impongan inhabilitación, interdicción civil o pérdida de la patria
potestad.
4. Los actos de discernimiento de los cargos de tutores o curadores, con enumeración de los
inmuebles inventariados y relación de las garantías prestadas, así como su remoción,
acabamiento, cese y renuncia.
5. Las resoluciones que rehabiliten a los interdictos en el ejercicio de los derechos civiles.
9.- El nombramiento de tutor o curador.”(*)(**)
(*) Numeral incorporado por el Artículo 2 de la Ley  N° 29633, publicada el 17 diciembre 2010.
(**) Numeral modificado por el Artículo 1 del Decreto Legislativo N° 1384, publicado el 04
septiembre 2018, cuyo texto es el siguiente:
9. Las resoluciones que designan al tutor o al apoyo y las que dejan los dejen sin efecto.
CODIGO DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES, LEY 27337

Artículo 75.- Suspensión de la Patria Potestad.-


La Patria Potestad se suspende en los siguientes casos:
a) Por la interdicción del padre o de la madre originada en causas de naturaleza civil;
b) Por ausencia judicialmente declarada del padre o de la madre;
c) Por darles órdenes, consejos o ejemplos que los corrompan;
d) Por permitirles la vagancia o dedicarlos a la mendicidad;
e) Por maltratarlos física o mentalmente;
f) Por negarse a prestarles alimentos;
g) Por separación o divorcio de los padres, o por invalidez del matrimonio de conformidad con los Artículos
282 y 340 de Código Civil.
h) Por haberse abierto proceso penal al padre o a la madre por delito en agravio de sus hijos, o en perjuicio de
los mismos o por cualquiera de los delitos previstos en los artículos 107, 108-B, 110, 121-B, 122, 122-B, 125,
148-A, 153, 153-A, 153-B, 153-D, 153-E, 153-F, 153-G, 153-H, 153-I, 153-J, 170, 171, 172, 173, 174, 175,
176, 176-A, 177, 179, 179-A, 180, 181, 181-A, 182-A, 183, 183-A y 183-B del Código Penal, o por
cualquiera de los delitos establecidos en el Decreto Ley 25475, que establece la penalidad para los delitos de
terrorismo y los procedimientos para la investigación, la instrucción y el juicio.
i)Por declaración de desprotección familiar provisional de un niño o adolescente."
CODIGO PROCESAL CIVIL:
Procedencia de la consulta.-
Artículo  408.- La consulta sólo procede contra las siguientes resoluciones de primera instancia que no son apeladas:
1.  La que declara la interdicción y el nombramiento de tutor o curador;
2.- La que declara la interdicción y el nombramiento de tutor, curador o designación de apoyo;
3.  Aquella en la que el Juez prefiere la norma constitucional a una legal ordinaria; y,
4.  Las demás que la ley señala.
También procede la consulta contra la resolución de segunda instancia no recurrida en casación en la que se prefiere
la norma constitucional. En este caso es competente la Sala Constitucional y Social de la Corte Suprema.
Trámite de la consulta.-
Artículo  409.- Cuando proceda la consulta, el expediente es elevado de oficio.
El Auxiliar jurisdiccional enviará el expediente al superior dentro de cinco días, bajo responsabilidad.
La resolución definitiva se expedirá dentro de los cinco días siguientes a la vista de la causa. No procede el pedido de
informe oral.
Durante la tramitación de la consulta, los efectos de la resolución quedan suspendidos.
Artículo 546.- Procedencia
Se tramitan en proceso sumarísimo los siguientes asuntos contenciosos:
1. Alimentos;
2. separación convencional y divorcio ulterior;
3. interdicción;
4. desalojo;
5. interdictos;
6. los que no tienen una vía procedimental propia, son inapreciables en dinero o hay duda sobre su monto o, porque
debido a la urgencia de tutela jurisdiccional, el Juez considere atendible su empleo;
7. aquellos cuya estimación patrimonial no sea mayor de cien Unidades de Referencia Procesal; y,
8. los demás que la ley señale.

Artículo 581.- Procedencia


La demanda de interdicción procede en los casos previstos en el artículo 44 numerales del 4 al 7 del Código Civil.
La demanda se dirige contra la persona cuya interdicción se pide, así como con aquellas que teniendo derecho
a solicitarla no lo hubieran hecho.
Anexos específicos
Artículo  582.-   Adicionalmente a lo previsto en el Artículo 548, a la demanda se acompañará:
1. Si se trata de pródigos y de los que incurren en mala gestión: el ofrecimiento de no menos de tres testigos y los
documentos que acrediten los hechos que se invocan; y
2. En los demás casos: la certificación médica sobre el estado del presunto interdicto, la que se entiende expedida
bajo juramento o promesa de veracidad, debiendo ser ratificada en la audiencia respectiva.
Artículo 583.- Caso especial
Cuando se trate de una persona contemplada en el artículo 44 numerales del 4 al 7 del Código Civil que constituye
grave peligro para la tranquilidad pública, la demanda puede ser presentada por el Ministerio Público o por
cualquier persona.
Artículo  584.- Rehabilitación
La declaración de rehabilitación puede ser pedida por el interdicto, su curador o quien afirme tener interés y
legitimidad para obrar, siguiendo las reglas de este Subcapítulo. Se debe emplazar a los que intervinieron en el
proceso de interdicción y al curador, en su caso.
Artículo  683.- Interdicción.-
El Juez, a petición de parte, o excepcionalmente de oficio, puede dictar en el proceso de interdicción la medida
cautelar que exija la naturaleza y alcances de la situación presentada.
CODIGO CIVIL: APOYO Y SALVAGUARDA
Artículo 42.- Capacidad de ejercicio plena
Toda persona mayor de dieciocho años tiene plena capacidad de ejercicio. Esto incluye a todas las personas con
discapacidad, en igualdad de condiciones con las demás y en todos los aspectos de la vida, independientemente de
si usan o requieren de ajustes razonables o apoyos para la manifestación de su voluntad.
Excepcionalmente tienen plena capacidad de ejercicio los mayores de catorce años y menores de dieciocho años que
contraigan matrimonio, o quienes ejerciten la paternidad.

Artículo 45.- Ajustes razonables y apoyo


Toda persona con discapacidad que requiera ajustes razonables o apoyo para el ejercicio de su capacidad jurídica
puede solicitarlos o designarlos de acuerdo a su libre elección.

Artículo 45- A.- Representantes Legales


Las personas con capacidad de ejercicio restringida contempladas en los numerales 1 al 8 del artículo 44 contarán con un
representante legal que ejercerá los derechos según las normas referidas a la patria potestad, tutela o curatela.
Artículo 45-B- Designación de apoyos y salvaguardias
Pueden designar apoyos y salvaguardias:
1. Las personas con discapacidad que manifiestan su voluntad puede contar con apoyos y salvaguardias designados
judicial o notarialmente.
2. Las personas con discapacidad que no pueden manifestar su voluntad podrán contar con apoyos y salvaguardias
designados judicialmente.
3. Las personas que se encuentren en estado de coma que hubieran designado un apoyo con anterioridad mantendrán el
apoyo designado.
4. Las personas con capacidad de ejercicio restringida contempladas en el numeral 9 del artículo 44 contarán con los
apoyos y salvaguardias establecidos judicialmente, de conformidad con las disposiciones del artículo 659-E del presente
Código.

Artículo 141.- Manifestación de voluntad


La manifestación de voluntad puede ser expresa o tácita. Es expresa cuando se realiza en forma oral, escrita, a través de
cualquier medio directo, manual, mecánico, digital, electrónico, mediante la lengua de señas o algún medio alternativo de
comunicación, incluyendo el uso de ajustes razonables o de los apoyos requeridos por la persona.
Es tácita cuando la voluntad se infiere indubitablemente de una actitud o conductas reiteradas en la historia de vida que
revelan su existencia.
No puede considerarse que existe manifestación tácita cuando la ley exige declaración expresa o cuando el agente formula
reserva o declaración en contrario.
Artículo 389.- Reconocimiento por los abuelos o abuelas
El hijo extramatrimonial puede ser reconocido por los abuelos o abuelas de la respectiva línea, en el caso de muerte del padre o
de la madre o cuando éstos se hallen comprendidos en el artículo 47 o también cuando los padres sean menores de catorce años.
En este último supuesto, una vez que el adolescente cumpla los catorce años, puede reconocer a su hijo.
Cuando el padre o la madre se halle comprendido en el artículo 44 inciso 9, el hijo extramatrimonial puede ser
reconocido a través de apoyos designados judicialmente.

 Artículo 659-A.- Acceso a apoyos y salvaguardias


La persona mayor de edad puede acceder de manera libre y voluntaria a los apoyos y salvaguardias que considere pertinentes
para coadyuvar a su capacidad de ejercicio.

Artículo 659-B.- Definición de apoyos


Los apoyos son formas de asistencia libremente elegidos por una persona mayor de edad para facilitar el ejercicio de sus
derechos, incluyendo el apoyo en la comunicación, en la comprensión de los actos jurídicos y de las consecuencias de estos, y
la manifestación e interpretación de la voluntad de quien requiere el apoyo.
El apoyo no tiene facultades de representación salvo en los casos en que ello se establezca expresamente por decisión de la
persona con necesidad de apoyo o el juez en el caso del artículo 659-E.
Cuando el apoyo requiera interpretar la voluntad de la persona a quien asiste aplica el criterio de la mejor interpretación de la
voluntad, considerando la trayectoria de vida de la persona, las previas manifestaciones de voluntad en similares contextos, la
información con la que cuenten las personas de confianza de la persona asistida, la consideración de sus preferencias y cualquier
otra consideración pertinente para el caso concreto.
Artículo 659-C.- Determinación de los apoyos
La persona que solicita los apoyos determina su forma, identidad, alcance, duración y cantidad de apoyos. Los apoyos
pueden recaer en una o más personas naturales, instituciones públicas o personas jurídicas sin fines de lucro, ambas
especializadas en la materia y debidamente registradas.

Artículo 659-D.- Designación de los apoyos


La persona mayor de edad que requiera de apoyo para el ejercicio de su capacidad jurídica puede designarlo ante un notario o
un juez competente.

Artículo 659-E.- Excepción a la designación de los apoyos por juez


El juez puede determinar, de modo excepcional, los apoyos necesarios para las personas con discapacidad que no puedan
manifestar su voluntad y para aquellas con capacidad de ejercicio restringida, conforme al numeral 9 del artículo 44. Esta
medida se justifica, después de haber realizado esfuerzos reales, considerables y pertinentes para obtener una manifestación de
voluntad de la persona, y de habérsele prestado las medidas de accesibilidad y ajustes razonables, y cuando la designación de
apoyos sea necesaria para el ejercicio y protección de sus derechos.
El juez determina la persona o personas de apoyo tomando en cuenta la relación de convivencia, confianza, amistad, cuidado o
parentesco que exista entre ella o ellas y la persona que requiere apoyo. Asimismo, fija el plazo, alcances y responsabilidades
del apoyo. En todos los casos, el juez debe realizar las diligencias pertinentes para obtener la mejor interpretación
posible de la voluntad y las preferencias de la persona, y atender a su trayectoria de vida. No pueden ser designados como
apoyos las personas condenadas por violencia familiar o personas condenadas por violencia sexual.
El proceso judicial de determinación de apoyos excepcionalmente se inicia por cualquier persona con capacidad jurídica.
Artículo 659 F.- Designación de apoyos a futuro
Toda persona mayor de 18 años de edad puede designar ante notario el o los apoyos necesarios en previsión de
requerir en el futuro asistencia para el ejercicio de su capacidad jurídica. Asimismo, la persona puede disponer
en qué personas o instituciones no debe recaer tal designación, así como la forma, alcance, duración y directrices
del apoyo a recibir. En el documento debe constar el momento o las circunstancias en que su designación de
apoyos a futuro surte eficacia.

Artículo 659-G.- Salvaguardias para el adecuado desempeño de los apoyos


Las salvaguardias son medidas para garantizar el respeto de los derechos, la voluntad y las preferencias de la
persona que recibe apoyo, prevenir el abuso y la influencia indebida por parte de quien brinda tales apoyos;
así como evitar la afectación o poner en riesgo los derechos de las personas asistidas.
La persona que solicita el apoyo o el juez interviniente en el caso del artículo 659-E establecen las salvaguardias
que estimen convenientes para el caso concreto, indicando como mínimo los plazos para la revisión de los apoyos.
El juez realiza todas las audiencias y diligencias necesarias para determinar si la persona de apoyo está
actuando de conformidad con su mandato y la voluntad y preferencias de la persona.

Artículo 659-H- Exención de la garantía de gestión


La persona o personas que realicen el apoyo están exentas de la obligación de garantizar su gestión, salvo lo
dispuesto en el artículo 426.
Artículo 696.-   Las formalidades esenciales del testamento otorgado en escritura pública son:
1. Que estén reunidos en un sólo acto, desde el principio hasta el fin, el testador, el notario y dos
testigos hábiles. El notario está obligado a verificar la identidad del testador y los testigos a través del
documento de identidad y los medios de identificación biométrica establecidos por el Reniec.
Cualquiera de los testigos puede actuar como testigo a ruego del testador o testigo de identidad.
2.- Que el testador exprese por sí mismo su voluntad o, tratándose de una persona con discapacidad,
con el otorgamiento de ajustes razonables o apoyos para la manifestación de voluntad, en caso lo
requiera. Si así lo requiere, dictando su testamento al notario o dándole personalmente por escrito las
disposiciones que debe contener.
9.- Que, en los casos en que el apoyo de la persona con discapacidad sea un beneficiario, se requiere el
consentimiento del juez.

Artículo 1976-A.- Responsabilidad de la persona con apoyo


La persona que cuenta con apoyos es responsable por sus decisiones, incluso de aquellas realizadas
con dicho apoyo, teniendo derecho a repetir contra él. Las personas comprendidas en el artículo 44
numeral 9 no son responsables por las decisiones tomadas con apoyos designados judicialmente que
hayan actuado con dolo o culpa.
Causales de suspensión de la prescripción
Artículo 1994.- Se suspende la prescripción:
1.- Cuando las personas con capacidad de ejercicio restringida contempladas en el artículo 44
incisos del 1 al 8 no cuentan con sus representantes legales.
2.- Entre los cónyuges, durante la vigencia de la sociedad de gananciales.
3.- Entre las personas comprendidas en el artículo 326.
4.- Entre los menores y sus padres o tutores durante la patria potestad o la tutela.
5.- Entre las personas con capacidad de ejercicio restringida contempladas en el artículo 44 numeral
9 y las personas que le prestan apoyos necesarios, durante el ejercicio del apoyo brindado."
6.- Durante el tiempo que transcurra entre la petición y el nombramiento del curador de bienes, en
los casos que procede.
7.- Entre las personas jurídicas y sus administradores, mientras éstos continúen en el ejercicio del
cargo.
8.- Mientras sea imposible reclamar el derecho ante un tribunal peruano.
CODIGO PROCESAL CIVIL: APOYO Y
SALVAGUARDA
Artículo 21.- Regulación de la capacidad jurídica
En materia de patria potestad, tutela, curatela y designación de apoyos, se trate o no de asuntos contenciosos, es competente el
Juez del lugar donde se encuentra las personas con discapacidad y aquellas contempladas en los artículos 43 y 44 del
código civil.
Para instituir las curatelas de bienes a que se refieren los Artículos 597 al 600 del Código Civil, es competente el Juez del lugar
donde se encuentren todos o la mayor parte de los bienes, observándose, en su caso, la regla establecida en el Artículo 47 del
Código Civil.
Para las curatelas especiales a que se refiere el Artículo 606 del Código Civil se observará lo dispuesto en el Artículo 23 de este
Código.

