Está en la página 1de 11

Ven,sígueme

DyC 6-9
El Espíritu Santo habla a mi mente y a mi
corazón.
D y C 6:15, 23; 8:2; 9:8; 9:9.

D y C 6: 15 He aquí, tú sabes que me has preguntado y yo te iluminé la mente; y ahora te


digo estas cosas para que sepas que te ha iluminado el Espíritu de verdad;
El Espíritu Santo habla a mi mente y a mi
corazón.
D y C 6:15, 23; 8:2; 9:8; 9:9.

D y C 6: 23 ¿No hablé paz a tu mente en cuanto al asunto? ¿Qué mayor testimonio


puedes tener que de Dios?
El Espíritu Santo habla a mi mente y a mi
corazón.
D y C 6:15, 23; 8:2; 9:8; 9:9.

D y C 8: 2 2 Sí, he aquí, hablaré a tu mente y a tu corazón por medio del Espíritu Santo
que vendrá sobre ti y morará en tu corazón.
El Espíritu Santo habla a mi mente y a mi
corazón.
D y C 6:15, 23; 8:2; 9:8; 9:9.

D y C 9: 8 Pero he aquí, te digo que debes estudiarlo en tu mente; entonces has de


preguntarme si está bien; y si así fuere, haré que tu pecho arda dentro de ti; por tanto,
sentirás que está bien.
El Espíritu Santo habla a mi mente y a mi
corazón.
D y C 6:15, 23; 8:2; 9:8; 9:9.

D y C 9:9 Mas si no estuviere bien, no sentirás tal cosa, sino que te sobrevendrá un


estupor de pensamiento que te hará olvidar lo que está mal; por lo tanto, no puedes
escribir lo que es sagrado a no ser que lo recibas de mí.
El Espíritu Santo habla a mi mente y a mi
corazón.
D y C 6: 5

5 Por consiguiente, si me pedís, recibiréis; si llamáis, se os abrirá.

¿Qué experiencia has tenido en la que hayas orado y


recibido respuesta?
“No tengáis miedo… de hacer lo bueno”.

D y C 6: 33

33 No tengáis miedo, hijos míos, de hacer lo bueno, porque lo


que sembréis, eso mismo cosecharéis. Por tanto, si sembráis lo
bueno, también cosecharéis lo bueno para vuestra recompensa.
¿Por qué alguien tendría miedo de
hacer lo bueno?
“No tengáis miedo… de hacer lo bueno”.

D y C 6: 34 - 37
34 Así que, no temáis, rebañito; haced lo bueno; aunque se combinen en contra de vosotros
la tierra y el infierno, pues si estáis edificados sobre mi roca, no pueden prevalecer.
35 He aquí, no os condeno; id y no pequéis más; cumplid con solemnidad la obra que os he
mandado.
36 Mirad hacia mí en todo pensamiento; no dudéis; no temáis.
37 Mirad las heridas que traspasaron mi costado, y también las marcas de los clavos en mis
manos y pies; sed fieles; guardad mis mandamientos y heredaréis el reino de los cielos.
Amén.
¡ Muchas gracias!

También podría gustarte