Está en la página 1de 18

Distribución y sistema de precios

DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO


El ingreso proveniente de la producción de bienes y servicios en la economía de un
país debería distribuirse, desde el punto de vista económico, entre todos sus
integrantes como forma de repartir los recursos que se obtienen de la actividad
económica; lamentablemente e independientemente de su forma de obtención, dicho
reparto ha sido siempre desigual.

En términos generales, el ingreso de un país constituye lo que llamamos también la


Renta Nacional que debería ser distribuida entre todos sus habitantes en igual forma
pues la mayor porción que asignemos a cualquiera, ha de reducir la porción que le
corresponda a otro; ampliando ese concepto, la mayor participación que asignemos a
un grupo de ciudadanos se realiza a costa de una menor partici­pación a los demás
ciudadanos.
DESIGUALDAD DE LOS RECURSOS
Generalidades

Al ser humano necesita para vivir una serie de cosas o elementos que le son imprescindibles como
alimentos, vestido, etc., los cuales se encuentran en la Naturaleza para satisfacer tales necesidades
o pueden alcanzar esa cualidad, luego de ciertas transformaciones que el mismo hombre realiza.
Si esas cosas o elementos se encontraran en cantidades ilimitadas y listas para el inmediato
consumo, la Economía no tendría razón de existir ; pero dado que el hombre debe dedicar su
actividad a procurárselos con su esfuerzo (trabajo), sólo cuenta con ellos en forma limitada y esta
disciplina ha nacido para el estudio de su mejor aprovechamiento.
Esa actividad humana significa un sacrificio o actitud penosa de su parte, y se desarrolla
ateniéndose al principio del menor esfuerzo, con el fin de obtener la mayor satisfacción o producción
de las cosas o los elementos que necesita procu­rarse, dando lugar al conocido principio hedónico o
hedonístico que es aplicable a toda actividad económica (máxima satisfacción-menor esfuerzo)
UTILIDAD O sea que los bienes para tener valor, deben satisfacer una necesidad
determinada de los individuos; caso contrario no tendría ningún valor.

Lo cual significa que tales bienes son escasos con relación a los usos a que
las personas desean destinarlos; los bienes que abundan, como el aire o el
RAREZA
agua, no obstante prestar una in­dispensable utilidad, no tienen valor por
encontrarse en abun­dancia en la naturaleza.
Ahora bien, toda comunidad (p.e. país), aun cuando se encuentre organizada de cualquier
manera tiene, como problema económico, el de producir bienes en cantidad suficiente de
acuerdo con los recursos que dispone.

Pero sabemos que el problema existente es que la Naturaleza no proporciona dichos recursos
en forma ilimitada, ni éstos se encuentran en condiciones de sa­tisfacer las necesidades
humanas en su estado original, por lo que requieren una transformación que se encuentra a
cargo de los factores productivos.

Sin embargo, aun cuando tales factores económicos se encontraran disponibles ilimitadamente,
será necesario organizarlos para ponerlos en actividad; esa es la decisión que plantea la
Economía: qué, cómo, cuánto y para quién debe realizarse su producción.
El último de dichos interrogantes (¿para quién?) es el que trata de resolver el
problema de la asignación de los recursos; por lo tanto, si una comunidad se
propone producir la mayor cantidad de bienes, una vez que haya elegido aque­llos
que satisfagan mejor las necesidades de la misma, deberá procurar su mejor
aprovechamiento.

No obstante, ha existido siempre y en todo momento una desigualdad entre los


recursos y medios económicos disponibles y las necesidades que deben ser
satisfechas, cuyo problema debe ser resuelto por la Economía mediante la más
óptima asignación de recursos.
MEDICIÓN DE LA DESIGUALDAD

PARETO

Formuló una ley según la cual existe una relación funcio­nal entre la cuantía de la
renta nacional y el número de sus perceptores.

En 1906, un ingeniero italiano devenido economista cuyo nombre era Vilfredo Pareto hizo un descubrimiento : el 80% de la
tierra en Italia estaba en manos del 20% de la población.Estudió los patrones de propiedad de tierras en otros países y
encontró que se aplicaba la misma relación. También descubrió que la relación parecía aplicarse en otros contextos

“Sostiene que un coeficiente mide la desigualdad en el reparto de la renta


nacional, resultando que, cuanto mayor es la renta nacional en un país, menor es
la desigualdad de las rentas personales”
Se argumenta en contra de ella que, si se admitiera en forma absoluta, habría que reconocer que no es posible la
redistribución de los medios disponibles que produzca un incremento de la renta nacional a distribuir.

De todos modos, se acepta que la regla de Pareto se cumple en los países más desarrollados y el propio Pareto lo
reconoce así:
En general, el aumento de la riqueza en relación con la población produce el aumento de la renta personal mínima y
la reducción de la desigualdad de las rentas personales o ambos efectos.
GUNNAR

Cuanto más pobre es un país, tanto mayor es la diferencia entre el rico y el pobre

De aquí que haya que conseguir no solo el creci­miento económico de los países atrasados, sino tam­
bién que las rentas no sigan concentradas en quienes gozan de altos niveles de bienestar,
incrementando la desigualdad existente.

Surge ahora nuestro interrogante ¿puede, en efecto, medirse la desigualdad de las rentas personales
para establecer esa diferencia entre el rico y el pobre?