Artículo 207.- Capacidad de ejercicio restringida circunstancial


No participa en la audiencia, a criterio del Juez, el convocado que al momento de su realización se encuentre en estado de
coma, conforme al numeral 9 del artículo 44 del Código Civil y siempre que no haya designado un apoyo con anterioridad.
El Juez tomará las medidas que las circunstancias aconsejen, dejando constancia en acta de su decisión.
Excepciones proponibles.-
Artículo  446.- El demandado sólo puede proponer las siguientes excepciones:
1.  Incompetencia;
2.- Falta de capacidad de ejercicio del demandante o de su representante, de acuerdo al artículo 43 del Código Civil.
3.  Representación defectuosa o insuficiente del demandante o del demandado;
4.  Oscuridad o ambiguedad en el modo de proponer la demanda;
5.  Falta de agotamiento de la vía administrativa;
6.  Falta de legitimidad para obrar del demandante o del demandado;
7.  Litispendencia;
8.  Cosa Juzgada;
9.  Desistimiento de la pretensión;
10.  Conclusión del proceso por conciliación o transacción;
11.  Caducidad;
12.  Prescripción extintiva; y,
13.  Convenio arbitral.
14.- Falta de representación legal o de apoyo por capacidad de ejercicio restringida del demandante o de su
representante, de acuerdo al artículo 44 del Código Civil.
Procedimiento.-
Artículo  749.- Se tramitan en proceso no contencioso los siguientes asuntos:
Inventario;
2. Administración judicial de bienes;
3. Adopción;
4. Autorización para disponer derechos de incapaces;
5. Declaración de desaparición, ausencia o muerte presunta;
6. Patrimonio familiar;
7. Ofrecimiento de pago y consignación;
8.  Comprobación de testamento;
9. Inscripción y rectificación de partida;
10. Sucesión intestada;
11. Reconocimiento de resoluciones judiciales y laudos expedidos en el extranjero.
12.  Las solicitudes que, a pedido del interesado y por decisión del Juez, carezcan de contención; y
13. La designación de apoyos para personas con discapacidad.
14. Los que la ley señale.
Establecimiento de apoyos y salvaguardias

Artículo 841.- Trámite


Las solicitudes de apoyos y salvaguardias se tramitan ante el juez competente o notario.

Artículo 842.- Solicitudes de apoyos y salvaguardias


Las solicitudes de apoyos y salvaguardias se inician por petición de la propia persona según el
artículo 659 A del Código Civil.

Artículo 843.- Solicitud por cualquier persona


En los casos de las personas a que se refiere el artículo 44 numeral 9 y el artículo 45 B numeral 2 del
Código Civil la solicitud puede ser realizada por cualquier persona según el artículo 659-E del
Código Civil.
Artículo 844.- Solicitante con discapacidad
En el caso de que las personas solicitantes sea una persona con discapacidad:
Además de lo dispuesto en el artículo 751, a la solicitud se acompaña:
a) Las razones que motivan la solicitud.
b) El certificado de discapacidad que acredite la condición de discapacidad de la persona que solicita el apoyo o salvaguardia.

Artículo 845.- Deber del Juez


El juez realiza todas las modificaciones, adecuaciones y ajustes en el proceso para garantizar la expresión de la voluntad de la
persona con discapacidad.

Artículo 846.- Contenido de la solicitud


La solicitud contiene indicaciones con respecto a quiénes serán las personas o instituciones que fungirían de apoyo, a qué
actos jurídicos se restringen y por cuánto tiempo rigen.

Artículo 847.- Contenido de la resolución final


La resolución final debe indicar quién o quiénes serían las personas o instituciones de apoyo, a qué actos jurídicos se
restringen, por cuánto tiempo van a regir y cuáles son las medidas de salvaguardia, de ser necesarias. Tal resolución se
inscribe en el Registro Personal conforme al artículo 2030 del Código Civil.
Adicionalmente, la resolución final es redactada en formato de lectura fácil donde sus contenidos son resumidos y transcritos
con lenguaje sencillo y claro, de acuerdo a las necesidades de la persona con discapacidad.
STC. EXP. 00194-2014-PHC/TC
INTERDICCION RESOLUCION HÁBEAS CORPUS DEMANDADA
Demanda de interdicción Concedido por el Juzgado Lo interpone el padre a Su hijo tiene que estar
contra Juan José Guillen de Familia, quien designó a favor de su hijo, contra la siempre acompañado ya que
Domínguez (hijo) y José la demandada como madre. Pues se han puede ocasionar algún daño
Antonio Guillén Tejada curadora legítima del vulnerado sus derechos a la a terceras personas, ya que
(padre) a fin de que se le beneficiario. integridad personal, a la en ocasiones es agresivo a
designe curadora del libertad de tránsito y a no pesar de la medicación.
primero. Su hijo padece de ser sometido a trato Tanto ella como la técnica
síndrome orgánico cerebral humillante. Solicita que se han sido agredidas. Ha
crónico y retardo mental disponga el retiro de las puesto la reja para impedir
profundo. rejas metálicas y el tapiado que favorecido se escape, se
de la ventana que la haga daño o que alguien lo
demandada ha colocado en lastime.
la habitación de su hijo.
STC. EXP. 00194-2014-PHC/TC

Tercer Juzgado Unipersonal de Arequipa, declaró fundada en parte la demanda y ordenó a la emplazada
acondicionar una habitación en el segundo piso de la vivienda para Juan José Guillén Domínguez,
sustituyendo los vidrios por otro material que no constituya peligro para el favorecido. Asimismo, dispuso
implementar medidas de seguridad como alejar o guardar objetos o materiales que pudieran causarle algún
daño, así como poner vallas de seguridad en las escaleras. Se señaló también que, en caso el recurrente no
pueda dormir en la misma habitación, se implemente una puerta de madera que sea cerrada sólo en horas de
la noche, pero que le permita una supervisión permanente.
Primera Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de quipa, revocó la apelada declarándola
infundada por considerar que el favorecido es una persona que requiere atención especial, por lo que
las medidas de seguridad establecidas para su seguridad y la de su entorno familiar resultan
razonables y no afectan los derechos invocados, habiéndose acreditado en autos que el favorecido no se
encuentra privado de su libertad y que por su estado de dependencia, puede ser contraproducente que viva
en el segundo piso.
Ante esto se interpone el RAC.
EL TC efectúa una inspección ocular a fin de verificar la situación actual del favorecido.
STC. EXP. 00194-2014-PHC/TC

MODELO SOCIAL Y MÉDICO:


 La Convención: Diferencio un modelo social, como perspectiva adecuada desde la cual se debe abordar la comprensión
de los derechos y las libertades de las personas con discapacidad.
 El modelo social es aquel que comprende a la discapacidad como el resultado de la interacción o concurrencia de
una situación particular del sujeto con las condicionantes u obstáculos que la sociedad, con o sin intención,
impone a este grupo de personas.
 El anterior modelo era el médico o rehabilitador —que entendía la discapacidad como un atributo puramente
personal—.
 El modelo médico o rehabilitador de la discapacidad pretendía que las personas con discapacidad sean quienes se
readapten a la sociedad "curándose" o "rehabilitándose", el modelo social busca más bien que la sociedad se adapte a
las necesidades de estas personas.
 El modelo social se ha ido posicionando en la jurisprudencia del TC, en casos como: del estudiante con discapacidad
visual que demandaba la adopción de ajustes razonables para poder rendir un examen [Expediente 02362-2012-PA/TC];
aquel en el que se solicitaba al TC que ordene a un establecimiento abierto al público que permita el ingreso de perros
guía Expediente 02437-2013-PA/TC]; o aquel en el que ordenó la creación de una oficina regional de atención a las
personas con discapacidad [Expediente 04104-2013-PC/TC].
STC. EXP. 00194-2014-PHC/TC

El impacto del proceso de interdicción


 La curatela —entendida como una institución supletoria del amparo familiar— que se instaura luego de
un proceso civil de interdicción, se sustenta en una lógica de sustitución en la toma de las decisiones,
colocando en la mayoría de los casos a las personas con discapacidad señaladas en los artículos 43.2, 44.2
y 44.3 del Código Civil a la merced de la voluntad de sus curadores. Ya sea que se les declare absoluta
o relativamente incapaces, lo cierto es que su voluntad es anulada y sustituida por la de un tercero.
 Muchas veces quienes ejercen la función de la curatela sobre las personas con discapacidad son los
principales agentes que violentan sus derechos, pues asumen una posición vertical de dominio en la
que, bajo el amparo de "tomar las mejores decisiones", en realidad desatienden los intereses y la
verdadera voluntad de las personas con discapacidad.
 El Código Civil de 1984 regulaba la capacidad jurídica de las personas con discapacidad desde la lógica
del modelo médico o rehabilitador y, por ende, desde la perspectiva de la sustitución en la toma de las
decisiones; la convención reguló más bien la capacidad jurídica de dichas personas —tal y como se
evidencia en su artículo 12— desde la lógica del modelo social inspirada más bien en un sistema de
apoyos en la toma de las decisiones.
STC. EXP. 00194-2014-PHC/TC
 Era evidente la incongruencia que, sobre la regulación del derecho a la capacidad jurídica de las personas con discapacidad,
presentaban, por un lado, el Código Civil y, por el otro, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Esta
situación, de hecho, fue advertida por el Comité de los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas en el 2012
[Cfr. Observaciones Finales respecto de Perú, CRPD/C/PER/CO/1], por lo cual, requirió al Estado peruano a que derogue la
interdicción y la curatela, reemplazándolas por un régimen de apoyos de conformidad con el artículo 12 de la convención
de Naciones Unidas sobre la materia.
 Producto de ello el 4 de setiembre de 2018 se publico el Decreto Legislativo 1384, que reconoce y regula la capacidad jurídica de
las personas con discapacidad en igualdad de condiciones, modificando para ello diversos artículos tanto del Código Civil como
del Código Procesal Civil y del Decreto Legislativo del Notariado. Esta norma nos presenta una nueva realidad de cara a lo que
proponen los estándares actuales en materia de protección de los derechos de las personas con discapacidad.
 Así, junto con la regulación de los apoyos para el ejercicio de la capacidad jurídica y el establecimiento de mecanismos de
salvaguardas, el decreto prevé un régimen de transición del sistema de sustitución en la toma de las decisiones al sistema de
apoyos y salvaguardas. Es así que, sobre el particular, su Primera Disposición Complementaria Transitoria establece lo siguiente:
"El Juez transforma los siguientes procesos a uno de apoyos y salvaguardas:
a) Aquellos procesos de interdicción que cuenten con sentencia firme donde se haya nombrado curador para la persona con discapacidad. En estos
casos, con la entrada en vigencia de la presente Ley, las personas con discapacidad tienen capacidad de goce y de ejercicio, siendo aplicables las
reglas establecidas en el Capítulo Cuarto al Título II de la Sección Cuarta del Libro III del Código Civil.
b) Aquellos procesos de interdicción en trámite, iniciados con anterioridad a la vigencia de la presente Ley. En estos casos, se suspende la
tramitación del proceso y se aplican las reglas establecidas en el Capítulo Cuarto al Título II de la Sección Cuarta del Libro III del Código Civil.
El Consejo Ejecutivo del Poder Judicial establece las reglas y procedimientos necesarios para el correcto funcionamiento de la transición al
sistema de apoyos en observancia obligatoria del modelo social de la discapacidad."
STC. EXP. 00194-2014-PHC/TC
 En el caso, se advertir, que nos encontramos en el primer supuesto descrito por la norma citada. En
efecto, a la fecha ya pesa sobre el favorecido una sentencia de interdicción que lo declara
absolutamente incapaz en los términos del artículo 43, inciso 2, del Código Civil. Así las cosas, y
estando a lo establecido por la Primera Disposición Complementaria Transitoria del Decreto
Legislativo 1384, desde el día siguiente de la publicación del mismo, el beneficiario ha sido
restablecido en su capacidad de goce y de ejercicio, por lo que el juez ordinario que conoció dicha
causa judicial deberá transformar el proceso de interdicción —ya culminado— en uno de apoyos
y salvaguardas.
 Ahora bien, este Tribunal considera que esta transición no es un asunto que se presente solamente en el
caso del favorecido, sino que, es una cuestión que atañe a todas las personas con discapacidad que han
sido interdictadas. Por ello, es de suma importancia que los jueces que, como en el presente caso,
conocieron de procesos de interdicción de personas con discapacidad, asuman bajo el nuevo paradigma
que ahora se presenta un rol de garantía más activo de los derechos de las personas con discapacidad
bajo la lógica del modelo social de la discapacidad. Esto supone, entre otras cosas, abandonar la
idea según la cual se trataba a las personas con discapacidad como objetos del proceso y empezar
a comprenderlas como verdaderos sujetos en el mismo. Solo así podrá garantizarse fehacientemente
el respeto de su derecho a la capacidad jurídica en condiciones de igualdad.
Consideraciones del TC: El derecho a la libertad individual de las personas con discapacidad mental
 El Comité de los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas en las directrices relativas al
artículo 14 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, señala que resulta contrario al
artículo 14 de dicho tratado el permitir la restricción de la libertad personal de dichas personas apelando al
peligro que podrían suponer para sí mismas o para terceiros.
 Pero, otros pronunciamientos como los del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas [la reciente
Observación General 35, CCPR/C/GC/35] o del Subcomité para la Prevención de la Tortura y Otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes [CAT/OP/27/2], por ejemplo, han señalado que si bien la regla es que a las
personas con discapacidad no se les prive o restringa su derecho a la libertad personal, existe una excepción
a la misma cuando la persona suponga un riesgo para sí misma o, incluso, para terceras personas. Por su
parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha tenido a bien señalar que es necesario que se inviertan
recursos económicos tendientes a la creación de alternativas en la comunidad, a fin de ir relegando las opciones que
significan restringir la libertad personal de las personas con discapacidad.
 El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, al interpretar el artículo 5, inciso 1, literal e), del Convenio para la
Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, ha admitido en el Caso Stanev Vs.
Bulgaria la posibilidad de restringir la libertad de una persona con discapacidad mental "a fin de garantizar
su propia seguridad o la protección de los demás (Aplicación 36760/06, sentencia de 17 de enero de 2012, párr.
157]. Dicho criterio ha sido reafirmado recientemente por dicho tribunal en el Caso Rooman Vs. Bélgica
[Aplicación 18052/11, sentencia de 31 de enero de 2019]. Claro que, como bien se advierte de lo expuesto por ese
tribunal, ello supone siempre una cuestión excepcional que puede bajo determinadas garantías y salvaguardas.
STC. EXP. 00194-2014-PHC/TC
 En efecto, se aprecia que si bien está fuera de toda duda que la discapacidad (cualquiera sea su
naturaleza), como criterio único, es un motivo proscrito para privar o restringir el derecho a la
libertad personal, todavía algunas posiciones permiten que se interfiera en dicha libertad cuando
se busque garantizar la seguridad de dichas personas o de las demás.
 El TC considera que, respecte a la libertad personal de las personas con discapacidad (en lo que respecta
a temas que no tengan que ver con cuestiones de Derecho Penal), hay dos cuestiones que señalar:
i) En primer lugar: que en nuestro ordenamiento jurídico la regla es que está proscrita la posibilidad de
restringir o privar del goce efectivo del derecho a la libertad personal a las personas con discapacidad
únicamente por motivos de discapacidad, sea que se trate de una discapacidad real o una percibida.
ii) En segundo lugar: que si bien en el contexto actual del Derecho Internacional de los Derechos Humanos
(fundamentos 53 a 58 supra) no estaría vedada la posibilidad, siempre como excepción, de restringir la
libertad personal de una persona con discapacidad por motivos dirigidos a garantizar la seguridad de dicha
persona o de terceros, ello solo será válido en tanto se establezcan las garantías procesales y sustantivas
adecuadas, siempre respetando la dignidad de la persona (como ultima rallo, siempre que sea una medida legal y
no arbitraria, en un centro de salud especializado, y esté sujeta a revisión periódica por la autoridad competente).
Además, este segundo supuesto es un escenario en claro retroceso en la coyuntura actual, por lo que su
desaparición absoluta debe ser un proceso que de manera decidida emprenda el Estado, buscando garantizar
la implementación real y efectiva de un modelo de atención comunitario.
STC. EXP. 00194-2014-PHC/TC
 Como consecuencia de lo decretado en el caso de autos, es decir, de haberse comprobado la vulneración del
derecho a la libertad individual, este Tribunal dispone el retiro de las rejas metálicas y el tapiado de las
ventanas de la habitación del favorecido. Asimismo, se establece que el juez del proceso de interdicción
subyacente, al convertir dicho proceso a uno de apoyos y salvaguardas, podrá disponer las medidas de
seguridad pertinentes (provisionales y permanentes), debiéndose tomar en cuenta la voluntad del favorecido y
el respeto de sus derechos y dignidad.
 El Ministerio Público deberá tomar una posición vigilante para prevenir que hechos como los descritos
se vuelvan a repetir. En efecto, ya sea que finalmente se decida llevar a cabo los tratamientos de salud
correspondientes en el entorno familiar o que, excepcionalmente, y luego del - proceso de adecuación del
proceso de interdicción a uno de apoyos y salvaguardas, se decida un tratamiento intramural, la labor del
Ministerio Público debe ser siempre activa a fin de evitar cualquier tipo de situación que haga peligrar la vida,
la integridad o la libertad del favorecido.
VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADO SARDÓN DE TABOADA:
 Al tener un sustento médico, por tanto, la restricción de la libertad de tránsito del favorecido no puede ser
calificada como trato humillante. En este caso, existe un doloroso dilema, en el que no puede preservarse
la integridad personal del favorecido sin recortar su libertad de tránsito.

