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En Venezuela la derogación de las leyes puede ser expresa o tácita, de igual forma puede
ser total o parcial. también existe la figura de la abrogación de la ley, lo cual está previsto
en el artículo 74 de la CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA, ello se hará de forma refrendaría.
la derogación es expresa, cuando la nueva ley contiene una cláusula que declara la pérdida
de vigencia a la ley anterior.
la derogación será tácita, cuando se desprende de la lectura del contenido de la nueva ley,
que se está desaplicando la ley anterior, o cuando es posible apreciar de alguna forma, que
la nueva ley deroga parcialmente alguna disposición contenida en una ley anterior. también
ocurre la derogación tácita, cuando una ley sin contener alguna disposición derogatoria, es
publicada posteriormente a otra, conteniendo disposiciones que de alguna manera se
contraponen o diferencia del contenido de la ley anterior. en estos casos, priva el criterio de
aplicación de la ley más reciente, o el criterio de especialidad.
Muchas veces la ausencia de técnicas legislativas determina la aparición de los conflictos de
aplicación de las leyes. Por ello, será preciso determinar estructuralmente el contenido y vigencia
de las normas, que de forma sistemática fijan la vigencia de su aplicación, no dejando margen de
duda que permita establecer distorsiones inadecuadas y problemas innecesarios en cuanto a la
aplicación de la ley penal.
La derogación será total, cuando es sustituido el contenido íntegro una ley, por otra ley. Implicará
una derogación parcial, cuando una ley nueva sólo deroga algunas disposiciones contenidas en el
cuerpo normativo, en particular de alguna otra ley dejando intacto el resto de su ordenamiento.
La excepción a esta regla está constituida por la llamada retroactividad de la ley penal, en el caso
que la ley derogada contenga disposiciones más favorables para el procesado o el reo, esta
situación está establecida de forma expresa en el artículo 2 del Código Penal venezolano, quien
señala que la retroactividad de la ley se aplicará aun cuando al publicarse la ley nueva hubiere
recaído sentencia firme o el condenado estuviere cumpliendo la respectiva condena.
Ello implica, que la eficacia de la retroactividad de la ley penal más favorable, supera las
consideraciones establecidas para la cosa juzgada, ya que su efecto se extiende aún al reo que se
encuentre cumpliendo la condena, lo cual se circunscribe al contenido del principio de
progresividad.
Del principio de legalidad deriva el carácter irretroactivo de la ley y, como excepción, su
retroactividad es admitida sólo en materia penal, tanto en el orden sustantivo como adjetivo,
únicamente en el caso de su mayor benignidad en relación al reo.
La retroactividad obedece a la existencia de una sucesión de leyes penales, que por emanar de
seres humanos y estar destinadas a controlar la conducta de éstos, su validez o vigencia se
encuentran sometidas a la temporalidad, por lo cual se dan casos donde la situación fáctica
acaecida en un determinado momento y bajo el imperio de una ley específica, para el tiempo de ser
realizado el juzgamiento de una persona, se consigue con que ha entrado en vigencia otro texto
legal, que de alguna forma favorece más a la persona encausada en los hechos
SUCESIÓN DE LEYES:
La ley humana, está sometida a limitaciones temporales. La ley tiene
un proceso de formación, de acuerdo con lo establecido en la
Constitución de la República, que culmina con su promulgación y
publicación en la Gaceta Oficial; desde ese momento se hace
obligatoria, a menos que la misma ley indique una fecha posterior
para su entada en vigencia, lo cual está expresamente señalado en el
artículo 1 del Código Civil venezolano; y se extingue cuando queda
derogada expresa o tácita, total o parcialmente, por otra ley o se
abroga por un referendo, de acuerdo a lo señalado en el artículo 218
de la Constitución de la República.
Las diversas posibilidades que pueden darse con relación a la sucesión de leyes penales y a
los principios que son aplicables son:
a. En el caso que la ley nueva considere como delito una conducta no incriminada en la ley
anterior, se aplica el principio de la irretroactividad de la ley penal.
b. En el caso de que la nueva ley deje de considerar como delito un hecho precedentemente
tipificado como tal, se aplica el principio de la retroactividad de la ley penal. Si el Estado
quita a un hecho el carácter punible, ello significa que ya no quiere castigarlo.
c. En el caso de que la nueva ley modifique el tratamiento penal de determinados hechos
delictivos considerados por la ley anterior, debe distinguirse:
1. Si la nueva ley resulta desfavorable para el reo, no puede ser aplicada.
Es irretroactiva y por ello debe aplicarse la ley vigente para el momento en que ocurrió el
hecho, y
2. Si la nueva ley resulta favorable al reo, tendrá efecto retroactivo.
LA LEY MÁS FAVORABLE:
En razón de todo lo dicho anteriormente y dado que la ley más favorable debe aplicarse en
materia penal con efecto retroactivo, se impone precisar que se entiende por ley más favorable
al reo.
