Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
de la cultura mexica,
azteca o tenochca
La cultura más destacada del México
prehispánico es la mexica, también llamada
azteca o tenochca. Tal vez eso se deba a que a la
llegada de los conquistadores era el pueblo que
tenía la hegemonía y, por lo mismo, fue el más
conocido y estudiado por los cronistas
europeos. De ahí que en muchas ocasiones
cuando se estudia el Derecho prehispánico sólo
se hace referencia al caso de los aztecas, sin
tomar en cuenta a otros pueblos no menos ricos
en aspectos jurídicos.
Origen y peregrinación
Mucho se ha dicho, con base en los mismos
textos de ellos, que su origen se remonta a un
lugar lejano ubicado en el norte del país y al
que denominaban Aztlán o Chicomostoc ("lugar
de garzas, de la blancura o de los lagos"), de ahí
el nombre de aztecas. De ese lugar
peregrinaron durante muchos años hasta
establecerse en el Valle de México y fundar su
ciudad, Tenochtitlán.
La ubicación de Aztlán ha generado
conclusiones:
-No existió tal lugar; es mítico o simbólico.
-Se encontraba en Texas o en Colorado, o en
algún otro lugar de Estados Unidos de América.
-Se ubicó en la isla de Mexcaltitán, al norte del
actual estado de Nayarit. Por ello ese lugar se
considera como la "cuna de la mexicanidad” y
en tiempos recientes se estableció allí un
museo para divulgar este origen.
Los aztecas eran de origen
chichimeca, es decir, bárbaros del
norte; en su peregrinación hacia el
sur se integraron en un total de siete
tribus, a las que se les ha
denominado nahuatlacas, por su
lengua común, el náhuatl
Tribu Lugares que fundaron
Tecpanecas Azcapotzalco
Tlaxcaltecas Tlaxcala
Mexicas México-Tenochtitlan
Al parecer, hacia el año 1111 o 1160 d.C. los
aztecas emprendieron su peregrinación hacia
el sur. La ruta que siguieron no ha sido
precisada por los historiadores. Los aztecas
decían que venían dirigidos por sus sacerdotes,
los que a su vez seguían las indicaciones de su
deidad principal Huitzilopochtli ("colibrí
zurdo"), personaje entre real y legendario, tal
vez un destacado guerrero, quien los guiaba
por medio de unos pájaros que trinaban con
un tigui, que significaba para ellos "¡seguid!" o
"¡adelante!”
En 1325 pudieron establecerse, con la
autorización de los tecpanecas de Azcapotzalco,
en un islote al sur-poniente del lago de Texcoco,
en donde encontraron una señal, para ellos de
alta significación, según lo narra Fernando
Alvarado Tezozómoc en su Crónica Mexicayotl:
"Llegaron entonces allá donde se yergue el nopal.
Cerca de las praderas vieron con alegría cómo se
erguía un águila sobre aquel nopal. Allí estaba
comiendo algo, lo desgarraba al comer. Cuando
el águila vio a los aztecas inclinó su cabeza.
Con ello llegaba a su fin la gran caminata o
peregrinación, desde Aztlán hasta
Tenochtitlan (lugar de tenochcas o
sacerdotes), que duró entre 165 y 214 años,
según la fecha que se acepte para su inicio.
Es claro que a lo largo de ella fueron
dejando asentamientos y rastros de su
cultura.
Etapas históricas
Si tomamos en cuenta el tiempo trascurrido entre 1325
(fundación de Tenochtitlan) y 1521 (caída de la ciudad
en manos de Cortés), estamos hablando de sólo 196
años, a lo largo de los cuales lograron los aztecas realizar
todo su ciclo histórico (origen, esplendor y decadencia).
