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Clase
02:
• Franquiciado:
Persona facultada para vender, y/o distribuir, y/o
explotar comercialmente a su propio riesgo, en un
lugar o territorio preestablecido uno o varios
productos y/o servicios, utilizando la marca o nombre
del franquiciante.
• Objeto:
No es Formal
Es un contrato oneroso
Es un contrato
conmutativo
Es un contrato
por adhesión
Es un contrato
bilateral
Es un contrato
consensual
1) ELEMENTOS PERSONALES:
SUJETOS
El Franquiciante:
El Fiador:
Licencia de Marca :
El franquiciante tiene la
obligación de poner en
práctica al franquiciado con
respecto a la conducción,
estructura y organización del
negocio y por supuesto, este,
debe seguir las instrucciones
al pie de la letra, logrando una
uniformidad en el producto y
en la presentación del mismo.
Regalías o Canon:
Se trata de la
delimitación de un
ámbito territorial a favor
del franquiciado en
donde desarrollara el
contrato, el mismo puede
ser elemento esencial
para el éxito de la
operación comercial.
Confidencialidad:
Consiste el la obligación de
secreto, ya que, el
franquiciado tiene acceso a
información confidencial del
franquiciante,
prolongándose aun por un
plazo prudencial posterior a
la conclusión del contrato.
ELEMENTO FUNDAMENTAL EN LAS FRANQUICIAS
El contrato es la pieza fundamental de todo el sistema de franquicia. Debe ser muy estudiado, detallado, claro, preciso y
de seguro cumplimiento.
Concesión del uso de la marca registrada. La fortaleza y solidez de una red de franquicias se apoya en la imagen de
marca homogénea que se transmite al público en general a través de todos y cada uno de los centros (logotipo,
adecuación, decoración, rótulos y signos distintivos). Esta imagen de marca proporciona además reconocimiento
delante de futuros clientes.
Transmisión del conjunto de saberes y experiencias que constituyen el saber hacer (know-how), que son el conjunto de
conocimientos, métodos y sistemas desarrollados por el franquiciador de una forma práctica, no patentados y
derivados de la experiencia de este en el desarrollo de su fórmula o concepto de negocio de éxito.
Derecho de entrada: también se le conoce como “canon de entrada”, “regalía inicial” o “inicial franchise fee”. Es un monto fijo establecido por el franquiciante
que deberá ser pagado a la firma del contrato.
Este pago podría entenderse como la cuota de inscripción a un club. Esta se paga por el derecho a usar la marca y por la transmisión del Know how del
franquiciante. Para el franquiciante significa recuperar lo invertido en desarrollar el sistema de franquicias, comercializar las unidades y capacitar al franquiciado.
Regalías comerciales: Llamadas también “Royalties” que se pagan al franquiciante en forma continua durante la vigencia del contrato. Con este pago el
franquiciado adquiere el derecho al uso continuo de la marca y a recibir la asistencia técnica permanente.
Puede ser una cuota fija o puede ser un porcentaje de las compras o ventas totales del punto franquiciado. Ambas formas de regalías tienen ventajas y
desventajas. Si se establecen cuotas fijas esto permitirá que el franquiciante deje de auditar y revisar las cuentas para determinar las ventas del franquiciado.
Pero si se fija un porcentaje de las ventas, deberá hallar una forma efectiva de control sobre la facturación. Dependiendo de las características de su franquicia, el
franquiciado deberá establecer el sistema de pago de estas.
Fondo de publicidad: Conocido también como “Canon de publicidad”. Es un fondo cobrado y administrado por el franquiciado para acceder a una publicidad que
beneficie a toda la cadena. Este canon o regalía suele ser cobrado tomando el mismo concepto que para el cobro de las regalías comerciales a fin de estandarizar
los cobros.
FRANQUICIANTE:
FRANQUICIADO
DERECHOS Y OBLIGACIONES DE LAS
PARTES
DEL FRANQUICIANTE:
• Obtener una contraprestación
(suma fija) a cambio del ingreso
del franquiciatario a la red o
sistema.
• Ceder el uso de la marca y
participar en su publicidad.
• Dar a conocer el sistema de
operación y la ingeniería
adecuada a usarse.
• Determinará el manual de Operación,
con ello se puede informar el sistema
de franquicia que se va utilizar.
• Establecer, si fuera el caso, la formación
profesional suficiente a los empleados,
para operar el sistema.
