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SEÑORITA ISABEL
Isabel en las diferentes citas con el terapeuta, se abría a contar
experiencias que le traían a su mente recuerdos dolorosos, información
que fue utilizada por Freud para determinar, que los dolores que sufría
la paciente, no eran ocasionados por causas físicas.
Sorprendido por esta constante particularidad de la localización de los
dolores , le hice objeto de una detenida investigación y pude observar
que cada nuevo motivo psíquico de sensaciones dolorosas se había ido a
enlazar con un lugar distinto de la zona dolorosa de la pierna. El lugar
primitivamente doloroso del muslo derecho se refería a la asistencia
prestada al padre, y a partir de él había ido creciendo, por oposición y a
consecuencia de nuevos traumas, el área atacada por el dolor. así pues,
no podría hablarse, en rigor, de un único síntoma somático enlazado con
múltiples complejos mnémicos de orden psíquico, sino de una
multiplicidad de síntomas análogos, que, superficialmente considerados,
parecía fundidos en uno solo. (p.219)
6. Formación reactiva: un impulso que no se acepta es reprimido y su
opuesto es desarrollado de manera exagerada. (Cloninger, p.48)
La paciente buscaba ocultar sus sentimientos mediante situaciones que
le causaran preocupación, así, se esta manera exageraba los eventos y
la sintomatología que estos le causaban
Llegadas, por fin, a la habitación de la hermana y ante su lecho,
comprobaron la triste realidad, y en este momento, que imponía a Isabel la
terrible certidumbre de que su hermana había muerto sin tener el consuelo de
su compañía ni recibir sus últimos cuidados; en este mismo momento cruzó
por su imaginación, como un rayo a través de la tempestuosa oscuridad, un
pensamiento de distinta naturaleza: "ahora ya está él libre y puede hacerme
su mujer". (p. 227)
7. Conflicto intrapsíquico: El ello, el yo y el superyó no siempre coexisten
en forma pacífica. El ello demanda una satisfacción inmediata de los
impulsos, mientras que el superyó amenaza con la culpa si se intenta
cualquier satisfacción placentera de los impulsos inmorales. Por tanto, existe
un conflicto intrapsíquico. El yo trata de reprimir los deseos inaceptables,
pero no siempre tiene éxito. (Cloninger, p. 46)
En el caso de la señorita Isabel, se identifica que ella era consciente de
la muerte de su hermana y del dolor que este suceso le provocaba,
siendo el yo el consciente de su fallecimiento; no obstante, el ello sale a
flote y le genera un pensamiento que le produce un deseo de placer
por su cuñado, hasta llegar a pensar que habiendo fallecido su hermana,
tendría la oportunidad de casarse con él. De esta manera, se refleja el
conflicto intrapsíquico de la paciente.
Para lograr ahorrarse la dolorosa certidumbre de amar al marido de su
hermana creó en su lugar un sufrimiento físico, naciendo sus dolores como
resultado de una conversión de lo psíquico en somático, en aquellos
momentos en los que dicha certidumbre amenazaba imponérsele (en el
paseo con su cuñado, en la ensoñación sobre la colina, en el baño y ante el
lecho mortuorio de su hermana). (p.228)
8. Inconsciente: se refiere a los procesos mentales de los cuales la persona
no se da cuenta. Tal material permanece en el inconsciente, ya que hacerlo
consciente produciría mucha ansiedad. Se dice que este material se
encuentra reprimido; esto es, que se resiste a volverse consciente.
(Cloninger, p.37)
La señorita Isabel tenia deseos reprimidos de placer hacia su cuñado,
deseos que eran moralmente inaceptables, para ella y la sociedad.
Dicha represión fue somatizada en su cuerpo, a través del dolor,
localizándose específicamente en sus piernas; lo que le imposibilitó
muchas veces la marcha. En otras palabras coloquiales, la señorita
Isabel llevo estos deseos al baúl de los recuerdos guardándolos muy
cuidadosamente por mucho tiempo sin permitirse hacer los
conscientes.
Conclusiones
• Con este trabajo se puede concluir, cómo las dolencias físicas están
fuertemente influidas por el inconsciente, generando conflictos
con la conciencia, dando como resultado un diagnóstico, según lo
expuesto por Freud como la “Histeria”, donde no se atribuyen estos
síntomas a una causa orgánica.