Al derecho y al revés: Derechos de la persona con discapacidad - PUCP


https://www.youtube.com/watch?v=Z7LztxoJARY&list=RDLVkTkSeKGmAFE&index=7
GRACIAS
ETAPAS DEL PROCESO PENAL
Investigación Preparatoria

 Tiene por finalidad reunir los elementos de convicción, de cargo y de descargo, que permitan al
Fiscal decidir si formula acusación o no. En ese sentido, el titular del Ministerio Público busca
determinar si la conducta incriminada es delictiva, así como las circunstancias o móviles de la
perpetración, la identidad del autor, partícipes y de la víctima y la existencia del daño causado.
 La Investigación Preparatoria es dirigida por el Fiscal quien, por sí mismo o encomendando a la
Policía, puede realizar las diligencias de investigación que conlleven al esclarecimiento de los
hechos. Estas puede realizarse por iniciativa del Fiscal o a solicitud de alguna de las partes y siempre
y cuando no requieran autorización judicial ni tengan contenido jurisdiccional.
 Esta etapa se inicia con el conocimiento o sospecha de la comisión de un hecho presuntamente
delictivo y puede ser promovida por los denunciantes o hacerse de oficio, cuando se trate de un delito
de persecución pública.
 Durante esta etapa le corresponde al Juez de la Investigación Preparatoria autorizar la constitución de
las partes; pronunciarse sobre las medidas limitativas de derechos y medidas de protección; resolver
excepciones, cuestiones previas y prejudiciales; realizar los actos de prueba anticipada y controlar el
cumplimiento del plazo de esta etapa.
 Comprende dos partes.
La Investigación Preliminar

 Implican realizar los actos urgentes o inaplazables para verificar si han tenido lugar los actos conocidos y
su delictuosidad, así como asegurar los elementos materiales de su comisión, individualizar a las personas
involucradas y asegurarlas debidamente.
 Cuando la Policía tenga noticia sobre la comisión de un delito, debe comunicarlo al Ministerio Público,
pudiendo realizar y continuar las investigaciones que haya iniciado y practicar aquellas que le sean delegadas
una vez que intervenga el Fiscal. En todos los casos, la institución policial debe entregar el correspondiente
informe policial al Fiscal.
 El Fiscal califica la denuncia. Si aprecia que el hecho no constituye delito, no es justiciable penalmente o hay
causas de extinción previstas en la Ley, el representante del Ministerio Público debe ordenar el archivo de lo
actuado. En caso de que el hecho sí calificase como delito y la acción penal no hubiere prescrito pero falta
identificar al autor o partícipes, el Fiscal puede ordenar la intervención de la Policía para tal fin. Igualmente
puede disponer la reserva provisional de la investigación si el denunciante hubiera omitido una condición de
procedibilidad que dependa de él.
 Finalmente, cuando a partir de la denuncia del informe policial o de las diligencias preliminares aparezcan
indicios reveladores de la existencia de un delito, este no ha prescrito, se ha individualizado al
imputado y se cumplen los requisitos de procedibilidad, el Fiscal debe disponer la formalización y
continuación de la Investigación Preparatoria.
La Investigación Preparatoria

 El Fiscal dispone o realiza nuevas diligencias de investigación que considere pertinentes y útiles; no
pudiendo repetir las efectuadas durante las diligencias preliminares. Estas solo pueden ampliarse siempre
que ello sea indispensable, se advierta un grave defecto en su actuación previa o ineludiblemente deba
completarse por la incorporación de nuevos elementos de convicción.
 El Fiscal puede exigir información de cualquier particular o funcionario público. Asimismo, cualquiera de
las partes procesales puede solicitarle la realización de diligencias adicionales.
 Para realizar las diligencias investigatorias, el Fiscal puede solicitar la intervención de la Policía y hasta el
uso de la fuerza pública de ser necesario para el cumplimiento de sus actuaciones. Cuando el titular del
Ministerio Público requiera la intervención del Juez de la Investigación Preparatoria – como la imposición
de medidas coercitivas o la actuación de prueba anticipada- debe necesariamente formalizar la
investigación, salvo en las excepciones de Ley.
 Durante la Investigación Preparatoria se puede autorizar la circulación y entrega de bienes delictivos y la
actuación de agentes encubiertos.
 Finalmente, en los casos en que se venza el plazo de la Investigación Preparatoria sin que el Fiscal la
haya concluido, cualquiera de las partes puede solicitar al Juez de la Investigación Preparatoria que
disponga su conclusión.
Etapa Intermedia

 Se centra en la decisión adoptada por el Fiscal luego de haber culminado la Investigación Preparatoria
de pedir el sobreseimiento de la causa (se abstiene de la acción penal, evitando el proceso penal y la
imposición de la pena al existir un acuerdo entre imputado y víctima que busca la reparación del daño
causado) o la acusación.
 El titular del Ministerio Público puede pedir el sobreseimiento de la causa cuando: El hecho no se
realizó. Este no es atribuible al imputado. No está tipificado.  Hay una causa de justificación, de
inculpabilidad o de no punibilidad. La acción penal se ha extinguido. No existe razonablemente la
posibilidad de incorporar nuevos datos a la investigación. No haya elementos de convicción suficientes
para solicitar fundadamente el enjuiciamiento del imputado.
 El sobreseimiento puede ser total o parcial. Esta decisión se debate en una audiencia preliminar
convocada por el Juez de la Investigación Preparatoria y, de proceder, tiene carácter definitivo y la
autoridad de cosa juzgada, ordenando el archivo de la causa.
 De otro lado, en el caso de que el Fiscal decida formular acusación, el Juez de la Investigación
Preparatoria debe convocar a la audiencia preliminar con la finalidad de debatir sobre la
procedencia o admisibilidad de cada una de las cuestiones planteadas y la pertinencia de la prueba
ofrecida.
Juicio Oral

 Es la etapa principal del nuevo proceso penal y se realiza sobre la base de la acusación. Es
regida por los principios de oralidad, publicidad, inmediación y contradicción, además de
la continuidad del juzgamiento, concentración de los actos, identidad física del juzgador y
presencia obligatoria del imputado y su defensor. El Juicio Oral comprende los alegatos
preliminares, la actuación probatoria, los alegatos finales y la deliberación y sentencia.
 Una vez instalada la audiencia, esta debe seguir en sesiones continuas e ininterrumpidas –salvo
las excepciones contempladas en la Ley- hasta su conclusión. Esta se realiza oralmente y se
documenta en un acta que debe contener tan solo una síntesis de la misma. Asimismo, debe
quedar registrada en medio técnico de audio o audiovisual, según las facilidades del caso.
 En función al principio de oralidad, toda petición o cuestión propuesta debe ser argumentada
oralmente, al igual que la presentación de pruebas y, en general, todas las intervenciones de
quienes participan en ella. Además, las resoluciones, incluyendo la sentencia, son dictadas
y fundamentadas oralmente, quedando registradas conjuntamente con el resto de las
actuaciones de la audiencia en el correspondiente medio audiovisual, sin perjuicio de su
registro en acta cuando corresponda.
ACTOS DE INVESTIGACION Y ACTOS DE PRUEBA

Exp. 00029-2017-50
TERCERO: Los actos de investigación tienen notas características propias que los distinguen de
los actos de prueba, entre ellos, podemos destacar los siguientes: i) el acto de investigación
persigue descubrir o tomar conocimiento de los hechos que se afirman delictivos —y hasta
ese tiempo desconocidos—, mientras el acto de prueba se dirige a constatar o evidenciar la
existencia o veracidad de aquellos; ii) los actos de investigación permiten la obtención de
elementos o fuentes de prueba que sirven de base para sustentar la imputación y adoptar
decisiones acerca del avance del proceso o su finalización, mientras que los actos de prueba
tienden a lograr la convicción del juzgador y son, por ende, los únicos que pueden
fundamentar la sentencia, sea de absolución o de condena; iii) los actos de investigación
tienen lugar durante la investigación y su práctica corresponde al fiscal, mientras que los
actos de prueba son practicados en el acto del juicio oral ante el juez de juzgamiento;
y, iv) los actos de investigación, generalmente, son practicados a instancia de las partes
acusadoras, sin embargo, el sujeto sometido a investigación también puede instar la
práctica de aquellas diligencias o actos de investigación que sirvan a su defensa.
NIVELES DE SOSPECHA: SENTENCIA PLENARIA CASATORIA N.º 1-2017/CIJ-433.

24.º En orden al nivel o intensidad de la sospecha, cabe afirmar lo siguiente:


A. La sospecha inicial simple –el grado menos intensivo de la sospecha– requiere, por parte del
Fiscal, puntos de partida objetivos, es decir, un apoyo, justificado por hechos concretos –solo con
cierto nivel de delimitación– y basado en la experiencia criminalística, de que se ha cometido un
hecho punible perseguible que puede ser constitutivo de delito –en este caso de lavado de activos–
[Cfr.: Claus Roxin, Obra citada, p. 329]. Se requiere de indicios procedimentales o fácticos relativos
–aunque con cierto nivel de delimitación–, sin los cuales no puede fundarse sospecha alguna –esto
último, por cierto, no es lo mismo que prueba indiciaria o por indicios, objeto de la sentencia–.
Las sospechas (vocablo utilizado, por ejemplo, en el artículo 329, apartado 1, del CPP), en todo caso,
en función a los elementos de convicción que se cuentan, conforme a la jurisprudencia germana, solo
aluden a un hecho presuntamente delictivo, de momento nada debe indicar sólidamente aún un autor
en concreto (BGH StV 1988, 441). Si no está claro si las circunstancias conocidas hasta el momento
ponen de manifiesto una conducta punible, cabe una indagación preliminar. Desde esta perspectiva,
para incoar diligencias preliminares solo se precisa de la posibilidad de comisión de un hecho
delictivo. Es, pues, un juicio de posibilidad que realiza el Fiscal, que es el que funda el
iuspersequendi del fiscal, y que exige una valoración circunstanciada de su parte [Francisco Ortego
Pérez: Obra citada, p. 53].
(…)
NIVELES DE SOSPECHA: SENTENCIA PLENARIA CASATORIA N.º 1-2017/CIJ-433.

B. La sospecha reveladora para la disposición de formalización de la investigación preparatoria –el


grado intermedio de la sospecha–, en cuanto imputación formal de carácter provisional, consiste en la
existencia de hechos o datos básicos que sirvan racionalmente de indicios de una determinada conducta de
lavado de activos, mediante la presencia de elementos de convicción con determinado nivel, medio, de
acreditación –los elementos de prueba, como se sabe, son los que se utilizan para la construcción de una
sentencia– para incoar un proceso penal en forma y, en su día, servir de presupuesto necesario para la
acusación y la apertura del juicio oral –en este supuesto la investigación arroja mayor claridad sobre los
hechos objeto de averiguación–. Los hechos para la dilucidación, en el momento procesal oportuno, de la
acusación solo podrán determinarse en su extensión y necesaria explicitación hasta el término de la
investigación preparatoria.
Efectivamente, el nivel de fijeza de la actividad criminal previa, siempre presente por estar incorporada al
tipo penal de lavado de activos, es intermedio. Se debe indicar de qué actividad, genéricamente advertida,
se trata y señalar, a partir de esos datos, la ilicitud de los activos objeto de las conductas de lavado por el
agente delictivo. Para esta inculpación formal, propia de la disposición de formalización, se requiere
probabilidad de intervención del imputado en un hecho punible. Los elementos de convicción han de
ser racionales, descartándose por ello de vagas indicaciones o livianas sospechas, de suerte que la
aludida disposición debe apoyarse en datos de valor fáctico que, representando más que una posibilidad y
menos que una certeza supongan una probabilidad de la existencia de un delito –no se exige un inequívoco
testimonio de certidumbre– (conforme: STCE de 16 de febrero de 1983).
NIVELES DE SOSPECHA: SENTENCIA PLENARIA CASATORIA N.º 1-2017/CIJ-433.

C. La sospecha suficiente, idónea para la acusación y para la emisión del auto de enjuiciamiento –el grado relativamente más
sólido de la sospecha–, en la evaluación provisoria del hecho exige, a partir de los elementos de convicción acopiados hasta el
momento, una probabilidad de condena (juicio de probabilidad positivo) –que ésta sea más probable que una absolución. Esto es,
que consten datos de cargo, desfavorables al imputado y que prevalezcan respecto de los datos que lo favorezcan o de descargo, que
fundan el progreso de la persecución penal [Julio B. J. Maier: Derecho Procesal Penal, Tomo I, 2da. Edición, Editores del Puerto,
Buenos Aires, 1996, p. 496]–. El Fiscal y, en su día, el Juez tienen la responsabilidad de realizar una provisional ponderación de la
verosimilitud de la imputación; probabilidad racionalmente determinada [Francisco Ortego Pérez: Obra citada, p. 54].
Se exige, en aras de garantizar el derecho de defensa y el principio de contradicción, que la imputación sea completa (debe incluir
todos los elementos fácticos que integran el tipo delictivo objeto de acusación y las circunstancias que influyen sobre la
responsabilidad del acusado) y específica (debe permitir conocer con precisión cuáles son las acciones o expresiones que se consideran
delictivas), pero no exhaustivo (no se requiere un relato minucioso y detallado, o pormenorizado, ni la incorporación ineludible
al texto del escrito de acusación de elementos fácticos que obren en las actuaciones de la investigación preparatoria, y a los que
la acusación se refi era con sufi ciente claridad) –estas exigencias son materiales, no formales, destinadas a que el acusado conozca
con claridad y precisión los hechos objeto de acusación– (conforme: STSE de 6 de abril de 1995). Así, los hechos deben delimitarse y
los elementos de convicción deben señalarse en la acusación; y, en lo atinente al delito de lavado de activos, debe mencionarse la
actividad criminal precedente, en los ámbitos y conforme a las acotaciones ya anotadas, de la que proceden los activos cuestionados,
sin perjuicio de enunciarse la concurrencia de los demás elementos del tipo penal.
Se reclama, enseña Ellen Schlüchter, respecto de la probabilidad de condena, como pauta de la sospecha de criminalidad suficiente, el
cumplimiento de tres presupuestos: (i) que la acusación ha de basarse en una descripción de hechos cuya comisión es,
previsiblemente, demostrable a través de los medios de prueba; (ii) que los hechos presentados tienen que ser concluyentes para
uno o varios tipos penales de la parte especial del Código Penal o del Derecho Penal especial; y, (iii) que no existan obstáculos
procesales [Derecho Procesal Penal, Editorial Tirant lo Blanch, Valencia, 1999, p. 98]. No es de descuidar, por cierto, que exista
probabilidad acerca de la existencia de los elementos de imputación que consten en las actuaciones de la investigación preparatoria –
que aparezca como probable una condena– [Julio B.J. Maier: Derecho Procesal Penal, Tomo III, 1ra. Edición, Editores del Puerto,
Buenos Aires, 2011, p. 359].
NIVELES DE SOSPECHA: SENTENCIA PLENARIA CASATORIA N.º 1-2017/CIJ-433.