Este ciclo suelen tenerlo las civilizaciones al cabo de
muchos siglos, como es el caso de los egipcios, los
griegos y los romanos, pero recorrerlo en tan sólo dos
siglos, con un promedio de ocho generaciones (una por
cada 25 años), es algo insólito en la historia universal, lo
que hace que el pueblo mexica se convierta en una
cultura particularmente atractiva para los expertos en la
materia.
Fuentes
En el caso de los aztecas, sus fuentes de
información son muy ricas y variadas:
1. Códices. Manuscritos elaborados dentro de la
tradición indígena, si bien códice es un manuscrito
cosido en un lado, lo que no coincide en el
formato o presentación de las pinturas indígenas,
plasmadas en diversos materiales y que les servían
a manera de escritos.
Los hay anteriores o posteriores a la conquista
española, hechos de piel curtida, amate o de
lienzo o tela.
Los pintores de códices o tlacuilos estudiaban en
el Calmécac, colegio de nobles. De estos
"códices" hablan en algunos momentos, entre
otros, Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo, fray
Diego de Landa, fray Francisco de Burgoa
(cronista de Oaxaca) y fray Bernardino de
Sahagún.
Incluso se ha dicho que existían grandes
depósitos de estos documentos, a manera de
bibliotecas, llamadas amozcalli, o "casa de libros".
Al llegar la conquista se destruyeron muchas de
estas "barbaridades", como las llama
injustamente el padre Burgoa.
Fray Juan de Zumárraga, primer obispo de México, y fray
Diego de Landa, segundo obispo de Yucatán, se
caracterizaron por la enorme destrucción y quema de
códices que ordenaron debido a su celo religioso
desmedido. Hoy apenas se conocen unos 18 códices
auténticamente prehispánicos, que según su presentación
y tamaño pueden ser llamados códice, tira, rollo, lienzo y
anales o crónicas.
Por su temática pueden ser míticos y religiosos, históricos,
genealógicos, cartográficos, económicos y etnográficos.
Los dos últimos son los más importantes para el estudio
del Derecho azteca porque describen los sistemas de
producción, comercialización, costumbres y sistema
sociojurídico de este pueblo.
Algunos de los códices para el estudio de los
aztecas son:
a) El Códice Mendocino, mandado elaborar en
tiempos del primer virrey de la Nueva España,
Antonio de Mendoza. Consta de tres partes.
En la primera se relata la historia de los reyes
de México-Tenochtitlan y las dos partes
restantes contienen amplia información
respecto a la vida de los indígenas en la
primera mitad del siglo XVI.
Es importante destacar que el códice contiene una
biografía muy detallada del emperador Moctezuma
Xocoyotzin y algunos datos sobre el Derecho procesal
y penal de los aztecas.
Forma hoy parte de este documento una copia de la
Matrícula de Tributos, en la segunda parte del Códice
Mendocino. Esta matrícula la realizó algún tlacuilo,
quizá por órdenes de Hernán Cortés, para conservar
información precisa respecto a la economía y
tributación prehispánicas.
La Matrícula de Tributos, conjuntamente con el códice
prehispánico Azoyu II constituyen los documentos
básicos para el conocimiento del Derecho fiscal azteca.
Se puede clasificar como un códice económico-
estadístico porque trata de los tributos que
pagaban los pueblos vencidos a los aztecas, pero
también puede ser considerado como geográfico-
toponímico, ya que contiene en cada caso el
jeroglífico representativo de los diversos pueblos
tributarios.
b) El Códice Caspianus.
c) Los Códices Borgia.
d) El Códice Ramírez.
e) Los códices Tlotzin y Quinantzin, que se
encuentran en París.
f) El Lienzo de Tlaxcala, que se refiere a
diversos episodios de la conquista de
México por los españoles.
g) El Códice del Museo de América. Éste
se ubica en Madrid y contiene importantes
testimonios respecto a la conquista en el
Nuevo Continente.
i) La Tira de la Peregrinación o Códice Boturini.
