Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ALTAR FAMILIAR
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu
corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas
estando en tu casa, y andando por el camino, y al
acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una
señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos;
y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas”
Deuteronomio 6:6-9
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR
• Es el culto familiar el que hace que una casa sea un hogar cristiano. Cuando no hay culto
familiar en una casa, por la mañana y por la tarde (noche), la familia no es una familia
cristiana.
• El culto familiar no es lo mismo que la comunión individual y tampoco debe remplazarla,
sino que es una renovación diaria del pacto de la familia de servir a Dios sobre todas las
cosas.
• Es en ese momento, reverente, pero alegre, que buscamos al Señor, y su Espíritu es
derramado sobre la familia, produciendo entre sus miembros unidad y reavivamiento
espiritual.
También es el instrumento
principal de la educación
religiosa para los hijos, y su
influencia es fundamental
para la salvación de los
mismos, como para motivar
la reforma de los hábitos y
prácticas de toda la casa.
• Las actividades de la familia deben iniciar y terminar con el culto
familiar, colocando al Señor como el primero y el último, el Alfa y
el Omega en la vida de la casa.
• Para establecer el culto familiar de manera regular y diaria, la
familia necesita alterar su rutina diaria, lo que termina
cambiando sus prioridades, y reenfocando sus propósitos.
• Algo tendrá que quedar afuera del programa diario para que el
culto familiar pueda realizarse. Se debe tener un horario
negociado y establecido para los cultos, y todos los miembros de
la familia deben participar de los mismos, los que deben ser
cortos e interesantes.
Los padres deben de manera activa y constante discipular
a sus hijos en la verdad —ser fieles a enseñarles las cosas
del Señor, como una parte normal de la vida. Es un
llamado a la vida de discipulado, ya que los padres crían a
sus hijos “en la disciplina y amonestación del Señor”
(Efesios 6:4).
Uno de los pecados de omisión que
más está perjudicando a nuestra
iglesia en la actualidad, es que
muchos padres como sacerdotes
del hogar han perdido la santa
costumbre de congregar sus
familias alrededor del altar tanto
en las horas de la mañana como en
las horas de la noche para ganar
una experiencia de comunión más
viva y más personal con Aquel que
desea la salvación de nuestras
almas.
Mañana y Tarde
buscar a Dios
1 Crónicas 16:40
1 Crónicas 23:30
Salmos 55:17
CONSECUENCIAS DE NO TOMAR EL TIEMPO
PARA REALIZAR EL CULTO FAMILIAR: