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01.

LA IMPORTANCIA DEL ESTUDIO


DEL SANTUARIO
02:00 A.M.
06:00 P.M.
07:00 P.M.
08:00 P.M.
09:00 P.M.
CITAS BÍBLICAS
Tu camino, oh Dios, está en
el santuario: ¿quién es un
Dios tan grande como
nuestro Dios?
Salmos 77:13
King James Bible
hasta que entré en el
santuario de Dios; allí
comprendí cuál será el
destino de los malvados:
Salmos 73:17
NVI
Así te contemplaba en el
santuario, para ver tu poder
y tu gloria.
Salmos 63:2
Guardad mis días de reposo,
y tened en reverencia mi
santuario. Yo Jehová.
Levítico 26:2
Desde el principio, nuestro
santuario es un lugar excelso;
¡es el trono de la gloria!
Jeremías 17:12
Miró el Señor desde su
altísimo santuario;
contempló la tierra desde el
cielo, Salmos 102:19
Porque no entró Cristo en el
santuario hecho de mano, figura del
verdadero, sino en el cielo mismo
para presentarse ahora por
nosotros ante Dios;
Hebreos 9:24
Alzad vuestras manos al
santuario, y bendecid al
SEÑOR.
Salmos 134:2
Amo tu santuario, Señor,
el lugar donde habita tu
gloriosa presencia.
Salmos 26:8
Permíteme vivir para siempre
en tu santuario, ¡a salvo bajo
el refugio de tus alas!.
Salmos 61:4
¡Vayamos a su santuario,
postrémonos ante el
estrado de sus pies!
Salmos 132:7
Alabad a Dios en su
santuario; Alabadle en la
magnificencia de su
firmamento. Salmos 150:1
Oh, Señor, llévanos a vivir a tu
santo monte, al lugar que
escogiste para vivir, al santuario
que afirmaste con tus manos.
Éxodo 15:17
CITAS DEL ESPÍRITU
DE PROFECÍA
Los que desean participar de los beneficios de la mediación del
Salvador no deben permitir que cosa alguna les impida cumplir
su deber de perfeccionarse en la santificación en el temor de
Dios. En vez de dedicar horas preciosas a los placeres, a la
ostentación o a la búsqueda de ganancias, las consagrarán a un
estudio serio y con oración de la Palabra de verdad El pueblo
de Dios debería comprender claramente el
asunto del santuario y del juicio investigador.
Todos necesitan conocer por sí mismos el ministerio y la obra
de su gran Sumo Sacerdote. De otro modo, les será imposible
ejercitar la fe tan esencial en nuestros tiempos, o desempeñar el
puesto al que Dios los llama. Cada cual tiene un alma que
salvar o que perder. Todos tienen una causa pendiente ante el
tribunal de Dios. Cada cual deberá encontrarse cara a cara con
el gran Juez. ¡Cuán importante es, pues, que cada uno
contemple a menudo de antemano la solemne escena del juicio
en sesión, cuando serán abiertos los libros, cuando con Daniel,
cada cual tendrá que estar en pie al fin de los días! C.S. 479
Todos los que han recibido la luz sobre estos
asuntos deben dar testimonio de las grandes
verdades que Dios les ha confiado. El
Santuario celestial es el centro
mismo de la obra de Cristo en favor
de los hombres. Concierne a toda alma que
vive en la Tierra. Nos revela el plan de la
redención, nos conduce hasta el fin mismo del
tiempo y anuncia el triunfo final de la lucha
entre la justicia y el pecado. Es de la mayor
importancia que todos investiguen a fondo estos
asuntos, y que estén siempre capacitados para
dar respuesta a todo aquel que les pidiere razón
de la esperanza que hay en ellos. CES. 121
La intercesión de Cristo en beneficio
del hombre en el Santuario celestial
es tan esencial para el plan de la
salvación como lo fue su muerte en la
cruz. Por medio de su muerte dio inicio a esa
obra para cuya conclusión ascendió al cielo
después de su resurrección. Por la fe debemos
entrar velo adentro, “donde Jesús entró por
nosotros como precursor”. Hebreos 6:20. Allí se
refleja la luz de la cruz del Calvario. Allí podemos
obtener un discernimiento más claro de los
misterios de la redención. La salvación del hombre
se lleva a cabo a un precio infinito para el cielo; el
sacrificio hecho se corresponde con las más
amplias exigencias de la ley de Dios quebrantada.