Es una tira larga y estrecha (mide 549 por 19
centímetros), que se dobla como biombo,
formando unas 22 hojas. Se dibujó de un solo
lado, con pinturas en negro y rojo. Se creyó que
era prehispánico, pero ahora se sabe que se
elaboró en la época colonial.
Para un conocimiento más cabal de los códices
y anales es interesante el estudio de Gonzalo
Vilchis Prieto, Los códices prehispánicos como
fuente histórica del Derecho mexicano.
2. Las obras de los historiadores indígenas,
quienes fueron cristianizados y educados por
los misioneros españoles, de manera que en
sus obras ya hay influencia europea muy
marcada, pero que relataron con bastante
fidelidad la vida y las costumbres del mundo
prehispánico. Algunos vivieron en su infancia
esa época anterior a la conquista, o bien
estuvieron próximos a parientes que habían
sido testigos y actores de ese tiempo.
- Fernando de Alva Ixtlilxochitl (1578 o 1580-
1648). Entre sus obras destacan Historia
Chichimeca y Relaciones históricas de la nación
tolteca. La Universidad Nacional Autónoma de
México las ha editado como Obras históricas y
gracias a este autor conocemos unas 20 de las 80
u 83 leyes que se atribuyen a Nezahualcóyotl.
- Juan Bautista Pomar (1520- 1610). Nacido un
año antes de la conquista de México, escribió
Relación de las antigüedades políticas y religiosas
de las Indias, también conocida como Relaciones
de Texcoco.
- Fernando (o Hernando) Alvarado Tezozómoc (1535-
1590). Emparentado con la nobleza azteca, escribió
Crónica Mexicayotl y fue traductor en la Real Audiencia
de la Ciudad de México.
- Domingo de San Antón Muñoz Chimalpaín (1579-1660),
nacido en Amecameca, escribió Memorial de Culhuacán
y Relaciones de Choleo y Amecameca.
- Cristóbal del Castillo (1526-1606), nacido en San Juan
Teotihuacan, escribió Historia de los mexicanos, obra que
fue rescatada del olvido en el siglo XIX por el historiador
Francico del Paso y Troncóse.
Los cronistas europeos. Es de gran importancia el
género de la crónica en el estudio de las costumbres
prehispánicas. Para el caso de los aztecas destacan los
cronistas siguientes:
a) Hernán Cortés (1485-1547), nacido en Medellín, en la
actual provincia de Badajoz. Murió en Castilleja de la
Cuesta, cerca de Sevilla. Durante dos años estudió leyes
en Salamanca, pero abandonó la carrera y participó con
Diego Velázquez en la conquista de Cuba. Después fue
notario en Trinidad y alcalde en Santiago en ese mismo
país. Se casó con Catalina Xuárez y emprendió la tercera
expedición española a tierras mexicanas para realizar la
conquista de los aztecas. Más tarde fue nombrado
marqués del Valle de Oaxaca.
Con el propósito de informar a la Corona respecto
de sus hazañas en estas tierras, escribió cinco
cartas, que han sido llamadas de Relación, cuyos
originales, en manuscrito, se encuentran en la
Biblioteca Imperial de Viena y tienen un total de
325 hojas, de las que quedaron 15 sin escribir. La
primera se redactó en 1519 en plena campaña de
conquista para la reina regente Juana; está
firmada en la Villa Rica de la Vera Cruz. Las cuatro
restantes fueron para Carlos V; la segunda en
Segura de la Frontera, la tercera en Coyoacán, la
cuarta y la quinta en México-Tenochtitlan. Todas
ellas se escribieron entre 1520 y 1526.
b) Andrés de Tapia (1485, falleció aproximadamente a
mediados del siglo XVI). Fue soldado de Cortés y al
parecer tomó parte en las luchas más relevantes de la
conquista. Más tarde fue Justicia Mayor (juez) en la
Ciudad de México. Escribió Relación sobre la Conquista
de México.
