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EL DIÁLOGO EN LA

PRÁCTICA
1. Cómo debe ser el diálogo
conyugal
Lo que no es Lo que es
• Un torneo medieval • Un momento de descubrimiento
• Un arreglo de cuentas • Una búsqueda común del
• Un examen de designio de Dios sobre los dos
conciencia del otro • Una construcción común de los
• Un tribunal de esposos
conciencia • Un trampolín para la vida
• Una reunión de conyugal
negocios • Una búsqueda conjunta de un
• Un momento de nuevo aliento
distensión • Un reajuste de dos visiones de la
• Un coctel de reproches vida y de los demás
• Una acción de gracias común
2. De qué hablamos

Debido a nuestros egoísmos, es frecuente y


normal que con el tiempo tendamos a llevar
vidas paralelas, como si fuéramos los rieles
de un ferrocarril. Qué triste es ver a ciertas
parejas que dicen que su vida es un santo
aguantamiento; que se toleran porque son
cristianos y que no se separan porque
respetan sus principios morales, aunque son
pocos los que los respetan, y por sus hijos.
Muchas parejas en sus vidas se asemejan a los
rieles del tren, ya que éstas son paralelas, es decir;
cada quien actúa por su cuenta en cada uno de sus
áreas: espiritual, social, en la educación de sus hijos.
Se llaman polines a esos elementos
que mantienen separados los rieles.
De la misma manera en las
relaciones de pareja esos polines
están representados en todas
aquellas acciones que nos separan
uno del otro, y las cuales, por falta
de un diálogo sincero no permiten
que nuestras vidas se unan.

El diálogo con la presencia de Cristo es la curación,


es la solución. Cristo es la fuente del amor y El
realizará el milagro de curar ese amor enfermo y de
retirar los polines que separan nuestras vidas.
3. Cómo buscar la eficacia del
diálogo
Si queremos buscar un diálogo que sea
positivo y eficaz, para que tenga sentido,
debemos preocuparnos por tener en cuenta
los siguientes puntos:

✓La apertura mutua: es esencial para poder


dar al otro lo que necesita y para recibir lo
que a mi me hace falta.
✓ La personalización: Los esposos debemos
aprender a caminar juntos aunque a
diferente paso.
✓ Hablar los dos: No hacerlo así, sería
desembocar en un monólogo
✓ Ponerse a la escucha del otro: Estar
atentos a lo que el otro nos quiere decir.
Para ello es necesario tener una actitud de
humildad y paciencia, para aceptar al otro.
✓ Mirar al cónyuge como interlocutor válido:
Si tenemos la FE DEL AMOR, es decir, si
creemos en el cónyuge, podemos
descubrir lo verdadero y lo justo en lo que
el nos dice.
✓ Responder a lo verdadero de la petición
del cónyuge: Cuando escucho a mi
cónyuge, cuando lo admiro y atiendo a lo
que me dice, eso mismo hago con Cristo:
lo escucho, lo admiro y le atiendo.
✓ El diálogo debe ser caritativo: Debo ver al
otro como mi complemento y no como
alguien que está a mi servicio.
✓ Llegar a compromisos mutuos: Se requiere
de un esfuerzo para llegar a compromisos.
Si el diálogo no se realiza con el esfuerzo
de compartir, de perdonar y de
comprendernos mutuamente, resultará
estéril o inútil.
✓ Ser como el buen samaritano: Hay que
tomar al otro, curarle sus heridas con
bálsamo y darle nuestra propia
cabalgadura, es decir, nuestra ayuda, para
que pueda curarse.
OREMOS
Señor te entrego en este día lo que soy, lo que tengo
y lo que anhelo. Dispongo mi corazón y te pido me
acompañes en este lugar, para que tu Santo Espíritu
ilumine lo que debo pensar, haga fluir lo que debo
decir y dame oídos prestos y humildes para escuchar
lo que mi esposo(a) me quiere decir. Hazme paciente,
manso y misericordioso como Tu; para poder
escuchar, comprender y perdonar a mi esposo(a)
como Tu me escuchas, me comprendes y me
perdonas a mi. Que nuestro diálogo Señor nos una a
ti para que glorifiquemos tu nombre por siempre.

Amén
Que Dios los Bendiga

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