La correcta
comprensión del
ministerio del
santuario celestial es
el fundamento de
nuestra fe.—Carta
208, 1906. EV. 165
No debería ser aceptado como maestro
quien pretenda presentar teorías que
pudieran apartarnos de la luz que hemos
recibido en cuanto al ministerio del
santuario celestial. Como pueblo la
verdadera comprensión del
tema del santuario significa
mucho para nosotros. Cuando
buscamos fervorosamente al Señor para
recibir luz sobre este asunto, la recibimos.
En visión se me mostró una escena del
santuario celestial y del ministerio
Contemplad al apóstol predicando en la sinagoga de
Corinto, razonando de las escrituras de Moisés y los
profetas, y conduciendo a sus oyentes al
advenimiento del Mesías prometido. Escuchad
mientras explica claramente la obra del Redentor
como el gran sumo sacerdote de la humanidad: el
que por el sacrificio de su propia vida había de
expiar el pecado una vez por todas, y emprender
entonces su ministerio en el santuario celestial. Se
hizo entender a los oyentes de Pablo que el Mesías
cuyo advenimiento habían anhelado, había venido
ya; que su muerte era la realidad prefigurada por
todas las ofrendas de los sacrificios, y que su
ministerio en el santuario celestial era el gran
El Antiguo Testamento es el terreno donde la semilla
de la bondad práctica fue sembrada primero. Esto fue
repetido en las palabras de Cristo a sus discípulos.
Tenemos todavía que aprender que
toda la economía judía es una profecía
resumida del Evangelio. Es el Evangelio
en imágenes. Desde la columna de nube, Cristo
presentó las obligaciones del hombre para con Dios y
sus semejantes. Sus palabras a los instrumentos
ungidos, tanto en el Antiguo como en el Nuevo
Testamentos, señalan claramente las virtudes
cristianas. Por medio de toda su enseñanza esparció
los preciosos granos de la verdad. Todos encontrarán
que son perlas preciosas, ricas en valor, cuando
practiquen los principios establecidos. RJ. 104
Dios escogió a Israel para que revelase su carácter a los hombres.
Deseaba que fuesen como manantiales de salvación en el mundo. Se
les encomendaron los oráculos del cielo, la revelación de la
voluntad de Dios. En los primeros días de Israel, las naciones del
mundo, por causa de sus prácticas corruptas, habían perdido el
conocimiento de Dios. Una vez le habían conocido; pero por cuanto
“no le glorificaron como a Dios, ni dieron gracias; antes se
desvanecieron en sus discursos, ... el necio corazón de ellos fue
entenebrecido.” Romanos 1:21. Sin embargo, en su misericordia,
Dios no las borró de la existencia. Se proponía darles una
oportunidad de volver a conocerle por medio de su pueblo escogido.
Mediante las enseñanzas del servicio de los sacrificios, Cristo había
de ser levantado ante todas las naciones, y cuantos le miraran
vivirían. Cristo era el fundamento de la economía
judía. Todo el sistema de los tipos y símbolos era
una profecía compacta del Evangelio, una
presentación en la cual estaban resumidas las
promesas de la redención. HAP. 12
El asunto del Santuario fue la llave que reveló el misterio del
chasco de 1844. Exhibió todo un sistema de verdades, relacionado y armonioso,
que mostraba que la mano de Dios había dirigido el gran movimiento adventista y, al
poner de manifiesto la situación y la obra de su pueblo, le indicaba cuál era su deber de
allí en adelante. Así como los discípulos de Jesús, después de la noche terrible de su
angustia y chasco, “se regocijaron viendo al Señor”, así se regocijaron los que habían
mirado con fe su segunda venida. Habían esperado que aparecería en gloria para
recompensar a sus siervos. Como sus esperanzas fuesen chasqueadas, perdieron de vista
a Jesús y, como María al lado del sepulcro, exclamaron: “Se han llevado a mi Señor, y no
sé dónde lo han puesto”. Después, en el Lugar Santísimo, contemplaron otra vez a su
compasivo Sumo Sacerdote, listo para aparecer como su rey y libertador. La luz del
Santuario iluminaba el pasado, el presente y el futuro. Supieron que
Dios los había guiado por medio de su providencia infalible. Aunque, como los
primeros discípulos, ellos mismos no lograron entender el mensaje que daban, éste
había sido correcto en todo sentido. Al proclamarlo habían cumplido el propósito de
Dios, y su labor no había sido en vano en el Señor. Reengendrados “a esperanza viva”, se
regocijaron con “alegría inefable y gloriosa”. Juan 20:20, 13; 1 Pedro 1:3, 8, BJ. CES. 99
01. LA IMPORTANCIA DEL ESTUDIO
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