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ANALISIS DEL CASO DE LA

SEÑORITA ISABEL

Martha Lorena Arias Ríos


Jaime Ernesto Bernal Aristizábal
BLEYDY Ester Rojas Espitia
Ana Cristina Taborda Giraldo
Introducción
Este trabajo tiene como objetivo el estudio y análisis del caso propuesto
“Señorita Isabel” para poder identificar la causa de sus conflictos
internos y lo que le generaba sus dolencias y afecciones físicas, lo
anterior a través de los conceptos traídos a colación por los autores
Cloninger y José Töpf - Heberto A. Rojo y la clínica psicoanalítica.
Caso de la señorita Isabel
Si en este punto hubiese abandonado el tratamiento psíquico de la enferma, el caso
Isabel R. hubiera carecido de toda significación para la teoría de la histeria. Pero
lejos de esto, continué mi análisis, animado por la firme convicción de que en capas
más profundas de la consciencia habríamos de hallar la circunstancias que habían
presidido la motivación y la determinación del síntoma histérico. Por tanto, decidí
plantear directamente a la conciencia ampliada de la enferma la cuestión de cuál era
la impresión psíquica a la que se hallaba enlazada la primera aparición de los dolores
de las piernas. (p. 213)
1. Histeria: Muchos de los pacientes de Freud tenían síntomas físicos que no podían
atribuirse a ninguna causa orgánica. Influido por su estudio de la hipnosis con
Charcot, Freud argumentó que los casos de histeria de conversión representan el
impacto de las fuerzas inconscientes sobre el cuerpo y que producen los síntomas
físicos de parálisis, mutismo, sordera, ceguera, tics u otros trastornos parecidos a las
enfermedades físicas, pero que ocurren en cuerpos físicamente normales y sin daño
(Breuer y Freud, 1925/1955). (Cloninger, p. 38.)
Según lo expuesto con lo relacionado a la histeria, podemos decir que, para el
caso de Isabel, es un diagnóstico acertado. El terapeuta Freud, pudo evidenciar que
a medida que él iba descubriendo sus vivencias, estableció que sus dolencias no
provenían de algo orgánico, sino que venia de su parte psíquica, razón por la cual
decidió continuar mas exhaustivamente con el análisis.
En tal apuro se me ocurrió recurrir al procedimiento de aplicar mis manos
sobre la frente de la sujeto, procedimiento cuya génesis relatamos ya en el
historial de miss Lucy, y lo puse en práctica con esta nueva enferma,
invitándola a comunicarme sin restricción alguna aquello que surgiera ante su
visión interior o cruzara por su memoria en el momento de hacer yo presión
sobre su cabeza. Después de una larga pausa silenciosa y frente a mi
insistencia confesó la paciente que en dicho momento había rememorado una
tarde en la que un joven conocido suyo la había acompañado hasta su casa,
desde una reunión donde ambos se encontraban, recordando así mismo el
diálogo que sostuvieron durante el trayecto y los sentimientos que la
dominaban al llegar a su casa y reintegrarse a su puesto junto al lecho de su
padre enfermó. (p.213)
2. Asociación Libre: La técnica básica del psicoanálisis es la asociación lo
cual requiere que el paciente “diga lo que se le venga a la mente, mientras deja
de dar cualquier dirección consciente a sus pensamientos” (S. Freud,
1935/1963a, p. 75). Citado por (Cloninger, p.58)
Freud el psicólogo, utilizó la técnica de asociación libre con el fin de
