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Este ejercicio produce un efecto de risoterapia por medio de la diversión que acompaña
a momentos cómicos producidos por una confusión o un divertido cambio de palabras.
• Elige un lugar cómodo y propicio para el niño y para ti que lo contarás para el, puede ser
un lugar amplio, tranquilo e iluminado.
• Elige el libro, procura tomar en cuenta la opinión del niño, pues finalmente el será tu
receptor, y de ésta forma puedes garantizar su atención, conocer sus inquietudes y
gustos para poder decidir sobre la mejor opción para el.
• Inicia tu historia con un “érase una vez, hace muchos años…” y similares, cierra con
broche de oro con un final feliz, siempre, siempre!
• Cuida tu entonación, entusiasmo y claridad, pues una lectura plana puede aburrir a tu
receptor, los gestos, mímicas e incluso improvisados efectos de sonido harán que el niño
te de su entusiasmo y atención.
• Observa sus reacciones, pausa para explicar, para resolver dudas o para
escuchar su opinión y pensamientos sobre la historia para saber que está
entendiendo y disfrutando de la historia.
• En caso de que el niño sepa leer, dale la opción para leerlo el mismo.
• Si el niño te pide repetir párrafos o escenas hazlo con el mismo entusiasmo,
pues seguramente en ese episodio el encontró algo verdaderamente
interesante para el.
• Cuando la historia termine, pregunta al niño sobre ella, sobre donde, cuando o
quienes son los personajes, así como lo que más le llamó la atención.
Aprovecha actividades posteriores como pedirle que
realice un dibujo sobre la historia, pues de ésta manera
cultivas su creatividad y puedes saber si le ha gustado o
qué le ha causado inquietudes.
Enseña de forma paralela a cuidar y aprovechar los
materiales de trabajo, desde sus libros de cuentos hasta
sus cuadernos y crayolas de dibujo.
Ideas para contar cuentos