• Deberá apoyar continuamente al
franquiciatario, es decir deberá
proporcionarle asistencia necesaria.
• Determinar el ámbito o territorio
exclusivo en el que se llevará a cabo el
negocio.
DEL FRANQUICIATARIO
• Recibir la asistencia
técnica del franquiciante.
• Usar los signos distintivos
autorizado por el franquiciante.
• Deberá respetar la confidencialidad
d la información suministrada.
Por la regulación
Este criterio determina la clasificación de los contratos en típicos y atípicos. (De la Puente
y Lavalle, 2017, p. 148)
Los típicos son aquellos regulados en un cuerpo normativo, en cambio los atípicos si bien
no lo están, se utilizan en la vida cotidiana de las personas, verbigracia el leasing o
arrendamiento financiero, la franquicia o franchising, el know how, etc.
La clasificación del contrato resulta esencial en cualquier ordenamiento jurídico, ya sea del civil
law o del common law, ya que agrupar a los contratos de acuerdo con sus características
comunes y distintivas permite: 1. al intérprete conocer sus efectos o funciones, 2. determinar
las reglas aplicables a los contratos en ausencia de una voluntad expresa de las partes y
también las reglas imperativas que les imponen ciertas obligaciones o les prohíben ciertas
cláusulas, 3. establecer qué institutos de la teoría general del contrato les resultará o no
aplicables.
Siguiendo a Manuel de la Puente y Lavalle, uno de los máximos exponentes del derecho de
contratos a nivel nacional, los contratos se pueden clasificar: 1. Por la prestación, 2. Por la
valoración, 3. Por el riesgo, 4. Por la estructura, 5. Por el área, 6. Por la autonomía, 7. Por su
forma, 8. Por la regulación, 9. Por la función, 10. Por el tiempo, 11. Por los sujetos obligados,
12. Por la formación, 13. Por el rol económico.
Caso La Panka: ¿hasta dónde alcanza la responsabilidad del
dueño de la marca en una franquicia?
Hace pocos días, como ya suele ocurrir últimamente, la denuncia en redes sociales de un cliente contra la
conocida franquicia La Panka por posibles actos de discriminación y maltrato, se hizo viral y en
consecuencia de público conocimiento, generando reacciones en diversos sectores tanto del público (con
la lógica indignación), los supuestos responsables de la conducta denunciada y del propio Estado.
Producto de dicho escándalo público se reveló una serie de problemas entre la dueña de la marca y la
empresa franquiciada, es decir, donde ocurrieron los hechos. Es más, la titular de la marca en una
entrevista en un medio de comunicación conocido manifestó que se había reunido con Indecopi y
entendía que como dueña de la marca no tenía ninguna responsabilidad por los hechos denunciados.
Aprovecho esta coyuntura para ensayar una explicación de cuál es el alcance de la responsabilidad del
titular de una marca en el marco de una franquicia y/o licencia de marca, frente a un producto o servicio
no idóneo o defectuoso, más aún considerando que es una de las pocas intersecciones que se dan entre
el Derecho de Propiedad Industrial (marcas) y el Derecho de los Consumidores. Veamos de que se trata.
Para los autores Adolfo Sequeira, Antonio Roncero y Víctor Martin Cerdeño, la franquicia constituye un
sistema de comercialización de bienes y/o servicios fundada en una colaboración estrecha y continuada
entre dos empresarios diferentes e independientes (franquiciador y franquiciado). A través de este
contrato, el franquiciador permite a cada franquiciado que se vincula con él que reproduzca exactamente
su sistema de explotación del negocio y pone a su disposición, a cambio de una contraprestación
económica, su marca (o/y otros signos distintivos), su saber hacer y sus métodos comerciales y
empresariales.
Caso La Panka: ¿hasta dónde alcanza la responsabilidad del
dueño de la marca en una franquicia?
• El contrato de franquicia en Perú es un contrato atípico y por tal razón se rige por
los principios generales de los contratos, por el principio de la autonomía de la
voluntad privada y por la costumbre. Asimismo le son aplicables, tanto las normas
generales previstas en el ordenamiento como común para todas las obligaciones y
contratos, como las originadas en los usos y prácticas sociales; sin embargo, nos
preguntamos si son suficientes estas herramientas jurídicas o si requerimos de una
regulación específica para que la franquicia se consolide como un método de
comercialización de productos y servicios en nuestro país
Conclusiones
C
a
r