generarle confianza a la señorita Isabel para así, poder indagar los
pensamientos que tenía en su inconsciente y saber cuál era el o los motivos
que le podían estar causando los dolores físicos a la enferma.
En estas circunstancias y en la escena antes relatada habíamos, pues, de
buscar la motivación de los primeros dolores histéricos. El contraste entre la
felicidad que la embargada al llegar a su casa y el estado en que encontró a
su padre dieron origen a un conflicto, o sea, a un caso de incompatibilidad.
El resultado de este conflicto fue que la representación erótica quedo
expulsada de la asociación, y el afecto concomitante, utilizando para
intensificar o renovar un dolor psíquico dado simultáneamente (o con
escasa anterioridad) tratábase, pues, del mecanismo de una conversión
encaminada a la defensa. (p. 215)
3. Desplazamiento: distorsiona el objeto del impulso. El desplazamiento
es menos primitivo que la proyección, ya que se ve al impulso, de manera
adecuada, como perteneciente al individuo; sólo se distorsiona el objeto. Por
ejemplo, un niño que esté enojado con el padre puede no ser capaz
conscientemente de admitir el enojo debido al temor de una venganza y por
culpa.(p.48)
Para este tercer concepto, se evidencia como la señorita Isabel, utiliza
este mecanismo de defensa para desplazar su sentimiento de placer y
felicidad con el que llego a su casa, luego del encuentro con el joven,
por el sentimiento de culpa y dolor que le provocaba la situación de
postración de su padre, el cual sufría una enfermedad.
Con el descubrimiento del motivo de la primera conversión comenzó un
segundo más fructífero periodo de tratamiento. Primeramente, me
sorprendió la enferma, poco después, con la noticia de que ya sabía porque
los dolores partían siempre de determinada zona del muslo derecho y se
hacían sentir en ella con máxima intensidad. Era está la zona sobre la cual
descansaba el padre, todas las mañanas, sus hinchadas piernas, mientras ella
renovaba los vendajes. Aunque tal escena se había repetido más de cien
veces, hasta entonces no había caído la paciente en relación la indicada. De
este modo, me proporcionó, por fin, la sujeto, el tan deseado
esclarecimiento de la génesis de una zona histerógena típica.(p.217)
4. Racionalización: involucra el dar razones plausibles, pero falsas, a una
acción para disfrazar los motivos verdaderos.(Cloninger, p.49)
Isabel de manera inconsciente, utilizo el mecanismo de defensa de la
racionalización con el objeto de justificar sus dolencias ante el terapeuta
y así misma. Esta manifestaba que sus dolencias eran producidas por el
apoyo que daba a su padre en el momento de cambiar los vendajes.
En primer lugar, comprobé que todas las alternativas del estado de la sujeto se
demostraban provocadas asociativamente por un suceso del mismo día. Una vez
había oído hablar de una enfermedad que le había recordado la de su padre; otra,
había recibido la visita del hijo de su difunta hermana, y el parecido del niño con
su madre había despertado en ella el dolor de su pérdida; otra, por fin había
recibido de su hermana casada una carta que transparentaba la influencia del
cuñado, tan escaso en consideraciones para con el resto de la familia, y despertaba
un nuevo dolor, que hacía precisa la comunicación de una escena de familia aún
no relatada en el análisis.(p. 218)