D. La sospecha grave, propia para dictar mandato de prisión preventiva –el grado más intenso de la
sospecha, más fuerte, en términos de nuestro Código Procesal Penal, que la sospecha suficiente y que resulta
necesaria para la acusación y el enjuiciamiento–, requiere de un alto grado de probabilidad de que el
imputado ha cometido el hecho punible y de que están presentes todos los presupuestos de la
punibilidad y de la perseguibilidad (alto grado de probabilidad de una condena) [Claus Roxin: Obra citada,
p. 259]. Ésta es una conditio sine qua non de la adopción y el mantenimiento de esta medida de coerción
personal. El elemento de convicción ha de ser corroborado por otros elementos de convicción o cuando por sí
mismo es portador de una alta fiabilidad de sus resultados, y además ha de tener un alto poder incriminatorio,
esto es, vincular al imputado con el hecho punible. Esta exigencia probatoria, sin duda, será superior que la
prevista para inicio de actuaciones penales pero inferior al estándar de prueba establecido para la condena:
descarte de duda razonable [Jordi Ferrer Beltrán: Presunción de inocencia y prisión preventiva. En: AA.VV,
Colaboración eficaz, prisión preventiva y prueba, Editorial Ideas. Lima, 2017, pp. 128 y 130].
No se exige, por ello, prueba plena de la autoría ni una definitiva calificación jurídica de la conducta, sino
únicamente la existencia de indicios o elementos de convicción fundados y graves de la comisión de una
actividad delictiva y de los demás presupuestos de punibilidad y perseguibilidad, y a partir de ellos de su
responsabilidad penal. El juicio de imputación judicial para la prisión preventiva exige un plus material
respecto a los dos anteriores niveles de sospecha, pues debe contener un elevado índice de certidumbre
y verosimilitud acerca de la intervención del encausado en el hecho delictivo [Cristina Guerra Pérez: La
decisión judicial de prisión preventiva, Editorial Tirant lo Blanch, Valencia, 2010, p. 138].
(…)
PLAZO DE DILIGENCIAS PRELIMINARES
 El inciso 2 del artículo 330 del Código Procesal Penal, establece: “Las Diligencias Preliminares tienen por
finalidad inmediata realizar los actos urgentes o inaplazables destinados a determinar si han tenido lugar los
hechos objeto de conocimiento y su delictuosidad, así como asegurar los elementos materiales de su comisión,
individualizar a las personas involucradas en su comisión, incluyendo a los agraviados, y, dentro de los límites de
la Ley, asegurarlas debidamente”.
 El inciso 2 del artículo 334, del Código Procesal Penal, establece: “El plazo de las diligencias preliminares,
conforme al artículo 3, es de sesenta días, salvo que se produzca la detención de una persona. No obstante, el
fiscal podrá fijar un plazo distinto según las características, complejidad y circunstancias de los hechos objeto de
investigación…”.
 Al respecto, mediante Casación N.º 2-2008-Huaura, en su fundamento décimo segundo, el Tribunal Supremo
remarco que “El plazo máximo de duración de la investigación preliminar, atendiendo a criterios de orden
cualitativos conforme a los principios de razonabilidad y proporcionalidad, no podría, en la hipótesis más
extrema, ser mayor que el plazo máximo de la Investigación Preparatoria regulado en el artículo 342 de la Ley
Procesal Penal”; criterio que ratificado en el fundamento décimo de la Casación N.º 144-2012-Lambayeque.
 El artículo 342.1 de la norma glosada establece que, “El plazo de la Investigación Preparatoria es de ciento
veinte días naturales. Sólo por causas justificadas, dictando la Disposición correspondiente, el Fiscal podrá
prorrogarla por única vez hasta por un máximo de sesenta días naturales”. En consecuencia, de una
interpretación sistemática y conforme a los criterios expuestos, el plazo de la investigación preliminar tiene
un límite máximo de hasta 180 días.
PLAZO DE INVESTIGACION FORMALIZADA
Artículo 342 Plazo.
1. El plazo de la Investigación Preparatoria es de ciento veinte días naturales. Sólo por causas justificadas, dictando la Disposición
correspondiente, el Fiscal podrá prorrogarla por única vez hasta por un máximo de sesenta días naturales.
2. Tratándose de investigaciones complejas, el plazo de la Investigación Preparatoria es de ocho meses. Para el caso de
investigación de delitos perpetrados por imputados integrantes de organizaciones criminales, personas vinculadas a ella o que
actúan por encargo de la misma, el plazo de la investigación preparatoria es de treinta y seis meses. La prórroga por igual plazo
debe concederla el Juez de la Investigación Preparatoria.
3. Corresponde al Fiscal emitir la disposición que declara complejo el proceso cuando: a) requiera de la actuación de una
cantidad significativa de actos de investigación; b) comprenda la investigación de numerosos delitos; c) involucra una cantidad
importante de imputados o agraviados; d) demanda la realización de pericias que comportan la revisión de una nutrida
documentación o de complicados análisis técnicos; e) necesita realizar gestiones de carácter procesal fuera del país; f) involucra
llevar a cabo diligencias en varios distritos judiciales; g) revisa la gestión de personas jurídicas o entidades del Estado; o h)
comprenda la investigación de delitos perpetrados por integrantes de una organización criminal, personas vinculadas a ella o que
actúan por encargo de la misma.
Artículo 343 Control del Plazo.
1. El Fiscal dará por concluida la Investigación Preparatoria cuando considere que ha cumplido su objeto, aun cuando no hubiere
vencido el plazo.
2. Si vencidos los plazos previstos en el artículo anterior el Fiscal no dé por concluida la Investigación Preparatoria, las partes
pueden solicitar su conclusión al Juez de la Investigación Preparatoria. Para estos efectos el Juez citará al Fiscal y a las demás
partes a una audiencia de control del plazo, quien luego de revisar las actuaciones y escuchar a las partes, dictará la resolución que
corresponda.
3. Si el Juez ordena la conclusión de la Investigación Preparatoria, el Fiscal en el plazo de diez días debe pronunciarse solicitando el
sobreseimiento o formulando acusación, según corresponda. Su incumplimiento acarrea responsabilidad disciplinaria en el Fiscal.
PRÓRROGA DEL PLAZO DE LA INVESTIGACIÓN

Casación 134-2012, Áncash


Segundo: En cuanto al punto b) Determinar si la prórroga de la investigación preliminar procede
efectuarla vencido el plazo por el Ministerio Público, debe considerarse:
Que, el artículo 144 inciso 1) del Código adjetivo antes citado, señala que los plazos solo pueden ser
prorrogados cuando la ley lo permita. Esto significa, que, de ningún modo, cabe la habilitación judicial del
plazo, cuando ello no esté contemplado expresamente.
De allí, que frente al vencimiento del término para llevar a cabo una determinada actuación procesal a cargo del
Ministerio Público —en su condición de titular de la acción penal y director de la investigación— no
corresponda el amparo de solicitudes de prórroga del mismo. Menos aún, que, en tal circunstancia de
conclusión del plazo, recién se pretenda la calificación del caso, como complejo. Así mismo, en aplicación
del principio de la preclusión procesal.
En tal supuesto, corresponde continuar con el normal desarrollo de las siguientes etapas del proceso. Así, en el
caso, del vencimiento del plazo de la investigación preliminar, el Ministerio Público, debe proceder con el
requerimiento fiscal, acusatorio o de sobreseimiento.
PLAZO RAZONABLE
 Si bien el proceso requiere de un tiempo para su desarrollo, este no puede ser indeterminado, ello atenta el
derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable, derecho implícito del debido proceso y tutela judicial
efectiva, que “tiene como finalidad impedir que los acusados permanezcan durante largo tiempo bajo
acusación y asegurar que su tramitación se realice prontamente” (STC. EXP. N. 0618-2005-HC/TC, LIMA.
Fundamento 10).
 En consecuencia, “El plazo de un proceso o un procedimiento será razonable sólo si es que aquél comprende
un lapso de tiempo que resulte necesario y suficiente para el desarrollo de las actuaciones procesales
necesarias y pertinentes que requiere el caso concreto, así como para el ejercicio de los derechos de las
partes de acuerdo a sus intereses, a fin de obtener una respuesta definitiva en la que se determinen los derechos
u obligaciones de las partes” (STC. EXP N.º 01535-2015-PHC/TC, PIURA. Fundamento 3).
Caso Genie Lacayo vs. Nicaragua (1997), párrafo 77
 Para precisarlo se pueden invocar los elementos que ha señalado la Corte Europea de Derechos Humanos en
varios fallos en los cuales se analizó este concepto, pues este artículo de la Convención Americana es
equivalente, en lo esencial, al artículo 6 del Convenio Europeo para la Protección de Derechos Humanos y de
las Libertades Fundamentales. De acuerdo con la Corte Europea, se deben tomar en cuenta tres elementos para
determinar la razonabilidad del plazo en el cual se desarrolla el proceso: a. la complejidad del asunto; b.
la actividad procesal del interesado; y c. la conducta de las autoridades judiciales.
PLAZO RAZONABLE
STC. EXP. 5228-2006-PHC/TC.
14. Criterios que también la jurisprudencia de este Colegiado ha recogido en sendas sentencias, tales como 6167-2006-
PHC/TC, 7624-2005-HC/TC, 594-2004-HC/TC. Por ello, a juicio de este colegiado, los criterios a considerar para
determinar la razonabilidad del plazo de la investigación fiscal son de dos tipos: subjetivo y objetivo. En el primero
quedan comprendidos 1) la actuación del fiscal y 2) la actuación del investigado; en el segundo, la naturaleza de los
hechos objeto de investigación.
15. Los criterios subjetivos, como ya se adelantó, están referidos a la actuación tanto del investigado como del fiscal a
cargo de la investigación prejurisdiccional. En cuanto se refiere al investigado se debe tener en cuenta la actitud
obstruccionista del investigado, la cual puede manifestarse en 1) la no concurrencia, injustificada, a las citaciones que le
realice el fiscal a cargo de la investigación, 2) el ocultamiento o negativa, injustificada, a entregar información que sea
relevante para el desarrollo de la investigación, 3) la recurrencia, de mala fe, a determinados procesos constitucionales u
ordinarios con el fin de dilatar o paralizar la investigación prejurisdiccional, y 4) en general, todas aquellas conductas que
realice con el fin de desviar o evitar que los actos ele investigación conduzcan a la formalización ele la denuncia
penal.
16. En cuanto a la actividad del fiscal, el primer criterio a considerar es la capacidad de dirección de la investigación y
la diligencia con la que ejerce las facultades especiales que la Constitución le reconoce. En principio, se parte de la
presunción de constitucionalidad y legalidad de los actos de investigación del ministerio público. No obstante, es una
presunción iuris tantum, en la medida que ella puede ser desvirtuada. Ahora bien, para la determinación de si en una
investigación prejurisdiccional hubo o no diligencia por parte del fiscal a cargo de la investigación deberá considerarse, de
un lado, la realización o no de aquellos actos que sean conducentes o idóneos para la formalización de la denuncia
respectiva.
PLAZO RAZONABLE
STC. EXP. 5228-2006-PHC/TC.
17. En ese sentido, habrá inactividad fiscal aún cuando se lleven a cabo actos de investigación
que no tengan relación directa o indirecta con el objeto de investigación. Más aún, la falta de
diligencia fiscal no puede ser soslayado por aseveraciones o infundios acerca de la conducta del
investigado o de terceros: por cuanto, de realizase una conducta ilícita de personas vinculadas al
proceso, sólo cabe realizar una denuncia a fin de no incurrir en el posible delito de omisión de
denuncia, previsto en el artículo 407º del Código Penal.
18. Dentro del criterio objetivo, a juicio del Tribunal Constitucional, cabe comprender la naturaleza
de los hechos objeto de investigación; es decir, la complejidad del objeto a investigar. Al respecto, es
del caso señalar que la complejidad puede venir determinada no sólo por los hechos mismos objeto
de esclarecimiento, sino también por el número de investigados más aún si se trata de organización
criminales internacionales, la particular dificultad de realizar determinadas pericias o exámenes
especiales que se requieran, así como los tipos de delitos que se imputan al investigado, como por
ejemplo, los delitos de lesa humanidad. También debe considerarse el grado de colaboración de las
demás entidades estatales cuando así lo requiera el Ministerio Público.
TEORIA DEL NO PLAZO
EXP. 470-2015-0
QUINTO […] 5.9. Por otro lado la “Teoría del no plazo”, la cual fuera postulada por el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos, posteriormente acogida por nuestra Corte Interamericana de Derechos Humanos, y como tal
aplicada a nuestro ordenamiento jurídico interno, implica que los plazos no pueden establecerse con precisión
absoluta, dado que, tal como se pronunciaron los tribunales internacionales y los nuestros, es imposible
traducirse dicho concepto en un número fijo de días, semanas, meses o años; lo cual significa que
corresponde al Juez, bajo el poder discrecional que la Ley le confiere, poder evaluar de acuerdo a cada
caso concreto, la razonabilidad de la duración de un plazo dentro de una investigación, la cual debe
medirse en relación a una serie de factores tales como la complejidad del caso, la conducta del inculpado y
la diligencia de las autoridades competentes en la conducción del proceso.
5.10. De lo anteriormente señalado, y revisando el caso concreto, se advierte que el resultado de la pericia
grafotécnica N° 1512/2018, presentada al Ministerio Público en fecha 03 de abril de 2018, es decir al
vencimiento del plazo establecido para la investigación preparatoria compleja, ha determinado que la firma
contenida en la constancia de Ejecución del Programa de Reinversión N° 4150.1341000106-BNP, corresponde a
Patricia Perez Brent, persona no comprendida en la investigación conforme ha sido señalado en los
considerandos precedentes; en ese sentido su incorporación dentro de la investigación sería de gran importancia
para los fines que se persigue, pues conforme del fundamento fáctico habría intervenido suscribiendo la citada
constancia, la misma que fue usada por Doris Erlita Ojeda Zañartu ante la SUNAT, como un crédito contra el
impuesto a la Renta por el monto de S/4’258,623.00 soles, llegando así a defraudar patrimonialmente al Estado.
REPOSICIÓN DEL PLAZO

Artículo 145 Reposición del plazo.-


1. Cuando factores de fuerza mayor o de caso fortuito, o por defecto en la notificación que no
le sea imputable, se haya visto impedido de observar un plazo y desarrollar en él una actividad
prevista en su favor, podrá obtener la reposición íntegra del plazo, con el fin de realizar el acto
omitido o ejercer la facultad concedida por la Ley, a su pedido.
2. La solicitud de reposición del plazo se presentará por escrito en el plazo de veinticuatro
horas luego de desaparecido el impedimento o de conocido el acontecimiento que da
nacimiento al plazo.
3. La solicitud deberá contener:
a) La indicación concreta del motivo que imposibilitó la observación del plazo, su
justificación y la mención de todos los elementos de convicción de los cuales se vale para
comprobarlo; y,
b) La actividad omitida y la expresión de voluntad de llevarla a cabo.
Reposición del plazo
EXP. 00075-2017-24
3.3.9. En ese orden de ideas; no quepa duda que en el sub materia fueron veinte días —no veintiún días como
indica la fiscalía— en los cuales se mantuvo retenida la Carpeta Fiscal por la Juez, sin justificación válida,
interrumpiendo con ello —innecesariamente— la investigación preparatoria, lo cual no fuera previsible al titular
de la acción penal; más aún, si la operadora de justicia tenía la posibilidad de haber asumido como previsión
dentro de las veinticuatro horas con las cuales contaba, disponer se extraigan de la Carpeta Fiscal en ciernes, las
copias autenticadas de las piezas pertinentes para contar con mayor tiempo de análisis, de ser el caso.
3.3.10. Amerita enfatizar por este Tribunal que; el objeto del artículo 145° del Código Procesal Penal, es el de
reponer cualquier habilitación temporal autorizada o porción de esta, para la ejecución de una actuación
procesal; siendo menester no soslayarse que en el caso de las diligencias de investigación preparatoria, su
ejecución son proyectadas en forma estratégica, programática y estructurada en relación a los intereses
instructivos del Ministerio Público; en ese sentido, el plazo no utilizado para desarrollar actos investigatorios,
en efecto, altera negativamente la oportunidad en que correspondería su desarrollo, repercutiendo ello en la
proyección del lapso temporal total asumido para la investigación; ergo, el espacio de tiempo en el cual se
retuvo la carpeta fiscal, constituye factor de fuerza mayor no imputable al titular de la acción penal;
concerniendo amparar la restitución de plazo, peticionada.
CONTROL DE IDENTIDAD POLICIAL
 El Personal Policial, sin necesidad de orden fiscal o judicial, requerirá a cualquier persona su DNI y podrá
realizar las verificaciones pertinentes, cuando: a) Considere que resulta necesario para prevenir un delito; y
b) Para obtener información útil para la averiguación de un hecho punible.
 Si existiere fundado motivo que el requerido pueda estar vinculado a la comisión de un hecho delictuoso (esté
identificado o no), el Personal Policial podrá registrar sus vestimentas, equipaje o vehículo, para lo cual
levantará el acta respectiva, indicando lo encontrado y dando cuenta a el Fiscal; conforme al Protocolo de
Actuación Interinstitucional de Registro Personal e Incautación. Si del resultado del registro se advierte que
el intervenido se encuentra vinculado a la presunta comisión de un delito en flagrancia, se procederá a
informarle su situación jurídica de detenido.
 El cómputo de las cuatro horas de retención, deberá realizarse a partir de la intervención realizada en el
lugar donde se efectúo el requerimiento de identificación. Transcurridas las cuatro horas, el retenido deberá
retirarse de la Dependencia Policial.
 Si el personal policial constata que el retenido registra alguna requisitoria pendiente, lo pondrá a disposición de
la Oficina de Requisitorias de la PNP mediante el documento respectivo, sin perjuicio de comunicar tal
situación a el Fiscal.
 Si el retenido se identifica con documento de identidad (DNI o documentos alternativos) falso o adulterado se
adoptará el procedimiento que se utiliza para los casos de flagrancia delictiva. Se procederá de igual
manera, en caso el intervenido, usurpando nombre o calidad, se identifica con documento de otra persona.
FLAGRANCIA
Artículo 259 NCPP.- Detención Policial
La Policía Nacional del Perú detiene, sin mandato judicial, a quien sorprenda en flagrante delito. Existe flagrancia cuando:
1. El agente es descubierto en la realización del hecho punible.
2. El agente acaba de cometer el hecho punible y es descubierto.
3. El agente ha huido y ha sido identificado durante o inmediatamente después de la perpetración del hecho punible, sea por el
agraviado o por otra persona que haya presenciado el hecho, o por medio audiovisual, dispositivos o equipos con cuya tecnología se
haya registrado su imagen, y es encontrado dentro de las veinticuatro (24) horas de producido el hecho punible.
4. El agente es encontrado dentro de las veinticuatro (24) horas después de la perpetración del delito con efectos o instrumentos
procedentes de aquel o que hubieren sido empleados para cometerlo o con señales en sí mismo o en su vestido que indiquen su
probable autoría o participación en el hecho delictuoso.

Artículo 2 Constitución.- Toda persona tiene derecho:


24. A la libertad y a la seguridad personales. En consecuencia:
f. Nadie puede ser detenido sino por mandamiento escrito y motivado del juez o por las autoridades policiales en caso de flagrante
delito. La detención no durará más del tiempo estrictamente necesario para la realización de las investigaciones y, en todo caso, el
detenido debe ser puesto a disposición del juzgado correspondiente, dentro del plazo máximo de cuarenta y ocho horas o en el
término de la distancia.
Estos plazos no se aplican a los casos de terrorismo, espionaje, tráfico ilícito de drogas y a los delitos cometidos por
organizaciones criminales. En tales casos, las autoridades policiales pueden efectuar la detención preventiva de los presuntos
implicados por un término no mayor de quince días naturales. Deben dar cuenta al Ministerio Público y al juez, quien puede asumir
jurisdicción antes de vencido dicho término.
FLAGRANCIA
ACUERDO PLENARIO EXTRAORDINARIO N.0 2-2016/CIJ-116.
8°. La "prueba evidente" o "evidencia delictiva“ se define a partir de tres instituciones -dos de ellas con un alcance legislativo
en el propio NCPP, que es pertinente matizar para los efectos de los alcances del proceso inmediato-: delito flagrante, confesión
del imputado y delito evidente. Su objetivo o efecto es meramente procesal. Estriba, instrumentalmente, en concretar el ámbito de
aplicación de un procedimiento especial más rápido y sencillo, menos formalista y complejo que el común u ordinario.
A. El delito flagrante, en su concepción constitucionalmente clásica se configura por la evidencia sensorial del hecho delictivo
que se está cometiendo o que se acaba de cometer en el mismo instante de ser sorprendido el delincuente; de suerte que se conoce
directamente tanto la existencia del hecho como la identidad del autor y se percibe, al mismo tiempo, la relación de este último con
la ejecución del delito y se da evidencia patente de tal relación. Se trata de una situación fáctica, en que el delito se percibe con
evidencia y exige inexcusablemente una inmediata intervención [STSE de 3-2-2004], se requiere una evidencia sensorial y luego
de la noción de urgencia.
Las notas sustantivas que distingue la flagrancia delictiva son: a) inmediatez temporal, que la acción delictiva se esté
desarrollando o acabe de desarrollarse en el momento en que se sorprende o percibe; y, b) inmediatez personal, que el delincuente
se encuentre en el lugar del hecho en situación o en relación con aspectos del delito (objetos, instrumentos, efectos, pruebas o
vestigios materiales), que proclamen su directa participación en la ejecución de la acción delictiva. Las notas adjetivas que
integran el delito flagrante son: a) la percepción directa y efectiva: visto directamente o percibido de otro modo, tal como
material filmico o fotografías (medio audiovisual) -nunca meramente presuntiva o indiciaria- de ambas condiciones materiales; y,
b) la necesidad urgente de la intervención policial, la cual debe valorarse siempre en función del principio de proporcionalidad,
de tal suerte que evite intervenciones desmedidas o la lesión desproporcionada de derechos respecto al fin con ellas perseguidas
(Conforme: SSTSE de 28-12-1994 y de 7-3- 2007). Por lo demás, la noción general de "delito flagrante" requiere una aplicación
jurisdiccional siempre atenta a las singularidades del modo de verificación de cada concreta conducta delictiva (STCE 341/1993).
FLAGRANCIA
ACUERDO PLENARIO EXTRAORDINARIO N.0 2-2016/CIJ-116.
Lo expuesto comprende lo que la doctrina procesalista reconoce como tres tipos de flagrancia: 1. Flagrancia
estricta: el sujeto es sorprendido y detenido en el momento de ejecutar el hecho delictivo. 2. Cuasi flagrancia:
el individuo es capturado después de ejecutado el hecho delictivo, siempre que no se le haya perdido de
vista y haya sido perseguido desde la realización del delito. 3. Flagrancia presunta: la persona es intervenida
por la existencia de datos que permiten intuir su intervención -en pureza, que viene de 'intervenir'- en el
hecho delictivo [LÓPEZ BETANCOURT, EDUARDO. Derecho Procesal Penal. Segunda edición. México: Iura
Editores, p. 95].
La flagrancia supone, primero, que todos los elementos necesarios para evidenciar la comisión del delito se
encuentren presentes en el lugar de la detención y sean recabados durante la captura; lo cual abre la puerta a la
prosecución de un proceso inmediato; y, segundo, que al efectuarse la detención de hecho se impide la
continuación de la acción delictiva y de este modo se protegen los intereses de las víctimas del delito.
En todo caso, la flagrancia delictiva se ve, no se demuestra, y está vinculada a la prueba directa y no a la
indirecta, circunstancial o indiciaria (STSE 980/2014, de 22 de julio). Ello refuerza la idea de que si fuese
preciso elaborar un proceso deductivo más o menos complejo para establecer la realidad del delito y la
participación en él del delincuente no puede considerarse un supuesto de flagrancia (STSE 749/2014, de 12 de
noviembre). La actualidad e inmediatez del hecho, y la percepción directa y sensorial del mismo, excluyen
de por sí la sospecha, conjetura, intuición o deducciones basadas en ello (STSE 758/2010, de 30 de junio).
FLAGRANCIA
ACUERDO PLENARIO EXTRAORDINARIO N.0 2-2016/CIJ-116
Es cierto que la modificación del artículo 259 NCPP, establecida por la Ley número 29596, de 25-8-2010,
amplió, exagerada e irrazonablemente, la relación que debe existir entre la percepción del hecho y el momento
mismo de la intervención al imputado -notas sustantivas de la flagrancia delictiva-, lo que le resta, en gran
medida, inmediatez temporal y personal, así como evidencia. Sin embargo, para los efectos de la compatibilidad de
la flagrancia delictiva con el proceso inmediato, en la noción de evidencia siempre ha de primar: claridad de la
comisión del delito por el imputado y lógica concluyente de lo que se aprecia y observa -incluso a través de medios
audiovisuales-, con descarte razonable de alguna duda o información incompleta que fluye de los actos de
investigación provisionales realizados inmediatamente o con carácter de urgencia y tiempo imprescindible, que es a
lo que se denomina "diligencias policiales de prevención" [Conforme: GIMENO SENDRA, VICENTE. Derecho
Procesal Penal. Segunda edición. Madrid: Editorial Civitas, 2015, pp. 354-357].
Está claro, por lo demás, que si el concepto de flagrante delito se utiliza, por ejemplo, para efectos procesales, a
fin de decidir un procedimiento a seguir -este sería el caso-, no hay nada que objetar a una interpretación más
o menos amplia del mismo. Pero cuando lo que se pretende es fundamentar en él una excepción al contenido de
un derecho fundamental, la interpretación debe ser necesariamente restrictiva -por ejemplo, para la entrada y
registro domiciliario- [MARTÍN MORALES, RICARDO. "Entrada en domicilio por causa de delito flagrante". En
Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología; O 1-02, 1999, p. 2]. La flagrancia se erige, en este caso del
proceso inmediato, como una circunstancia que hace solamente más segura la determinación del autor del delito y
permite, por tanto, un procedimiento más rápido en la investigación y en la celebración del juicio [BRICHETTI,
GIOV ANNI. La "evidencia" en el Derecho Procesal Penal. Buenos Aires: Editorial EJEA, 1973, p. 169].
(…)
FLAGRANCIA
STC EXP. 04487-2014-PHC
9. El Tribunal Constitucional ha establecido, en reiterada jurisprudencia, que la flagrancia en la comisión de un delito
presenta la concurrencia de dos requisitos insustituibles:
a) la inmediatez temporal, es decir, que el delito se esté cometiendo o que se haya cometido instantes antes; y
b) la inmediatez personal, es decir, que el presunto delincuente se encuentre en el lugar de los hechos en el momento de
la comisión del delito y esté relacionado con el objeto o los instrumentos del delito, ofreciendo una prueba evidente de su
participación en el hecho delictivo. […]
12. En el presente caso, este Tribunal advierte que la detención policial de la recurrente se efectuó sin la existencia de un
mandato judicial escrito y motivado ni en situación de flagrante delito, sino por decisión de la autoridad policial
emplazada, conforme ha reconocido en su declaración indagatoria, pues se prescindió de los presupuestos
constitucionales que legitiman la detención policial previsto en la Constitución Política del Perú en su artículo 2, numeral
24, literal “f’. En efecto, de las instrumentales antes descritas, se aprecia que la detención de la recurrente se produjo el
14 de agosto de 2014, cuando se apersonó a la oficina del Depandro PNP Puno para la diligencia investigatoria de
levantamiento del acta de hallazgo, prueba de campo, pesaje e incautación de droga sobre el vehículo de su
propiedad, que fue intervenido el 2 de agosto de 2014; es decir, para su detención policial se prescindió de
los elementos de configuración de la situación de flagrancia, a saber, la inmediatez temporal, que implica que el delito
se esté cometiendo o que se haya cometido instantes antes; y la inmediatez personal, que importa que la recurrente se
encuentre en el momento, lugar y en relación irrefutable con los elementos constitutivos del hecho delictivo.
FLAGRANCIA