Esta determinación debe hacerse no en abstracto, sino en concreto y tomando en cuenta la
situación en que se encuentra el reo. Debe tenerse como más favorable o progresiva, aquella
ley que al aplicarla al caso concreto favorezca al reo, que lo trate con menos rigor, tomando en
cuenta todas las circunstancia que puedan beneficiar lo, como la especie o duración de la pena,
las penas accesorias, las circunstancias atenuantes y agravantes, la calificación del hecho, las
causas de extinción del delito y de la pena, los beneficios que puedan ser concedidos al reo,
entre otros.
Debe aclararse que no puede el Juez, como intérprete de la ley, combinar varias leyes, y
aplicarlas simultáneamente, creando así una tercera ley, sino que debe en todo caso aplicar la
que considere más favorable de forma íntegra al caso concreto sometido a su jurisdicción y
competencia.
Para aplicar la ley más favorable debe tomarse en consideración el tiempo de comisión del
delito, con la finalidad de establecer el criterio para subsumir un hecho a una ley en particular.
En cuanto a la aplicación de la ley más favorable cuando el delito se comete en un solo
momento, pero puede suceder que medie un tiempo entre la conducta y el resultado material de
la acción delictual, o que la conducta se fraccione en varios momentos o que nos encontremos
frente a un delito permanente o continuado.
En estos casos, si ocurre un cambio de legislación, es necesario precisar el momento en que se
estima cometido el delito. La fijación de ese momento interesa a los fines de resolver otros
problemas que pueden presentarse en la materia, como por ejemplo, lo relacionado con las
causas de justificación, prescripción, imputabilidad, entre otros.
TRES TEORÍAS PRETENDEN RESOLVER ESTE PROBLEMA:
La Teoría de la actividad: Considera que para determinar el tiempo de comisión del delito debe
atenderse al momento de la comisión o la omisión.
La Teoría del resultado: Establece que debe tomarse en cuenta el momento en que se
produce el resultado.
La Teoría mixta: Que entiende que el delito es cometido tanto en el momento de la acción u
punible, no cabe la posibilidad de aplicar la ley vigente para el momento en que se produce el
resultado.
Cuando la conducta se ha fraccionado en varios actos, se aplicará la ley vigente en el momento
vigencia, mientras perdura la permanencia o la continuidad, se aplicará en todo caso la ley que
esté vigente para la comisión del delito, sea o no más favorable, quedando incluidos en los
supuestos que establezca todos los actos precedentes.
La Ley Intermedia: es aquella ley que entra en vigor después de haberse cometido el hecho, pero
es derogada antes de que el hecho sea juzgado. Una parte de la doctrina sostiene que no puede
acogerse cuando sea más favorable, ya que se asumiría una disposición inexistente por su
temporalidad, tanto cuando ocurre el hecho como en el momento del juicio.
Otra parte de la doctrina es de la opinión de que el reo no es culpable de la lentitud de la justicia
En relación al reconocimiento internacional que permite aceptar la soberanía territorial de cada Estado, se establece el
principio de independencia territorial, permitiendo que se instituyan los poderes públicos dentro de los elementos que lo
define: Territorio, población y poder. Surge entonces el derecho de la población a organizar al Estado, en donde serán
determinados los poderes públicos, la forma de gobierno y las libertades ciudadanas. En ese ámbito es donde el poder
legislativo tendrá la plena capacidad, para que en el nombre del Estado, dicte la ley penal que regirá el ius punendi en
particular.
En circunstancias especiales, el Estado decidirá mediante la suscripción de tratados y acuerdos, los supuestos en los que la
ley penal universal podrá ser aplicada a hechos cometidos dentro o fuera del territorio nacional. Debemos distinguir, que el
ámbito de validez espacial sirve para determinar cómo se aplica la ley penal de un determinado territorio o Estado, es decir,
en que espacio físico territorial se aplica y hasta donde la misma extiende su señorío.
Cada vez más cobra importancia el análisis de la aplicación del derecho penal dentro del territorio de los Estados y su
interrelación con otros Estados ya que ello permitirá combatir la denominada criminalidad internacional, con el fin de que el
delito no quede sin sanción.
Entre otro, los factores que otorgan cada vez más interés al estudio de la aplicación de la ley penal en los parámetros de
especio y tiempo, se debate la existencia de un derecho penal internacional.
