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La Revolución de Los Cóndores
La Revolución de Los Cóndores
Revolución de Los
Cóndores
(Revolución de Tinta)
DE: JOEL FLORES
ILUSTRACIÓN : JAMIL CONDORI
Hace mucho tiempo existió un pueblo, ubicado en la cima de la cordillera de los
Andes y era habitado por cóndores, estos vivían en libertad, nunca les faltaba
alimento y vivían felices.
Cierto día un grupo de cazadores furtivos se asentó cerca de la Cordillera y estos
al ver la abundante presencia de cóndores por el lugar, se pusieron manos a la
obra, alistaron sus armas y armaron trampas cerca del lugar.
Los cóndores no se percataron de la presencia de estos y continuaron con su rutina
diaria, hasta que un día fueron atacados por los cazadores, quienes dispararon y
mataron a muchos cóndores, los que quedaron huyeron colina abajo,
abandonando su pueblo, solamente el jefe de la aldea de los cóndores se abalanzó
sobre uno de los cazadores, y le dio un picotazo en el ojo, el cazador muy furioso
lo atrapó, le cortó las alas y se lo dio de comer a los perros.
Los cóndores sobrevivientes formaron un pequeño pueblo, donde atendieron a los
heridos y enteraron a algunos de los que murieron en el ataque.
El hijo del jefe de los cóndores, vio como mataron a su padre y juró venganza.
Días después, un grupo de pumas y zorros andinos llegaron al pequeño pueblo de
los cóndores pidiendo ayuda.
Ellos relataron: “El grupo de cazadores atacó nuestros pueblos anoche, mató a
muchos de nuestra especie e incendió los campos de Puya Raymondi y esto causó
que muchas especies abandonaran el lugar, dejándonos sin alimento”
Después de oír esto, los cóndores y los demás animales juraron amistad y crearon
un plan para vengarse de los cazadores furtivos.
Esa noche, mientras los cazadores dormían, uno de los zorros se dirigió a la caseta
donde dormían los perros y a modo de engaño les dijo:
“Detrás de la montaña, hay una tinaja llena de filetes jugosos, si la encuentran
podrán comer hasta saciarse”
Los perros convencidos de ello, corrieron en dirección al lugar donde
supuestamente estaba la dicha tinaja.
Los animales revolucionarios aprovecharon la ausencia de los perros y
destruyeron los sembradíos que tenían los cazadores, también liberaron a las
llamas que tenían estos y finalmente entraron en las cabañas de los cazadores,
quienes intentaron defenderse, pero fue en vano, los animales los superaban en
número y fácilmente serían derrotados, así que decidieron huir del lugar.
Después de librarse de los cazadores, los animales celebraron la victoria obtenida,
entendieron que si todos se unían podían lograr grandes cosas.
La armonía volvió a reinar en estos pueblos y vivieron felices.
Moraleja:
La unión hace
la fuerza