STC EXP. N. 0 03691-2009-PHC/TC


18. Que por tanto, y estando a lo anteriormente expuesto, resulta legítimo el ingreso de efectivos de la
Policía Nacional en el domicilio de una persona sin su previa autorización siempre que se tenga
conocimiento fundado, directo e inmediato, que deje constancia evidente de la realización de un hecho
punible, el gravísimo peligro de su perpetración o en caso de la persecución continuada del infractor
que se refugia en él. Ello implica que el objetivo de tal intromisión domiciliaria no es otro que la urgente
intervención a efectos de detener al infractor, evitar que se cometa el hecho punible y, accesoriamente,
efectuar las investigaciones y/o los registros con ocasión del delito en cuestión (decomiso de los objetos del
delito, entre otros).
19. Que en este contexto se concluye que la intervención urgente sancionada para los casos de
flagrancia se justifica constitucionalmente respecto de los delitos de consumación instantánea, pues en
los delitos permanentes no se configuraría, en principio, la situación de urgencia que impida recabar
la autorización judicial correspondiente. Por consiguiente, en los delitos de tenencia de armas, drogas,
contrabando y otros, cuya posesión continuada se indica como almacenada al interior de un
domicilio, se requerirá la previa autorización judicial; pues, aun cuando puedan presentarse de manera
concurrente los requisitos de la flagrancia delictiva, en los delitos permanentes se presenta el decaimiento
del supuesto de la extrema urgencia.
FLAGRANCIA
CASACIÓN N° 553-2018-LAMBAYEQUE
SÉPTIMO. Que en el presente caso, como es patente, no medió orden judicial previa de allanamiento, registro e
incautación. Por consiguiente, debe examinarse si se está ante un supuesto de delito flagrante, que desde luego es lo
opuesto a delito clandestino. Puede haber un concepto estricto de flagrancia delictiva, como uno extensivo que
comprende la cuasi flagrancia y la flagrancia ficta. El artículo 259 del Código Procesal Penal tiene una definición legal o
auténtica de flagrante delito, que comprende estos tres supuestos, aunque en los últimos supuestos (apartados 3 y 4) su
delimitación es en extremo flexible o amplio.
∞ Ahora bien, a los efectos de la diligencia de allanamiento y registro, atento al derecho fundamental en debate:
inviolabilidad de domicilio, solo es posible concebirla en los casos de flagrancia estricta y de cuasi flagrancia,
asociada esta última al momento en que se persigue al imputado sin solución de continuidad y se advierte su presencia en
el predio donde estaba o de donde salía tras su fuga.
∞ Así las cosas, debe entenderse que, a los fines de entrada y registro domiciliario, existirá flagrancia siempre que se
cumplan dos notas sustantivas y dos notas adjetivas. En el primer caso, se requiere (i) inmediatez temporal –la acción
delictiva se está desarrollando o acabe de desarrollarse en el momento de su percepción o intervención– e (ii) inmediatez
corporal –el delincuente se encuentre en el lugar del hecho en situación o en relación con aspectos del delito que
proclamen su directa intervención en el mismo–. En el segundo caso, se necesita de (iii) percepción directa y efectiva
del hecho por el efectivo policial –visto directamente o percibido de otro modo por material fotográfico o fílmico–, y de
(iv) necesidad urgente de la intervención policial (Sentencia del Tribunal Supremo Español 472/1997, de catorce de
abril). Es imperativo, entonces, que para la legalidad constitucional de la diligencia de allanamiento y registro se advierta
la presencia del delincuente en el mismo teatro de los hechos cometiendo un delito o huyendo inmediatamente tras su
comisión –formará parte del teatro de los hechos el domicilio allanado y registrado–, sin que a ello obste que se logre
arrestarlo o que consiga fugar.
INCAUTACION, COMISO Y HALLAZGO
Incautación:
 La incautación es aquella intervención física, aprehensión o toma de posesión sobre bienes tangibles
e intangibles, que se presumen, constituyen objeto, cuerpo, instrumentos, efectos o ganancias del
delito en el marco de una investigación penal, susceptible de ser devuelto.
Comiso:
 Es aquella intervención física, aprehensión o toma de posesión sobre bienes que constituyen objeto
del delito, cuando atendiendo a su naturaleza, no corresponda su entrega o devolución.
Hallazgo:
 Es el acto de recojo y toma de posesión sobre bienes que se presumen, constituyen objeto, cuerpo,
instrumentos, efectos del delito que se encuentran vinculados a la comisión de un ilícito penal.
Cadena de Custodia:
Procedimiento que garantiza la individualización, seguridad y preservación de los elementos materiales y
evidencias, recolectados de acuerdo a su naturaleza o incorporados en toda investigación de un hecho
punible, destinados a garantizar su autenticidad, para los efectos del proceso. Las actas, rótulos,
formularios y embalajes forman parte de la cadena de custodia.
INCAUTACION, COMISO Y HALLAZGO
Incautación realizada en una intervención en flagrancia
 Realizado el registro, el personal policial procederá a la incautación de los objetos, cuerpo, instrumentos, efectos o
ganancias del delito. Se levantará el Acta de Incautación. El Fiscal requerirá la confirmatoria de la incautación realizada.
Incautación realizada por disposición fiscal
 En el desarrollo de una investigación, cuando se presenten razones de urgencia o peligro en la demora, el Fiscal podrá
disponer que el personal policial incaute los objetos, cuerpo, instrumentos, efectos o ganancias del delito, sin requerir
orden judicial ni presentarse el supuesto de flagrancia. El Fiscal requerirá la confirmatoria de la incautación.
Incautación realizada en ejecución de una resolución judicial
 El Fiscal, durante la investigación podrá requerir ante el Juez de Investigación Preparatoria la medida de incautación. El
Fiscal, ejecutada la diligencia, comunicará a el Juez su ejecución, no es necesario en este caso requerir la confirmatoria.
Comiso
 Durante una intervención en flagrancia, realizado el registro, el personal policial procederá al comiso de los bienes que
constituyen objeto del delito, cuando atendiendo a su naturaleza, no corresponda su entrega o devolución. Se levantará el
Acta de Comiso. El Fiscal no requerirá la confirmatoria judicial.
Hallazgo
 Durante una intervención en flagrancia o en el desarrollo de una pesquisa, el personal policial que encuentre bienes que se
presumen, constituyen objeto, cuerpo, instrumentos, efectos del delito vinculados a la comisión de un delito, procederá a
recogerlos. Se levantará el Acta de Hallazgo y recojo. El Fiscal no requerirá la confirmatoria judicial.
INCAUTACION, COMISO Y HALLAZGO
ACUERDO PLENARIO N.º 5-2010/CJ-116.
7º. La incautación, en cuanto medida procesal, presenta una configuración jurídica dual: como
medida de búsqueda de pruebas y restricción de derechos -propiamente, medida instrumental
restrictiva de derechos- (artículos 218º al 223º del Nuevo Código Procesal Penal --en adelante,
NCPP-), y como medida de coerción -con una típica función cautelar- (artículos 316° al 320° del
NCPP)-. En ambos casos es un acto de autoridad que limita las facultades de dominio respecto de
bienes o cosas relacionadas, de uno u otro modo, con el hecho punible.
En el primer caso, su función es primordialmente conservativa --de aseguramiento de fuentes
de prueba material-y, luego, probatoria que ha de realizarse en el juicio oral. En el segundo
caso, su función es substancialmente de prevención del ocultamiento de bienes sujetos a
decomiso y de impedimento a la obstaculización de la averiguación de la verdad.
Aún cuando en la identificación de los bienes sujetos a una u otra medida existen ámbitos comunes -
pueden cumplir funciones similares-, lo esencial estriba en la función principal que cumplen,
básicamente de cara a la posibilidad de una consecuencia accesoria de decomiso, con arreglo al
artículo 102º del Código Penal . -en adelante, CP-.
INCAUTACION, COMISO Y HALLAZGO
ACUERDO PLENARIO N.º 5-2010/CJ-116.
8º. La incautación instrumental (artículo 218° NCPP) recae contra (i) los bienes que
constituyen cuerpo del delito, o contra (ii) las cosas que se relacionen con el delito o que sean
necesarias para el esclarecimiento de los hechos investigados. El objeto de esta medida de
aseguramiento es amplio y, por su propia naturaleza investigativa, comprende una extensa
gama de bienes u objetos relacionados, de uno u otro modo, con el delito.
En estricto sentido se entiende por;
A. “Cuerpo del delito”, además de la persona -el cadáver en el delito de homicidio -comprende al
objeto del delito, es decir, aquél contra el que recae el hecho punible o que ha sufrido directamente sus
efectos lesivos -la droga en el delito de tráfico ilícito de drogas-.
B. Las “cosas relacionadas con el delito a necesarias para su esclarecimiento”, son tanto las
“piezas de ejecución: medios u objetos a través de los cuales se llevo a cabo la comisión del delito,
como las denominadas “piezas de convicción”: cosas, objetos, huellas o vestigios materiales, que
pueden servir para la comprobación de la existencia, autoría o circunstancias del hecho punible.
INCAUTACION, COMISO Y HALLAZGO
ACUERDO PLENARIO N.º 5-2010/CJ-116.
9 °. La incautación cautelar (artículo 316º .1 NCPP) incide en los efectos provenientes de la infracción
penal, en los instrumentos con los que se ejecutó y en los objetos del delito permitidos por la ley.
A. Los efectos del delito o producta scaeleris son los objetos producidos mediante la acción delictiva, como el
documento o la moneda falsa, así como las ventajas patrimoniales derivadas del hecho punible, como el precio
del cohecho, el del delincuente a sueldo, o la contraprestación recibida por el transporte de droga, etcétera.
B. Los instrumentos del delito o instrumenta scaeleris son los objetos que, puestos en relación de medio a fin
con la infracción, han servido para su ejecución, tales como el vehículo utilizado para el transporte de la
mercancía, los útiles para el robo, el arma empleada, maquinarias del falsificador, etcétera.
C. Los objetos del delito son las cosas materiales sobre las que recayó la acción típica, como por ejemplo las
cosas hurtadas o robadas, armas o explosivos en el delito de tenencia ilícita de las mismas, la droga en el
delito de tráfico ilícito de drogas, los bienes de contrabando en dicho delito, etcétera, para lo que se requiere
una regulación específica.
En estos casos la incautación como medida procesal precede al decomiso como consecuencia
accesoria que se dictará en la sentencia (artículo 102° CP).
INCAUTACION, COMISO Y HALLAZGO
ACUERDO PLENARIO N.º 5-2010/CJ-116.
13°. La incautación siempre requiere de una resolución judicial, sea antes de su ejecución -excepción, parágrafo 10°, literal
c)- o después de ella -regla general, parágrafo 10º, literales a) y b )-. En el último caso, la ausencia de la intervención y
ulterior resolución judicial, al vulnerarse un requisito de la actividad procesal, importa un defecto cuya subsanación,
empero, es posible. Un efecto distinto -de nulidad absoluta e insubsanabilidad--, en cambio, tiene el primer supuesto,
atento a su especial relevancia: sin resolución judicial no puede tener lugar legalmente una incautación.
La confirmación judicial debe solicitarse “inmediatamente” (artículo 203°.3 y 317°.2 NCPP). Esto último significa que
entre el momento en que tiene lugar la incautación y que se presenta la solicitud de confirmación judicial no debe mediar
solución de continuidad. Debe realizarse enseguida, sin tardanza injustificada, lo que será apreciable caso por caso, según
las circunstancias concretas del mismo. La justificación de la tardanza se examinará con arreglo al principio de
proporcionalidad.
La confirmación judicial constituye un requisito más de la incautación como actividad compleja que, sin embargo, sólo
persigue dotarla de estabilidad instrumental respecto de la cadena de actos que pueden sucederse en el tiempo y que de uno
u otro modo dependan o partan de él. Por tanto, la tardanza u omisión de la solicitud de confirmación judicial -al no
importar la infracción de un precepto que determine la procedencia legítima de la incautación-no determina
irremediablemente la nulidad radical de la propia medida ni su insubsanabilidad. El plazo para requerir la respectiva
resolución jurisdiccional, en este caso, no es un requisito de validez o eficacia de la incautación -sin perjuicio de la
responsabilidad administrativa que acarrea al Fiscal omiso-. Su incumplimiento no está asociada, como consecuencia
legalmente prevista, a específicas y severas sanciones procesales: nulidad absoluta o anulabilidad -requisito
indispensable para anudar los efectos jurídicos correspondientes-.
SOLICITUD DE DILIGENCIAS
EXPEDIENTE N° 14-2020-3. Sala Peal Nacional
8.3 Sobre el pronunciamiento judicial (art. 337.5 del CPP)
Ahora bien, el artículo 337.5 del CPP prevé de modo taxativo que:
“Si el Fiscal rechazare la solicitud, se instará al juez de la Investigación Preparatoria a fin de obtener un pronunciamiento judicial acerca de la
procedencia de la diligencia. El Juez resolverá inmediatamente con el mérito de los actuados que le proporcione la parte y, en su caso, el
Fiscal”. [Subrayado agregado]
Advertimos entonces que, conforme al sistema acusatorio garantista, la norma faculta al representante del Ministerio Público
para a ordenar la ejecución de las diligencias solicitadas o para contrariamente rechazarlas; en este último caso, se faculta
también a la parte a instar al juez de la investigación preparatoria a fin de que se obtenga del mismo un pronunciamiento judicial.
Al respecto, tenemos que:
ORÉ GUARDIA ha sostenido que: “En el Código Procesal Penal de 2004, en cambio, es el fiscal quien, en su calidad de director de la
investigación, actuará las diligencias que este considere necesarias o que el imputado o los demás intervinientes en el proceso le propongan
(art. 337.4). Sin embargo, y como una garantía frente a la posible parcialidad del fiscal, en caso se deniegue una diligencia de investigación se
solicitará al juez de la investigación preparatoria que resuelva la procedencia o no de la medida solicitada (art. 337.5).
SANTILLÁN RODRÍGUEZ acota también que: “Esta posibilidad que otorga el CPP al imputado y a las partes, tiene especial relevancia,
debido a que, de existir una denegación arbitraria e inmotivada por parte del Ministerio Público, será la autoridad jurisdiccional la encargada
de tutelar los pedidos”.
Luego, este Supremo Tribunal ha considerado como línea jurisprudencial que la intervención del juez se encuentra limitada a
examinar la relevancia, necesidad y razonabilidad de la diligencia bajo un enfoque de control e interdicción de una posible
arbitrariedad en la función fiscal. En ese sentido, el órgano jurisdiccional se encuentra sujeto a respetar la estrategia de la
investigación y la perspectiva de indagación en función a la naturaleza del hecho punible y la imputación postulada por el
representante del Ministerio Público. Entonces, el remedio procesal para la inadmisión de las diligencias sumariales se
instituye en un incidente de discusión acerca de la razonabilidad de la desestimación fiscal.
PARTICIPACIÓN DE ABOGADO DEFENSOR
Expediente 14-2020-2
V. […] 5.3. […] a) El derecho-deber del abogado defensor de interrogar a los testigos (art. 84.2 del CPP)[11] y de participar en todas las diligencias no es
absoluto. En efecto, el art. 67 del CPP establece que la Policía Nacional:
En cumplimiento de sus funciones, debe, incluso por propia iniciativa, tomar conocimiento de los delitos y dar cuenta al Fiscal, sin perjuicio de realizar
las diligencias urgentes e imprescindibles para impedir sus consecuencias, individualizar a sus autores y partícipes, reunir y asegurar los elementos de
prueba que puedan servir para la aplicación de la ley penal [Resaltado agregado] 
5.4. […] De una atenta lectura del artículo 164 del CPP[16], se advierte que su contenido está circunscrito a la forma de citación del testigo y se establece
la regla general de que dicha citación se efectúe de conformidad con lo previsto en el artículo 129 del mismo cuerpo de leyes que, a su vez, prevé varias
situaciones tácticas. La Fiscalía interpreta que la presentación espontánea de la testigo no posibilitó que se le avisara al investigado ni a su defensa dicha
concurrencia. Aduce que, posteriormente, estos últimos pudieron tomar conocimiento de esta declaración a través de la revisión de los actuados.
Al respecto, es necesario efectuar las siguientes aclaraciones: a) La posibilidad de la presentación espontánea prevista en el artículo 164.2
del CPP no constituye una excepción a la regla general de participación que tiene la defensa, según el artículo 84, ni tampoco implico una
autorización legal al Ministerio Público para dejar de notificar a la defensa; b) De acuerdo con los parámetros desarrollados en el apartado 5.3
de esta resolución, la ÚNICA justificación legal para que no exista participación a la defensa es que se trate de una diligencia urgente e
imprescindible, en cuyo caso, el Ministerio Público debe calificar dicha actuación —en pronunciamiento debidamente motivado—, las razones
por las cuales dicha diligencia tendría tal naturaleza y características, luego proceder a la diligencia. En este supuesto hipotético, el Ministerio
Público debe motivar suficientemente el carácter de urgencia, pues, en caso de que ello no esté suficientemente justificado, asumirá la delicada
responsabilidad consistente en que el acta de declaración que se obtenga no podrá ser oralizada en una eventualidad de inconcurrencia personal al
juzgamiento que podría realizarse, de acuerdo con lo previsto en el artículo 383 del CPP; c) El hecho de que posteriormente se entregue copia de las
declaraciones a la defensa puede interpretarse como una acción realizada en el ánimo de regularización del error, empero, no constituye una justificación
suficiente sobre a inobservancia de las garantías y derechos que le corresponde a la defensa; d) El carácter de urgente e imprescindible que
eventualmente tenga una actuación debe desprenderse de la naturaleza del acto o de su adecuada calificación —debidamente motivada— como
tal.
5.5 […] El artículo 84.4[17] prevé —al margen de las diligencias urgentes e imprescindibles— el derecho de la defensa de participar en todas las
diligencias “excepto en la declaración prestada durante la investigación preparatoria por el imputado que no defienda”. […]
INVESTIGACION SUPLEMENTARIA
Artículo 345.- Control del requerimiento de sobreseimiento y Audiencia de control del sobreseimiento
2. Los sujetos procesales podrán formular oposición a la solicitud de archivo dentro del plazo establecido. La
oposición, bajo sanción de inadmisibilidad, será fundamentada y podrá solicitar la realización de actos de
investigación adicionales, indicando su objeto y los medios de investigación que considere procedentes.

Ante un requerimiento de sobreseimiento, el juez de la investigación preparatoria puede optar por algunas de las
siguientes opciones que le faculta el Código Procesal Penal: i) Si lo considera fundado, dictar auto de sobreseimiento.
ii) Si no lo considera procedente, expedirá un auto elevando las actuaciones al fiscal superior para que este ratifique o
rectifique la solicitud del fiscal inferior. iii) Disponer la realización de una investigación suplementaria indicando el
plazo y las diligencias que el fiscal debe realizar.
Como vemos, dentro de las opciones, el legislador incorporó la figura de la investigación suplementaria, sin embargo,
el juez no la podrá disponer de oficio, pues, dicha investigación solo podrá darse a solicitud de parte, la que se
materializa mediante la oposición y la solicitud de actos de investigación adicionales.
En caso el juez, opte por elevar las actuaciones al fiscal superior, este último, no podrá disponer una investigación
suplementaria, dado que, como indica el texto procesal, solo podrá, ratificar o rectificar el pedido de sobreseimiento.
Finalmente, si se dispone la investigación suplementaria y se cumple con el trámite, ya no procederá una segunda
oposición por parte de los sujetos procesales, tampoco se podrá disponer la concesión de un nuevo plazo, ergo, no
existe una segunda investigación suplementaria.
INVESTIGACION SUPLEMENTARIA

Casación 186-2018, Amazonas.


