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Me

comunico
mejor con
mis Tutoria
padres
Imagina esta situación: es miércoles por la tarde. Geoff, de 10
años, ya ha terminado sus tareas y por fin es el momento de
relajarse. ¡Se lo merece! Enciende la tele y se tira en su sillón
favorito.
Entonces, su padre aparece por la puerta con cara de
pocos amigos.

“¡Geoffrey! ¿Qué haces perdiendo el tiempo viendo la


tele? ¿No deberías estar ayudando a tu hermano
pequeño a hacer las tareas? ¡Nunca haces lo que se
te manda!”.

“Ya empezamos”, dice Geoff entre dientes.

Su padre se acerca y le pregunta: “¿Qué dijiste?”.

“Nada, papá”, suspira Geoff poniendo mala cara.

Su padre está muy molesto. “¡A mí no me hables en


ese tono!”, le dice.

Si fueras Geoff, ¿qué habrías hecho para evitar esta


situación?
Si vas conduciendo un
vehículo y te encuentras la
carretera cortada, buscas una
ruta alternativa. De la misma
manera, puedes buscar otras
formas de comunicarte con
tus padres.
“Me cuesta comunicarme con mi padre —cuenta Leah—. A veces, después de un rato
hablándole, me pregunta: ‘Perdona, ¿me decías algo?’”.
LEAH TIENE AL MENOS TRES OPCIONES

Gritarle a su padre.

Leah le dice gritando: “¡Escúchame! ¡Es importante!”.

No hablar más del tema.

Leah simplemente decide dejar de hablar con su padre del problema.

Buscar otro momento para hablar.

Leah habla con su padre más tarde o le escribe una carta


explicándole el problema.
¿Qué opción le recomendarías a Leah?

PIENSA EN ESTO: El padre de


Leah está pensando en otras cosas y
no se ha dado cuenta de nada. Si
Leah eligiera la opción A y le
gritara, probablemente su padre no
entendería por qué se pone así.
Seguramente, Leah no conseguiría
que la escuchara. Además, sería una
falta de respeto a su padre (Efesios
6:2). Esta opción no es buena para
Aunque la opción B
es la más fácil, no es
la más inteligente.
¿Por qué? Porque si
quiere solucionar sus
problemas, Leah
tiene que hablar con
su padre. Y él
necesita saber qué le
pasa para ayudarla.
El silencio no
En cambio, con la
opción C, Leah no
permite que un
obstáculo ponga fin a la
conversación. Más bien,
trata de hablar sobre el
tema en otro momento.
Y si decide escribir una
carta a su padre,
probablemente se sentirá
Escribir una carta puede ayudarle a Leah
a explicarle bien a su padre lo que quiere
decir. Cuando su padre lea la carta,
entenderá mejor lo que le pasa. La opción
C es buena para Leah y para su padre. Ya
sea que hablen cara a cara o le escriba una
carta, esta opción está de acuerdo con el
consejo bíblico de seguir “tras las cosas
que contribuyen a la paz” (Romanos
14:19).
Dramatizamos un
conflicto familiar
Piensa en un conflicto diario que se te presenta en casa con tus
padres.
1. Primero dramatiza el conflicto escogido con una mala
actitud
2. Ahora dramatiza si tu reacción fuera diferente con una
mejor actitud, teniendo en cuenta los consejos que
analizamos en la clase de hoy.

Este juego de cambio de rol te ayudara a ver el problema de dos


perspectivas diferentes. Pídele ayuda a uno de tus padres para la
dramatización.

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