En Venezuela, la ley penal, así como establece su eficacia en el tiempo, también define su aplicación en el espacio,
existiendo una serie de normas que fijan principios en este sentido y que determinan el ámbito espacial de aplicación de la
ley penal venezolana, que como se verá, puede ser aplicada no sólo a hechos cometidos dentro del territorio venezolano, sino
a hechos cometidos en el extranjero.
En cuanto al derecho internacional, no existen las consideraciones universales que permitan de forma
armónica determinar los parámetros de vigencia del Derecho Penal, importantes esfuerzo permitieron
el establecimiento del Estatuto de Roma, que permite implementar la existencia de la jurisdicción
penal universal.
De igual forma, dentro de los países que conforman la comunidad internacional existen un conjunto
de tratados bilaterales y multilaterales, que permite la aplicación de la ley penal, apoyados dentro de
principios que rigen su aplicación espacial, dentro de los cuales se encuentran: el principio de la
territorialidad de la ley penal, que es de carácter fundamental, y además los complementarios de éste,
que son el principio de la nacionalidad o personalidad, el principio real, de defensa o de protección y el
principio de la justicia mundial, de la universalidad o principio cosmopolita.
3.-PRINCIPIO REAL, DE DEFENSA O PROTECCIÓN: De conformidad con este principio, la ley penal
aplicable a un hecho punible cometido en cualquier lugar lo sería la ley del Estado cuyos intereses han
sido lesionados por el hecho, ya se trate de una ofensa que afecte directa o inmediatamente al Estado
o a sus nacionales. Se aplica la ley del Estado del sujeto pasivo del delito.
Este es el caso de los venezolanos o extranjeros que en alta mar, cometan actos de
piratería u otros delitos de los que el Derecho Internacional califica de atroces y contra la
humanidad, como el genocidio, la trata de blancas, el tráfico de estupefacientes, la trata
de esclavos, entre otros. (numeral 9 del artículo 4 del Código Penal) y articulo 2 de la Ley
contra el Secuestro y la Extorsión.
La cuestión básica que tiene que ser resuelta es la de que bienes jurídicos
nacionales se tienen que considerar para discernir la ley aplicable, ya que sólo
algunos de esos bienes dar lugar a la aplicación de la ley penal del estado.
de las funciones legislativas respecto de los otros poderes y como garantía para el mejor y
efectivo cumplimiento de la función parlamentaria.
La inmunidad, está referida al ejercicio de las funciones parlamentarias, desde el momento de la
proclamación por parte del órgano electoral, hasta la conclusión del mandato.
Su desconocimiento por parte de los funcionarios públicos ocasiona sanciones de naturaleza penal
Justicia en forma privativa, siendo la única autoridad que, previa autorización de la Asamblea
Nacional, podrá ordenar la detención o continuar el enjuiciamiento, según sea el caso.
En caso de delito flagrante cometido por algún diputado, la autoridad competente pondrá a éste
bajo custodia en su residencia y comunicará de manera inmediata el hecho al Tribunal Supremo de
Justicia.
POR LA INVIOLABILIDAD,
Un diputado puede incurrir en hechos cometidos por medio de la palabra oral o escrita,
calificables como de difamación, injuria, instigación a la desobediencia de la ley o de la
autoridad, incitación a la rebelión, vilipendio u ofensas a funcionarios entre otros y ello,
sencillamente, no es delito, porque por esas conductas de los diputados, que se concretan
en expresiones u opiniones, se encuentran exentas de la aplicación de la ley penal, razón
por lo cual, su integridad personal es inviolables por ningún órgano del poder público, salvo
que sea sometido al procedimiento de desafuero previsto en la misma Constitución de la
República con la finalidad que se establezca el antejuicio de mérito y que sea despojado de
su inmunidad por el mismo cuerpo legislativo.
De acuerdo con la Constitución de la República en el artículo 199 señala:
Artículo 199: Los Diputados o Diputadas de la Asamblea Nacional no son responsables por
votos y opiniones ejercidas en el ejercicio de sus funciones. Sólo responderán ante los
electores o electoras y el cuerpo legislativo de acuerdo con la constitución y los
reglamentos.
Dos aspectos básicos discute la doctrina con relación a este punto, la extensión de esta
inmunidad y su naturaleza jurídica.
En cuanto a la extensión de la inmunidad, debe precisarse que la inviolabilidad se limita a
los votos y opiniones emitidos por los diputados en ejercicio de sus funciones, dentro o
fuera de la Asamblea Nacional.
