Está en la página 1de 9

El trabajo con el foco

HECTOR FIORINI
1. La estructura del foco
• En la práctica psicoterapéutica el foco
tiene un eje central.
• Con la mayor frecuencia este eje está
dado por el motivo de consulta (síntomas
más perturbadores, situación de crisis,
amenazas de descompensación que
alarman al paciente o al
grupo familiar, fracasos adaptativos).
Íntimamente ligado al motivo de consulta,
subyacente al mismo, se localiza cierto
conflicto nuclear exacerbado.
Para realizar la tarea de focalizar
es substancialmente importante
tener en cuenta tres ejes
fundamentales
Los objetivos focales (conflicto actual del
paciente);
la reorganización o activación de las funciones
yoicas (en vista de la optimización de las mismas
en virtud de una mayor fortaleza yoica del
paciente) y
la alianza terapéutica (lugar del vínculo, la
empatía, la creación y la construcción entre
terapeuta y paciente).
• El foco se presenta como un centro de gravedad
temático, como un campo problemático central
del paciente; un campo para trabajar, elaborar,
pensar, reflexionar y relacionar.
• Desde la fenomenología descriptiva se equipara
el foco con el cuadro sintomático actual. En tal
caso la formulación se acuña al nivel del
síntoma y del comportamiento. Y desde una
concepción más bien metapsicológica, la
focalización emerge de premisas abstractas de
la teoría que se emplea (Fiorini, 1992,1993,
2002).
El trabajo con el foco seguirá en
psicoterapia esta secuencia:
• 1) El paciente inicia la sesión aportando un material
disperso, hecho de episodios recientes, recuerdos,
observaciones sobre los otros y vivencias personales
en esos episodios.
• 2) Transcurrido un tiempo de ese despliegue inicial, el
terapeuta interviene para preguntar en una dirección
específica, o bien reformula el relato, subrayando de
modo selectivo ciertos elementos del relato
significativos desde la situación- foco.
• 3) El paciente recibe esta reformulación y
comienza a operar con ella: produce
asociaciones guiadas por la nueva dirección
impresa a tarea, amplía elementos recortados
por el terapeuta.
4) Nuevas intervenciones del terapeuta tomarán ya
elementos parciales componentes de la
situación, a los fines de ahondar en ellos, y
articulaciones del conjunto, en un doble
movimiento analítico-sintético, que Sartre ha
caracterizado como momentos regresivo y
progresivo del análisis de la situación. Este
último apunta al encuentro de una totalización
singular, a realizar “la unidad transversal de odas
las estructuras heterogéneas”. El movimiento de
diafragmado entonces se acompaña de un
retorno a la totalización, en una alternancia
constante desde las perspectivas entre figura y
fondo.
CASO CLINICO
• Para Ernesto, un paciente de 30 años, con
un hijo de 3, que acaba de separarse de
su mujer, el motivo de consulta es un
estado de angustia y depresión que afecta
su vida cotidiana y su rendimiento
profesional. Las desavenencias crónicas
hacían necesaria para él la separación,
pero siente que no puede tolerarla, que no
podría reemplazar a su mujer ni admitir
que ella formara otra pareja.
Para Ernesto la situación se agrava
porque desde su separación ha ido a vivir
con su madre, persona autoritaria con
quien siempre mantuvo un vínculo
conflictivo, de intensa ambivalencia
mutua. Este hecho, en parte inevitable por
sus dificultades materiales para vivir solo
inmediatamente de producida la
separación, significa a su vez dejar de
convivir con su hijo, lo que añade
obstáculos a dificultades previas del
paciente con la paternidad.

También podría gustarte