 Sumilla: El sobreseimiento y la investigación suplementaria. Debida diligencia fiscal. Dispuesta
la conclusión de la investigación preparatoria no es posible que el fiscal actúe nuevos actos
de investigación, pues corresponde efectuar el requerimiento de sobreseimiento o mixto, o
de acusación. Con dicho requerimiento inicia la etapa intermedia, de responsabilidad exclusiva
del juez de la investigación preparatoria.
 El actor civil en la oposición al requerimiento de sobreseimiento y pedido de investigación
suplementaria debe señalar los actos de investigación que se realizarán e indicar su objeto,
de modo que el juez solo podrá ordenar aquellos y no otros de oficio, con lo que se garantiza
su imparcialidad.
 El juez debe evaluar si el fiscal durante el plazo de la investigación preparatoria actuó con la
debida diligencia al recabar los actos de investigación necesarios y relevantes en atención a cada
caso en concreto, lo que le permitirá establecer el plazo razonable de la investigación
suplementaria.
PERTINENCIA Y UTILIDAD DE ACTOS DE INVESTIGACION
SENTENCIA CASACIÓN N.º 382-2020/NACIONAL
TERCERO. Que, ahora bien, el procedimiento de investigación preparatoria está conducido o dirigido por el
Ministerio Público y a él corresponde definir la estrategia de investigación adecuada al caso (ex artículos 60,
numeral 2, y 65, numeral 4, del Código Procesal Penal). Luego, el órgano judicial debe respetar este ámbito
de actuación sin limitar irrazonablemente la atribución constitucional del Ministerio Público de persecución
del delito, pues tiene el señorío de la investigación.
∞ El objeto concreto de la investigación preparatoria, desde luego, se enmarca dentro de los límites que
define la disposición fiscal pertinente, conforme al artículo 336, apartado 2, literal b), del Código Procesal
Penal. A su vez, la pertinencia de un medio de investigación está en relación lógica con los aportes
informativos que pueda brindar sobre los hechos y circunstancias relevantes objeto de la investigación
preparatoria; y, la utilidad de un medio de investigación dice de la aptitud que tiene para alcanzar el
fin de esclarecimiento que con él se persigue.
∞ Como el modelo de investigación implantado por el Código es “participativo”, resulta evidente que, de un
lado, el imputado y su defensa, así como las demás partes procesales, deben conocer –ser notificados– de los
medios de investigación y demás diligencias de investigación que deben realizarse; y, de otro lado, éstos
tienen el derecho de intervenir en ellas, así como de solicitar otros medios de investigación, si fueran
pertinentes y útiles. Es incuestionable, además, que en los marcos de la propia lógica investigativa y de su
necesidad y urgencia, las demás partes deben tener la oportunidad de tener un plazo razonable para poder
estructurar una defensa idónea y eficaz para la intervención en los actos de investigación correspondientes.
PERTINENCIA Y UTILIDAD DE ACTOS DE INVESTIGACION
SENTENCIA CASACIÓN N.º 382-2020/NACIONAL
TERCERO. (…)
∞ Sin embargo, el nivel de exigencia o rigurosidad de los juicios de pertinencia y utilidad no es el mismo –o de igual intensidad–
luego de la interposición de la pretensión (formulación de la acusación: procedimiento intermedio) o ya en el plenario
(procedimiento principal o de enjuiciamiento), en los que (i) ya culminó el procedimiento de investigación preparatoria y (ii) ya se
tiene claro el hecho punible indagado y qué medios de pruebas sirven para sostenerlo en el plenario, por lo que el control de su
admisión en estas etapas procesales es pleno. La progresividad de la acción penal explica y fundamenta esta conclusión, pues se
investiga para determinar el hecho punible y a su presunto autor, esto es, para preparar el juicio oral (ex artículo 321, apartado 1, del
Código Procesal Penal). Corresponde al Juez de la Investigación Preparatoria en el procedimiento intermedio, con mayor rigor,
controlar el ofrecimiento de medios de prueba (ex artículos 350, numeral 1, literal ‘f’, y 352, numeral 5, del Código Procesal Penal,
concordante con los artículos 155, numeral 2, 156, numerales 1 y 2, del mismo Código) –el rol del fiscal es diferente en sede de
investigación preparatoria y en sede intermedia y plenarial–. Distinto es, por cierto, el caso de la determinación y actuación de los
medios de investigación, pues su procedencia tiene menores rigores formales y sustanciales –los preceptos citados inicialmente no
son tan estrictos como los posteriores–. La razonabilidad de la actuación de un medio de investigación está en función, obviamente,
a que de uno u otro modo esté referido a los hechos indagados o materia de averiguación, y a que, desde una perspectiva amplia o
más flexible, sirva para el fin de esclarecimiento buscado.
∞ Por lo demás, la propia lógica desformalizada del procedimiento de investigación preparatoria en manos de la Fiscalía, ni
siquiera impone que la lista de diligencias se consigne necesariamente en una Disposición motivada especialmente –en el
caso del juez, superada la investigación preparatoria, sí se exige un auto motivado y una postulación fundamentada–, sino
que pueden realizarse a través de un providencia, siempre y cuando, desde luego, pueda advertirse, si se trata de la
convocatoria inicial, que el medio de investigación emplazado está vinculado a los hechos del proceso en función a alguna
cita en el relato de la imputación que se les mencione, lo que permitirá tener presente su pertinencia y, de un modo más
difuso, su utilidad.
TUTELA DE DERECHOS
Artículo 71 Derechos del imputado.-
1. El imputado puede hacer valer por sí mismo, o a través de su Abogado Defensor, los derechos que la Constitución y las Leyes le
conceden, desde el inicio de las primeras diligencias de investigación hasta la culminación del proceso.
2. Los Jueces, los Fiscales o la Policía Nacional deben hacer saber al imputado de manera inmediata y comprensible, que tiene derecho
a:
a) Conocer los cargos formulados en su contra y, en caso de detención, a que se le exprese la causa o motivo de dicha medida,
entregándole la orden de detención girada en su contra, cuando corresponda;
b) Designar a la persona o institución a la que debe comunicarse su detención y que dicha comunicación se haga en forma inmediata;
c) Ser asistido desde los actos iniciales de investigación por un Abogado Defensor;
d) Abstenerse de declarar; y, si acepta hacerlo, a que su Abogado Defensor esté presente en su declaración y en todas las diligencias en
que se requiere su presencia;
e) Que no se emplee en su contra medios coactivos, intimidatorios o contrarios a su dignidad, ni a ser sometido a técnicas o métodos
que induzcan o alteren su libre voluntad o a sufrir una restricción no autorizada ni permitida por Ley; y
f) Ser examinado por un médico legista o en su defecto por otro profesional de la salud, cuando su estado de salud así lo requiera.
3. El cumplimiento de lo prescrito en los numerales anteriores debe constar en acta, ser firmado por el imputado y la autoridad
correspondiente. Si el imputado se rehúsa a firmar el acta se hará constar la abstención, y se consignará el motivo si lo expresare.
Cuando la negativa se produce en las primeras diligencias de investigación, previa intervención del Fiscal se dejará constancia de tal
hecho en el acta.
4. Cuando el imputado considere que durante las Diligencias Preliminares o en la Investigación Preparatoria no se ha dado
cumplimiento a estas disposiciones, o que sus derechos no son respetados, o que es objeto de medidas limitativas de derechos
indebidas o de requerimientos ilegales, puede acudir en vía de tutela al Juez de la Investigación Preparatoria para que subsane
la omisión o dicte las medidas de corrección o de protección que correspondan. La solicitud del imputado se resolverá
inmediatamente, previa constatación de los hechos y realización de una audiencia con intervención de las partes.
TUTELA DE DERECHOS
ACUERDO PLENARIO 4-2010/CJ-116.
13º. Dicho de otro modo, la Tutela de derechos es un instrumento idóneo para salvaguardar las garantías del
imputado y, a su vez, regular las posibles desigualdades entre perseguidor y perseguido. Esta institución procesal
penal es por tanto uno de los principales mecanismos para realizar el control de legalidad de la función del fiscal,
quien deberá conducir y desarrollar toda su estrategia persecutoria siempre dentro del marco de las garantías
básicas, siendo consciente que cualquier acto que traspase el marco de los derechos fundamentales podrá ser
controlado por el Juez de la Investigación Preparatoria. Queda claro entonces que en el nuevo modelo procesal
penal es fundamental la idea de control en el ejercicio del ius puniendi estatal.
En este sentido, aquellos requerimientos o disposiciones fiscales que vulneran derechos fundamentales
constitucionales pero que tienen vía propia para la denuncia o control respectivo, no podrán cuestionarse
a través de la audiencia de tutela. En efecto, ocurre que el NCPP ha establecido en varios casos mecanismos
específicos para ventilar asuntos relativos a los derechos básicos del imputado, como sucede con las audiencias
de control del plazo de las diligencias preliminares o de la investigación preparatoria formalizada
(artículos 334º.1, 343º.2) o con aquella que sustancia el reexamen de la intervención de las comunicaciones
telefónicas o análogas (artículo 231°.3). Por ello no es errado afirmar que la audiencia de tutela es residual, esto
es, opera siempre que el ordenamiento procesal no especifique un camino determinado para la reclamación por
un derecho afectado [RODRÍGUEZ HURTADO, Mario, Ponencia presentada para la Audiencia Pública del VI
Pleno Jurisdiccional se las Salas Penales de la Corte Suprema]. En esa misma línea, no podrá cuestionarse a
través de la tutela la inadmisión de diligencias sumariales solicitadas por la defensa durante la
investigación, pues, para este efecto rige lo dispuesto en el artículo 337°.4 del NCPP.
TUTELA DE DERECHOS

ACUERDO PLENARIO 4-2010/CJ-116.


16º. Por otro lado, si bien los actos de investigación realizados por el Ministerio Público gozan de amparo legal por
tratarse de la autoridad pública encargada de la persecución del delito, ello no implica que sean inatacables o
incuestionables, puesto que han de sujetarse a la ley y al principio de objetividad. Es decir, estos actos de investigación
podrán quedar viciados o excluidos, según el caso, si se vulneraron derechos fundamentales que se encuentran recogidos
en el artículo 71º NCPP, esto es, si por ejemplo se efectuó su detención sin haberle puesto en conocimiento al imputado
de los derechos fundamentales que le asisten, por lo que el Juez en audiencia de tutela dictará las medidas que
correspondan de acuerdo a ley.
17º. Asimismo, a través de la audiencia de tutela se podrá solicitar la exclusión del material probatorio obtenido
ilícitamente —en los casos en que ésta sea la base de sucesivas medidas o diligencias— siempre que no exista una
vía propia para alcanzar este propósito y que tenga que ver con la afectación o vulneración de alguno de los
derechos fundamentales del imputado reconocido en el artículo 71º NCPP. La posibilidad de atacar el material
probatorio obtenido ilegalmente deriva del reconocimiento del principio de legitimidad de la prueba —axioma que
instruye que todo medio de prueba será valorado sólo si ha sido obtenido e incorporado al proceso por un procedimiento
constitucionalmente legítimo, y que carecen de efecto legal las pruebas obtenidas, directa o indirectamente, con
violación del contenido esencial de los derechos fundamentales de la persona— que se encuentra establecido en el
artículo VIII del Título Preliminar del NCPP y de la utilización de la prueba —regulado en el artículo 159º del acotado
Código— que establece que el Juez no podrá utilizar, directa o indirectamente, las fuentes o medios de prueba obtenidos
con vulneración del contenido esencial de los derechos fundamentales de la persona. Lo anotado hace viable que en la
Audiencia de tutela se cuestionen los elementos probatorios obtenidos mediante procedimientos ilegales o viciosos y que
una vez comprobada su ilicitud el Juez determine su exclusión, como medida correctiva o de protección.
TUTELA DE DERECHOS
ACUERDO PLENARIO EXTRAORDINARIO 2-2012/CJ-116.
8º. En nuestro nuevo sistema procesal penal no corresponde al órgano jurisdiccional, como en otros contados modelos
procesales, un amplio control de los presupuestos jurídico-materiales en sede de investigación penal preparatoria, cuyo señorío
ejerce a plenitud el Ministerio Público —distinto es el caso, por cierto, de las otras etapas o fases procesales— (verbigracia:
artículo 15º.3 del Estatuto de Roma de la Corte Penal).
Bastaría, en principio, la mera afirmación por el Fiscal de un suceso aparentemente típico para la configuración formalmente
válida del proceso penal —el acto de imputación, si bien procesal, no es jurisdiccional—. Sólo en definidos momentos y
precisos actos procesales está reservado al órgano jurisdiccional intervenir para enmendar presuntos desafueros del Fiscal a
propósito de la expedición de la DFCIP. Este sería el caso, por ejemplo, de la delictuosidad del hecho atribuido y de los
presupuestos procesales, en que el NCPP prevé vías específicas para su control jurisdiccional —el supuesto más notorio
es el de la excepción de improcedencia de acción: artículo 6º.1, ‘b’ NCPP—.
9º. Es evidente, asimismo, que no puede cuestionarse en vía de tutela jurisdiccional penal el nivel de los elementos de
convicción o su fuerza indiciaria para anular la DFCIP, puesto que se trata de un presupuesto procesal —bajo cargo
exclusivo de la jurisdicción ordinaria (así, STC Nº 4845-2009-PHC/TC, del 7 de enero de 2010)—, cuyo control está
reservado al requerimiento fiscal que da por conclusa la fase de investigación preparatoria e inicia la etapa intermedia ,
en cuyo caso se exige, ya no sospecha inicial simple, sino ‘sospecha suficiente’ —se ha de esperar una condena con fuerte
probabilidad, sospecha que a su vez alcanza a un convencimiento por el órgano jurisdiccional de la existencia de los
presupuestos procesales y de la punibilidad de la conducta imputada—, plenamente controlable en este caso (vid: artículos
344º.1, 346º.1, 350º.1,‘a’ y 352º.2 y 4 NCPP).
Así las cosas, se entiende que el parágrafo 14º del Acuerdo Plenario Nº 4-2010/CJ-116 limite el ejercicio de la acción de tutela,
a la que califica de “residual”, a los derechos taxativamente enumerados en el artículo 71º NCPP, y que el parágrafo 18º fije
como criterio base la irrecurribilidad de la DFCIP.
TUTELA DE DERECHOS

ACUERDO PLENARIO EXTRAORDINARIO 2-2012/CJ-116.


10º. Ahora bien, la garantía de defensa procesal, desarrollada por el artículo IX del Título Preliminar del NCPP, incluye, aparte de
los llamados ‘derechos instrumentales’ (derecho a la asistencia de abogado, utilización de medios de prueba pertinente, a no
declarar contra sí mismo y a no confesarse culpable), los denominados ‘derechos sustanciales’, que son presupuestos básicos
de su debido ejercicio, entre ellos la comunicación detallada de la imputación formulada contra el imputado. Su efectividad,
sin duda, como correlato del conocimiento de los cargos (artículo 72º.2, ‘a’ NCPP), requiere inexorablemente de que los hechos
objeto de imputación en sede de investigación preparatoria (vid: artículo 342º.1 NCPP) tengan un mínimo nivel de detalle que
permita al imputado saber el suceso histórico que se le atribuye y la forma y circunstancias en que pudo tener lugar.
(…)
Es evidente, a partir del modelo procesal asumido por el NCPP, que el imputado, en un primer momento, deberá acudir al propio
Fiscal para solicitar las subsanaciones correspondientes en orden a la precisión de los hechos atribuidos —este derecho de modo
amplio lo reconoce el artículo 71º.1 NCPP—.
11º. Muy excepcionalmente, ante la desestimación del Fiscal o ante la reiterada falta de respuesta por aquél —que se erige en
requisito de admisibilidad—, y siempre frente a una omisión fáctica patente o ante un detalle de hechos con entidad para
ser calificados, de modo palmario, de inaceptables por genéricos, vagos o gaseosos, o porque no se precisó el aporte
presuntamente delictivo del imputado, cabría acudir a la acción jurisdiccional de tutela penal.
En este caso la función del Juez de la Investigación Preparatoria —ante el incumplimiento notorio u ostensible por el Fiscal de
precisar los hechos que integran los cargos penales— sería exclusiva y limitadamente correctora —disponer la subsanación de
la imputación plasmada en la DFCIP, con las precisiones que luego de la audiencia sería del caso incorporar en la decisión
judicial para evitar inútiles demoras, pedidos de aclaración o corrección, o cuestionamientos improcedentes—. Bajo ningún
concepto el auto judicial puede ser anulatorio y, menos, de archivo o sobreseimiento anticipado de la investigación.
TÉCNICAS ESPECIALES DE INVESTIGACIÓN