En cuanto a la naturaleza jurídica, algunos autores creen que se trata de una causa de
justificación, otros de una excusa absolutoria y otros de una excusa personal de exclusión
de la pena.
En cuanto a la naturaleza jurídica, algunos autores creen que se trata de una causa de
justificación, otros de una excusa absolutoria y otros de una excusa personal de exclusión de la
pena. La doctrina venezolana se ha inclinado a considerarlo una causa personal de exclusión de
la pena, por quedar excluidos de la aplicación del Derecho Penal, en razón de la función ejercida.
Artículo 200. Los diputados o diputadas a la Asamblea Nacional gozarán de inmunidad en el
tanto no sea revocada, los parlamentarios no pueden ser de ninguna forma coartados en el
ejercicio de sus funciones; no pueden ser apresados, salvo en caso de flagrancia, lo cual no
excluye expresamente el antejuicio de la inmunidad o la función parlamentaria, ni se puede
entender que sea la justificación para levantar o cesar automáticamente el privilegio; no pueden
ser objeto de registro o de requisas; no pueden ser sometidos a proceso penal, si antes no se
cumplen dos pasos esenciales como son: primeramente que el Tribunal Supremo de Justicia
declare por sentencia de la Sala Plena, que hay mérito para ello; y segundo que es un aspecto
fundamental, que la Asamblea Nacional, autorice el enjuiciamiento por la mayoría simple de sus
integrantes, situación que eventualmente pudiera no hacer por razones de orden político.
EL DEFENSOR DEL PUEBLO: En lo que respecta al Defensor del Pueblo, órgano del Poder
Ciudadano, el artículo 282 de la Constitución de la República, le acuerda el goce de
inmunidad en el ejercicio de sus funciones. Al igual que para los diputados de la Asamblea
Nacional, esta inmunidad es temporal y limitada al período de ejercicio de su cargo. No
puede ser sometido a juicio penal por hechos que no guarden relación con sus funciones, si
previamente el Tribunal Supremo de Justicia no declara la existencia de méritos,
correspondiendo a esta máxima instancia el conocimiento de la causa.
LOS JEFES DE ESTADO EXTRANJEROS: Otra excepción de la aplicación de la ley penal en
Venezuela, es el caso de Jefes de Estado extranjeros, que se encuentre en el territorio de la
República, por reconocimiento a la soberanía del Estado que representa.
El ordenamiento jurídico venezolano consagra o acuerda ciertas prerrogativas, que no
constituyen realmente excepciones al principio de igualdad de la ley penal que no sustraen
absolutamente a estas personas de su aplicación pero si le dan privilegios o tratamiento
especial, cumpliendo determinados requisitos. La excepción a esta regla la encontramos en
otro tratado internacional como lo es el Estatuto de Roma de la Corte penal internacional,
que es ley interna por imperio de la ratificación hecha por Venezuela. En este caso, cuando
la Corte Penal Internacional, emita una orden de entrega de un Jefe de Estado o algún
funcionario extranjero que se encuentre de paso en el país, el gobierno venezolano estaría
obligado a producir la aprehensión y eventual entrega del funcionario a la justicia
internacional.
La inmunidad de los diplomáticos extranjeros acreditados en Venezuela: Se consagra la
inviolabilidad en sus personas, residencias particulares y oficiales, bienes y documentos, y
la inmunidad de la jurisdicción civil administrativa y penal del Estado receptor, lo que no los
exime de la jurisdicción del Estado acreditante, ello de acuerdo a lo establecido en la Ley
aprobatoria de la Convención de Viena sobre relaciones Diplomáticas de l961. Conforme el
artículo 31, de la convención internacional, el agente diplomático gozará de inmunidad de la
jurisdicción penal del Estado receptor, en consecuencia no estará obligado a testificar y su
persona es inviolable. El artículo 29, ejusdem advierte que el diplomático no puede ser
objeto de ninguna forma de detención o arresto. El Estado receptor le tratará con el debido
respeto y adoptará todas las medidas adecuadas para impedir cualquier atentado contra su
persona, su libertad o su dignidad.
AGENTE DIPLOMÁTICO, siempre que no sean nacionales del Estado receptor, gozarán de la misma
inmunidad diplomática de acuerdo al artículo 37 del ya mencionado tratado internacional, y también están
protegidos por la inmunidad de jurisdicción, que estaría limitada al ejercicio de sus funciones, los miembros
del personal administrativo y técnico de las misiones diplomáticas. El Estado acreditante puede renunciar
expresamente a la inmunidad de jurisdicción de sus agentes diplomáticos, de acuerdo con lo establecido en
el artículo 32, del Tratado, siendo la forma de enjuiciar a estas personas por el Estado venezolano.
