Está en la página 1de 7

LA

INTERNACIONALIZACI
ÓN DEL MOVIMIENTO
MODERNO .

METABOLISMO
Jesús David Doval Anaya, Jaime Calderón, Jesús Ortiz, Alex Orozco

JAPONÉS
El amplio término de “arquitectura moderna” designa a un movimiento estilístico global, con múltiples
acepciones y alcances, que desarrollado a lo largo del siglo XX significó una verdadera revolución en
la historia de la arquitectura.
En su sentido más extendido, refiere a la corriente arquitectónica que surgió sobre los albores del 1900,
antes de la Primera Guerra Mundial, con el objetivo de reconciliar los principios tácitos al diseño
arquitectónico con el acelerado avance tecnológico y la modernización de las sociedades.
El racionalismo fue heredero de la Ilustración y la Revolución Industrial, la culminación de un largo
proceso de aplicación en la arquitectura de los nuevos procesos de mecanización iniciados con la era
industrial. Este proceso evolucionó en paralelo a los avances sociales, con un cierto componente
utópico de aplicación de los valores de la arquitectura y el urbanismo a la mejora de la sociedad: la
industrialización, usada de forma “racional”, serviría según los teóricos del movimiento para solventar
las injusticias sociales y crear un entorno urbano que englobase de forma óptima a la mayoría de la
población. Algunos historiadores apuntan el origen del término a esta frase de Erwin Piscator.

Su amplia expansión llegó a países como: Francia, Alemania, Austria y Suiza, Países Bajos, Bélgica, Reino
Unido, Irlanda, Países nórdicos, Italia, España, Portugal, Grecia, Estados Unidos, Canadá y Brasil.
METABOLISMO
JAPONÉS
Metabolismo es el nombre del movimiento
arquitectónico que esbozó una nueva imagen de la
ciudad japonesa entre los años sesenta y setenta. La
Nakagin Capsule Tower de Kurokawa Kishō, obra
abanderada de aquella corriente, será demolida en
2022. Muchas construcciones singulares, originadas
a partir de las ideas revolucionarias de jóvenes
arquitectos de la época, se hallan hoy en peligro de
extinción.

Nakagin Capsule
Tower
Una buena parte de Japón quedó devastado tras la Segunda Guerra Mundial. A mediados de los años
cincuenta, después de un decenio reconstruyéndose desde sus cenizas, el país entró en una era de
crecimiento económico acelerado cuya bonanza duró hasta la crisis del petróleo de 1973. En aquellos
años surgió una nueva generación de arquitectos que se encargaron de desarrollar las ciudades y dieron
forma a una multitud de proyectos que vaticinaban un futuro utópico.
Un grupo de arquitectos jóvenes liderados por Tange Kenzō (1913-2005) fundaron un movimiento que
integraba los principios biológicos del metabolismo en los bloques de pisos y las grandes edificaciones.
De entre ellos salieron figuras clave de la arquitectura nipona como Maki Fumihiko (1928) e Isozaki
Arata (1931), que lograron sendos premios Pritzker —considerados los Nobel de la arquitectura— en
1993 y 2019.
Tenían una idea de la ciudad del futuro habitada por una sociedad masificada, caracterizada por
grandes escalas, estructuras flexibles y extensibles con un crecimiento similar al orgánico. Fueron
influidos por las ideas y dibujos de Archigram.

Dibujos de
Archigram.

También podría gustarte