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El deseo de entender en la

Ética de Spinoza

Aurelio Sainz Pezonaga (UCLM)


El deseo de entender

El deseo es la esencia misma del hombre en tanto que es concebida

como determinada a obrar algo en virtud de una afección suya

cualquiera dada. (E 3DA1)

La mente, tanto en la medida en que tiene ideas claras y distintas, como

en la medida en que las tiene confusas, se esfuerza por perseverar en su

ser por una cierta duración indefinida y es consciente de este esfuerzo

suyo. (E 3P9)

2
El deseo de entender

Los deseos que se siguen de nuestra naturaleza de manera tal que

pueden ser entendidos por ella sola, son aquellos que se refieren a la

mente en la medida en que esta es concebida como constando de ideas

adecuadas. (E 4C2)

3
Diferencia entre los dos deseos de entender

Aquello que es común a todos (acerca de esto, ver

anteriormente el Lema 2), y que está igualmente en la parte y

en el todo, no constituye la esencia de ninguna cosa singular.

(E 2P37)

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Diferencia entre los dos deseos de entender

El primer y único fundamento de la virtud o de la norma recta de vida (por

4P22C y 4P24) es buscar la propia utilidad. Y para determinar aquello que la

razón dicta ser útil no hemos tenido ninguna cuenta de la eternidad de la

mente, pues solo hemos sabido de ella en esta parte quinta. Así pues, aun

cuando en aquel momento ignorásemos que la mente es eterna, hemos

tenido por primordiales las cosas que hemos mostrado que se refieren a la

firmeza y a la generosidad. (E 5P41D)

5
Diferencia entre los dos deseos de entender

E 3P4: Ninguna cosa puede ser destruida sino por una causa exterior.

E 3P5: Las cosas, en la medida en que son de naturaleza contraria, esto

es, en tanto no pueden ser en el mismo sujeto, en esa medida una de

ellas puede destruir a la otra.

E 3P6: Toda cosa se esfuerza, en cuanto está en ella, por perseverar en su

ser.

E 3P7: El esfuerzo con el que toda cosa se esfuerza por perseverar en su

ser no es nada aparte de la esencia actual de la cosa misma.


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La simultaneidad de los dos deseos de entender

Sentimos y experimentamos que somos eternos. Pues, la mente no

siente menos las cosas que concibe al entender que las cosas que tiene

en la memoria. Así pues, los ojos de la mente, con los que ve las cosas

y las observa, son las demostraciones mismas. (E 5P23S)

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La simultaneidad de los dos deseos de entender

Sentimos, no obstante, que nuestra mente, en la medida en que implica

la esencia del cuerpo bajo una especie de eternidad, es eterna y que

esta existencia suya no puede ser definida por el tiempo, o sea,

explicada por la duración. Así pues, sólo puede decirse que la mente

nuestra dura y que su existencia puede ser definida por cierto tiempo, en

la medida en que implica la existencia actual del cuerpo. (E 5P23S)

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La simultaneidad de los dos deseos de entender

Y si no hubiese esa esperanza y ese miedo en los hombres, y creyeran, por el

contrario, que las mentes mueren con el cuerpo, y que a los miserables no les

resta, cargados con el peso de la piedad, más tiempo para vivir, volverían a su

ingenio propio, y querrían moderarlo todo según su lujuria y obedecer a la

fortuna antes que a sí mismos. Lo cual, a mí, no me parece menos absurdo que

si alguien, creyendo no poder nutrir eternamente su cuerpo con buenos

alimentos, quisiese saturarse de venenos y sustancias letales. O que si alguien,

viendo que su mente no es eterna o inmortal, quisiese vivir demente y sin

razón, cosas tan absurdas que apenas merecen comentario. (E 5P41S)


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La eternidad

Por eternidad entiendo la existencia misma en tanto

es concebida como siguiéndose necesariamente de la

sola definición de una cosa eterna. (E 1D8)

10
La eternidad

Nosotros concebimos las cosas como actuales de dos modos, o

bien en la medida en que concebimos que existen en relación

con un cierto tiempo y lugar determinado, o bien en la medida

en que concebimos que están contenidas en Dios y se siguen

de la necesidad de la naturaleza divina. (E 5P29S)

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La eternidad

Digo que hablo de la existencia misma de las cosas singulares

en tanto son en Dios, pues, aun cuando cada una es

determinada por otra cosa singular a existir de cierto modo, no

obstante, la fuerza en cuya virtud cada una persevera en el

existir se sigue de la eterna necesidad de la naturaleza de Dios.

(E 2P45S)

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Eternidad y utilidad

En esta vida nos esforzamos ante todo por hacer que el cuerpo de la

infancia se cambie en otro, en cuanto su naturaleza lo soporta y a ello

conduce, que sea apto para muchísimas cosas y que se refiera a una

mente que sea consciente al máximo de sí, y de Dios, y de las cosas. Y

esto de manera tal que todo lo que se refiere a su memoria o a su

imaginación apenas tenga importancia respecto de su entendimiento. (E

5P39S)

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