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Referencia:

Mateo 9:18-26;
Marcos 5:21-43;
Lucas 8:40-56.
Para memorizar: “Yo soy la
resurrección y la vida.” Juan
11:25
Lee atentamente las siguientes indicaciones:
 Te invito que leas la historia bíblica y luego expliques en una exposición de que trata.
 Utiliza algún recurso o material para tu exposición como organizador gráfico,
papelotes, vestimenta , imágenes,etc.

Jesús estaba en la playa del Mar de Galilea. Mucha gente lo seguía para
escuchar sus enseñanzas y pedir curación para sus dolencias. Mientras
Jesús hablaba, un hombre se fue abriendo camino, buscando acercarse
a él. Todos, respetuosamente, lo dejaron pasar.
Era Jairo, jefe de la sinagoga local, hombre muy influyente en la ciudad.
Él estaba afligido porque su hija estaba muy enferma.
—Mi hijita se está muriendo —dijo él, arrodillándose delante de Jesús
—. Por favor, pon tu mano sobre ella para que se sane y viva.
El corazón de Jesús fue tocado. Él sabía que era muy difícil ver a un
hombre de aquella posición tomar tal actitud. Él seguramente amaba
mucho a su hija. Entonces, Jesús lo acompañó. Jairo estaba con miedo
de que no hubiera tiempo para salvar a su hija.
En la mitad del camino, algunos empleados llegaron de la casa de Jairo con el mensaje que él tanto temía. ¡Su
hija había muerto! ¿De qué serviría ahora molestar al Maestro? ¡Pobre Jairo! Estaba demasiado triste para
hablar y las lágrimas rodaron por sus mejillas.
—No te pongas triste. Tan solo cree —dijo Jesús, y siguió su camino hacia la casa de Jairo.
¿Por qué será que él está yendo a mi casa?, pensaba Jairo. Ya no hay nada más que hacer. Si Jesús no hubiera
parado para ayudar a aquella mujer…
Cuando llegaron, el lugar estaba lleno de personas que lamentaban la muerte de la niña.
—¿Por qué están llorando? La niña no está muera, sino que duerme —dijo Jesús.
Las personas no creyeron. Se burlaron de él. Entonces Jesús ordenó que todos salieran. Entró en la habitación
de la niña, solo dejando que se quedaran sus padres, Santiago, Pedro y Juan. Mirando a la niña con gran ternura,
la tomó por la mano y le dijo:
—¡Niña, levántate!
En el mismo instante la niña abrió los ojos y sonrió. En seguida, se puso de pie y comenzó a andar. Y la noticia se
desparramó por toda la región.
Solamente Dios puede dar vida, pero él dio inteligencia para usar los elementos de la naturaleza para aminorar
y curar las enfermedades. Algunas veces se usan en su formato natural; otras veces, para la producción de
remedios.

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