Esta es una prolongación de la séptima súplica del
Padrenuestro: “Líbranos del mal”. Consiste en súplicas dirigidas a Dios pidiendo la liberación de las ataduras e influencias demoníacas. Pueden ser espontáneas o leídas, tomando aquellas del amplio bagaje de la literatura disponible que más se ajusten a las necesidades particulares del caso. Su eficacia radica en el Sacramento del Bautismo por el cual todo cristiano participa del sacerdocio común de los fieles (y por supuesto también la Confirmación).
Orar por la propia Liberación. Es muy útil y
conveniente que la persona que está atravesando un proceso de liberación, además de ser acompañada y recibir oraciones de liberación, ella misma ore también por su propia liberación. Oración de fe Todo creyente puede orar por liberación. “Estas señales acompañarán a los que crean: en mi Nombre expulsarán demonios…” (Mc, 16,17) Fe: Quien vive una verdadera vida cristiana, al impulso del Espíritu, camina como verdadero discípulo de Jesus. “Miren que les he dado autoridad para pisotear serpientes y escorpiones y poder sobre toda fuerza enemiga: No habrá arma que les haga daño a ustedes” (Lc 10, 19). Importancia de un verdadero discipulado: Hch 19, 11-17 Ministerio de liberación
El ministerio implica un llamado de Dios, el cual
da este carisma del Espíritu Santo a los que elige para esta misión. Este carisma se ejerce en comunidad y debe ser discernido y supervisado por el sacerdote que dirige espiritualmente el grupo (párroco, asesor espiritual, etc.) Debe orarse en equipos de al menos dos servidores, en los cuales mientras uno dirige la oración los demás interceden. Oración deprecativa y oración imprecativa.
1. Deprecativa: Es una súplica dirigida a Dios,
una oración ferviente suplicando al Señor que libere la persona del maligno. Por ejemplo: “Señor nos ponemos en tu presencia para suplicarte por la liberación de este hermano(a), derrama sobre él tu sangre preciosa, expulsa todo mal,todo espíritu inmundo que lo oprime, echa fuera todo espíritu de (se dice el nombre del espíritu: miedo, tormento, vicio, etc.), rompe cualquier maleficio, etc. 2. Imprecativa: Es una orden dirigida directamente al demonio o a los demonios para que salgan o dejen libre a la persona. La orden se da con autoridad en el Nombre de Jesús. Ejemplo: Espíritu de xxx, en el Nombre de Jesús tomo autoridad sobre ti, te ato y te someto al Señorío de Jesús. En el Nombre de Jesús te ordeno que salgas. Te expulso en el Nombre de Jesús, por su Sangre Preciosa, por su muerte redentora, por su gloriosa resurrección y te ordeno que te retires para siempre, para nunca más volver, te envío atado a los abismos en el Nombre de Jesús y te prohíbo regresar ni hacer daño nuevamente a esta persona ni a nadie más.
Es una oración espontánea que puede nutrirse de frases bíblicas
tomadas de los salmos u otros pasajes relacionados con la liberación. Siempre en un clima de alabanza y exaltación de Dios, sin gritar ni dejarse llevar por la ansiedad, invocando a María Santísima, los ángeles y Santos y proclamando la victoria de Jesús por su cruz y resurrección e invocando la fuerza del Espíritu Santo. Cada cual irá incorporando estos elementos según le inspire el Señor en oración.
Pasos en la liberación:
Se prepara a la persona con un acto/oración de renuncia (si es necesario)
1. Ponerese en presencia de Dios. Pedir la presencia del
Espíritu Santo, pedir la protección e intercesión de María Santísima, de los ángeles y de los Santos. 2. Invocar la Sangre de Cristo y su protección. 3. Atar a los espíritus presentes y someterlos al Señorío de Jesús. 4. Rompimiento: todo maleficio, pactos, conjuros, Trabajos (entierros, velados, bebedizos, muñecos trabajados, etc.), compromisos con el mal adquiridos consciente o inconscientemente, así como toda maldición. 5. Expulsar cada espíritu de acuerdo al discernimiento natural (hablando con la persona y basados en los conocimientos y la experiencia) y al discernimiento carismático (por medio del Espíritu Santo que revela la naturaleza de los espíritus que deben liberarse así como el origen de las ataduras)
6. Después de la liberación:
Mandar todo lo que se ha liberado atado a los pies de la
cruz de Jesús par que Él disponga del destino de los demonios expulsados y prohibir a todo el mal que ha sido liberado regresar. Atar todo ataque persistente del mal que pretenda volve. Por último, pedir al Espíritu Santo que descienda con su fuego purificador sobre la liberación, que llene los espacios vacíos que han quedado en la persona tras la expulsión de los espíritus malignos que han sido liberados, dándole una nueva efusión de su gracia a la persona y concediéndole sus dones, frutos y carismas.
Consagrar a la persona al Inmaculado Corazón de
María pidiendo las gracias para perseverar en la fe y la conversión. 7. Acompañamiento. Evangelización. Llenar la casa.
"Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda
vagando por lugares áridos en busca de reposo, pero no lo encuentra. Entonces dice: "Me volveré a mi casa, de donde salí." Y al llegar la encuentra desocupada, barrida y en orden. Entonces va y toma consigo otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final de aquel hombre viene a ser peor que el principio. Así le sucederá también a esta generación malvada.“ (Mateo 12, 43-45) ORACIÓN