5. Catarsis: al surgimiento de sentimientos enterrados del inconsciente se le llama


catarsis. Estos sentimientos, incluyendo el temor y el dolor, con frecuencia
acompañan el recuerdo de lo olvidado. (Cloninger, p. 58)

 
Isabel en las diferentes citas con el terapeuta, se abría a contar
experiencias que le traían a su mente recuerdos dolorosos, información
que fue utilizada por Freud para determinar, que los dolores que sufría
la paciente, no eran ocasionados por causas físicas.
Sorprendido por esta constante particularidad de la localización de los
dolores , le hice objeto de una detenida investigación y pude observar
que cada nuevo motivo psíquico de sensaciones dolorosas se había ido a
enlazar con un lugar distinto de la zona dolorosa de la pierna. El lugar
primitivamente doloroso del muslo derecho se refería a la asistencia
prestada al padre, y a partir de él había ido creciendo, por oposición y a
consecuencia de nuevos traumas, el área atacada por el dolor. así pues,
no podría hablarse, en rigor, de un único síntoma somático enlazado con
múltiples complejos mnémicos de orden psíquico, sino de una
multiplicidad de síntomas análogos, que, superficialmente considerados,
parecía fundidos en uno solo. (p.219)
6. Formación reactiva: un impulso que no se acepta es reprimido y su
opuesto es desarrollado de manera exagerada. (Cloninger, p.48)
La paciente buscaba ocultar sus sentimientos mediante situaciones que
le causaran preocupación, así, se esta manera exageraba los eventos y
la sintomatología que estos le causaban
Llegadas, por fin, a la habitación de la hermana y ante su lecho,
comprobaron la triste realidad, y en este momento, que imponía a Isabel la
terrible certidumbre de que su hermana había muerto sin tener el consuelo de
su compañía ni recibir sus últimos cuidados; en este mismo momento cruzó
por su imaginación, como un rayo a través de la tempestuosa oscuridad, un
pensamiento de distinta naturaleza: "ahora ya está él libre y puede hacerme
su mujer". (p. 227)
7. Conflicto intrapsíquico: El ello, el yo y el superyó no siempre coexisten
en forma pacífica. El ello demanda una satisfacción inmediata de los
impulsos, mientras que el superyó amenaza con la culpa si se intenta
cualquier satisfacción placentera de los impulsos inmorales. Por tanto, existe
un conflicto intrapsíquico. El yo trata de reprimir los deseos inaceptables,
pero no siempre tiene éxito. (Cloninger, p. 46)
En el caso de la señorita Isabel, se identifica que ella era consciente de
la muerte de su hermana y del dolor que este suceso le provocaba,
siendo el yo el consciente de su fallecimiento; no obstante, el ello sale a
flote y le genera un pensamiento que le produce un deseo de placer
por su cuñado, hasta llegar a pensar que habiendo fallecido su hermana,
tendría la oportunidad de casarse con él. De esta manera, se refleja el
conflicto intrapsíquico de la paciente.
Para lograr ahorrarse la dolorosa certidumbre de amar al marido de su
hermana creó en su lugar un sufrimiento físico, naciendo sus dolores como
resultado de una conversión de lo psíquico en somático, en aquellos
momentos en los que dicha certidumbre amenazaba imponérsele (en el
paseo con su cuñado, en la ensoñación sobre la colina, en el baño y ante el
lecho mortuorio de su hermana). (p.228)
8. Inconsciente: se refiere a los procesos mentales de los cuales la persona
no se da cuenta. Tal material permanece en el inconsciente, ya que hacerlo
consciente produciría mucha ansiedad. Se dice que este material se
encuentra reprimido; esto es, que se resiste a volverse consciente.
(Cloninger, p.37)
La señorita Isabel tenia deseos reprimidos de placer hacia su cuñado,
deseos que eran moralmente inaceptables, para ella y la sociedad.
Dicha represión fue somatizada en su cuerpo, a través del dolor,
localizándose específicamente en sus piernas; lo que le imposibilitó
muchas veces la marcha. En otras palabras coloquiales, la señorita
Isabel llevo estos deseos al baúl de los recuerdos guardándolos muy
cuidadosamente por mucho tiempo sin permitirse hacer los
conscientes.
Conclusiones
• Con este trabajo se puede concluir, cómo las dolencias físicas están
fuertemente influidas por el inconsciente, generando conflictos
con la conciencia, dando como resultado un diagnóstico, según lo
expuesto por Freud como la “Histeria”, donde no se atribuyen estos
síntomas a una causa orgánica.

• Concluimos cómo las represiones de nuestros sentimientos crean


una lucha entre el yo y el super yo y el ello, sobre lo que se debe
hacer y los verdaderos deseos, observándose también como el ser
humano por influencia de su crianza, ambiente y vivencias va
desarrollando su personalidad; forjando su carácter para
desenvolverse y tomar decisiones en momentos cruciales de la
vida.
Referencias

1. Cloninger, S. (2003). Teorías de la personalidad. PEARSON EDUCACIÓN


(tercera edición.)
2. https://ministeriodeeducacion.gob.do/docs/biblioteca-virtual/edMv-freud-sig
mund-obras-completaspdf.pdf

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