En efecto, pues si la pobreza tiene su origen en la desigualdad económica de las personas y si los
problemas de la distribución del ingreso radican en la des­igualdad de quienes participan, en él o en la
desigualdad de la distribución en si misma, es posible medir la desigualdad de las rentas de las
personas.
Es que cuando Ia distribución de la población de un país es proporcional a la distribución de la
renta nacional y todos y cada uno de sus habitantes tienen exactamente los mismos ingresos,
estaríamos en presencia de una igualdad absoluta y de una igual distribución (proporcionada al
número de habitantes).

Sin embargo, hemos visto a lo largo de los siglos que ello no es así y que ha sido uno de los
problemas sociales y políticos de todos los tiempos; hasta podría­mos decir que es antinatural y
carente de todo fundamento.

Aún cuando, hipotéticamente, se hubiera presentado una situación como la mencionada,


existirían condicionantes, dado que, por ejemplo, la edad de las per­sonas no es la misma en
toda comunidad y, por lo tanto, sus necesidades también son distintas.
Resumiendo, podemos medir la desigualdad económica existente utilizando algunos procedimientos
como los indicados a continuación para evaluar la distri­bución de la renta (o distribución del ingreso):

Análisis: utilizando al efecto diferentes enfoques, como ser:

Geográfico-espacial: para medir las diferencias de renta entre los habitantes de diversas regiones;

Distribución funcional: para medir las diferencias entre los estamentos productivos: industria-
agricultura-servicios, trabajo-capital.
Impacto social: enfocado al sistema económico elegido:
Según el sistema neoliberal, debería evaluarse si el mercado puede re­gularse solo y distribuir de
manera equilibrada la riqueza de un país o si debe intervenir el Estado; por ello se sostiene que el
Estado debe desentenderse totalmente de la actividad empresarial y servir sólo como garante de
estabilidad.

Según el socialismo renovado, dado que sectores del centro promueven un Estado más preocupado
por los temas sociales, sin abandonar la ideología del liberal.

Estaría faltando dos análisis que son utilizados en la actualidad:

Sectorial: reparto de la renta entre los distintos sectores productivos que componen el PBI (agricultura, industria,
construcción y servicios).

Personal: reparto de la renta (disponible) entre individuos o familias independientemente del sector en que se produzca, de
la región en que se obtenga o el factor productivo al que remunera.
Herramienta adecuada utilizada para medir la distribución del ingreso, como es la Curva de Lorenz
que pasamos a analizar en el siguiente punto.

Sin perjuicio de las discusiones al respecto, existe consenso que la educación es un factor de
relevancia extraordinaria para promover la movilidad social y superar así en forma gradual la
desigualdad existente. (ver capítulo 17 del libro 23 cosas que no te cuentan sobre el capitalismo-
Ha Joon Chang)

Por movilidad social nos referimos a la facilidad con la que una persona puede subir o bajar de su
nivel social (o clase); por ello, cuando existe poca movilidad social son escasas las posibilidades de
mejorar la situación económica de cada individuo en relación a los demás, pues
independientemente de su capacidad individual, no existen muchas oportunidades de progreso.
CURVA DE LORENZ

Se ha intentado graficar la medición de la desigualdad en base a dos características: población y


renta, para mostrar la relación que existe entre los grupos de la población y sus respectivas
participaciones en la renta nacional, para lo cual Lorenz construyo una curva que lleva su nombre.
En dicha curva se ha colocado en el eje de abscisas la cantidad de población ordenada en
porcentajes de la misma y, en el de ordenadas, el porcentaje de la renta nacional.

La línea recta indica la igualdad absoluta en el reparto entre la renta nacional y el porcentaje de
la población, por lo cual la llamamos la recta de la equidistribución.

Por lo tanto, cuanto mayor sea el semicírculo que separa la curva de dicha recta, mayor será la
desigualdad existente; el área formada por dicha línea y la curva mencionada se llama área de
concentración de la renta; en términos matemáticos dicha área se suele medir por un
coeficiente llamado de Gini, el cual oscila entre 0 y 1 que determina, respectivamente, la máxima
distribución y la máxima concentración.
La curva que se encuentra por debajo de esa recta es, justamente, la curva de Lorenz que indica que la distribución de la
población es mayor en las rentas menores que en las rentas mayores; o sea que p.e. el 30% de la población disfruta del
10% de la renta total y, más adelante el 90% de la población tiene un 70% de esa renta total.

O sea que, cuanto más abombada es la curva, mayor será la desigualdad en la distribución de la renta nacional. Dicho
en otros términos, cuanto mayor es el área de concentración (superficie comprendida entre la línea que hemos llamado
de equidistribución y la curva de Lorenz), mayor es la desigualdad en el reparto de la renta nacional.

Dicha situación puede ser observada con mayor claridad si confeccionamos un gráfico que muestre, como ejemplo, la
situación de dos países imaginarios con sus respectivas curvas, de las cuales una de ellas se encuentra más alejada de
la diagonal por lo cual la distribución de la renta es más desigual que en la otra (la curva más próxima a la diagonal).
En la curva más alejada (flecha roja)
Porcentaje
de la Renta de la diagonal el 40% es más pobre
Nacional
por lo que la po­blación recibe una
renta inferior al 20% del total del país;
en cambio, en el segundo caso (flecha
amarilla), el 40% de la población
recibe más del 20% de la renta.

Porcentaje de la población
Otra forma de interpretar la curva de Lorenz es
estimar el área de la superfi­cie que se encuentra entre
cada curva y la recta en diagonal que se llama área
de concentración de la renta.

También podría gustarte