c) Bernal Díaz del Castillo (1492-1588). Es el cronista por
antonomasia. Nació en Medina del Campo y murió en la
Antigua Guatemala, donde todavía se conserva la casona
en la que vivió sus últimos años y donde escribió su obra
Historia verdadera de la conquista de la Nueva España,
que a la fecha se estudia entre las obras de la literatura
española, aun cuando él no fue un hombre ilustrado.
d) Fray Bernardino de Sahagún (1499 o 1500-
1590). Ilustre franciscano, escritor y gran
investigador; para algunos es un precursor muy
precoz de la investigación sociológica en
América. Así, se adelantó a su época haciendo
indagaciones directas y confrontadas. Estudió
en Salamanca y se ordenó sacerdote en 1524.
En 1529 pasó con otros 19 religiosos a la Nueva
España; radicó un tiempo en Tlalmanalco y
luego en Tlatelolco. Igualmente estuvo en
Xochimilco y fue visitador de su orden religiosa
en Michoacán.
Los indígenas le tenían especial gratitud y
respeto por su paternal desempeño en la
evangelización y educación. Su obra
monumental: Historia general de las cosas
de la Nueva España abarca todos los
aspectos de la vida social, jurídica,
económica, familiar, política y religiosa del
pueblo azteca. También se considera una
obra básica para la historia de México.
e) Fray Juan de Torquemada (1580-1674).
Franciscano, escribió Monarquía indiana.
f) Fray Toribio de Benavente, "Motolinía" (1482-
1568). Historia de los indios de la Nueva España,
obra que contiene numerosos aspectos de las
costumbres de los indígenas.
g) Fray Bartolomé de las Casas (1474-1566). Junto
con fray Antón de Montesinos se hizo célebre por
sus sermones en Santo Domingo defendiendo los
derechos de los indígenas;
En su afán de cuidar los intereses de los indígenas
escribió, entre otras obras, la Apologética historia
de las Indias.
Organización política
Mientras duró su peregrinación los aztecas
se configuraron como un pueblo organizado
en clanes (grupos de familias), los que a su
vez integraban una tribu, todas ellas formas
elementales de organización sociopolítica. En
cuanto a su gobierno, estaban regidos por
una teocracia apoyada en un grupo militar.
El lugar donde finalmente pudieron asentarse en el Valle
de México fue el islote en medio del lago de Texcoco, que
denominaron México-Tenochtitlan, si bien previamente
habían pretendido establecerse en Atizapán y en
Chapultepec, lugares no muy apropiados para quedarse
por estar infestados de serpientes, el primero, y de
langostas o chapulines, el segundo. Pero el islote quedaba
comprendido dentro del territorio dominado por los
tecpanecas de Azcapotzalco, que les impusieron fuertes
tributos. Esto se hizo más rígido para los aztecas cuando
ascendió al trono de Azcapotzalco el terrible rey
Tezozómoc, de quien se dice que gobernó 80 años, desde
1347, unos 20 años después de fundada Tenochtitlan.
Durante el tiempo que transcurrió entre 1325 (fundación
de la ciudad) y 1376 (ascenso al trono de México del
primer rey o tlatoani Acamapichtli), Tenochtitlan fue
gobernada por sacerdotes y caudillos. Éstos fueron,
entre otros, Ocelopan, Quiapan, Ahueyotl, Xomimitl,
Acacitli, Mentzineauh, Xocoyotl, Atototl, Xihupati y
Tenochtli.
La ciudad primitiva se dividía en cuatro barrios o calpullis
y se unía a tierra firme por tres calzadas construidas
artificialmente: al norte la de Tepeyaca, que la vinculaba
de paso con Tlatelolco; al poniente la de Tacuba y al sur
la de Tlalpan, que a una altura determinada se dividía
hacia dos rutas, Iztapalapa al oriente y Coyoacán al
poniente.