Técnicas de investigación
 Métodos de esclarecimiento o averiguación de los hechos, utilizados para reunir información
aplicados por la autoridad penal con el objetivo de detectar e investigar delitos.
Técnicas tradicionales y técnicas especiales de investigación
1. Técnicas tradicionales de investigación: Son aquellas que visualizan hacia atrás, reconstruyen los
hechos del pasado y ofrecen al investigador los móviles y circunstancias en que se cometió el delito,
así como la determinación de las personas que participaron en su comisión.
2. Técnicas especiales de investigación: Estas técnicas de investigación nacen a raíz de la necesidad
de hacer frente a actividades delictivas complejas desarrolladas por el crimen organizado, debido a los
peligros y dificultades inherentes al logro del acceso a sus operaciones y a la reunión de información y
fuentes de prueba para su utilización en los procesos penales. En ese sentido, las técnicas especiales de
investigación permiten obtener pruebas directas e indiciarias más certeras para comprobar los delitos
de realización compleja o de alta profesionalidad delictiva.
TÉCNICAS ESPECIALES DE INVESTIGACIÓN
Allanamiento: Tiene por finalidad registrar los lugares cerrados, y, de ser el caso, la detención de personas o realización de
medidas de secuestro e incautación, a fin de asegurar los elementos de convicción necesarios para la investigación y al mismo
tiempo los objetos o efectos provenientes directa o indirectamente de la infracción penal, o los instrumentos o medios con que
se hubiere ejecutado el delito.
 Allanamiento en casos de flagrancia o urgencia.
 Allanamiento en casos sin flagrancia (solicitud de resolución judicial).
Impedimento de salida: Medida de coerción personal que consiste en una restricción del derecho constitucional de libertad de
transito. Se justifica como modo de facilitar su pronta y segura ubicación cada vez que se requiera la presencia en el proceso
del imputado o testigo, y siempre que la mera fijación del domicilio no sea suficiente a tal fin (solicitud de resolución judicial).
Intervención o grabación de registro de comunicaciones telefónicas o de otras formas de comunicación: Restricción del
derecho fundamental del secreto y la inviolabilidad de las comunicaciones privadas, no consentida por los interesados y
desconocida por ellos.
 Procedimiento de intervención en tiempo real/monitoreo remoto/táctico/geolocalización.
 Procedimiento de intervención de las comunicaciones históricas.
 Procedimiento de intervención e incautación de correspondencia o instrumentos de comunicación.
Levantamiento del secreto bancario reserva tributaria y bursátil: La inviolabilidad del Secreto Bancario es la potestad de
una entidad del sistema financiero de no revelar la información referida a los movimientos de sus clientes acerca de sus
cuentas, lo cual se encuentra amparado en el artículo 2° inciso 5° de nuestra Constitución Política de 1993 (solicitud de
resolución judicial).
TÉCNICAS ESPECIALES DE INVESTIGACIÓN
Clases:
1. Interceptación postal: Interceptar, retener o incautar la correspondencia relacionada al delito.
2. Circulación y entrega vigilada de bienes delictivos: Permitir que bienes y/o mercancías ilícitas sospechosas,
circulen por el territorio nacional, salgan o entren en él, sin interferencia de la autoridad y bajo su vigilancia, con el
fin de descubrir o identificar a los involucrados de la comisión de algún delito vinculado a la criminalidad.
3. Agente encubierto: Es un procedimiento especial, autorizado por el fiscal con la reserva del caso, mediante el cual
el agente policial, ocultando su identidad, se infiltra en una organización criminal con el propósito de determinar su
estructura e identificar a sus dirigentes, integrantes, recursos, modus operandi y conexiones.
4. Agente especial: Es un procedimiento mediante el cual un ciudadano por el rol o situación en que está inmerso
dentro de una organización criminal actúa o realiza acciones para proporcionar las evidencias incriminatorias.
5. Operaciones encubiertas: Es un procedimiento especial, de carácter secreto, autorizado por el fiscal, en la etapa
de diligencias preliminares, con el fin de identificar a personas naturales o jurídicas, así como bienes y actividades
vinculadas a la criminalidad organizada, para lo cual el fiscal autorizará el tráfico jurídico de una empresa ya
existente o crear una ficticia, dándole protección legal a sus bienes en general incluyendo títulos derechos y otras
de naturaleza intangible.
6. Interceptación de las comunicaciones: Consiste en la intervención de las comunicaciones telefónicas, emails u
otros medios análogos, autorizando grabaciones, ubicaciones de celdas, identificación de usuarios, etc. Este
procedimiento requiere para su actuación autorización judicial.
7. Videovigilancia y seguimiento: Es una técnica y un arte, porque utiliza tanto la observación (vigilancia fija) y el
seguimiento (vigilancia móvil). Al que ejerce la vigilancia se le denomina agente de inteligencia y vigilante.
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18.° Desde esta perspectiva, ha de entenderse por técnicas especiales de investigación aquellos métodos de esclarecimiento
o averiguación utilizados para reunir información aplicados por la autoridad penal con el objetivo de detectar e investigar
delitos y sospechosos sin alertar a la persona o personas a la(s) que esta acción va dirigida. Son especialmente convenientes
frente a actividades delictivas complejas para hacer frente a las organizaciones criminales y bandas criminales debido a los
peligros y dificultades inherentes al logro del acceso a sus operaciones y a la reunión de información y fuentes de prueba
para su utilización en los procesos penales [confróntese: UNODC: Aplicación de la Convención de las Naciones Unidas
contra la Delincuencia Organizada: instrucción de evaluación de necesidades, Nueva York, 2016, p. 58].
∞ La técnica de investigación, como se sabe, es la aplicación práctica de un método concreto de investigación, en tanto
camino o medio para llegar a un fin basada en herramientas para la investigación y sanción de delincuentes. Se la clasifica
en técnicas tradicionales de investigación y técnicas especiales de investigación. Las primeras son aquellas que se
visualizan hacia atrás, reconstruyen hechos del pasado y ofrecen al investigador los móviles y circunstancias en que
se cometió el delito, así como la determinación de las personas que participaron en su comisión. Las segundas,
visualizan el presente y hacia adelante, a modo de extraer elementos de una organización criminal en plena
operación; y, comprende toda información relacionada a la agrupación criminal, como el tipo de estructura que
presenta, modo de operar, identificación de miembros y colaboradores de la organización, forma de reclutamiento de
nuevos miembros, forma menos peligrosa para infiltrar la organización, forma de relacionarse con otros grupos criminales,
examen de toma de decisiones y grado de agresividad de la organización [RIVAS GUERRA, ALEJANDRO: Análisis
sistemático de los métodos especiales de investigación en el régimen jurídico guatemalteco, Tesis de Licenciatura,
Asunción de Guatemala, noviembre 2014, pp. 90-91]. Las técnicas especiales de investigación, por lo demás, permiten
obtener pruebas directas e indiciarias más certeras para comprobar los delitos de realización compleja o de alta
profesionalidad delictiva; y, tienen lugar cuando las técnicas de investigación tradicionales son insuficientes [DIBAN,
MICHEL: Técnicas Especiales de Investigación. OAS/SMS/CICAD y Comisión Nacional Antidrogas de El Salvador.
Seminario Taller sobre Lavado de Activos para Jueces, Fiscales y Funcionarios encargados del Cumplimiento de la Ley.
San Salvador – El Salvador, octubre 2013, p. 2].
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20.° Los principios que rigen las técnicas especiales de investigación son ocho [confróntese: UNODC: Manual de Técnicas Especiales
de Investigación, Agente Encubierto y Entrega Vigilada, Septiembre 2005, Bolivia, pp. 13-14]. El entendido básico es que estas
técnicas deben ser utilizadas con especial ponderación y teniendo presente que revisten un carácter subsidiario y excepcional,
debiendo ser sometidas a estrictos y rigurosos controles legales y judiciales [NOGUERA D’ARGENIO, MARÍA LUCÍA: Ob. Cit.,
p. 27].
1. Principio de legalidad. En materia procesal penal, conforme al artículo IV del Título Preliminar del CPP, “Las medidas que limitan
derechos fundamentales, salvo las excepciones previstas en la Constitución, solo podrán dictarse por la autoridad judicial, en el modo,
forma y con las garantías previstas por la Ley. Se impondrán mediante resolución motivada, a instancia de la parte procesal
legitimada [...]”. Sin embargo, la mera existencia de una autorización legal no implica necesariamente que no esté vacía de contenido,
lo que originaría que, en el caso concreto, se “legitimen” medidas de investigación desproporcionadas
2. Principio de excepcionalidad o de subsidiaridad. Ante la insuficiencia de los métodos tradicionales de investigación del hecho
punible, se erigen las técnicas especiales de investigación como la última salida para no dejar impune el delito; por consiguiente, se
aplican en caso de ausencia o insuficiencia de fuentes de investigación o de prueba –la medida intrusiva se adopta cuando no exista
otro medio de investigación del delito que sea de menor incidencia y causación de daños sobre los derechos fundamentales que inciden
primordialmente en el derecho a la intimidad [NOGUEIRA D’ARGENIO, MARÍA LUCÍA: Ob. Cit., p. 17. STC 4750-2007/PHC-TC,
de 9 de enero de 2009]–. Sin embargo, ello no implica agotar previamente todas las medidas de investigación, para que frente a la
insuficiencia de sus resultados recién se proceda a utilizarlas. En el caso concreto, ha de analizarse si efectivamente, por la
naturaleza, complejidad y características de la infracción delictiva, se requieren este tipo de técnicas de investigación. Esta
labor exige un juicio de comparación entre las medidas disponibles y escoger entre aquellas que tengan la misma eficacia, la
menos dañina desde el punto de vista de los derechos fundamentales.
3. Principio de proporcionalidad. Es el más característico en cualquier diligencia que vulnere los derechos fundamentales, e importa
una ponderación, tomadas en consideración todas las circunstancias del caso, entre dos intereses en conflicto: el sacrificio de los
derechos e intereses afectados y el beneficio que resulte para el interés público y de terceros –prohibición del exceso–, de modo que el
sacrificio de los derechos e intereses afectados no sea superior al beneficio que de su adaptación resulte para el interés público y de
terceros [MARCHENA GÓMEZ, MANUEL – GONZÁLEZCUÉLLAR SERRANO, NICOLÁS: Ob. Cit., p. 215]. Se ha de tomar en
cuenta la gravedad del hecho – el más relevante–, su trascendencia social o el ámbito tecnológico de producción, la intensidad de los
indicios existentes en el caso concreto –aunque, más bien, este criterio objetivo está vinculado al principio de intervención indiciaria–,
la vulnerabilidad de la víctima o la alarma social, y la relevancia del resultado perseguido con la restricción de derechos, siempre desde
una valoración ex ante (STSE de 24 de mayo de 2017]. (…)
ACUERDO PLENARIO N° 10-2019/CIJ-116.
4. Principio de celeridad. La aplicación de las técnicas especiales de investigación debe darse con prontitud y diligencia, por la
finalidad de las mismas, y dentro del marco de la oportunidad de sus actuaciones. Incluso es posible que puedan otorgarse
prórrogas, siempre que no vicie de ineficacia las fuentes de investigación o de prueba que puedan recabarse.
5. Principio de reserva. Las técnicas especiales de investigación se dictarán y ejecutarán dentro de la más estricta reserva o sigilo
–una de las características más importantes es no ser detectado y por ello siempre se debe procurar realizarla de forma disimulada o
no detectable, pues de otra forma, de advertirlo el sospechoso, reduciría drásticamente sus actividades ilícitas [MARTÍNEZ
MARTÍNEZ, JOSÉ: Ob. Cit., p. 279]–. Ha de velar por seguridad de los agentes oficiales que las ejecutan, requerirá un férreo
control y supervisión por el Ministerio Público y sus actuaciones, en aras de garantizar la confiabilidad de lo obtenido, deberán ser
protocolizadas con el más estricto apego a las reglas correspondientes –la existencia de salvaguardas en defensa de los derechos de
los afectados es fundamental–.
6. Principio de pertinencia. Autorizada la técnica especial de investigación, su ejecución ha de tener en cuenta la relación costo-
beneficio y la complejidad de la investigación. Solo se recabarán aquellas informaciones relevantes para el debido
esclarecimiento de los hechos investigados. Este principio sirve para definir el ámbito objetivo y subjetivo y la duración de la
medida; y, además, para la elección de la medida pertinente –ésta es la que requiere una justificación desde el punto de vista de este
principio–.
7. Principio de especialidad. Las técnicas especiales tienen que estar relacionadas con la investigación de un hecho delictivo
concreto, las personas, el objeto de la medida planteada y los datos previos con que se cuenta en el momento en que se acuerde
utilizarlas. No se pueden utilizar para investigaciones prospectivas [GARCIMARTÍN MONTERO, REGINA: Los medios de
investigación tecnológicos en el proceso penal, Editorial Aranzadi, Navarra, 2018, pp. 233-34]. Los agentes oficiales –policías,
fiscales y otros intervinientes legalmente autorizados– deberán ser idóneos, es decir, aptos o capaces, así como especializados o
cualificados para lograr los objetivos de estas técnicas especiales, de suyo complejas y peligrosas.
8. Principio de jurisdiccionalidad. El CPP optó por establecer que las autorizaciones para las técnicas especiales de investigación
deben provenir del Ministerio Público, al entender implícitamente que el nivel de afectación a los derechos fundamentales –es
especial a la intimidad y autodeterminación informativa– es de débil o mediana intensidad. Pero, en caso puedan configurar una
intensidad fuerte en el núcleo esencial de los derechos fundamentales se requerirá, siempre, orden de juez competente mediante
una resolución fundada. (…)
TÉCNICAS ESPECIALES DE INVESTIGACIÓN
ACUERDO PLENARIO N° 10-2019/CIJ-116. DRONES:
26.° En orden a lograr su eficacia procesal o probatoria, las grabaciones obtenidas por los drones deben superar un filtro de
constitucionalidad. Por tanto, es imperativo el cumplimiento de los siguientes cuatro requisitos:
A. Principio de legalidad. Esta modalidad de videovigilancia debe tener una previa previsión legal, puesto que de lo
contrario toda la información recabada se tornará ilícita.
B. Principio de proporcionalidad. Ante la eventual afectación de derechos fundamentales, como en su caso los derechos a
la imagen (artículo 2, inciso 7, de la Constitución), a la inviolabilidad de domicilio (artículo 2, inciso 9, de la Constitución),
a la intimidad personal y familiar (artículo 2, inciso 7, de la Constitución), entre otros, es necesario que su utilización
superen el test de proporcionalidad.
C. Autenticidad e inmediatez temporal. Una vez grabada la información que contiene medios de investigación o de
prueba inculpatorios, siempre por mandato del Fiscal debe seguirse el procedimiento de control previsto para la
intervención de comunicaciones (concordancia, en lo pertinente, de los artículos 207, apartado 5, y 231 del CPP).
Recuérdese que la orden de videovigilancia es una atribución del Ministerio Público –salvo cuando se afecte la libertad
domiciliaria (artículo 207, apartado 3, del CPPP– y el procedimiento de ejecución es el contemplado para la intervención de
comunicaciones con arreglo a las reglas del artículo 231 del CPP.
(…)
D. Integridad. El contenido total de la videograbación o de la imagen captada a través de la videovigilancia ha de ser
resguardada por el Ministerio Público, y al finalizar la medida puesta en conocimiento del juez –si la orden tuvo origen
judicial– y al afectado, quien puede instar su reexamen judicial en los términos del artículo 231, apartado 3, del CPP, sin
perjuicio de solicitar la realización de las pericias de autentificación correspondientes. El afectado debe conocer el
conjunto de las actas levantadas, la totalidad de las grabaciones, videograbaciones o fotografías obtenidas, y de las
relevantes. Esto garantiza la vigencia de los principios de igualdad de armas y contradicción.
TÉCNICAS ESPECIALES DE INVESTIGACIÓN
ACUERDO PLENARIO N° 10-2019/CIJ-116. SATELITES:
38.° No obstante las bondades que pueden ofrecer las imágenes satelitales en la persecución del delito, los jueces están poco
familiarizados con esta tecnología compleja. A ello se aúna la falta de precedentes judiciales que orienten la admisión y valoración de
este medio probatorio sofisticado. Para superar estos problemas, se plantean los siguientes criterios de admisibilidad y valoración
probatoria:
A. Las imágenes satelitales deben ser recopiladas con respeto irrestricto del núcleo intangible de los derechos fundamentales,
debiendo realizarse un test de proporcionalidad con el fin de determinar si la injerencia dentro del derecho fundamental conculcado
resulta legítima y proporcional. Las imágenes satelitales poseen capacidad técnica de vulnerar, al menos potencialmente, la vida
privada de las personas.
B. El Satélite PeruSat-1 puede ser utilizado en la investigación de delitos vinculados con la criminalidad organizada, a través
de la videovigilancia (artículo 207, apartado 1, literales ‘a’ y ‘b’ del CPP). Las imágenes satelitales se introducirán al proceso penal a
través de la prueba documental, cumpliéndose además los requisitos de autenticidad, integridad, inmediatez, objetividad y exactitud.
C. Las imágenes satelitales, cumplidos los requisitos antes indicados, tienen entidad para desvirtuar la presunción de inocencia
de los acusados. Desde la perspectiva de la exigencia de corroboración será del caso, en función al contexto del caso, contar –si
correspondiera– con prueba testifical, prueba documental de informes, otras imágenes y/o grabaciones, prueba pericial, etcétera.
D. Necesariamente el procesamiento de las imágenes satelitales implica la manipulación por una serie de personas en orden a
obtener la decodificación de estas. Por lo tanto, ha de seguirse con sumo cuidado el procedimiento de cadena de custodia, conforme
a los parámetros establecidos en el Acuerdo Plenario 06-2012/CJ-116, para su almacenamiento, conservación y ulterior utilización en
el proceso penal. Deberá certificarse las circunstancias en que fueron tomadas las imágenes satelitales y el trayecto que recorrieron,
dada la alta complejidad en su procesamiento. Si, razonablemente, se desconfía de la autenticidad de la imagen satelital, será del caso
acudir a los medios de prueba denominados “prueba sobre prueba”.
GRACIAS

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