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La Metáfora del Edificio

La Metáfora del Edificio


 “Marx plantea una nueva forma de causalidad, una nueva manera de
pensar la determinación de los fenómenos, cualitativamente distinta a
la de Durkheim y Weber.” (Louis Althusser, concepto de causalidad
estructural )

 Las formas de causalidad propias de los discursos durkheimniano y


weberiano, implicaban relaciones entre fenómenos o hechos
homogéneos (uno/s causa/s y otro efecto), situados a un mismo nivel,
la nueva forma de causalidad presentada por el marxismo no hace
jugar simples elementos de igual jerarquía sino “estructuras” y
elementos de ellas.

 La causalidad estructural marxista designa la eficacia de una


estructura sobre sus elementos o instancias componentes y de una
estructura dominante sobre otra subordinada.
La Metáfora del Edificio

 La teoría marxista trata de explicar los fenómenos por la


complejidad de la estructura. En el caso de los fenómenos
económicos, hablar de causalidad estructural significa reconocer
que éstos se encuentran determinados por la estructura (global) del
modo de producción (capitalista).

 Marx dice que en toda sociedad es un modo de producción


determinado y sus relaciones el que determina a todas las otras
formas de producción (política, cultural, jurídica).

 La historia y la sociedad no se explican por las relaciones entre


acontecimientos; es necesario remitirse, en principio, a la estructura
del modo de producción dominante en la formación social en
cuestión.
La Metáfora del Edificio
 Marx representa su concepción de la sociedad con una figura: la metáfora
del edificio. La estructura de toda sociedad está compuesta por diferentes
“niveles” o “instancias”:

1- Uno de ellos es la base, que corresponde a la infraestructura económica


(unidad de las fuerzas productivas y las relaciones de producción)
2- los otros niveles o “pisos” que se erigen sobre ella forman parte de
la superestructura y son el jurídico-político (el derecho y el Estado) y el
ideológico (las diferentes regiones de la ideología: religiosa, moral, estética,
jurídica, política, filosófica, etc.). 

 Esta metáfora espacial, aun siendo descriptiva, es de gran utilidad


porque distingue realidades (práctica económica, práctica política, práctica
ideológica), pero además porque distingue algo más importante aún:
su eficacia y su dialéctica, es decir, las relaciones de determinación que
existen entre ellas. 

 Al sugerir que los pisos de la superestructura no se sostendrían si no


descansaran sobre esa base que es la infraestructura económica, al mostrar
a la economía como la que en última instancia determina a las demás, se
está asignando a cada nivel un índice de eficacia respectivo. 
La Metáfora del Edificio
 A partir de esta determinación en última instancia por la economía  se pueden
establecer los índices de eficacia de los niveles político-jurídico e ideológico. Si bien éstos
se encuentran necesariamente determinados por la eficacia de la base, son determinantes
a su manera: Esto significa dos cosas: que tienen una “autonomía relativa” respecto del
nivel económico, y que ejercen una “acción de reflujo” sobre esa base que los determina.
   

La determinación en última instancia por la economía significa que son las relaciones
sociales que se establecen en el seno de la producción (entre propietarios y no
propietarios) las que determinan en última instancia la naturaleza de todas las estructuras
de esa formación social: de su organización jurídica, política, de sus distintas formas de
ideología.


En “El Capital” Marx explica que es la relación inmediata de los propietarios de los medios
de producción con los productores directos la que permite entender la forma política de la
soberanía, la relación de dependencia, o sea, la forma específica del Estado en una
construcción social.    


La categoría de última instancia es fundamental en la fórmula marxista de la
determinación económica. Cuando, como hace Weber, se cuestiona el supuesto “monismo
causal” del materialismo histórico y se defiende un esquema “plural” en el que no existe
determinación de la sociedad por un elemento decisivo (económico, político o religioso),
se desatiende la importancia de esta categoría. 

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