Hacia 1376 lograron que Azcapotzalco les permitiera
tener un rey o cacique de origen militar; éste fue
Acamapichtli, con lo que iniciaron su etapa de
caudillaje. Al rey lo denominaron tlatoani y con el
tiempo, cuando este funcionario ya era el poderoso
señor de un enorme territorio, se hizo llamar tlatoani
huaytlatoani tecpalcantecutli ("el que habla").
Aún seguían siendo tributarios de Azcapotzalco y los
primeros tres reyes de México padecieron esa tiranía.
Pero en 1427 murió el temido Tezozómoc y fue
sustituido por su hijo Tayatzín o Teayauhtzín, quien a su
vez murió asesinado por Maxtla, su hermano.
Este fratricidio desencadenó la muerte del tercer
tlatoani de México, Chimalpopoca (por condenar la
usurpación) y el ascenso al trono azteca de Izcóatl,
quien aprovechó la oportunidad para formar una
Triple Alianza entre Tenochtitlan, Texcoco y Tacuba,
la que dio por resultado la caída de Azcapotzalco y la
muerte de Maxtla.
La Triple Alianza continuó en funciones y logró
dominar territorios muy alejados. En cada ciudad de
la Alianza regía el tlatoani respectivo de manera
autónoma, si bien uniéndose en confederación para
los casos de declaración de guerra, el desarrollo de
las campañas militares, la tributación y los acuerdos
de paz y alianza con otros pueblos.
Gracias a ello lograron conquistar un territorio
inmenso, que comprendía desde el sur de Sinaloa y
Tamaulipas hasta incluso Costa Rica, con excepción
de Michoacán, al que nunca lograron vencer, si bien
lo intentaron varias veces, y Tlaxcala, cuya posesión
fue siempre precaria por lo levantisca.
En suma, lo que los europeos llamaron Imperio
azteca en realidad era una confederación de tres
tribus, cada una encabezada por su caudillo o
tlatoani, quien simbolizaba su poder con un carcaj de
flechas y arco dorados, y cuyo nombre significaba "el
que habla bien".
Por eso se colocaba un glifo en la boca del
personaje representado en los códices como
tlatoani.
Cuando murió Izcóatl, creador de la Triple Alianza,
se trató de elegir al nuevo tlatoani de México y la
pugna política se planteó entre dos sobrinos del
rey fallecido: Moctezuma Ilhuicamina y Tlacaélel,
ambos con merecimientos suficientes para aspirar
al trono. La situación bien pudo convertirse en un
verdadero cisma, por lo que se acordó nombrar a
Moctezuma Ilhuicamina como tlatoani y crear una
nueva investidura, un tanto paralela, la del
cihuacóatl, para Tlacaélel.
El cihuacóatl sería una especie de cogobernador, con
varias funciones específicas, como la de ser
responsable de la tributación y del tesoro, auxiliado en
esto por los calpixquis (recaudadores) y el
tepalcancete o petlancete (tesorero); igualmente
precedía en ocasiones el Tribunal Supremo y
organizaba y vigilaba a los tlatoques (magistrados) y a
los tecuhtlis o teuctlis (jueces menores). Asimismo,
fungía como superior de los militares, es decir, de los
tlacatecutlis (señores de los hombres), que eran dos
(uno de la orden de los guerreros águila, y el otro de
los guerreros jaguar o "tigres"); el tlacochcálcatl (jefe
de la casa de los dardos o del arsenal), así como los
telpochtlataques (comandantes de batallones de 400
hombres).
El cihuacóatl también tenía autoridad sobre los
calpulleques o jefes de barrio o calpullis. De la misma
manera, vigilaba el desempeño de los pochtecas o
comerciantes, que a veces hacían la labor de
auténticos embajadores. Así, se advierte que el
cihuacóatl era una especie de primer ministro y que en
la monarquía azteca podía aplicarse el principio
europeo de que "El rey reina pero no gobierna".