De igual forma, los locales de la misión diplomática son inviolables, las autoridades venezolanas, como
Estado receptor no podrán penetrar en ellos sin consentimiento del jefe de la misión. Los locales de la
misión, no podrán ser objeto de ningún registro, requisa, embargo o medida de ejecución, así como su
mobiliario, archivos o medios de transportes, que deberán ser protegidos contra todo ataque o intrusión, de
acuerdo a lo expresamente dispuesto en el artículo 22 de la Convención de Viena sobre relaciones
Diplomáticas. También están protegidas por esta inviolabilidad las viviendas de los agentes diplomáticos.
Esta inviolabilidad se extiende a su residencia particular, sus documentos, su correspondencia y sus
bienes, que sólo excepcionalmente podrán ser embargados, (Art. 30).
LOS FUNCIONARIOS CONSULARES: En relación a la inmunidad con que cuentan los funcionarios consulares
en Venezuela, existen ciertas prerrogativas, consagradas en la Ley Aprobatoria de la Convención de Viena
sobre relaciones consulares de l963, que prevé la inmunidad de estos funcionarios, es así como el artículo
43 de ya mencionado instrumento normativo, consagra la denominada “Inmunidad de Jurisdicción”, que
resguarda a los funcionarios consulares y los empleados consulares, señalando que en materia penal no
estarán sometidos a la jurisdicción de las autoridades judiciales y administrativas del Estado receptor por
los actos ejecutados en el ejercicio de las funciones consulares.
Espor ello, que en caso de iniciarse un procedimiento penal en contra del cónsul o de algún funcionario
consular, si el delito no es grave, el funcionario no podrá ser detenido preventivamente, ni sometido a
ninguna limitación de su libertad, sin la previa autorización del Estado que le envía. En caso de delito grave,
opera las mismas condiciones de los funcionarios consulares, en cuyo caso el Estado al cual pertenece el
funcionario consular puede renunciar, a la inmunidad del funcionario y en este caso se procedería con su
enjuiciamiento.
PRERROGATIVAS:
RESPECTO A LOS ALTOS FUNCIONARIOS: El Presidente de la República y otros altos funcionarios,
gozan de prerrogativas de acuerdo a lo establecido en el artículo 232 de la Constitución de
la República, que señala: “el Presidente o Presidenta de la República es responsable de
sus actos y del cumplimiento de las obligaciones inherentes a su cargo”. Por tanto, no
goza de exención alguna en relación a la aplicación de la ley penal sustantiva. Sin
embargo de acuerdo al artículo 266, numeral 2 de la misma Carta Fundamental,
corresponde al Tribunal Supremo de Justicia declarar si hay o no méritos para su
enjuiciamiento y, en caso afirmativo, conocerá de la causa el propio Tribunal Supremo,
previa autorización de la Asamblea Nacional, hasta la sentencia definitiva.
Asimismo, en lo que respecta al Vicepresidente de la República, a los integrantes de la
Asamblea Nacional, a los Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, a los Ministros,
al Procurador General, al Fiscal General, al Contralor General, al Defensor del Pueblo, a
los Gobernadores, a los Oficiales Generales y Almirantes de las Fuerzas Armadas y a los
Jefes de misiones diplomáticas, corresponde al Tribunal Supremo de Justicia declarar si
hay o no méritos para su enjuiciamiento y en caso afirmativo, remitirá los autos al Fiscal
General de la República o a quien haga sus veces, si fuese el caso, y seguirá conociendo,
hasta sentencia definitiva si se trata de un delito común (artículo 266, numeral 3,
ejusdem).
En relación a este procedimiento especial, se debe tener en cuenta lo previsto en los
artículos 376 y siguiente del Código Orgánico Procesal Penal y otras leyes especiales. A
los efectos del enjuiciamiento se requiere la previa querella del Fiscal General de la
República y la realización del antejuicio de mérito ante el Tribunal Supremo de Justicia.
Si se declara que hay mérito seguirá conociendo hasta sentencia definitiva el Tribunal
Supremo de Justicia como juez natural, de acuerdo a lo expresamente señalado en el
artículo 266 de la Constitución de la República.
Recibida la querella, El Tribunal Supremo de Justicia
convocará a una audiencia oral y pública dentro de los treinta
días siguientes, para que el imputado responda. En la
audiencia el Fiscal General explanará la querella,
seguidamente el defensor hará sus alegatos, se admitirá
réplica y contra réplica y el imputado tendrá la última palabra.