Está en la página 1de 29

Redes informacionales

teórico-conceptuales
11. FORMAR «HEREJES» Y NO POLLOS DE ENGORDE

Naturalmente, habría mucho más que decir. Pero la escuela, y también la universidad, deberían sobre todo educar a las
nuevas generaciones para la herejía, animándolas a tomar decisiones contrarias a la ortodoxia dominante. En vez de
formar pollos de engorde criados en el más miserable conformismo, habría que formar jóvenes capaces de traducir su
saber en un constante ejercicio crítico.

En el aula de un instituto o de un centro universitario, un estudiante todavía puede aprender que con el dinero se compra
todo (incluyendo parlamentarios y juicios, poder y éxito) pero no el conocimiento: porque el saber es el fruto de una
fatigosa conquista y de un esfuerzo individual que nadie puede realizar en nuestro lugar. El acto mismo de la enseñanza
puede revelarse, en efecto, como una forma de resistencia a las leyes del mercado y del beneficio: si en una transacción
comercial hay siempre una pérdida y una ganancia (si compro una pluma, gano la pluma y pierdo el dinero; el
comerciante, por su parte, gana el dinero y pierde la pluma), en una «transacción» intelectual un docente puede enseñar
la fórmula de la relatividad de Einstein sin perderla, dando vida a un proceso virtuoso en el cual se enriquece al mismo
tiempo quien recibe y quien da (¡cuántas veces, en clase, la observación de un estudiante o un silencio elocuente han
resultado preciosos para el profesor!).

El conocimiento, como recuerda con un bellísimo ejemplo el gran dramaturgo y premio Nobel irlandés George Bernard
Shaw, puede compartirse de manera que todos los protagonistas se hagan cada vez más ricos. Tratemos de imaginar a
dos estudiantes de cualquier instituto europeo que salen de casa con una manzana cada uno y después, al llegar a clase,
se intercambian las manzanas: cada uno volverá a casa con una sola manzana. Pero si los mismos estudiantes llegaran al
instituto cada uno con una idea y se la intercambiaran, en este caso, al despedirse, los dos habrían adquirido una idea
más.

Ordine, N. (2017). Clásicos para la vida. Una pequeña biblioteca ideal. Acantilado. Pp. 36-37.
https://www.youtube.com/watch?v=bROzxAP5SjQ
https://www.textosenlinea.com.ar/textos/Serres%202013%20-%20Pulgarcita.pdf
Tomado de: https://dle.rae.es/red?m=form
https://dle.rae.es/informaci%C3%B3n?m=form
Tomado de:
https://publicaciones.unaula.edu.co/index.php/sociolo
giaUNAULA/article/view/975
Tomado de: https://lucianofloridi.net/
Tomado de: http://www.manuelcastells.info/es/single-or-main-autor
https://elpais.com/cultura/2020-03-20/un-pacto-solidario-con-la-vida.html
“Un pacto solidario con la vida”
Escritores, filósofos y artistas reflexionan sobre el significado de vivir confinados
1
JUAN CRUZ
20 MAR 2020 - 18:30 COT