El nombre de cihuacóatl significa "el de la falda de
serpientes", porque en su mentalidad religioso-política
debían quedar representados en el poder los dos
géneros, esto es, el masculino con el tlatoani y el
femenino con el cihuacóatl.
El tlatoani por ello era la más alta autoridad. Su
poder provenía directamente de Huitzilopochtli,
el dios principal, con el que incluso estaba
emparentado, si bien era elegido por un cuerpo
especial. Él era el responsable del buen
gobierno y de dictar la ley al pueblo. El tlatoani
era el gobernador vitalicio y concentraba en sus
manos gran poder político, judicial, religioso y
militar. Era el más alto funcionario del llamado
tlatocayotl (palabra equivalente a Estado).
El cihuacóatl Tlacaélel resultó ser un
verdadero estadista; su capacidad, audacia y
responsabilidad contribuyeron a hacer de
Tenochtitlan una hermosa capital, en donde
destacaba el cultivo de las artes y de la ciencia,
y con todo ello respaldó de manera
significativa el gobierno de su hermano
Moctezuma Ilhuicamina. De esta suerte en lo
sucesivo, a la muerte del cihuacóatl, el tlatoani
en turno nombraba a su sustituto. De hecho,
ya siempre hubo un tlatoani (jefe de Estado) y
un cihuacóatl (jefe de gobierno).
Con el tlatoani, en calidad de Senado o
Consejo estaba el tlatocan, integrado por los
20 calpulleques o jefes de barrio. De este
consejo emergía otro cuerpo colegiado
supremo: el tlatocaltzin. Este último era un
consejo supremo permanente y sus miembros
tenían carácter vitalicio. Se integraba con el
cihuacóatl, los tlacatecutlis (águila y jaguar) o
el tlacochcálcatl (jefe de arsenal) y el tenochca
o sumo sacerdote. En total eran cinco
individuos los que aconsejaban al tlatoani en
las grandes decisiones.
A la muerte del tlatoani, el cihuacóatl
continuaba dirigiendo al gobierno y convocaba
al tlatocaltzin para que junto con los tlatoanis
sobrevivientes de la Alianza (Tacuba y Texcoco),
a manera de grandes electores decidieran,
entre los siete, la designación del nuevo
tlatoani.
Con todo ello, la decisión de los dos tlatoanis
aliados, el cihuacóatl, los representantes del
ejército y de los sacerdotes, el poder del
tlatoani quedaba bastante limitado. En los
pueblos sometidos por los aztecas gobernaban
los tlatoanis menores.
Los tlatoanis
Fueron 11 los reyes o tlatoanis de Tenochtitlan,
agrupados en una monarquía mítica, viril y unidinástica.
1. Acamapichtli ("el que empuña la caña o el cetro")
1376-1396.
2. Huitzilihuitl ("colibrí celestial o pluma de colibrí")
1396-1417.
3. Chimalpopoca ("escudo que humea“) 1417-1427
4. Izcóatl ("víbora de pedernal") 1427-1440
5. Moctezuma llhuicamina ("flechador del cielo")
1440-1469
6. Axayácatl ("cara de agua") 1469-1481
7. Tízoc Chalchihuitlatonacatzín ("agujerado con
esmeraldas, o pierna enferma") 1481-1486
8. Ahuízotl ("perro de agua") 1486-1502
9. Moctezuma Xocoyotzin ("señor señudo y
respetable") 1502-1520
10. Cuitláhuac ("excremento divino o seco") junio a
noviembre de 1520
11. Cuauhtémoc ("águila que desciende")
1520-1521.
Con toda esta gama de fuentes, variadas y amplias es
posible estudiar con gran profundidad el Derecho mexica
o azteca, al que entre los derechos prehispánicos
podemos considerar un sistema jurídico evolucionado,
porque:
•Los aztecas pudieron aprender las experiencias de
numerosos pueblos anteriores y contemporáneos suyos.
