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ACTIVIDAD: NUESTRAS HISTORIAS PERSONALES Y NUESTRAS CULTURAS

AL CRECER SIENDO PARTE DE UNA COMUNIDAD, APRENDEMOS


MUCHAS COSAS CASI SIN DARNOS CUENTA. EN ESTA FICHA
VEREMOS QUÉ COSTUMBRES HEMOS APRENDIDO DE NUESTRA
COMUNIDAD Y VALORAREMOS LO POSITIVO DE ELLAS.
ASIMISMO, FORTALECEREMOS NUESTRA ACTITUD DE RESPETO
FRENTE A PERSONAS CON CULTURAS DISTINTAS A LA NUESTRA
EL VIAJE DE RICARDO
Cuando Ricardo tenía 9 años, su mamá se enfermó gravemente. Entonces, su familia que vivía en San
Juan de Lurigancho, en
Lima, decidió irse a Umamarca, su pueblo de origen, en el distrito de Tumay Huaraca, en Andahuaylas,
Apurímac.
Ricardo fue con ella y, cuando su mamá murió, él se quedó dos años
viviendo con su abuela. “Ella me enseñó a hablar en quechua; le pedí que me enseñara para poder
hablar con los otros
niños y dejaran de tratarme mal. Dejé de vestirme como en Lima porque quería ser parte del pueblo:
usaba poncho, ojotas (sandalias de jebe) y sombrero; aprendí lo que es hacer trueque, a contar
fábulas, cultivar maíz, pisar el barro para hacer adobes...
Un día gané un concurso de redacción y como premio viajé a Andahuaylas: ahí conocí la casa de José
María Arguedas y descubrí quién era”.
Adaptado de:
https://bit.ly/2ihROZe

¿Estás de acuerdo con los cambios que Ricardo hizo en sus costumbres para vivir en Umamarca? ¿Tú habrías
hecho lo mismo?, ¿por qué?
¿Crees que el idioma y las costumbres de tu comunidad influyen en tu forma de ser?, ¿cómo?
¿Si fueras compañera o compañero de aula de Ricardo, cómo lo ayudarías a integrarse al grupo?
La cultura es como el agua para el pez

Es muy probable que Ricardo, antes de salir de San Juan de Lurigancho, el distrito más grande del Perú, no hubiera
imaginado una forma de vivir tan distinta en su mismo país, a pesar de haber visto fotos y videos sobre otros lugares y el
mapa en su escuela.
Así, por ejemplo, en su barrio, la vida transcurría entre calles, carros y gente, mucha gente. Ricardo no estaba
acostumbrado a saludar en la calle a todas las personas, solo lo hacía con sus vecinos más cercanos y conocidos.
Cuando llegó a Umamarca, se encontró con un mundo totalmente distinto. Para empezar, no podía entenderse con los
otras niñas y niños porque estos hablaban quechua. Además, los niños de Umamarca se vestían distinto a él y hacían
cosas diferentes a las que él estaba acostumbrado. En la calle, todos lo saludaban y los mayores esperaban que se los
tratara con respeto. Ricardo también se dio cuenta de que muchas personas lo consideraban un pariente, dado que su
mamá era de ahí. De pronto, se vio rodeado de tías, tíos, primas y primos. Él había entrado a una cultura distinta.
Muchas veces es difícil darnos cuenta de las particularidades de nuestra cultura, sobre todo si no hemos viajado a otras
regiones o conocido gente de otros lugares. No nos percatamos de que nuestra forma de ver el mundo, de hablar, de
cocinar, de comer o de organizarnos es particular de nuestra cultura. Por eso, se puede decir que “la cultura es como el
agua para el pez”. El pez vive permanentemente en el agua y no sabe que está mojado, hasta que sale del agua (y muere).
Por
suerte, cuando nos toca alejarnos de nuestra cultura, aunque puede ser difícil, como lo fue para Ricardo, no morimos, sino
que nos adaptamos a una nueva cultura y aprendemos muchas cosas nuevas.
La cultura cambia
Si bien la cultura se transmite de generación en generación, esta no es estática: cambia a lo largo de la historia, a veces
de forma paulatina, a veces más rápido.
Algunos de estos cambios se producen por las y los migrantes, que llevan su propia cultura al lugar donde llegan. Las y
los migrantes influyen al compartir sus formas de vida y sus conocimientos y, en muchos casos, se fusionan con la
cultura local, con lo que contribuyen a la generación de nuevas expresiones.
A veces, los cambios se deben a la influencia de otras culturas con las que nos vinculamos, como, por ejemplo, a través
de los medios de comunicación, que nos acercan muy rápidamente a todas partes. Esto se relaciona con la difusión de
servicios (agua, electricidad, Internet), que cambian las formas de hacer las cosas.
Seguramente, en Umamarca, como en San Juan de Lurigancho, ha habido cambios desde la epoca en que Ricardo
vivió en esos lugares, hasta ahora que ya es una persona adulta.

Indaga cómo se mantienen ciertas costumbres a lo largo de la historia de tu familia. Hazle las siguientes preguntas a tu
mamá, papá, abuelas, abuelos, tías, tíos y otros parientes, y anota las respuestas.
a. Desde que ustedes eran niñas o niños, ¿qué costumbres han mantenido hasta el día de hoy en lo que respecta a su
forma de vestir, alimentarse, hablar, festejar, trabajar, etc.? ¿Y qué ha cambiado?
b. ¿Qué costumbres de las mujeres se mantienen hasta la actualidad?
c. ¿Qué costumbres de los hombres se mantienen hasta la actualidad?
d. ¿Es posible que toda la familia asuma algunas costumbres que se consideran propias solo de mujeres o solo de
hombres?, ¿por qué?

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