Por amor a Jesús nuestras obras deben ser excelentes, debemos esforzarnos para ello. Cada
trabajo que hagamos debe ser para Dios y no para los hombres. Por lo tanto, nuestras obras deben
ayudar al prójimo, tal como Jesús lo enseñó.
Dios desea que seamos seres felices mientras aguardamos su venida, por lo que, a través de su
palabra y ejemplo, nos ha dejado una serie de mandatos que nos ayudan a disfrutar de nuestra
vida. Los valores que esta ley enuncia, son un llamado para nuestra formación desde pequeños.
Este himno habla acerca de la fe y esperanza que los menores tienen hacia Dios, su relación con
Él y algunas de las características de su personalidad en cuanto a su edad, como su alegría por
compartir el mensaje con los demás, así como el aprendizaje de Dios a través de la naturaleza. Es
tarea nuestra, enseñar y cuidar a todos los pequeños de la iglesia, colaborando en la obra de
Cristo.