•Contaron con una estructura político-administrativa más
amplia y compleja, a pesar de haber conservado su
organización tribal.
•Desarrollaron una amplia base filosófica y moral,
sustentada en su concepción religiosa.
Los principios éticos se enseñaban a hombres y
mujeres desde la casa y la escuela. La educación
solía ser severa. Se les inculcaba el respeto al
anciano, a los sacerdotes y a los gobernantes, al
padre, a la madre y a los antepasados, y estaban
en constante servicio a los dioses. Se tenía en
alto el concepto de yécotl (rectitud), de yectli
(recto), y era una virtud que procuraban
implantar entre sus hijos y alumnos. Se criticaba
la perversión y la avidez o ambición que tiene el
camino de los hombres y los gobernantes.
Es curioso que Sahagún afirme: "es gran
vergüenza nuestra que los indios naturales,
cuerdos y sabios antiguos supiesen dar
remedio a los daños que esta tierra imprime
a los que en ella viven, ablando a las cosas
naturales con continuos ejercicios, y nosotros
nos vamos al agua abajo con nuestras malas
inclinaciones”.
El calpulli
Calpulli equivale a calpolli, aumentativo de calli
o "casa grande". Significa "barrio o suburbio,
aldea o poblado“. Esta organización es de
origen teotihuacano y luego fue adoptada en
todo el Valle de México por las distintas tribus
prehispánicas.
Cuando se fundó Tenochtitlan en 1325, se
dividió la ciudad en cuatro calpullis, si bien a la
llegada de Cortés en 1521 eran 20 calpullis.
En cada calpulli había a su vez una subdivisión
en tlaxicaüis o clanes, grupos de familias que
reconocían un ascendiente común: el llamado
abuelo o tata.
De esta manera, el calpulli era un "barrio de
gente conocida y de linaje antiguo", como lo
define el oidor y cronista Alonso de Zorita en su
Breve y sumaria relación de los señores de la
Nueva España. Esto es así porque había
finalmente un parentesco entre las familias
avecindadas en cada calpulli. Por eso éste
equivale a una organización de clan.
Con base en Víctor M. Castillo Farreras y otras fuentes, se
puede decir que el calpulli era una unidad:
1. Política. Porque tenía su propio gobierno integrado por
un consejo de ancianos o tatas, jefes de los clanes o
patriarcas, encabezados por el de mayor prestigio, llamado
teachcauh, quien era elegido por los propios ancianos.
Además, también elegían al calpulleque o jefe de barrio,
entre las cabezas de familia más destacados por su
capacidad y por su honestidad. Igualmente era electo el
tecuhtli, guerrero famoso por sus hazañas y al que se
encargaba la vigilancia del calpulli y el adiestramiento
militar de los varones que debían prestar servicios en el
ejército azteca.
Otros funcionarios menores, y ya designados por el
calpulleque, eran los tlacuilos o escribanos. El cargo
de era de elección y vitalicio, pues sólo se dejaba por
mala salud física o mental, o por deshonestidad, en
cuyo caso se arriesgaban a sufrir la pena capital.
Cada calpulli tenía una insignia específica que se
colocaba en su estandarte de ricas plumas. Al
conjunto de calpullis le llamaban calpultín. Al mismo
calpulli en el nivel de los pueblos tributarios de la
Triple Alianza se le llamaba altepetlalli.
2. Administrativa. Porque el renglón de lo que ahora se
denomina servicios públicos era proporcionado a la
comunidad por el calpulleque, que contaba con un
grupo de esclavos para mantener limpias las calles y
plazas de su calpulli, y disponía de hombres armados
para garantizar la paz pública.
Los calpulleques llevaban la cuenta de su población,
sabían cuántos nacimientos, defunciones y
matrimonios se efectuaban y diariamente se reunían
con el cihuacoátl para dar cuenta a éste del estado que
guardaban sus barrios. Recuérdese que integraban
entre ellos el consejo del tlatocan frente al tlatoani, a
manera de gran Senado.