Una mujer lee en un balcón de Barcelona durante el confinamiento por el nuevo coronavirus.©CONSUELO BAUTISTA
Confinados. Dice Juan Marsé (Encerrados con un solo juguete, Premio
Cervantes): “Las normas del confinamiento no son ajenas al escritor. Los
objetivos son diferentes, pero en ambos casos pretenden lo mismo: un
pacto solidario con la vida, una gentileza de la imaginación y la
esperanza”. El último Cervantes, Joan Margarit (El orden del tiempo), cita
la elegía que dedicó al arquitecto Coderch: Decía: la casa debe ser
virtuosa y humilde. / Ni independiente ni vana. Ni original ni suntuosa”.
Emilio Lledó, filósofo (Memoria de la ética): “En la Guerra Civil sabíamos
que lo malo eran las bombas que yo he visto caer, cuando los maestros
nos echaban al campo, que era menos peligroso que estar bajo techo.
Pero hoy es más misterioso. No vemos caer las bombas, ni oímos las
explosiones, y no sabemos qué cara tienen el horror y la sangre. Lo que
sí oigo es el charlataneo”.
Federica Marangoni, escultora, confinada en Venecia: “¡¡¿Estoy viviendo
una broma del destino?!! Es como un bosque de Alicia congelado y vacío
por un encanto del que no nos va a salvar un príncipe. Estamos dentro de
una película de ciencia ficción, como Blade Runner. ¿Cómo serán los vivos
cuando volvamos?”. Nuccio Ordine, filósofo (La utilidad de lo inútil), en
Calabria: “La humanidad es hoy un único continente. Los recortes en la
educación y en la sanidad, pilares de la dignidad, revelan la fragilidad de
nuestra sociedad. Es inexistente la unidad de Europa. Me preocupa que
aprovechen la enseñanza telemática para convertir la excepción en la
normalidad”.
Desde Hannover, Alemania, Fernando Aramburu (Patria): “He visitado cuatro
países desde que se supo que la epidemia del Covid-19 empezaba a alcanzar
dimensiones inquietantes en Italia. En todos ellos me fue dado observar una
similitud de comportamientos. El ser humano se acoraza de cultura, leyes,
principios morales, con el fin de mantener a raya su naturaleza animal. En
caso de emergencia, dicha coraza se desintegra fácilmente, a veces, como en
el caso actual, de forma colectiva, lo que da lugar a episodios multitudinarios
de pánico. No es raro que en tales situaciones coincidan el egoísmo extremo,
encaminado a la propia supervivencia, y los gestos solidarios rayanos en la
heroicidad. He visto estos días a adultos disputarse, a viva fuerza, el último
paquete de papel higiénico de la estantería y a sanitarios que arriesgan su
salud por atender a contagiados. Sigo creyendo que aquellos ciudadanos que
supieron aprovisionarse de cultura están mejor dotados para arrostrar el
confinamiento, ejercer el sosiego en circunstancias difíciles y poner sus
conocimientos al servicio de los demás. Está en la naturaleza del hombre,
como afirmó Spinoza, perseverar en el ser. En este punto los humanos no se
diferencian de los delfines, las moscas o los abedules”.
Claudia Piñeiro (La viuda de los jueves) expresa desde Buenos Aires su
estupor ante la negación que responsables de países hacen de la
evidencia de lo que ya ha pasado en otros lugares. “Y mientras, la gente
desamparada ante un virus que mata y que se desparrama sin entender
de fronteras”. Desde Bombai (“más silenciosa, entrando despacio en el
confinamiento”), en la India, Mahruk Tarapor, ex directora adjunta del
Metropolitan de Nueva York, siente que “esta extrañeza que sufrimos
seguirá hasta que nos instalemos en una nueva normalidad”. Theodor
Kallifatides (Otra vida por vivir) evoca desde Estocolmo a Aristóteles
(“Esperamos los peligros con conocimiento y experiencia. Lo inesperado
lo afrontamos con el carácter”). “Esperemos”, añade Kallifatides, “que
ante este drama nos quede cierto carácter”.
New Literacies: Changing Knowledge in the Classroom, 2nd Edition Colin Lankshear, Michele Knobel
Tomado de : https://www.grapheverywhere.com/grafos-que-son-tipos-orden-y-herramientas-de-visualizacion/
Tomado de : https://www.grapheverywhere.com/grafos-que-son-tipos-orden-y-herramientas-de-visualizacion
El universo como mezcla de muy dispares componentes ha
sido siempre objeto de admiración y asombro. Desde las
primeras cosmogonías de los filósofos presocráticos hasta
los intentos de unificación de la física contemporánea, ya
sea en la tierra, el fuego, el agua y el aire, ya sea en los
quarks o en las supercuerdas, el hombre busca
incesantemente entender la composición de los entornos
que le rodean. Atónito ante el equilibrio de la naturaleza a
pesar de las heterogéneas acciones y reacciones que entran
en juego, sorprendido ante un extremo polimorfismo local
que logra sin embargo pegarse y traslaparse sobre un
continuo, el hombre se enfrenta a un “mundo ancho y
ajeno” cuyos secretos parecen escapársele. Desde los
griegos, un doble movimiento de descomposición y
recomposición —el análisis y la síntesis— recorre los cauces
de la civilización occidental, en pos de comprender, y tratar
en parte de reproducir, la fugaz combinatoria del cosmos.
Tomado de : https://tripleampersand.org/politica-de-la-matematica-en-
la-era-de-las-posverdad-una-entervista-con-fernando-zalamea/
Zalamea Traba, F. (2004). Ariadna y Penélope. Redes y mixturas
en el mundo contemporáneo. Ediciones Nobel, p. 11.

También podría gustarte