3. Fiscal. Porque el calpulleque se encargaba de reunir
entre todas las familias de su barrio el importe del
tributo, a fin de que en la fecha convenida el
calpixque o recaudador lo recogiera. Por lo mismo, el
pago tributario o fiscal se pagaba por barrios y por
pueblos, es decir, era grupal.
4. Militar. Porque cada calpulli debía aportar un
número determinado de hombres para contribuir a la
formación del ejército azteca. Estos hombres eran
designados por el calpulleque, el barrio se obligaba a
proporcionarles armas y adiestramiento militar, éste a
cargo del tecuhtli del calpulli.
5. Religiosa. Porque todo calpulli contaba con su deidad
propia, su antepasado mítico, su templo o teocalli (casa
de Dios) y su cuerpo de tenochcas o sacerdotes incluso
con su día de fiesta local. Esto fue muy importante para
facilitar la evangelización por parte de los misioneros
cristianos, porque al formarse los barrios y pueblos de la
Colonia los dedicaron a una imagen religiosa. Así, los
cuatro primeros barrios del centro de la vieja
Tenochtitlan fueron, en la ciudad colonial de México, los
barrios de San Juan, San Pablo, San Sebastián y Santa
María o de la Merced. Hoy aún observamos la
importancia que tienen las festividades patronales de
cada lugar.
6. Familiar. Porque el calpulli era un conjunto de linajes
o grupos de familias patrilineales (ambilaterales en el
caso de los pillisopipiltzines o nobles), así como de
amigos y aliados.
7. Residencial. Porque implicaba tenencia de la tierra en
forma comunal, en chinampas y parcelas explotadas por
cada familia, además de la casa habitación, que debía
construirse de acuerdo con la posición social de los
habitantes del calpulli.
8. Social. Porque los habitantes del calpulli pertenecían
a un mismo estrato social, pillis (nobles) o macehuallis
(plebeyos) y, en consecuencia, no podían mezclarse
entre sí.
9. Cultural. Porque, dado el mismo nivel social, los
habitantes del calpulli presentaban similares
formas culturales, vestidos, adornos, costumbres,
etc. En sentido estricto, formaban una subárea
cultural o una subcultura.
10. Económica. Porque la actividad productiva era
compartida por todos. Así, había calpullis de
alfareros, de fabricantes de telas, etc., además de
que la propiedad de la tierra era colectiva o
familiar.
11. Laboral. Porque las labores y sus
responsabilidades se compartían entre los
habitantes del calpulli en edad productiva.
Por ello, el sujeto dentro del calpulli podía hacerlo
todo; fuera del mismo, estaba condenado a la
miseria y al desamparo.
El calpulleque asignaba las tierras de cada familia,
que debían ser cultivadas. Si en un ciclo agrícola no
había cosechas por descuido o negligencia, el
calpulleque amonestaba a la familia respectiva, pero
si se daba la reincidencia se le quitaba su parcela y se
le expulsaba del calpulli.
A la llegada de los conquistadores la organización
colectiva del calpulli fue desapareciendo
paulatinamente, pero en lugares apartados de la
influencia europea aún subsiste.
Organización social
La sociedad mexica era estamentaria, es decir, se
basaba en estamentos o estratos sociales, definidos
por un estilo común de vida y una función social
determinada. Las personas se distinguían desde su
nacimiento en una sociedad cerrada. En términos
generales esta clasificación, en orden decreciente, se
puede fijar de la manera siguiente:
1. Los nobles, llamados pillis o pipiltzines. Esa nobleza
era hereditaria, si bien algunos privilegios de que
disfrutaban eran propios de las funciones que
desempeñaban. Entre ellos se distinguían tres
niveles:
Los tlatoanis, jefes de caciques.
Los tecuhtlis, señores o principales.
Los pillis o parientes subordinados a los
anteriores